domingo, 21 de octubre de 2012

PRIMAVERA SILENCIOSA


Primavera silenciosa

A mediados de 1950 los esquimales no sabían qué era padecer cáncer. En los sesenta se encontraron trazas de plaguicidas en su organismo y empezaron a aparecer los primeros casos de esta enfermedad. En las últimas décadas, los problemas de fertilidad en parejas jóvenes han aumentado progresivamente, y se ha producido una caída en picado del nivel de espermatozoides; al mismo tiempo, la tasa de cáncer de mama asciende de forma preocupante. Algo está pasando en los mecanismos de reproducción sexual y gran parte del problema está relacionada con sustancias tóxicas provenientes de plaguicidas que permanecen en nuestros cuerpos. Es lo que se conoce como "disruptores hormonales", es decir, la combinación de sustancias químicas que en nuestro organismo pueden actuar como hormonas artificiales, alterando la reproducción. Así lo destapó en 1962 la bióloga norteamericana Rachel Carson en su Primavera silenciosa, best-séller que fundó las bases del ecologismo moderno. Por primera vez se habló del peligro de usar DDT y otros productos químicos usados como pesticidas. Lo más alarmante no era únicamente su toxicidad, sino también su capacidad para persistir en los organismos por medio de la acumulación en los tejidos grasos.
En una población en la que se pulverizaron las tierras con DDT para acabar con una invasión de escarabajos se inició un proceso de fatales consecuencias. Los escarabajos medio muertos atrajeron a los pájaros insectívoros, la lluvia arrastró los componentes químicos, los cuales afectaron a las lombrices y contaminaron los charcos donde bebían diferentes aves. Ardillas, ratas almizcleras, conejos o zorras tigrillo fueron los siguientes en morir. Los pájaros que sobrevivieron quedaron estériles, ya que el DDT impide que la cáscara de los huevos se endurezca, con lo que se rompían antes de su ciclo natural. Los gatos desaparecieron. A medida que el DDT iba escalando niveles tróficos, aumentaba su concentración en tejidos animales. Éste no es un relato de ciencia ficción, ni el guión de una película catastrofista. Sucedió en Sheldon, Estados Unidos, durante la cruzada que se llevó a cabo para exterminar al escarabajo japonés desde 1954 hasta 1961.
Rachel Carson escogió el título para su libro porque quiso remarcar que, de seguir así, podríamos vivir una primavera sin pájaros, silenciosa. Sin embargo, una de las críticas que recibió el libro fue: "Silencio, señora Carson".
Y silencio es el arma que usaron y todavía usan los fabricantes de insecticidas al atenerse a las leyes sobre secretos comerciales para que el público no pueda acceder a la composición de sus productos. Silencio es también la opción que escogen los gobiernos al autorizar las engañosas campañas publicitarias de las grandes industrias químicas y permitir que el volumen de plaguicidas a nivel mundial continúe aumentando. Silencio es el instrumento para enviar aún partidas de DDT a zonas remotas de países en vías de desarrollo.
"La cuestión es si alguna civilización puede desencadenar una guerra implacable sin destruirse a sí misma y sin perder el derecho a llamarse civilización." La osadía de creernos capaces de manipular impunemente la vida y la naturaleza nos ha llevado a activar una guerra silenciosa cuyas consecuencias no somos capaces de imaginar, mucho menos de prever.

La situación de la apicultura y su relación con la utilización de plaguicidas
Javier Souza Casadinho
Coordinador Regional de la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas de América Latina                          Rivadavia 4097. Marcos Paz. Buenos Aires. Argentina 0054- 0220-4772-171
La suspensión en el uso de plaguicidas  
Desde Alemania nos llega información generada en la oficina Federal para la protección del consumidor y seguridad alimentaria acerca de la suspensión de la aprobación de uso correspondiente a ocho plaguicidas relacionados con la muerte de abejas. Estos son; Antarc – imidacloprid producido por Bayer –, Chinook – imidacloprid producido por Bayer –, Cruiser –tiametoxan producido por Syngenta –, Elado – clothianidin producido por Bayer-, Faibel – imidacloprid producido por Bayer-, Mesurol - Metiocarb producido por Bayer – y  Poncho – clothianidin producido por Bayer-.
 El centro de investigación para cultivos de plantas de Alemania informó que en 30 abejas examinadas en el estado de Baden – Wuerttemberg -se hallaron productos químicos utilizados en el tratamiento de semillas. El análisis y la toma de decisiones es clara, ante la evidencia de una relación entre el uso de estos plaguicidas y la mortandad de abejas se toma la decisión de suspender la aprobación, lo cual impide su utilización.
En Argentina las cosas son diferentes, testimonios de productores apícolas tanto de la zona Pampeana como de la zona extrapampeana dan cuenta  de la mortandad de abejas, disminución de la población en las colmenas y consecuente caída en la producción de miel.
Esta situación se relaciona con el modelo agropecuario llevado adelante por los productores basado en la deforestación, el monocultivo de soja,  la utilización de variedades transgénicas y la aplicación de herbicidas, insecticidas y fungicidas.
Obviamente la deforestación determina en primer lugar la existencia de menos árboles y arbustos afectando además a las  hierbas que crecen a su alrededor, lo cual implica que las abejas encuentren menos alimento
El avance de la soja junto a la utilización de agroquímicos - aplicados tanto por vía aérea como por vía terrestre - y la ausencia de rotaciones, por ejemplo con girasol, determinan una simplificación de los agroecosistemas. Se reduce la biodiversidad  en general y la relativa a los vegetales en particular,  es decir las plantas cultivadas y silvestres que puedan alimentar a las abejas.
 Ésta situación implica una dificultad para los apicultores en su objetivo de obtener campos con flora apícola. Así es frecuente escuchar frases como;  “ya no sabemos dónde poner las colmenas frente al avance de la soja”
Por otra aparte el uso continuo de insecticidas moderadamente tóxicos para las abejas como el endosulfan y altamente tóxicos para ellas como el imidacloprid, el clorpirifos y el fipronil  determinan  una mayor mortandad de estos insectos sociales.
El uso permanente de éstos plaguicidas genera resistencia en los insectos perjudiciales – chinches, gusanos, pulgones – determinando, en un círculo vicioso,  una mayor utilización mediante el  incremento de  el número de aplicaciones y las dosis. Dado que las aplicaciones se realizan permanentemente a lo largo de ciclo de cultivo y que suele no comunicare esta práctica a los apicultores, la mortandad se produce en diferentes épocas.  Así los productores afirman, “A veces te encontrás que la colmena esta llena de miel  pero no hay abejas, no las encontrás, murieron en una fumigación”
Los plaguicidas utilizados en Argentina y su impacto en la apicultura
El insecticida llamado imidacloprid,  considerado como moderadamente peligroso para los seres humanos - clase II -, posee un posible impacto en las poblaciones de abejas, bloqueando los elementos del sistema nervioso.      Se trata de un insecticida que actúa por contacto y de manera sistémica.
En las aves provoca una reducción en la postura y el adelgazamiento de la cáscara de los huevos. Afectando especialmente a algunas especies como el gorrión común, los canarios y las palomas. Pudiendo causar comportamiento anormal, falta de coordinación e incapacidad para volar[1].
En Argentina este plaguicida es comercializado por la empresa Bayer S.A. bajo las denominaciones Confidor y Gaucho. Se lo suele usar aplicado sobre suelos, semillas y hojas de vegetales, tratando de controlar pulgones, saltamontes, chinches, moscas bancas y trips.
Según la hoja de datos de la agencia de protección ambiental de Estados Unidos (EPA) se trata de un veneno no selectivo altamente tóxicos para abejas silvestres. Dado su impacto algunos países determinaron restricciones y prohibiciones de uso;  por ejemplo Francia puso restricciones para el uso del plaguicida Gaucho desde 1990, suspendiéndose su utilización en los cultivos de girasol desde 1999 – posición ratificada en el año 2003[2].
Experiencias realizadas con animales de laboratorio determinaron que los síntomas que aparecen tras una exposición aguda son; la falta de actividad, la falta de coordinación, los temblores, la diarrea y pérdida de peso. En referencia a las intoxicaciones crónicas estudios de laboratorio mostraron que la tiroides es especialmente sensible a este tóxico. Puede ser débilmente mutagénico – capacidad de un producto químico para causar daño genético al unirse químicamente al ADN[3]
En experiencias realizadas con conejas preñadas,  alimentadas con productos conteniendo este agrotóxico, se produjo un incremento en la frecuencia de abortos espontáneos y el nacimiento de crías con esqueletos anormales[4]. En experimentos de laboratorio, ratas alimentadas con este producto dieron a luz crías de tamaño más pequeños[5].
Otro plaguicida tóxico para abejas es el fipronil – moderadamente peligroso para seres humanos  clase II-, comercializado en Argentina por las empresas BASF Argentina  – bajo los nombres Blitz y Clap- y Bayer S.A. – bajo los nombres comerciales Chipco  Choice y Formidor.     
Su acción es de contacto actuando a través del estómago, siendo un potente alterador del sistema nervioso. Suele utilizarse para combatir langostas, gusanos, pulgones, moscas y termitas.  
Además de ser altamente tóxico para abejas lo es para algunos parasitoides del orden de los hymenopteros como el Bracon hebetor, aves como las  codornices silvestres y algunos peces como para la carpa europea y la trucha arcoíris [6]
Es un plaguicida con efectos neurotóxicos sobre mamíferos: Ensayos realizados en laboratorio determinaron la presencia de irritación en la piel de gatos y  perros.[7]
La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) identifica al Fipronil como posible cancerígeno. Ensayos de laboratorio han indicado su posible efecto carcinogenético y en la producción de alteraciones en la reproducción – disminución en el cantidad de animales, índice de fertilidad, supervivencia después de la implantación y sobrevivencia de las crías y en su desarrollo físico-.[8]     
Otro producto tóxico es el  clotianidin, insecticida de contacto, ingestión y sistémico, utilizado como insecticida en el tratamiento de semillas. Es categorizado en la Argentina como moderadamente peligroso – Clase II -.
Se trata de un producto altamente tóxico para abejas. En la Argentina es  comercializado con el nombre de Poncho por la empresa BAYER S.A.
El contacto con seres humanos puede causar irritación y sensibilización de la piel. También puede producir alteraciones en las vías respiratorias, miosis y espasmos crónicos.
Por su parte el principal herbicida utilizado en Argentina es el glifosato. De éste producto se utilizan más de 250 millones de litros al año. Éste tóxico también afecta a los insectos benéficos.
El grupo de insectos benéficos afectado por el glifosato es el de las especies polinizadoras. Una de las quejas que se presentaron con respecto al programa de fumigación con Roundup, que el gobierno de los Estados Unidos llevó a cabo para eliminar cultivos de amapola en Guatemala, fue que se había destruido la apicultura en las zonas cercanas a las aspersiones (Freed, 1989; U.S Department of State, 1991)[9].
 
