martes, 4 de junio de 2013

MEDIDAS DE CONSERVACIÓN DE SUELOS


La restauración y mantenimiento de la capacidad productiva del suelo, a través de medidas conservacionistas, es la guía más importante para mejorar la producción agrícola. Una vez protegido el terreno con obras físicas, se debe iniciar la recuperación de la capacidad productiva por medio de la aplicación de medidas o prácticas agronómicas y mecánicas.
Prácticas agronómicas de conservación de suelos

Las medidas agronómicas de conservación de suelos permiten principalmente el aumento de la capacidad productiva del suelo mediante sistemas de manejo directo. Estas medidas incluyen prácticas que se realizan en la preparación del terreno para aumentar la producción, pero que tienen el propósito secundario de reducir la escorrentía (agua de lluvia que se desplaza por la superficie del terreno) y la erosión. Además, contribuyen directamente a mejorar la textura, porosidad y fertilidad del suelo.

Algunas de dichas medidas son:

1 Labranza: Se refiere a la manipulación mecánica de los suelos con el fin de mantenerlos en condiciones óptimas para el desarrollo de los cultivos. Es una práctica agrícola tan antigua como la agricultura misma. 

Incluye el conjunto de operaciones que se realizan para preparar el terreno con el objetivo de producir alteraciones físicas a su estado natural, y así generar condiciones favorables como:

• Garantizar la germinación de la semilla.
• Mejorar las condiciones para la penetración de las raíces y la infiltración del agua.
• Controlar las malezas y ayudar a combatir las plagas y enfermedades.

Sus principales objetivos son los siguientes:
• Preparar la cama de la semilla para favorecer su germinación y establecimiento.
• Incorporar fertilizantes y enmiendas.
• Controlar malezas y combatir plagas.
• Aumentar la infiltración y la penetración radicular.
• Preparar el suelo para prácticas como el riego y drenaje.
• Controlar la erosión.
A continuación se mencionan los tipos de labranza más importantes:

1.1 Labranza reducida:

Se refiere a varias modalidades como la disminución del número de pases; la sustitución de implementos que deterioran más el suelo o consumen mayor potencia por otros de menor impacto sobre el suelo.

Protege de la erosión Se realizan los surcos a nivel Permite cultivar en terrenos poco aptos

1.2 Labranza vertical:
Se utilizan únicamente implementos diseñados para realizar cortes verticales en el suelo con arados de cincel.

1.3 Labranza sobre cubierta (mulch):
Tiene por objetivo realizar operaciones de control de malezas y preparación de la cama de siembra en forma tal que se puedan mantener altos niveles de residuos en superficie.

1.4 Labranza cero (siembra directa):
Consiste en la siembra de cultivos sin preparación de cama de semillas y sin alterar el suelo excepto lo necesario para colocar la semilla.

1.5 Labranza sobre camellones:
Consiste en el establecimiento de cultivos en laderas sobre camellones permanentes, que muy bien pueden ser establecidos a partir de restos de cosechas.


2 Abonos orgánicos: la incorporación de materiales de origen orgánico favorece numerosas propiedades físicas y químicas del suelo. La materia orgánica es una enmienda relativamente completa, es decir, contiene cantidades de casi todos los elementos importantes para la planta.

Existen varias fuentes de enmiendas orgánicas que se mencionan a continuación:

2.1 Residuos de Cultivos: son las partes de las plantas que sobran después de la cosecha. Este material retiene una parte de los nutrientes extraídos del suelo y absorbidos por la planta durante su desarrollo. Generalmente, los residuos tienen una mayor cantidad de materia fibrosa y una menor cantidad de materia verde, lo que resulta más carbono y menos nitrógeno, factor que inhibe la rápida descomposición del material.

2.2 Lombricultura: la lombriz produce humus o abono que sirve como fertilizante natural y que se pierden por el uso de abonos químicos y además, mejora las condiciones del suelo.



3 Rotación de cultivos: Es la sucesión de cultivos diferentes, en ciclos continuos, sobre un área de terreno determinado.

Sus principales objetivos son:

• Lograr la ocupación máxima del suelo en espacio y tiempo.
• Mantener una cobertura permanente y así disminuir riesgos de erosión.
• Mantener y mejorar la fertilidad del suelo.
• Ayudar a prevenir la incidencia de plagas y enfermedades.
• Reducir los efectos negativos del clima.

