lunes, 26 de abril de 2010

La Agroecología una vía para salvar la Madre Tierra

Por: Rommell González Cabrera (26/04/10 12:00 p.m. hora local)
email: rcabrera@cmad.icrt.cu



Artemisa, La Habana, Cuba -El medio ambiente de Cuba no escapa a problemas como la contaminación, degradación de los suelos, afectaciones a la cobertura forestal, pérdida de la diversidad biológica y carencia de agua.
Ante esta situación se potencia la Agricultura Orgánica cuyo concepto más extendido la reconoce como producción, de manera económica, de alimentos sanos, libres de agrotóxicos, sin contaminar el medio ambiente, eliminando todos los insumos y prácticas que lo perjudiquen, accesibles a la población.
La Agricultura Orgánica considera al suelo como un ente vivo, y que es innecesario y perjudicial el uso de productos químicos; tiene una visión holística de los procesos naturales, es multidisciplinaria y su objetivo final es la sostenibilidad del sistema.
En este sentido cobra significado especial la agroecología que, como base científica, es la concepción holística y sistémica de las relaciones entre las sociedades humanas, vegetales y animales del ecosistema, orientada a la producción agraria en armonía con las leyes naturales.

En Artemisa, el movimiento agroecológico continúa en ascenso y el mejor indicador es que la población tiene acceso a alimentos obtenidos a partir de esta práctica.
Es cierto que hay campesinos a la vanguardia y cooperativas con un trabajo sostenido que deviene referencia para el empleo de las técnicas agroecológicas no solo en el municipio, sino también en el país. Sin embargo, queda mucho por hacer teniendo en cuenta las potencialidades productivas que en el área agrícola posee la localidad.
Dentro de esta práctica destacan los sistemas silvopastoriles, sistemas diversificados agroecológicos. Los sistemas silvopastoriles, por ejemplo, combinan ganadería y árboles forrajeros, forestales y frutales, complementan hábitos alimentarios y comportamiento animal, generan sombra y biomasa de calidad, frutas, madera, aceites, resinas, medicamentos y otros productos.
En tanto los sistemas diversificados agroecológicos generan producciones con eficiencia biológica, productiva, económica, energética y ambiental, conservando nuestros recursos naturales, sin degradar suelos, reduciendo la contaminación ambiental y suministrando alimentos sanos y abundantes para nuestra población de manera creativa.
La Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) Emilio Hernández, de Artemisa, es ejemplo en el uso de la lombricultura, mientras que en la finca La Ernestina, a cargo de Jorge Luis Martínez, sobresale la cría artesanal y liberación de la Cycloneda sanguínea, conocida comúnmente como cotorrita, lo cual permite un control biológico eficiente en cultivos como la habichuela, la lechuga y el rábano.
Cuba es un país bloqueado económicamente por la potencia más rica del mundo, que a su vez, es la mayor promotora del deterioro ambiental. Cuba no está ajena a la crisis alimentaria de afecta a la humanidad. La Agricultura Orgánica no solo demuestra cuánto puede aportar para sortear los obstáculos del bloqueo y la crisis mundial, demuestra cuanto se puede hacer a favor de la preservación de la naturaleza. Y, la agroecología puede ser uno de los caminos para salvar la Madre Tierra