El insecticida de mayor uso en Argentina es el  Endosulfan. Este producto clasificado químicamente como organoclorado, actúa sobre insectos por contacto e ingestión, aunque con altas temperaturas puede actuar por inhalación. Siendo extremadamente  tóxico para peces, posee como restricción evitar el uso en las cercanías de cursos de agua. Es moderadamente tóxico para abejas y aves. Esta catalogado en Argentina como producto clase Ib, producto muy peligroso.
Se utiliza en la Argentina para combatir insectos en los cultivos de cereales, alfalfa, algodón, florales, hortalizas, girasol, lino, maní tabaco y soja. Presentándose  una tendencia creciente en cuanto a la comercialización y utilización siendo el principal insecticida comercializado solo superado en los años 2002 y  2003 por la cipermetrina.
Esta tendencia creciente en el uso de endosulfan tiene su correlato con el incremento general en la utilización de plaguicidas derivado del modelo agrícola vigente.
En Inglaterra se lo considera peligroso para las abejas y se recomienda no aplicar en el estado de floración, cuando se aplica en colza y mostaza deben retirarse las colmenas y advertir a los apicultores de la localidad. Para a National Wildlife Federation el endosulfan es peligroso en el medio ambiente y produce intoxicaciones agudas en abejas
(Nivia, 1993)[10].  
Una investigación realizada en la Provincia de Entre Ríos, noreste de Argentina, reveló la creciente frecuencia de anormalidades genitales en los niños, como testículos no descendidos (criptorquidia), los penes sumamente pequeños e hipospadias, un defecto en el que la uretra que transporta la orina no se prolonga hasta el final del pene. Afirma que en  zonas donde se emplea el endosulfán y otros venenos, se han registrado un alto número de casos de criptorquidias (Gianfelici, 2005)[11].
Jergentz y otros (2004)[12],  citado por Ronco A.[13],  estudiando la toxicidad de los plaguicidas y efecto sobre los invertebrados en diferentes ecosistemas pampeanos han demostrado el efecto sobre la especie Saphnia magna. En el mismo trabajo se citan una investigación realizada por Leonard[14], quien reporta el impacto del endosulfan sobre la especie de invertebrados Japa cutera (ephemeroptera) y organismos pertenecientes al orden trichoptera
En Argentina se comercializa bajo los nombres; Endosulfan agar cross, -comercializado por Dupont-, Endosulfan Zamba – comercializado por la empresa Nidera -, Galgo Fan y Galgoltal – de la empresa Chemotecnica S.A.-, Master – de la empresa  Chemiplant-, Thiodan 35 EC – de Bayer S.A.-, Thosulfax 35 – de la empresa ICONA S.A.-  y Zebra - de  Ciagro.
El modelo agrícola vigente basado en el monocultivo de soja altamente demandante  de plaguicidas, no solo deja sin alimento  a  las abejas sino que estos plaguicidas provocan mortandad de poblaciones enteras. Ya sea aplicados a las semillas con anterioridad a su siembra como en diferentes etapas del cultivo de los vegetales, pueden alcanzar tanto a las abejas como a su alimento.
En estos casos medidas como tapar las piqueras durante la aplicación con arpillera húmeda, asperjar durante la noche o fuera del horario del pecoreo de las abejas no se ha mostrado eficaces ya porque no se cumple con el sistema de alarma y de aviso a los productores como por la persistencia de estos productos sobre el ambiente, vegetales incluidos.
Pensando en el futuro ¿Qué podemos hacer?
En primer lugar informarnos  sobre el accionar de estos plaguicidas sobre el ambiente  y dentro del mismo sobre las abejas y los seres humanos.  Luego actuar, a partir del lugar que ocupemos. Debemos luchar  por la puesta en práctica de un modelo de desarrollo agropecuario alternativo basado en el respeto del ambiente, seres humanos incluidos. En este caso la agroecología aparece como una propuesta  adecuada desde el punto de vista ecológico y viable desde el punto de vista económico. 
En lo inmediato debemos hacer todo lo posible para que estos productos, altamente tóxicos, no sean utilizados por ningún productor. Por ello convocamos a las organizaciones de productores, de consumidores, a los centros de investigación, a las organizaciones ambientalistas, a las escuelas y a todos aquellos que se sientan incluidos en la propuesta a investigar sobre el impacto de los plaguicidas en la apicultura y a  generar propuestas de acción tanto para prohibir estos productos como para generar y llevar a la práctica sistemas de cultivos respetuosos del ambiente.   
1] Cox, Caroline Imidacloprid, Journal of pesticide Reform, Primavera de 2001, Natinal Coalition for Alternatives to pesticides, PO Box 1393, Eugene Or, USA.
[2] Gaucho suspended for use on sunflowers in France. Agrow, PJB publications, N ª 321, 29 Enero, 2003.
[3] Cox, Caroline. Op Cit. Pág. 2
[4] Cox, Caroline Op. Cit Pág. 2
[5] Cox, Caroline Op. Cit Pág 2
[6] Fipronil, worldwide tecnichal bulleti, rhone – poulend, research triangle park, NC , US, 19996, 20 pp 
[7]   Evaluation on ; fipronil Use as a public higiene insecticide , issue Nº 187, The help an safety executive , UK , 1999.
[8] New pesticide Fact Sheet , 1996, US EPA , office of prevention , pesticides and toxic substances, Washington DC, 20460, EPA – 737- f- 96- 005. http: // www.epa.gov.//epedrgstr/epa-Pest199...ay-12/pr-736DIR/Facts/Factsheet.txt.html  
[9] U.S. Department of State cable from Guatemala to Washington, DC:   1991GUATEM00643. En: Bravo, Elizabeth. Impactos del glifosato en el medio ambiente (Recopilación).Red por una América Latina Libre de Transgénicos, Boletín  241, 2007. 
[10] Nivia, Elsa (1993). Endosulfan. Revista Enlace. Nº 26. Colombia
[11] Gianfelici, Darío Roque (2005), El Uso Inadecuado Los Venenos Agroquímicos en los cultivares de soja  y sus efectos sobre la salud humana, la  asamblea por la salud de los pueblos, Cuenca , Ecuador 
[12] Jergentz y otros. 2004. Linking in situ bioassays and dynamics of macroinvertebrates to assess agricultural contamination in streams of the Argentine Pampa. Environmental Ecotoxicology and Safety 59, 133-141
[13] Ronco A. y otros. 2008. Integrated approach for the assessment of biotech soybean pesticide impact on low order stream ecosystems of the Pampasic region. En ecosystem Ecology Research Trends. Pp 209.239 Nova Science Publisherc. Inc.
[14] Leonard y otros. Fate and toxicity of endosulfan in Mamai river water and botton sediment. Journal of environmental quality, 30, 750-759


Abeja gigante da la advertencia de "Desastre"
30 de jul. de 2008
Un hombre vestido como una abeja gigante ha advertido al Príncipe de Gales y la Duquesa de Cornualles que el mundo podía estar enfrentando un "Desastre ecológico".
Beekeeper Barry Walker - Moore, 62, dijo a Charles y Camilla de la amenaza que la enfermedad está posando a poblaciones de abeja y les pidió que apoyaran una campaña para más investigación.
El Sr. Walker - Moore, un técnico del ministerio de defensa de Cromer, Norfolk, conoció la miembro de la familia real pareja en la función de flor de Sandringham en Sandringham, Norfolk.
Gastó los varios minutos hablar del efecto que el ácaro de varroa está teniendo sobre abejas cuando el Príncipe y la Duquesa visitaron the West que Norfolk & la Lynn Beekeepers ' Asociación de King soportaban en la función.
"El Príncipe retiene abejas y está al tanto del problema mucho obviously", el Sr. Walker - Moore dijo.
"La Duquesa estaba más preocupada por mi salud y qué caliente era en mi Barry el traje de abeja. Estaba caluroso pero me lo puse para atraer la atención. Si conseguimos publicidad sobre el problema es worth it."
Beekeepers dicen que las ventas de miel generan 150 millón un año más de £ y las abejas melíferas tienen un papel ambiental esencial.
La Asociación de Beekeepers ' británica está presionando al gobierno para que financie más investigación en salud de abeja.
Beekeepers dicen que ha habido pérdidas de colonia de abeja "Enormes" en los Estados Unidos, y el R.U. podía enfrentar los problemas similares.
"Realmente podría haber un desastre ecológico si las poblaciones de abeja melífera son pasadas un trapo", el Sr. Walker - Moore añadió. "Es un problema muy serio que el gobierno tiene que abordar. Pedí al Príncipe que firmara nuestra petición llamando sobre el gobierno financiar más investigación. Pero dijo "No puedo".