Principios para una buena rotación de cultivos
1. Hacer siembras precoces (tempranas) y con alta densidad, buena fertilización para
permitir una cobertura rápida.
2. Elegir el cultivo más denso para la época de mayor precipitación.
3. Propiciar el crecimiento alternado de cultivos con diferentes profundidades del sistema radicular.
4. Alternar cultivos agotadores del suelo, con cultivos que mejoren la fertilidad, por ejemplo, las leguminosas. Esta es otra medida para proteger las obras y disminuir la erosión.


4 Cultivo múltiple: Se define como la utilización de la tierra con más de un cultivo en el año. La modalidad más interesante de este sistema de explotación consiste en intercalar varios cultivos en una unidad de terreno, este tipo de operación recibe el nombre de “cultivos asociados”.

Las premisas fundamentales que permiten una buena selección de cultivos asociados como práctica de producción agrícola y conservación de suelos son:

1. Que los cultivos a intercalar presenten rangos amplios de variabilidad en sus períodos de crecimiento, para aprovechar el tiempo más eficiente.
2. Que se seleccionen cultivos diferentes en cuanto a sus características botánicas y fisiológicas, con el fin de utilizar mejor el espacio y disminuir el riesgo de aparición de plagas y enfermedades.
3. Que se escojan las mejores variedades de los diferentes cultivos y las mejores épocas de siembra.
5 Abonos verdes: Esta práctica consiste en sembrar una determinada especie vegetal en un terreno, con la única finalidad de incorporarla al suelo para mejorar sus condiciones físicas y químicas.

Sus objetivos son los siguientes:
• Incorporar materia orgánica.
• Mantener y mejorar la fertilidad del suelo.
• Disminuir la escorrentía, la erosión y mejorar la infiltración.
• Aumentar la capacidad de retención de humedad.
• Mejorar la agregación y la estructura.

Características deseables en una especie para ser utilizada como abono verde:
1. Debe ser principalmente una leguminosa, pues adicionalmente incorpora nitrógeno al suelo.
2. Debe ser de consistencia suculenta y no leñosa para acelerar la descomposición y rápida mineralización.
3. Debe tener vigoroso desarrollo foliar para incorporar mayor cantidad de materia orgánica verde por unidad de superficie.
4. Debe tener tamaño adecuado para facilitar su incorporación con maquinaria convencional.
5. Debe tener rápido crecimiento.
6 Cultivos de cobertura: Con esta práctica es establece una cubierta vegetal densa, generalmente de gramíneas o de plantas herbáceas, una vez cosechado el cultivo principal, para prevenir la erosión.
Algunos cultivos de cobertura pueden cumplir doble propósito: proteger el suelo después de cosechado el cultivo principal y servir de abono verde posteriormente. Algunos los asocian con “mulch vivo”.

Sus principales objetivos son los siguientes:
• Desarrollar una cobertura vegetal densa para proteger el suelo, después de cosechar el cultivo principal.
• Reducir escurrimiento superficial e incrementar la infiltración.
• Proporcionar un pasto artificial útil como fuente adicional de pastoreo.
• Eventualmente puede ser incorporado como abono verde.

Los cultivos de cobertura pueden establecerse en:
1. Plantaciones arbóreas permanentes (entre hileras y plantas). Ejemplo: coberturas permanentes (alfalfa) o periódicas (crotalaria).
2. Cultivos anuales: semillas de pasto o leguminosas mezclada con cultivos anuales como sorgo. Al cosechar el cultivo principal se deja el cultivo de cobertura para la protección del suelo.



7 Barreras vivas: Son hileras de plantas perennes o de larga vida, densas, sembradas en dirección perpendicular, transversal a la pendiente (inclinación del terreno), a la dirección del viento, o en contorno. Esta práctica tiene como finalidad disminuir el poder erosivo del escurrimiento o contener partículas desprendidas por erosión eólica.

Sus principales objetivos son los siguientes:
• Cortar el escurrimiento.
• Proteger de la sedimentación obras estructurales como canales de desviación, zanjas de absorción y acequias de laderas.
• Servir para la construcción de terrazas de formación paulatina.

Características deseables en una especie para ser utilizada como barrera viva:
1. Rápido crecimiento.
2. Conformación densa y forme hileras continuas o casi continuas.
3. Porte bajo.
4. Larga vida o sea perenne.
5. Reproducción asexual (macollas, rizomas, esquejes o bulbos) para prevenir invasión de malezas en campos de cultivo. Reduce la infiltración y el escurrimiento Plantación arbórea permanente



8 Cultivos en fajas
: Esta práctica consiste en alternar fajas o franjas de cultivos limpios con otras de cultivos densos, siguiendo un programa de rotación.

