viernes, 28 de junio de 2013

La agricultura orgánica

Angélica Fermoso Gómez

De acuerdo con la Federación Internacional de los Movimientos de Agricultura Orgánica (IFOAM, por su sigla en inglés), el término agricultura orgánica se utiliza indistintamente para definir un producto certificado como orgánico; sin embargo, la definición se refiere al proceso de producción más que al producto mismo.
Según la definición del Codex Alimentario, “la agricultura orgánica es un sistema holístico de ordenación de la producción que promueve y mejora la salud del agrosistema, con inclusión de la biodiversidad, los ciclos biológicos y la actividad biológica del suelo”. En otras palabras, se refiere a la adaptación del sistema a las condiciones regionales utilizando métodos agronómicos, biológicos y mecánicos en lugar de materiales sintéticos.
A nivel internacional no existen normas para la producción y manipulación de frutas y verduras orgánicas, aunque existen directrices promovidas por la Federación que han sido adoptadas como normas mínimas para la producción y elaboración de productos orgánicos.
Según el documento “Requisitos para producir y exportar productosorgánicos a los principales mercados” de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés), los mayores mercados de productos orgánicos son Estados Unidos, Japón y los países de la Comunidad Europea, cuyos reglamentos de certificación incluyen la producción, importación, comercialización y etiquetado de los productos. La certificación es un procedimiento en el que se verifica que el proceso de producción se ajuste a las normas bajo cada concepto.
En general, para obtener la certificación es obligatorio utilizar métodos que cuiden la fertilidad del suelo y el uso de insumos naturales en vez de los insumos sintéticos, pero el hecho de que no se utilicen productos sintéticos no es suficiente para clasificar los productos como orgánicos y, por el contrario, existen fertilizantes y conservantes que si están permitidos.
La IFOAM selecciona cuatro principios para la agricultura orgánica: la actividad debe sostener y promover la salud de suelo, planta, animal, persona; debe estar basada en sistemas y ciclos ecológicos; debe procurar equidad entre el medio ambiente y las oportunidades de vida y, finalmente, la elección de tecnologías debe proteger el bienestar de las personas.
De acuerdo con la FAO, se espera que la demanda de productos orgánicos se incremente 20% en los países industrializados; sin embargo, el crecimiento depende más del abastecimiento que de la tendencia en la demanda.
Para aprovechar las oportunidades económicas de este mercado las restricciones de producción pueden subsanarse con la aplicación correcta del método de producción, conocer las normas del país al cual se le quiere vender el producto, identificar los insumos sintéticos que están permitidos, cumplir con la certificación en particular y las reglas de etiquetado.
Como consumidores podemos beneficiarnos al seleccionar productos que provienen de un proceso de producción agrícola orgánico que respeta los cuatro principios fundamentales. 

*Angélica Fermoso Gómez es especialista de la Subdirección de Diseño de Programas en FIRA. La opinión es responsabilidad del autor y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA.
afermoso@fira.gob.mx|

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