Buzzzzz
Robert Durell / Los Angeles Times
La pérdida de miles de millones de abejas levanta las preguntas sobre nuestros controles de pesticida.
Por Al Meyerhoff
30 de julio de 2008
Es probable que la mayoría de las personas nunca han oído hablar de Gaucho. Y no, no es un vaquero sudamericano. Estoy hablando de un pesticida.
Hay razónes creciente de creer que el Gaucho y otros miembros de una familia de - de químicos muy tóxico - neonicotinoides - podrían ser responsables de las muertes de miles de millones de abejas melíferas mundialmente. Algunos científicos creen que estos pesticidas, que son aplicados a semillas, viajan  a través de la planta y dejan residuos que contaminan el polen, resultando en la muerte de abeja o la parálisis. Los franceses se referieren al el efecto como la "Enfermedad de abeja loca" y en 1999 eran los primeros en prohibir el uso de estos productos químicos, que son solamente comercializado por Bayer actualmente  (las personas de la aspirina) bajo los nombres comerciales de el Gaucho y Poncho. Alemania hizo lo mismo este año, y su laboratorio de investigación agrícola dijo que llegó a la conclusión de que el envenenamiento de las abejas era debido a los plaguicidas  clothianidin (que es pàrte del Poncho) usados para curar las semillas de maíz.

Así que por qué en los EE.UU.. ¿ El Organismo de Protección Ambiental en 2002 concedio una" exención de "Emergencia" que admitía el uso imayor del Gaucho - - típicamente invocó durante una infestación muy importante - - cuando solamente algunos escarabajos fueron encontrados en arándanos? ¿Por qué también concedio un registro de "Condicional" para su pariente cercano, Poncho, admitir el químico en venta con la solamente con pruebas parciales del organismo? Y por qué el organismo  se esconde detrás de una cortina de "Secretos de fabricación", todavía se está negando a revelar si las pruebas adicionales requeridas de compañías en tal caso fueron dirigidas y, si es así, con qué resultados?

13-8-2008
BRASIL- MUERTE DE ABEJAS PREOCUPA A LOS APICULTORES EN EL ESTADO DE SAN PABLO
Los apicultores de la región están preocupados por el gran número de abejas muertas en las colmenas. La sospecha es que la causa es la intoxicación con insecticidas. El problema afectó la producción de mel. Fueron llevadas algunas abejas y también las imágenes hechas en Pirangi para su análisis en el Departamento de Genética de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sao Paulo (USP) de Ribeirao Preto, la cuál se especializa en abejas. El resultado fue lo que los productores ya habían estimado. "La muerte de las abejas es un ejemplo típico de los problemas con insecticida, no tienen ninguna enfermedad que motive este tipo de muerte", dice el profesor de genética David de Jong.


Alemania: huyendo de la hambruna, las abejas buscan el asilo en ciudades
Por Julio Godoy

Berlín, 14 de agosto. - de (IPS) para abejas alemanas, el campo no es más lo que solió ser. Están huyendo de insecticidas y cosechas modificadas genéticamente para tomar el refugio en ciudades.
Sobre jul.. 15, seis apicultores alemanes cambiaron de lugar sus 30,000 abejas en ciudad de Munich, aproximadamente 500 sur de km de Berlín. Estaban tratando de salvar sus abejas de cosechas de maíz genéticamente modificadas cerca de su  pueblo, aproximadamente 80 km de Munich.
"Si nuestras abejas fueran tener contacto con el maíz genéticamente modificado, y la miel fuera contaminada con él, no nos permitirian venderlo", Karl Heinz Bablock, uno de los seis apicultores que volvieron a establecer sus colmenas, dijo a IPS. En Alemania las cosechas genéticamente modificadas son legales, pero sus cosechas son prohibidas para el consumo humano.
Más temprano este año, Bablock y varios de sus colegas presentaron una protesta contra las tandas de GM antes de unos tribunales en Augsburg, el noroeste de 60 kilometros de Munich. Pero el tribunal dictaminó en mayo que porque los cultivos eran legales, los apicultores debian de cambiar de lugar sus colmenas.
"Es conocido que las abejas llevan 90 por ciento de sus vidas en un perímetro de tres kilómetros", Bablock dijo. "Pero las abejas pueden volar hasta 10 kilómetros sin cualquier problema. Ahora somos muy felices que la ciudad de Munich ha consentido el asilo a nuestras abejas."
Thomas Radetzki, director del alemán sur Millifera del sindicato de apicultores, dijo que las abejas se quedarán "Hasta el final del verano en Munich. Antes de mediados de agosto de - el período de flor de maíz está terminado, y las abejas pueden volver en casa."
El traslado de abejas está teniendo lugar por todo Alemania. "Pero en algunas regiones, como en Brandenburg, alrededor de Berlín, es casi imposible huir de GMCs (cosechas genéticamente modificadas)".
Pero no solamente las cosechas genéticamente modificadas son las que amenazan a las abejas. Los cambios en agricultura, como la introducción de monocultivos y el uso intensivo de pesticidas están forzando a abejas a que busquen el refugio en las ciudades.
Peter Rozenkranz, entomólogo en la universidad de Stuttgart, dijo a IPS que los monoculticos estaban privando a las abejas de su hábitat natural. "Después de algunas buenas semanas en primavera, las abejas son amenazadas por la hambruna, porque más tarde en el año, casi no hay no más flores floreciendo."
Rosenkranz dijo que una información satelital de Alemania ilustraba el peligro para las abejas. "Usted puede ver que en regiones extensas, especialmente en la parte oriental del país, no hay nada para que las abejas se alimenten."
Además, dijo, los monocultivos están saturados de los pesticidas e insecticidas. "Prácticamente todos pesticidas e insecticidas son mortales para las abejas."
Apicultores en el estado federal de Wurttemberg de Baden informó sobre la muerte de cientos de miles de abejas en mayo. Culparon al clothianidin, un componente químico del insecticida el Poncho, que protege las semillas de maíz de larvas.
Manfred Raff, director de la asociación de apicultores regional, dijo a IPS que envio sus abejas a analizar después de la muerte masiva. "Encontramos los vestigios abundantes de clothianidin en los cuerpos de las abejas. Después de que Raff y 700 otros apicultores en Wurttemberg de Baden presentaron una queja, el Science de cosecha de Bayer gigante químico admitió que el profesional de Poncho había causado la muerte de las abejas, pero culpó a los productores de semillas del uso defectuoso del químico.

CONTAMINACIÓN
La apicultura amenazada por la utilización de plaguicidas
Portal Apícola (29/09/08) El modelo agropecuario basado en la deforestación, el monocultivo de soja, el uso de variedades transgénicas y la aplicación de herbicidas, insecticidas y fungicidas aparecen como problemas sin solución para el sector apícola.

La suspensión del uso de plaguicidas

Desde Alemania se informó que en treinta abejas examinadas se hallaron productos químicos utilizados en el tratamiento de semillas.
El análisis y la toma de decisiones fueron claros. Ante la evidencia de una relación entre el uso de estos plaguicidas y la mortandad de abejas se tomó la decisión de suspender la aprobación, que impide su utilización.
En Argentina las cosas son diferentes, los testimonios de productores apícolas tanto de la zona pampeana como de la zona extrapampeana dan cuenta de la mortandad de abejas, disminución de la población en las colmenas y consecuente caída en la producción de miel. Esta situación se relaciona con el modelo agropecuario llevado adelante por los productores basado en la deforestación, el monocultivo de soja, la utilización de variedades transgénicas y la aplicación de herbicidas, insecticidas y fungicidas, señala un articulo elaborado por el Coordinador Regional de la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas de América Latina, Javier Souza Casadinho.
Obviamente la deforestación determina en primer lugar la existencia de menos árboles y arbustos afectando además a las hierbas que crecen a su alrededor, lo cual implica que las abejas encuentren menos alimento.
El avance de la soja junto a la utilización de agroquímicos - aplicados tanto por vía aérea como por vía terrestre - y la ausencia de rotaciones, por ejemplo con girasol, determinan una simplificación de los agroecosistemas. Se reduce la biodiversidad en general y la relativa a los vegetales en particular, es decir las plantas cultivadas y silvestres que puedan alimentar a las abejas.
Ésta situación implica una dificultad para los apicultores en su objetivo de obtener campos con flora apícola. Así es frecuente escuchar frases como; “ya no sabemos dónde poner las colmenas frente al avance de la soja”.
Por otra aparte el uso continuo de insecticidas moderadamente tóxicos para las abejas como el endosulfan y altamente tóxicos para ellas como el imidacloprid, el clorpirifos y el fipronil determinan una mayor mortandad de las colonias.
El uso permanente de éstos plaguicidas genera resistencia en los insectos perjudiciales – chinches, gusanos, pulgones – determinando, en un círculo vicioso, una mayor utilización mediante el incremento en el número de aplicaciones y las dosis. Dado que las aplicaciones se realizan permanentemente a lo largo de ciclo de cultivo y que suele no comunicare esta práctica a los apicultores, la mortandad se produce en diferentes épocas. Así los productores afirman, “A veces te encontrás que la colmena esta llena de miel pero no hay abejas, no las encontrás, murieron en una fumigación”. 

