sábado, 4 de agosto de 2012

Mejores Prácticas para el Desarrollo de Políticas en Agricultura Orgánica Recomendaciones para estimular el sector de la agricultura orgánica en países en desarrollo



Prólogo

La agricultura orgánica es un sistema productivo que se basa en un enfoque de manejo del
agro-ecosistema que utiliza tanto conocimientos tradicionales como científicos.
La agricultura orgánica ofrece una amplia gama de beneficios económicos, ambientales,
sociales y culturales para los países en desarrollo. Durante las ultimas dos décadas, los
mercados globales para productos orgánicos certificados han venido creciendo de manera
acelerada. En el 2006 se estimó que las ventas alcanzaron cerca de 30 mil millones de euros,
lo que representó un 20% más que en el 2005, y se espera que para el 2012 las ventas
aumenten hasta alcanzar los 52 mil millones de euros. Si bien las ventas se concentran en
Estados Unidos y Europa, la producción es global y los países en desarrollo producen y
exportan proporciones cada vez mayores. Estudios recientes realizados en África, Asia y
Latinoamérica indican que, debido a la expansión de los mercados y a los sobreprecios, los
productores orgánicos por lo general obtienen ingresos superiores que sus contrapartes
convencionales.

Las técnicas orgánicas modernas tienen el potencial de mantener y hasta incrementar los
rendimientos en el largo plazo, mejorando a la vez la fertilidad del suelo, la biodiversidad y
otros servicios de los ecosistemas, en los cuales se apoya la agricultura. La rotación de
cultivos en la agricultura orgánica pone a disposición más hábitats para la biodiversidad, ya
que de esta técnica resulta una oferta más variada de hospederos, espacios para la
reproducción y elementos para la nutrición. Puesto que en la agricultura orgánica los
agroquímicos sintéticos están prohibidos, su adopción puede ayudar a prevenir la recurrencia
de los casos de envenenamiento severo agudo y muertes por pesticidas, los cuales se estiman
en 3 millones y 300,000, respectivamente, por año, y son el resultado del uso de los
agroquímicos en la agricultura convencional. Los sistemas orgánicos tienen tasas de
lixiviación de nitratos 57% menores en comparación con otros sistemas agrícolas, así como
cero riesgo de contaminación de aguas superficiales. En cuanto a los beneficios relacionados
con el cambio climático, varios estudios han encontrado que la producción orgánica usa de 20
a 56% menos energía por unidad de materia cultivada seca que la agricultura convencional, y
que los campos orgánicos secuestran de tres a ocho toneladas más de carbono por hectárea. A
manera de ejemplo, se estima que si se convirtieran a producción orgánica los 160 millones de
acres de maíz y soya que se producen actualmente en Estados Unidos, se secuestraría
suficiente carbono como para cumplir con el 73% de la reducción de CO2 que se fijó como
meta para ese país en el protocolo de Kyoto.
La agricultura orgánica se adapta particularmente bien a los pequeños agricultores, quienes
constituyen la mayoría de los pobres del mundo. Este tipo de agricultura hace que los
agricultores que carecen de recursos puedan ser menos dependientes de insumos externos y
les ayuda a disfrutar de rendimientos e ingresos más elevados y más estables, con lo que se
fortalece su seguridad alimentaría. Más aun, la agricultura orgánica de los países en desarrollo
se basa en la rica herencia de conocimientos y variedades agrícolas tradicionales, la cual
ayuda a conservar viva. Por otro lado, también se ha observado que la agricultura orgánica
fortalece a las comunidades y les brinda a los jóvenes un incentivo para continuar haciendo
agricultura, reduciendo así la migración del campo a la ciudad.
Esta evidencia muestra claramente que la agricultura orgánica representa una oportunidad de
comercio y desarrollo sostenible prometedora, así como una herramienta poderosa para lograr
alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, en particular las que se relacionan con la
reducción de la pobreza y con el medio ambiente.
iv
Es precisamente en reconocimiento de este potencial de la agricultura orgánica que la
Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD) y el
Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) la han seleccionado como
tema prioritario en el marco del Grupo de Trabajo PNUMA-UNCTAD para el Fomento de la
Capacidad en materia de Comercio, Medio Ambiente y Desarrollo (CBTF). Desde 2004 los
esfuerzos del CBTF se han concentrado en la promoción de las oportunidades de producción
y comercialización de productos orgánicos en África Oriental, incluyendo el apoyo para el
desarrollo y la adopción de la norma de productos orgánicos de África Oriental (EAOPS), en
colaboración con la Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Orgánica
(IFOAM). La EAOPS es la segunda normativa orgánica de carácter regional, después de la
Unión Europea, y la primera en desarrollarse por medio de un proceso regional que involucró
una alianza de los sectores público, privado y ONG.
Una pregunta medular, desde el punto de vista del CBTF, es: ¿qué pueden hacer los autores
de las políticas de los países en desarrollo para sacar el mejor provecho de los beneficios
multifacéticos de la agricultura orgánica? Este estudio se propone responder a esta pregunta.
El mismo destila las lecciones aprendidas del análisis profundo de los estudios de caso de
siete países, entre otras fuentes, y realiza una serie de recomendaciones claras y aplicables.
Entre los principales retos identificados se encuentran: demostrar el cumplimiento con las
normativas orgánicas (tanto gubernamentales como privadas) de los países importadores, en
forma eficiente desde el punto de vista de costos; cumplir con los requisitos de calidad y
volumen de los compradores; desarrollar el mercado orgánico interno; y aumentar las
capacidades de los productores, tanto a nivel de las técnicas de producción como de los
requisitos de documentación necesarios para demostrar el cumplimiento con las normas.
El presente estudio recomienda que los gobiernos de los países en desarrollo debieran
enfocarse sobre todo en jugar un papel de facilitadores más que de controladores. Deberían
establecer canales de diálogo con los sectores orgánicos para identificar sus necesidades más
apremiantes y tomar en consideración la posibilidad de llevar a cabo un diagnóstico integral
del sector. El integrar la agricultura orgánica a las políticas agrícolas generales, así como a
las estrategias de reducción de la pobreza, y el fortalecer la capacidad de oferta de la
agricultura orgánica por medio de la educación, la investigación, los servicios de extensión y
del desarrollo de los mercados locales y regionales y de la facilitación de las exportaciones,
son aspectos cruciales para poder hacer realidad los beneficios que la agricultura orgánica
ofrece.
El CBTF esta fuertemente comprometido a ayudar a los países en desarrollo para que
aprovechen plenamente esta emocionante oportunidad de comercio y desarrollo sostenible.
Esperamos que este estudio se convierta en una herramienta valiosa para ese fin.
Supachai Panitchpakdi Achum Steiner
Secretario General de UNCTAD Director Ejecutivo de PNUMA


VER DOCUMENTO COMPLETO

http://www.ifoam.org/growing_organic/2_policy/policy_pdf/BEST_PRACTICES-POLICY_OA_esp.pdf

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