El cultivo en fajas es una práctica agronómica que se puede llevar a cabo en terrenos mecanizables. Se adaptan bien a terrenos planos a casi planos, protegiéndolos contra la erosión, ya que las fajas donde se desarrollan los cultivos densos disminuyen el impacto de la lluvia, aumentan la infiltración y reducen la escorrentía que afectaría la faja de cultivo limpio ubicado inmediatamente debajo.

Tipos de fajas:
1. Fajas en contorno y en rotación.
2. Fajas amortiguadoras.
3. Fajas en contraviento.
4. Fajas por fracciones.

Los cultivos en fajas ayudan a controlar la erosión. Aumentan la infiltración, disminuyendo la escorrentía. Una medida necesaria para proteger obras y disminuir la erosión es la rotulación en contorno siguiendo la curva de nivel Sembrando árboles


9 Cultivo en contorno: Es una práctica que consiste en labrar el terreno, hacer surcos y sembrar el cultivo en dirección perpendicular a la pendiente, siguiendo las curvas a nivel. Es común en suelos con ligeras pendientes.

Sus principales objetivos son:
• Reducir la velocidad del escurrimiento superficial.
• Aumentar la infiltración.
• Reducir la erosión.
• Evitar la formación de surcos y cárcavas.
El cultivo en contorno se recomienda para terrenos planos. Si la pendiente es mayor, esta práctica debe complementarse con otras, como la construcción de terrazas de base ancha.

10 Cortinas rompevientos: Representan una práctica agroforestal muy conveniente y efectiva en áreas planas, áridas o semiáridas, donde los fuertes vientos afectan la producción agrícola. En áreas donde predomina el riego por aspersión, las cortinas rompevientos contribuyen a mantener una aplicación más uniforme del agua, evitando pérdidas que reduzcan la efectividad del sistema. También sirven como áreas verdes y refugios de fauna silvestre.

Criterios para el diseño de cortinas rompevientos:
1. Deben orientarse en dirección perpendicular a los vientos dominantes.
2. Se debe mantener una cortina permeable, que permita el paso del 50 a 60% del viento.
3. Deben tener varias hileras de árboles, normalmente cinco, de diferentes densidades y alturas para darle una conformación transversal adecuada, preferiblemente triangular o rectangular.
4. Los caminos y aberturas para atravesar una cortina deben construirse en diagonal. Las aberturas rectas pueden aumentar la velocidad hasta en 140%.
5. El distanciamiento entre cortinas debe ser de aproximadamente 20 veces su altura, viento abajo. Se ha demostrado que una cortina ofrece protección 7 veces su altura viento arriba y 20 veces viento abajo.
 
Prácticas mecánicas de conservación de suelos
Se trata de obras de ingeniería para manejar y encauzar las aguas de escorrentía y controlar las remociones masales del suelo. El manejo de las aguas de escorrentía pretende evitar que volúmenes grandes recorran longitudes largas, cortándolas y evacuándolas hasta lugares adecuados. Algunas prácticas buscan controlar los encharcamientos por medio de obras de drenaje.

Entre las prácticas más comunes podemos mencionar:

Zanjas: son canales angostos, trazados transversalmente a la pendiente a un intervalo predeterminado. Se construyen con el propósito de interceptar las aguas de la escorrentía para luego almacenarlas o evacuarlas en una forma controlada. De esta forma se reduce el largo de la pendiente, disminuyendo el riesgo de erosión.
Esta práctica debe emplearse en zonas de escasas lluvias, o en suelos de textura gruesa o muy gruesa, sin estructura o estructura débil, con el fin de propiciar la infiltración y la retención de humedad. También se usa en suelos de textura fina, compactos, de baja capacidad de infiltración en regiones secas.

No se deben construir zanjas en suelos sueltos con capas interiores impermeables, ni en zonas lluviosas, ya que si son de pendiente suave ocasionan problemas de drenaje, y si son de pendientes altas ocasionan deslizamientos, derrumbes o problemas de solifluxión.
Sembrando hileras de árboles se protegen los cultivos, suelos, animales y viviendas.

A continuación se mencionan los tipos de zanjas más comunes:
Zanjas de absorción: Tienen como finalidad el almacenamiento temporal de las escorrentías superficiales de modo de lograr la estabilización de los suelos contra su remoción. La absorción de la humedad permitirá que luego se reforeste sin limitaciones por la suplencia de agua. Esta práctica no modifica la pendiente del terreno pero sí su longitud real o efectiva.

Zanjas filtrantes: Son zanjas de poca profundidad, de menos de un metro y de entre 0,45 y 0,80 metros de ancho, excavadas en el terreno, que recogen y distribuyen las aguas residuales sobre un lecho de tierra vegetal, grava y arena.