Los plaguicidas utilizados en Argentina y su impacto en la apicultura

El principal herbicida utilizado en Argentina es el Glifosato, de éste producto se utilizan más de 250 millones de litros al año. Éste tóxico también afecta a los insectos benéficos de las especies polinizadoras.
El insecticida de mayor uso en Argentina es el Endosulfan. Este producto clasificado químicamente como organoclorado, actúa sobre insectos por contacto e ingestión, aunque con altas temperaturas puede actuar por inhalación. Siendo extremadamente tóxico para peces, posee como restricción evitar el uso en las cercanías de cursos de agua. Es moderadamente tóxico para abejas y aves. Esta catalogado en Argentina como producto clase Ib, producto muy peligroso.
El insecticida llamado Imidacloprid, considerado como moderadamente peligroso para los seres humanos - clase II -, posee un posible impacto en las poblaciones de abejas, bloqueando los elementos del sistema nervioso. Se trata de un insecticida que actúa por contacto y de manera sistémica.
En Argentina este plaguicida es comercializado por la empresa Bayer S.A. bajo las denominaciones Confidor y Gaucho. Se lo suele usar aplicado sobre suelos, semillas y hojas de vegetales, tratando de controlar pulgones, saltamontes, chinches, moscas bancas y trips.
Según la hoja de datos de la agencia de protección ambiental de Estados Unidos (EPA) se trata de un veneno no selectivo altamente tóxico para abejas silvestres. Dado su impacto algunos países determinaron restricciones y prohibiciones de uso; por ejemplo Francia puso restricciones para el uso del plaguicida Gaucho desde 1990, suspendiéndose su utilización en los cultivos de girasol desde 1999, posición ratificada en el año 2003.
Otro plaguicida tóxico para las abejas es el Fipronil – moderadamente peligroso para seres humanos clase II-, comercializado en Argentina por las empresas BASF Argentina – bajo los nombres Blitz y Clap- y Bayer S.A. – bajo los nombres comerciales Chipco Choice y Formidor. Suele utilizarse para combatir langostas, gusanos, pulgones, moscas y termitas.
Es un plaguicida con efectos neurotóxicos sobre mamíferos; ensayos realizados en laboratorio determinaron la presencia de irritación en la piel de gatos y perros.
Otro producto tóxico es el Clotianidin, insecticida de contacto, ingestión y sistémico, utilizado en el tratamiento de semillas. Es categorizado en la Argentina como moderadamente peligroso – Clase II -. Se trata de un producto altamente tóxico para las abejas, en la Argentina es comercializado con el nombre de Poncho por la empresa Bayer S.A.
El modelo agrícola vigente basado en el monocultivo de soja altamente demandante de plaguicidas, no solo deja sin alimento a las abejas sino que estos plaguicidas provocan mortandad de poblaciones enteras. Ya sean aplicados a las semillas con anterioridad a su siembra como en diferentes etapas del cultivo de los vegetales, pueden alcanzar tanto a las abejas como a su alimento.
En estos casos medidas como tapar las piqueras durante la aplicación con arpillera húmeda, asperjar durante la noche o fuera del horario del pecoreo de las abejas no se han mostrado eficaces, ya sea porque no se cumple con el sistema de alarma y de aviso a los productores como así también por la persistencia de estos productos sobre el ambiente, vegetales incluidos.
Pensando en el futuro ¿Qué podemos hacer?
En primer lugar informarnos sobre el accionar de estos plaguicidas sobre el ambiente y dentro del mismo sobre las abejas y los seres humanos. Luego actuar, a partir del lugar que ocupemos. Debemos luchar por la puesta en práctica de un modelo de desarrollo agropecuario alternativo basado en el respeto del ambiente, seres humanos incluidos. En este caso la agroecología aparece como una propuesta adecuada desde el punto de vista ecológico y viable desde el punto de vista económico.
En lo inmediato debemos hacer todo lo posible para que estos productos, altamente tóxicos, no sean utilizados por ningún productor. Por ello convocamos a las organizaciones de productores, de consumidores, a los centros de investigación, a las organizaciones ambientalistas, a las escuelas y a todos aquellos que se sientan incluidos en la propuesta a investigar sobre el impacto de los plaguicidas en la apicultura y a generar propuestas de acción tanto para prohibir estos productos como para generar y llevar a la práctica sistemas de cultivos respetuosos del ambiente.

03-09-2008
EE.UU.- PROHÍBEN LA ALFALFA GENÉTICAMENTE MODIFICADA ANTE EL PELIGRO QUE SEA PROPAGADA POR LAS ABEJAS Y EL VIENTO
En una decisión 2-1, el Noveno Tribunal de Circuito de Apelaciones en San Francisco confirmó la decisión de poner fin a la plantación de cepas de alfalfa resistente a los herbicidas de Monsanto Co el 30 de marzo de 2007. La demanda fue presentada por los agricultores de alfalfa que temían que el producto de Monsanto, fuera propagado por el viento y las abejas, que polinizan sus cultivos. El fallo fue "una gran victoria para los agricultores, tanto convencionales como orgánicos, para los consumidores y para el medio ambiente", dijo el abogado George Kimbrell del Centro de Seguridad Alimentaria, que representa la parte demandante. Dijo que ayuda a los consumidores que no quieren que en el forraje de alfalfa alterada de ganado en los productos lácteos y protege a los productores que quieren exportar a Japón, quién prohíbe la alfalfa genéticamente modificada.

Prohíben insecticida que daña a las abejas por ser amenaza para el futuro alimentario

ROBERTO LINDING

En Estados Unidos, desde 2004, se perdieron anualmente 30 por ciento de los panales

La clotianidina fue aprobada hace apenas dos años; ya presenta impactos negativos en el ambiente

EN DIVERSAS PARTES DEL MUNDO SE HA REGISTRADO EL FENÓMENO CONOCIDO COMO DESORDEN DEL COLAPSO DE COLONIAS, PARECE TENER UN ORIGEN MULTIFACTORIAL. IMAGEN TOMADA DE WWW.YUNPHOTO.NET
Las autoridades alemanas prohíben el insecticida clotianidina, reportó Virginia Gewin en el último número de la revista Frontiers in Ecology and the Environment, debido a que se le atribuye la muerte de abejas en ese país. La clotianidina, que es un insecticida que se utiliza para tratar semillas, incluidas semillas de maíz, fue aprobada por la Comunidad Europea hace apenas hace dos años, y está ya en problemas por su impacto negativo en el medio ambiente. El problema parece que fue ocasionado por el uso de un adhesivo inadecuado que permitió que el insecticida en lugar de quedar adherido a las semillas fuera dispersado por el viento.
Esta medida, que podría parecer una reacción exagerada de las autoridades alemanas, se da en respuesta a una de las facetas de la crisis ambiental con consecuencias potencialmente más devastadoras para la humanidad en el corto plazo, y que no ha recibido la atención que merece. En diversas partes del mundo se ha registrado en las poblaciones de abejas domésticas el fenómeno conocido como Desorden del Colapso de Colonias o CCD por sus siglas en inglés. En Estados Unidos, desde el año 2004, se han perdido 30 por ciento o más de los panales anualmente. El mismo fenómeno ha sido reportado en diversos países europeos en los últimos años y también en Taiwán el año pasado. Aunque el problema parece tener un origen multifactorial, en donde interactúan diversos factores como la presencia de cultivos transgénicos con polen tóxico, estrés ambiental y parásitos, entre los que destacan ácaros de la especie Varroa destructor; los expertos coinciden en que el efecto debilitante de insecticidas, como la clotianidina y otros agroquímicos, es determinante al hacer más vulnerables a las abejas a parásitos y enfermedades.
Esta disminución en las poblaciones de abejas es potencialmente devastadora debido a que las abejas en general, pero las domésticas en particular, son responsables de la polinización de casi la totalidad de los cultivos cuyo polen es transportado por animales, como los frutales. Sólo para Estados Unidos, en donde se ha calculado el valor económico de este servicio, la polinización de las abejas domésticas en conjunto con las silvestres, tiene un valor de mil 600 millones de dólares anuales, si no se contara con estos polinizadores voluntarios. El costo de asegurar la polinización de los cultivos por medio de enjambres mantenidos para este fin podría ser tan alto como 8 mil millones de dólares anuales, sólo para Estados Unidos. A nivel mundial, los costos serían estratosféricos y habría que agregar el efecto potencialmente devastador en la vegetación natural, pues muchas especies de plantas dependen de estos insectos para su reproducción y por lo tanto no podrían producir semillas y dejar descendencia.
Es muy difícil calcular las pérdidas en la producción de alimentos, y en la viabilidad de los ecosistemas naturales, si las abejas domésticas y sus parientes silvestres desaparecieran, pero medidas como la tomada por el gobierno alemán parecen prudentes ante lo que parece ser una amenaza seria para una de las especies de insectos, y sus parientes silvestres, que más aporta a la humanidad

 Fecha de publicación: 15 de septiembre de 2008
 Autor: Por MARTA CHAVARRÍAS
Un trabajo estadounidense da cuenta de la presencia de altos niveles de pesticidas usados en apicultura
Los fitosanitarios constituyen uno de los métodos de uso para proteger las plantas de organismos nocivos. Una aplicación, sin embargo, que requiere estrategias adecuadas que eliminen los residuos. En el sector de la apicultura se trata de asegurar que la miel que producen las abejas expuestas a estas sustancias esté "limpia". Pero ahora un estudio realizado por expertos de EE.UU. denuncia la presencia excesiva de pesticidas en colmenas y, en consecuencia, su paso a la miel. Una contaminación que, con la radiación gamma, podría quedar atenuada, aseguran los expertos.
Hace unos meses la producción de miel se vio amenazada por la muerte masiva de abejas en todo el mundo. Entonces se asoció este declive a virus, hongos y pesticidas y a factores multifactoriales relacionados con alteraciones derivadas del cambio climático. Según un estudio presentado durante la 23ª Reunión Química de Filadelfia, el pasado 18 de agosto, el 97% del polen que comen las abejas tiene de 1 a 17 tipos de pesticidas y acaricidas, y el cien por cien de la cera contiene fluvinato y coumafos, pesticidas utilizados en las colmenas para combatir los ácaros de Varroa

¿Son seguros los transgénicos?

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Si no existe tal evidencia, todavía el debate queda abierto, todavía no queda demostrado para nada que sean seguros. Después de todo, ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia.
Quien esté tranquilo y satisfecho con la aseveración de que no hay evidencia de daños está presumiendo que alguien en alguna parte está haciendo o ha hecho averiguaciones a respecto. Los defensores de los transgénicos señalan, con un aire de finalidad como para poner fin al debate, que la agencia estadounidense FDA, que vela por la inocuidad de medicamentos y alimentos, declaró que estos productos son sustancialmente equivalentes a sus contrapartes no transgénicos y que por lo tanto no presentan ningún riesgo novedoso al consumidor.
Pero la FDA no examina los alimentos transgénicos. Lo que hace es aceptar los datos que le someten las compañías que los hacen. Casi todos los estudios que someten son confidenciales. Si son tan seguros estos productos, ¿Por qué la confidencialidad?
“El consultar la FDA sobre la seguridad de alimentos transgénicos es un ejercicio puramente voluntario, en el que la agencia recibe resúmenes sin datos y conclusiones sin fundamento”, informa el investigador Jeffrey Smith en su excelente libro ‘Genetic Roulette’ (Ruleta Genética). “Si la compañía alega que sus alimentos son seguros, la FDA no tiene más preguntas. Por lo tanto, se aprueban para venta variedades transgénicas que nunca fueron alimentadas a animales en estudios de seguridad rigurosos y probablemente nunca a humanos tampoco.”
La FDA “depende casi totalmente de la notificación voluntaria de las compañías de biotecnología”, advierten los científicos húngaros Arpad Pusztai y Susan Bardocz. La FDA “sólo acepta las aseguranzas de las compañías de biotecnología de que su producto es seguro.”
Los defensores de los transgénicos nos dicen que son los productos más minuciosa y exhaustivamente examinados de toda la historia y hacen referencia a montañas de estudios y datos a este fin. Pero cuando uno excluye los estudios que son confidenciales entonces la pila se achica bastante. De la pila que queda, la mayor parte consiste de estudios que si bien son minuciosos fueron hechos para determinar variables agronómicas relacionadas a la productividad y rendimiento, datos que no tienen ninguna utilidad para determinar inocuidad. Una vez excluimos esos, la pila de estudios y datos se achica más aún.
De los estudios que tienen alguna relevancia a la salud humana, ¿Cuántos de estos son públicos y no confidenciales? ¿Cuantos han pasado por el proceso de revisión por los pares y sido publicados en la literatura científica? Como que la pila sigue achicándose. Y de éstos, ¿cuántos NO fueron financiados por la industria de biotecnología?
¿Quién puede creer que la fuente de financiamiento de una investigación científica no es de importancia? En un informe publicado en la revista Nutritional Health, I. F. Pryme y R. Lembcke observan que los estudios científicos sobre transgénicos que no son financiados por la industria tienden a encontrar problemas con serias implicaciones para la salud humana, mientras que los estudios financiados por la industria nunca encuentran ningún problema.
De cualquier modo, ¿Qué compañía ha encontrado algo malo con sus propios productos? ¿Cuántas décadas pasaron antes de que la industria tabaquera admitiera tímidamente que quizás podía existir alguna relación entre su producto y el cáncer?
Sepan ustedes que los estudios sobre transgénicos revisados por los pares y debidamente publicados que tengan alguna relevancia a la salud humana son apenas más de veinte. De estos, ¿Cuántos fueron realizados con sujetos humanos? Uno solamente. Es realmente preocupante que se hayan comercializado estos productos de manera masiva cuando la base de datos sobre su inocuidad es tan diminuta.
Las pocas veces que datos confidenciales sobre alimentos transgénicos han salido a la luz pública éstos han resultado ser sumamente preocupantes.
El 22 de mayo de 2005 el periódico inglés The Independent reportó la existencia de un informe secreto de la compañía de biotecnología Monsanto sobre su maíz transgénico Mon 863. Según el informe, de 1,139 páginas, ratas alimentadas con este maíz por trece semanas tuvieron conteos anormalmente altos de células blancas y linfocitos en la sangre, los cuales aumentan en casos de cáncer, envenenamiento o infección; bajos números de reticulocitos (indicio de anemia); pérdida de peso en los riñones (lo cual indica problemas con la presión arterial); necrosis del hígado; niveles elevados de azúcar en la sangre (posiblemente diabetes); y otros síntomas adversos. Portavoces de Monsanto aseguraron que la compañía haría público el informe, pero no lo hizo de buena gana, alegando “confidencialidad”, y al principio sólo publicó un sumario de once páginas. No fue sino hasta que un tribunal alemán ordenó su divulgación unos meses después que el texto entero fue hecho público.
Es importante señalar que esta importante información es pública no por la buena fe de Monsanto sino porque algún buen empleado con acceso a documentos confidenciales de la compañía se tomó el riesgo de llevarla a la prensa. De no ser por este héroe anónimo, todavía hoy seríamos felizmente ignorantes sobre los efectos del Mon 863. Cabe preguntar entonces, ¿Habrá otros transgénicos nocivos que la industria de biotecnología nos está dando de comer a sabiendas de que son dañinos?
¿Qué más se puede esperar de una compañía como Monsanto? El excelente documental Le Monde Selon Monsanto (“El Mundo Según Monsanto”) de la cineasta francesa Marie Monique Robin, muestra cómo esta corporación ha pasado décadas negando responsabilidad por los horrendos daños a la salud ocasionados por el Agente Naranja, defoliante tóxico que ésta fabricó y que se utilizó extensamente en la guerra de Vietnam.
También se presenta en el filme el caso del pueblo de Anniston, en Alabama, EEUU, el cual sufrió por décadas de contaminación de sustancias tóxicas conocidas como PCB vertidas por Monsanto, contaminación que la compañía pretendió encubrir. En el curso de la batalla que la comunidad de Anniston dio en corte salió a luz un memorando interno de la compañía que decía “No nos podemos dar el lujo de perder un solo dólar de ganancia” (We can’t afford to lose one dollar of business).
En vista de estos hechos, ¿Qué se puede esperar de esta compañía cuando nos asegura que sus transgénicos son seguros? Robin y yo no criticamos a Monsanto de manera arbitraria y gratuita. Es que la compañía tiene 90% del mercado mundial de cultivos transgénicos, por lo tanto es sólo justo que reciba 90% de nuestras críticas.
Otro caso preocupante que demuestra que la FDA no está haciendo nada en lo absoluto para asegurar la inocuidad de los transgénicos es el del guisante australiano. En 2005 un guisante transgénico experimental desarrollado en Australia por la Commonwealth Scientific and Industrial Research Organization provocó una fuerte reacción inmunológica en ratas de laboratorio.
Científicos de la escuela de investigación médica John Curtin en la ciudad de Canberra sometieron el guisante transgénico a una batería de pruebas de las que normalmente se hacen a medicamentos, no a alimentos. Las ratas que ingirieron el producto mostraron cambios significativos en sus sistemas inmunológicos y nódulos linfáticos. Esto es más que suficiente para prohibir su consumo.
Hay que enfatizar que las pruebas que realizaron los australianos no son requeridas por ley para alimentos transgénicos en Estados Unidos. Este producto hubiera entrado al mercado estadounidense si hubiera pasado por el sistema regulatorio de la FDA. Por lo tanto, no nos sorprenda que productos transgénicos igual o más nocivos que el guisante en cuestión pueden estar en el mercado ahora mismo.
Igual o más interesante que los resultados del experimento es el hecho de que los mismos científicos que desarrollaron el guisante y realizaron el experimento no entendían la importancia de lo que habían hecho. Las pruebas que habían realizado nunca antes se habían hecho con alimentos transgénicos y aún así ellos realmente estaban convencidos de que las pruebas que habían hecho eran la norma en el resto del mundo. Esto demuestra que los propios biotecnólogos- al menos la mayoría de ellos- están sumamente desinformados sobre su propio quehacer.
En honor a la verdad, la FDA sí examinó productos transgénicos, pero lo hizo una sola vez, en 1992. En ese entonces determinó que estos alimentos son perfectamente seguros y que al no presentar ningún riesgo nuevo, no necesitan de pruebas adicionales.
La agencia se negó a hacer públicos los documentos internos relacionados a estas pruebas, lo cual provocó en 1998 una demanda de una coalición de grupos de sociedad civil dirigidos por la Alliance for Biointegrity exigiendo que se hagan públicos. El juez le dio la razón a la parte demandante y como resultado se hicieron públicas sobre 44 mil páginas de documentos relacionados con las pruebas realizadas sobre los transgénicos. Estos documentos enseñan que, contrario a lo que decía la alta cúpula de la FDA, no había ningún consenso entre los científicos de la agencia en cuanto a la seguridad de los transgénicos, y que varios de ellos expresaban serias preocupaciones sobre riesgos a la salud.
Los documentos desclasificados son interesantísimos y educativos. En uno de ellos, fechado 6 de marzo de 1992, el microbiólogo Louis Pribyl dice que “los efectos involuntarios no pueden ser despachados tan fácilmente, simplemente implicando que éstos también ocurren en la crianza convencional. Hay una profunda diferencia entre los tipos de efectos inesperados de la crianza convencional y los de la ingeniería genética.” Por su parte, la oficial de cumplimiento Linda Kahl advirtió en un memorando con fecha de 8 de enero de 1992 que al “tratar de forzar una conclusión final de que no hay diferencia entre alimentos modificados por ingeniería genética y alimentos modificados mediante prácticas de crianza tradicional (la agencia está tratando de) meter una ficha cuadrada en un hoyo redondo… Los procesos de ingenería genética y crianza tradicional son diferentes y de acuerdo a los expertos técnicos de la agencia, llevan a riesgos diferentes.”
Resulta que el oficial puesto a cargo de la investigación sobre transgénicos no era científico sino abogado, el licenciado Michael Taylor. Previo a su servicio público representó a Monsanto. Y tras terminar su labor en la FDA volvió al sector privado y llegó a ser vicepresidente de Monsanto. Es un caso clásico de poner el cabro a velar las lechugas. En inglés le llaman ‘revolving door’, el conflicto de interés creado por el continuo movimiento de profesionales entre los sectores privado y público.
Y el caso de Taylor no es nada fuera de lo ordinario. Clarence Thomas, ahora juez del Tribunal Supremo de EEUU, fue abogado de Monsanto, y el ex-secretario de defensa Donald Rumsfeld fue por ocho años jefe de la farmacéutica Searle, la cual Monsanto compró en 1985. Y Anne Veneman, la primera secretaria de agricultura de la administración Bush-Cheney, había estado en la junta de Calgene, empresa comprada por Monsanto en 1997.
La activista e investigadora Beth Burrows, fundadora del Instituto Edmonds, dedicó años a investigar el ‘revolving door’ de la industria biotecnológica pero eventualmente abandonó este esfuerzo porque ella razonó que sería más provechoso hacer una lista de los servidores públicos que NO estaban brincando a las compañías de biotecnología.
En su tiempo en la FDA el supervisor inmediato de Taylor era James Maryanski, quien fue confrontado por Robin en su documental. El pobre, sin duda sintiéndose emboscado, murmuró algunos argumentos cantinflescos a la vez que admitía que efectivamente había disidencia entre los científicos de la agencia en torno a la inocuidad de los transgénicos. Pero aún así se les aprobó, en contra del propio reglamento de la FDA.
Podría hablarles de muchas otras instancias que demuestran que las preocupaciones acerca de la inocuidad de los transgénicos, como las papas de Pusztai, la tragedia del triptófano, el fiasco de la hormona transgénica rBGH, las ratas de Ermakova, el testimonio de Kirk Azevedo, y muchas más, están bien fundamentadas. Pero por la cuestión de la brevedad, vayamos directo al argumento de remate: el etiquetado.
Si estos alimentos son tan seguros, ¿por qué se opone la industria a que vayan etiquetados para que los consumidores puedan identificarlos y usar su criterio para decidir si los quieren comprar o no? Los argumentos de las compañías en contra del etiquetado no son ni remotamente convincentes. Simplemente no confían en su propio producto y tampoco confían en la inteligencia del consumidor. Quizás se oponen porque sin etiquetado no puede haber trazabilidad, y sin trazabilidad no se puede asignar responsabilidad si alguno de estos alimentos transgénicos resulta tener efectos imprevistos.
Las denuncias y cuestionamientos aquí presentados no constituyen oposición a toda biotecnología, como creen erróneamente algunos. Es simplemente un reclamo de que se salvaguarde la ecología, la salud humana y el interés público en el desarrollo de esta y cualquier otra nueva tecnología. Los biotecnólogos no tienen por qué considerar inoportunos los planteamientos aquí expuestos, si son los mejores intereses de la humanidad lo que les motiva. Si lo que les motiva es el lucro y la ambición entonces se puede entender su molestia.
Referencias:
Cummins, Claire. “Uncertain Peril: Genetic Engineering and the Future of Seeds”. 
Beacon Press, 2008.
Robin, Marie Monique. Le Monde Selon Monsanto.
http://www.arte.tv/lemondeselonmonsanto
Smith, Jeffrey. “Genetic Roulette: The Documented Health Risks of Genetically Engineered
Foods”
Traavik, Terje & Lim Li Ching, editores. Biosafety First: Holistic Approaches to Risk and Uncertainty in Genetic Engineering and Genetically Modified Organisms” Tapir Academic Press, 2007.
Washington Post. “Monsanto hid decades of pollution” 1 de enero 2002.
Ruiz Marrero es periodista y educador ambiental, autor del libro “Balada Transgénica” y director del Proyecto de Bioseguridad de Puerto Rico. - (ALAI