Zanjas de trinchera: Las zanjas de trinchera permiten retener grandes cantidades de agua de lluvia infiltrándola al subsuelo, permitiendo la recuperación de manantiales y en muchos casos, hasta el surgimiento de nuevos manantiales donde antes no existían. Por ejemplo, una zanja de 60 centímetros de profundidad por 60 centímetros de alto, y un metro de largo, puede retener 360 litros de agua cada vez que se llena. Una hectárea con 400 metros lineales de zanjas de trinchera, puede retener más de 140.000 litros de agua cada vez que las zanjas se llenan y esto ocurre varias veces durante la época de lluvias.


Terraza: Es muy efectiva para controlar la erosión y es tal vez una de las obras más estéticas de todas. Sin embargo, debido a su costo relativamente alto y su requisito de suelos profundos, tiene una aplicación limitada a condiciones más específicas que las zanjas.

A continuación se mencionan los tipos de terrazas más utilizados:

Terrazas individuales: Son pequeñas plataformas circulares o redondas trazadas al tresbolillo. Al igual que las demás terrazas, tienen un corte y un relleno pero no son continuas. Además de su función de reducir la erosión, la terraza individual permite la captación y conservación de humedad y el mejor aprovechamiento de los fertilizantes. Son obras complementarias para uso con terrazas angostas o zanjas de ladera para la siembra de frutales u otros cultivos permanentes.

Terrazas angostas: Son plataformas continuas y de base estrecha, trazadas de manera transversal a la pendiente para interceptar el agua de la escorrentía. El agua captada se almacena en la plataforma para que se infiltre, si está trazada a nivel, o para que se evacue lentamente a lugares debidamente protegidos, cuando la terraza se traza con desnivel. La plataforma o banco está formado por un corte y un relleno, y tiene una pendiente inversa.

Terrazas de banco: son plataformas o bancos escalonados, construidos de manera transversal a la pendiente y separados por taludes protegidos por vegetación. El ancho del banco varía con la pendiente, el cultivo y la profundidad del suelo.
Canales de desviación: Se utilizan para interceptar, desviar y transportar el agua de escorrentía superficial, proveniente de las zonas altas de la cuenca a otras áreas donde no causen ningún daño a cultivos o a la infraestructura, protegiendo los cultivos o las zonas altamente erosionables. Se recomienda su uso en áreas de alta precipitación para evitar la concentración y la alta velocidad del agua superficial, sobre todo en zonas de alta pendiente o en zonas más planas con un nivel freático (agua subterránea) alto.

Barreras de piedras: La barrera de piedra es un tipo de barrera de materia “muerta” (colocación de piedras sobre el terreno) puesta en sentido transversal en la pendiente, con el propósito de disminuir la velocidad del agua de escorrentía y a la vez propiciar la deposición de sedimentos gruesos. La gran abundancia de piedras en muchas zonas montañosas y la práctica tradicional de los agricultores de construir cercos de piedra, subrayan la importancia y aceptación de este tipo de estructura como práctica de conservación de suelos.
Diques para el control de cárcavas: Estas obras de control y recuperación tienen el propósito de proteger el corte de la cabecera de la cárcava (pequeño surco excavado por las aguas de escorrentía) y al mismo tiempo, reducir la velocidad del flujo de las corrientes esporádicas o intermitentes de la escorrentía y disminuir la pendiente en el cauce. Muchas veces no son económicamente rentables si el área a proteger tiene poco potencial productivo, sin embargo, sirven para contrarrestar el progreso de la cárcava y proteger el resto del área contribuyente y el área aguas abajo.
Muros de piedras: Son muros que se elaboran recolectando las piedras del lugar donde se va a construir la obra, y cuyas dimensiones variarán en función del alcance del problema a resolver.


Referencias Bibliográficas
Buroz Castillo, Eduardo (1998). La Gestión Ambiental. Marco de referencia para las evaluaciones de impacto ambiental. Ediciones Fundación Polar. Caracas. Venezuela. 106-110 p.
Casanova, E. (1991). Introducción a la Ciencia del Suelo. UCV. Caracas. Venezuela.
Delgado, Fernando. (1987). Prácticas Agronómicas de Conservación de Suelos SC- 63. CIDIAT. Mérida. Venezuela.
Delgado, Fernando. (2004). Agricultura Sostenible y Mejoramiento de Suelos de Ladera. Serie Suelos y Clima SC- 76. CIDIAT. Mérida. Venezuela.
López, R. (1994) Revista Geográfica Venezolana, Vol. 45. Universidad de Los Andes

http://visionagroecologica.blogspot.com/2010/10/medidas-de-conservacion-de-suelos.html





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