26-09-2008

Insólito: en Francia las abejas se mudan a las ciudades porque el campo se volvió tóxico para ellas

Como en Estados Unidos y el Reino Unido, donde las colonias de abejas están muriéndose, unas 300.000 a 400.000 colmenas francesas desaparecieron cada año entre 1995 y 2007, víctimas de los pesticidas, la contaminación y las enfermedades.

Corinne Moncelli ofrece a los huéspedes de su hotel Eiffel Park más que una vista del monumento parisino; sirve miel producida por abejas que tiene en la terraza.
Hay más de 300 colonias conocidas en la capital de Francia, en comparación con unas 250 hace cinco años, según la asociación nacional de apicultores. Hay colmenas en el techo de la Opera Garnier, así como en balcones y parques.
Las abejas están floreciendo en las ciudades porque ``las flores y las plantas se cambian constantemente y no hay pesticidas'', dijo Moncelli, de 47 años, copropietaria del hotel junto con su marido Pascal.
El programa francés fue establecido hace tres años y es el mayor proyecto de esta naturaleza en el mundo. La agricultura mundial, valuada en 153.000 millones de euros (226.000 millones de dólares) depende de la polinización de las abejas, dice el Instituto Nacional de Investigación Agrícola de Francia (INIA).
Como en Estados Unidos y el Reino Unido, donde las colonias de abejas están muriéndose, unas 300.000 a 400.000 colmenas francesas desaparecieron cada año entre 1995 y 2007, víctimas de los pesticidas, la contaminación y las enfermedades.
"Necesitamos abejas en el campo'', dijo Henri Clement, presidente de la Asociación Nacional de Apicultura con sede en París, a cargo del proyecto. "El potencial de las ciudades es limitado. Nuestra operación en la ciudad es de concienciación'', añadió.
El hotel Eiffel Park empezó a criar abejas hace tres años, convirtiendo sus terrazas en hogar de dos a tres colmenas, que producen 150 kilos de miel al año. El hotel regala miel a sus huéspedes y la sirve en el desayuno.
"Les decimos cierren los tarros cuando terminen y eviten ponerse mucho perfume, de lo contrario las abejas pensarán que son una flor grande'', dijo Moncelli.
La asociación de apicultura inició el programa urbano francés en 2005 y presentará sus resultados el año entrante en Montpellier, Francia, en una conferencia organizada por Apimondia, el grupo mundial de asociaciones de apicultores con sede en Roma.
Estados Unidos y el Reino Unido también han utilizado las ciudades como criaderos de abejas, aunque el "programa francés está muy bien desarrollado y es muy grande en comparación con otros'', dijo Asier Sogaard Jorgensen, presidente de Apimondia. "En muchos países, el campo se ha convertido en un desierto para las abejas'', agregó.
Estados Unidos perdió muchas colmenas en 2006, el 90% o más en algunos casos. El Trastorno del Colapso de Colmenas, la desaparición generalizada de abejas, se ha encontrado en 35 estados y ha perjudicado colmenas en Asia, Europa y Sudamérica, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos. Los pesticidas, los ácaros y los virus son algunas de las principales causas.
En Europa, cerca del 84 por ciento de las especies de cosechas dependen directamente de la polinización por insectos, especialmente por las abejas, según un informe de junio de Bernard Vaissiere, director de investigación del INIA. Francia es el mayor productor agrícola de Europa.
Jean Paucton, de 75 años, que tiene abejas sobre el techo de la ópera de París desde hace unos 25 años, dice que sus colmenas en el centro de París están más sanas que las del campo. Las colmenas de Paucton producen 450 kilos de miel al año. Vende pequeños tarros de miel a la tienda de regalos de la ópera por unos 4 euros, que se revenden por 14,50 euros.
Fuente: Bloomberg

30-09-2008
NUEVA ZELANDA- LOS APICULTORES ESTÁN DESEPERADOS
Un apicultor de Ashburton decidió tomar acciones directas ante la realidad que el Consejo de Distrito no ha tomado acciones en lo que él describe como "mal desempeño" por parte de algunos de sus funcionarios. Roger Bray ha tenido problema con el uso de productos químicos que causan muertes de abejas. El problema ha estado sucediendo durante varios años y nadie en el Consejo parece dispuesto a escuchar sus reclamos, dijo el señor Bray. Él habló en un foro público en el día de ayer, en la reunión del consejo, en un esfuerzo para que los consejeros de distrito se concienticen del problema al que se le hace caso omiso. "Los apicultores han luchado para encontrar respuesta de la autoridad competente para que investigue y tome las medidas necesarias, evitando nuevas muertes", dijo el señor Bray. En su opinión, una violación de los controles de un producto químico en diciembre de 2007 causó la muerte de muchas abejas, ante lo cual se puso en contacto con el consejo, nadie pareció interesado. Más tarde, puso sus preocupaciones por escrito y las presentó al Consejo. Una vez más hubo poco interés.

02-10-2008
EE.UU.- LA IMPORTANCIA DE LAS ABEJAS
"La abeja melífera es básicamente el termómetro del medio ambiente," astutamente señaló David Hackenberg durante su conferencia sobre el libro de Michael Shacker, "Una primavera sin abejas: ¿Cómo el Síndrome de Colapso de las Colmenas ha puesto en peligro nuestro suministro de alimentos". El Instituto Cary de Estudios de Ecosistemas y la Librería Merritt fueron los anfitriones de la discusión que se desarrolló el viernes, 26 de septiembre. Shacker un periodista de investigación, planteó su alarma ante el reciente fenómeno de la desaparición de las abejas, los insectos polinizadores responsables de aproximadamente un tercio del suministro de alimentos de la nación, de acuerdo con el Departamento de Agricultura. Más de 23% de las colmenas de la nación han muerto, y el culpable, según S hacker sostiene en su libro, es el imidacloprid (IMD), un neonicotinoide se encuentran en plaguicidas. Hackenberg, ex presidente de la Federación Americana Apicultura y responsable de más de 3000 colonias de abejas melíferas, relató su propia experiencia como apicultor al respecto.

Maíz transgénico termina con el maíz orgánico    
viernes, 03 de octubre de 2008
Silvia Ribeiro*
Las trasnacionales de los transgénicos pretenden hacernos creer que los transgénicos son solamente una opción de quien los elige. Debido a la inevitable contaminación —sea por polen en los campos, por mezcla en el almacenado, distribución o venta y hasta por granos que caen durante el transporte— los transgénicos son los cultivos más imperialistas de la historia. A la contaminación biológica, se suman los juicios por patentes que sufren los agricultores contaminados y la indefensión legal de los contaminados. Al contrario de lo que dicen las empresas, si hay transgénicos, todo el resto sufrirá.

Un reciente estudio científico conducido por Rosa Binimelis, de la Universidad Autónoma de Barcelona (publicado en 2008 en el  Journal of Agricultural and Environmental Ethics), concluye, luego de analizar la situación del maíz en Cataluña y Aragón, que la siembra de maíz transgénico llevará al fin de la producción de maíz orgánico. Desde 1998, cuando comenzó la siembra de maíz transgénico en la región, hasta ahora, hay una reducción drástica de la producción de maíz orgánico. Esto se debe tanto a la contaminación transgénica, que inhabilita la venta del producto como orgánico, como a las múltiples dificultades técnicas y burocráticas que deben enfrentar quienes pretenden defender sus cultivos de la contaminación, lo que finalmente los hace abandonar la producción.
La contaminación ya es una violencia para quien siembra orgánicos y semillas tradicionales. Además, debido a la pesada influencia y corrupción que ejercen las transnacionales, las leyes que acompañan los transgénicos, colocan la carga de la prueba en la víctima, que debe lidiar primero con los aspectos técnicos de las pruebas de contaminación, cargar con el costo que significan y con la incertidumbre de este tipo de pruebas, que se basan en información de las propias empresas. A esto sigue el proceso legal, que es complicado y costoso.
En México todo esto sería aún peor, porque la Ley Monsanto (mal llamada de bioseguridad), no prevé ninguna protección a las víctimas ni permite responsabilizar a los contaminadores.
Agrobio México (organización de fachada de las transnacionales de transgénicos) esgrime un estudio de la biotecnóloga Joaquima Messeguer, del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), España, que sostiene que la contaminación transgénica del maíz se puede evitar con 20 metros de separación entre campos y una diferencia de siembra de 12 días en la siembra entre los transgénicos y otros tipos de maíz. Messeguer declaró a la prensa mexicana, que “los temores de que el cultivo mexicano “se contamine” de los transgénicos es una falacia (sic)” (Notimex, 26/7/2008).
Al parecer, Messeguer aún no se entera que la contaminación transgénica del maíz mexicano no es un “temor”, sino una triste realidad comprobada por instituciones del propio gobierno mexicano hasta por pruebas que han realizado cientos de campesinos e indígenas de todo el país. Como el cultivo de maíz transgénico hasta ahora es ilegal en México, seguramente hubieron no 20 metros, sino miles de kilómetros del campo de transgénicos en Estados Unidos a los campesinos mexicanos, y aún así se contaminaron.
Ya en el 2007, investigadores independientes de la Universidad de Exeter, Reino Unido, mostraron que la contaminación del polen de maíz transgénico puede alcanzar cientos de kilómetros, dependiendo del viento, la ubicación y altitud de los campos entre sí, la temperatura, etcétera. Existen muchos otros estudios que llegan a conclusiones parecidas, además de que la contaminación por polen es apenas uno de los muchos factores de contaminación.
Pero a los tecnócratas del IRTA, institución que cuenta entre sus “clientes y colaboradores” a Monsanto, Syngenta, Novartis, Pioneer, Basf y Dow, dueños de la producción de agrotransgénicos en el mundo, este tipo de pensamiento complejo y análisis de la realidad fuera del computador, no les interesa. ¿Para qué ser objetivos, si nadie les paga por ello?
Ante esta realidad de contaminación inevitable, la reciente declaración de Felipe Calderón sobre “proteger el maíz criollo” es demagogia perversa e ignorante (para empezar, el maíz en México es nativo, no criollo), dictada probablemente por algún “asesor” transnacional.
Es criminal que el gobierno mexicano insista en abrir la experimentación con maíz transgénico, y que invente “polígonos” que serían los únicos centros de origen del maíz, que de todas maneras se contaminarán tarde o temprano si se planta maíz transgénico.
Como afirma la Red en Defensa del Maíz Nativo, todo México es centro de origen y diversidad del maíz, porque en todo México hay pueblos del maíz. Pueblos que saben que más allá de lo que digan políticos, científicos y agricultores comprados, la contaminación del maíz no será impune.
* Investigadora del Grupo ETC

Abejas, productoras de alimentos en peligro de extinción en el mundo. Uruguay no escapa al problema.
04-10-08, Por María Isabel Cárcamo
El uso masivo de agrotóxicos es una parte importante del problema. Científicamente está comprobado que ciertos insecticidas usados en agricultura son extremadamente tóxicos para las abejas. Tal es el caso del imidacloprid, fipronil, cipermetrina y endosulfán, entre otros, cuyo uso ha aumentado sustancialmente en nuestro país en los últimos años. La producción de miel está disminuyendo en Uruguay y durante la zafra 2007/2008 se estima que alcanzará apenas el 40% de los niveles tradicionales. La Argentina que es el “surtidor mundial” de miel seguido por México, produciendo hasta 75.000 toneladas, ha sufrido en los últimos años una baja del 27% en la producción debido a las sequías y a las grandes extensiones de monocultivo de soja, dejando como consecuencia una subida del 60% en el precio de la miel. 
Recientemente la prensa británica ha alertado a la población sobre las perdidas catastróficas de abejas. Una encuesta realizada a la asociación de apicultores británicos revela que cerca de uno en tres de las 240.000 colmenas de abeja no sobrevivieron este invierno y primavera (principios del año 2008), dejando como resultado escasez de miel y poniendo en riesgo la polinización de frutas y verduras.
El presidente de la asociación de apicultores británicos, Tim Lovett, dijo que él estaba muy intranquilo por los resultados de la encuesta: "El porcentaje de perdidas debido a las pobres condiciones climáticas y las enfermedades, varían entre del 5% y del 10%, pero una perdida del 30% es para estar muy preocupado. Esto significa problemas muy serios de polinización y para los productores de miel.”
Una de las causas podría haber sido la primavera y verano húmedo del 2007. Las abejas estuvieron confinadas en sus colmenas. Esto les imposibilitó a buscar néctar y polen, provocándoles stress y creando condiciones apropiadas para ser atacadas por patógenos y contaminarse entre ellas.
Sin embargo, la asociación de productores de miel argumenta que las causas son confusas. La encuesta llevada a cabo a 600 miembros reveló una marcada división entre las perdidas entre el norte y sur, con 37% en el norte, comparado con un 26% en el sur. "Nosotros no sabemos por qué hay una diferencia ni las razones de esta alta mortalidad, " dijo Lovett.
El gobierno reconoce que en Gran Bretaña las colmenas son cuidadas por 44.000 apicultores, esto contribuye alrededor de £165 millones al año a la economía polinizando muchas frutas y verduras. Lovett advirtió que: "El 30% de pérdida de las colmenas podría significar un gasto de alrededor £50 millones y poner en riesgo la posibilidad de que la población pueda consumir cinco porciones de verduras y frutas al día.”
La Asociación de la Miel anunció en julio de este año que habrá miel inglesa solo hasta navidad y habrá que esperar la próxima cosecha del verano del 2009 para abastecerse de miel inglesa. También argumentan que: “La culpa de la escasez de abejas se debe a que más agricultores se dedican a producir trigo que les da más ganancias pero éste no produce néctar.”
La principal compañía Británica productora de miel, Rowse, está muy preocupada sobre esta situación y ha prometido donar dinero para llevar a cabo una investigación sobre las causas de la desaparición de las abejas y una parte de las ventas de su miel serán destinadas con este fin.
Stuart Bailey, presidente de Rowse dijo: " Estamos trabajando con la asociación Británica de apicultores y apoyando investigaciones para que en los próximos 12 meses podamos criar selectivamente una abeja más robusta que no pueda ser atacada por parásitos o enfermedades.”
Bailey agregó que la escasez había sido profundizada por una subida del 11% de la demanda por la miel inglesa durante el año pasado. Aunque la miel británica significa solamente el 10% de las 30.000 toneladas de miel consumidas en el Reino Unido, otros países productores de miel también han sido golpeados seriamente por enfermedades de las abejas y por el clima.
La Argentina que es el “surtidor mundial” de miel seguido por México, produciendo hasta 75.000 toneladas, ha sufrido en los últimos años una baja del 27% en la producción debido a las sequías y a las grandes extensiones de monocultivo de soja, dejando como consecuencia una subida del 60% en el precio de la miel.
En los EE.UU, la producción de la miel ha decaído debido a la pérdida de un 36%, de las colmenas, muchas debido al Síndrome del Despoblamiento de las Colmenas (CCD por sus siglas en inglés). La desaparición misteriosa está ligada al ácaro de la varroa, succionador de sangre, a otros virus mortales, desnutrición por falta de alimentos variados, uso de agrotóxicos y por una carencia de diversidad genética.
El CCD se ha expandido a Canadá, a Francia, a Alemania y a Italia pero aún no ha sido confirmado por el gobierno de Gran Bretaña. La asociación de productores británicos insta al gobierno británico a colaborar en la investigación sobre las causas de la pérdida de abejas.
El ministro y agricultor señor Rooker, ha anunciado la desaparición de la abeja dentro de una década. El pasado mes de noviembre, dijo al parlamento: " No negamos que la salud de la abeja está en peligro y francamente, si nada se hace las abejas podrían desaparecer en 10 años.”
El Sindicato Nacional de Agricultores de Inglaterra y Gales declaró que es fundamental que el gobierno aumente su financiación en la investigación de las abejas. "La investigación en la varroa, la cría y el parásito de Nosema.” Chris Hartfield, consejero hortícola del sindicato, dijo: “Estamos hablando de seguridad alimentaría y que el suministro de los alimentos para el mundo está en riesgo.”
Finalmente un portavoz del Departamento de Medio Ambiente, Alimento y de Asuntos Rurales británico dijo: "Importantes fondos públicos están siendo destinados para apoyar esta área de trabajo, pero para asegurar que esta intervención sea eficaz, es vital que el trabajo sea conducido por una conocida estrategia donde todos los partidos estén de acuerdo”. (1)
Un problema cada vez más extendido
Lamentablemente esta situación no ocurre solo en Gran Bretaña, sino también en muchos países de distintos puntos del planeta y Uruguay no escapa a esta realidad.
En Florida, Estados Unidos la misteriosa desaparición de millones de abejas tiene a los apicultores muy preocupados. En diciembre del 2006 se encontraron con que muchas de las abejas habían desaparecido y lo curioso de este hecho es que no se encontraron rastros de sus cuerpos. La otra rareza de esta situación es que las abejas obreras se van, dejando a la reina atrás, comportamiento totalmente atípico dentro del reino de las abejas.
Con respecto a este tema, los científicos barajan diferentes hipótesis. Una de ellas es que el uso de algún agrotóxico haya provocado daños neurológicos a las abejas y alterado su sentido de la orientación, lo que les impediría encontrar el camino para regresar a sus colmenas. Otros culpan a la sequía e incluso a las ondas de los teléfonos móviles, pero lo cierto es que nadie sabe a ciencia cierta cuál es el verdadero desencadenante de este fenómeno.
Expertos de distintos lugares del planeta coinciden en que las causas son múltiples y muchas de ellas desconocidas, pero todos coinciden en que el cambio climático (largos periodos de sequía o de lluvias) las esta afectando, al igual que los cambios en las prácticas agrícolas, con el advenimiento de enormes monocultivos, que les lleva a tener una dieta desbalanceada o simplemente a tener grandes dificultades para conseguir alimento. Al igual que lo que ocurre con todo ser vivo, si las abejas no están bien alimentadas se vuelven propensas a contraer enfermedades.
Problemas de la producción apícola en Uruguay  
La producción de miel está disminuyendo en Uruguay y durante la zafra 2007/2008 se estima que alcanzará apenas el 40% de los niveles tradicionales, con una producción total de solo cinco a seis millones de kilos. Entre las causas que se manejan para explicar esta baja se mencionan el mal estado del tiempo y el nuevo escenario agrícola. Con respecto a esto último, se señala que en la zona oeste del país, donde se produce gran parte de la miel, los cultivos predominantes son ahora la soja, el trigo y la cebada, disminuyendo significativamente las áreas con praderas, situación que influye directamente en la producción de miel y pone en riesgo a la apicultura.
A ello se suma que hace varios años que los apicultores de Uruguay vienen manifestado preocupación por la desaparición de sus colmenas y abejas. Si bien hay instituciones en el país que estarían estudiando las causas de su muerte, éstas aún no están claras.
El uso masivo de agrotóxicos conocidos mundialmente por su toxicidad para las abejas es claramente una parte importante del problema. Científicamente está comprobado que ciertos insecticidas usados en agricultura son extremadamente tóxicos para las abejas. Tal es el caso del imidacloprid, fipronil, cipermetrina y endosulfán, entre otros, cuyo uso ha aumentado sustancialmente en nuestro país en los últimos años.
En relación al imidacloprid, los productores apícolas alemanes han llevado a juicio a la empresa Bayer, que lidera mundialmente el mercado de agrotóxicos y que produce este insecticida. Los apicultores consideran que este insecticida es culpable de la muerte de millones de abejas. En este momento su venta está suspendida en varios países europeos, por ser esta sustancia conocida por su alta toxicidad para las abejas. Sin embargo, se sigue utilizando masivamente en Uruguay.
El fipronil es otro de los insecticidas reconocidos por su toxicidad para las abejas. Francia lo retiró del mercado después de haber comprobado que la muerte de millones de sus abejas había sido causada por el uso de esta sustancia. En el mes de enero hubo una numerosa mortandad de abejas en el departamento de Flores, Uruguay, causada por el uso de este insecticida. Sin embargo, su uso continúa siendo autorizado.
El endosulfán es un insecticida organoclorado. Está clasificado por la Agencia para el Medio ambiente de Estados Unidos (EPA) y la Unión Europea como categoría Ib, es decir, como altamente peligroso. En varios países de Europa esta prohibida su venta.
El endosulfán es muy tóxico para prácticamente todo tipo de organismos, siendo muy tóxico para las abejas. Se dispersa ampliamente en el medio ambiente, a través del viento, ríos y corrientes marinas, trasladándose a todas partes del planeta. Si uso en Uruguay ha aumentado enormemente en los últimos años, vinculado al cultivo de la soja.
La cipermetrina, es otro insecticida peligroso, altamente tóxico para organismos acuáticos y peces, como también para las abejas. La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) lo clasifica como “posible carcinógeno humano”. Este insecticida está restringido y en algunos casos prohibido su uso por su toxicidad. Sin embargo, en nuestro país continúa siendo utilizado masivamente.
Todas estas causas y cada una de ellas pueden ser la razón de la desaparición de estos insectos tan sensibles como importantes en la agricultura, que “liban el néctar de las flores y al hacerlo permiten que el polen pase de una flor a otra, lo que favorece la fertilización y hace, en última instancia, que la fruta crezca”.
Uruguay, como país exportador de miel y productor de sus alimentos, frutas y verduras, debería tomar medidas que apunten a salvaguardar a las abejas en nuestros ecosistemas, ya que finamente son ellas el eslabón esencial de la producción de alimentos.

La producción de miel está disminuyendo

ARGENTINA-URUGUAY - Muerte masiva de abejas

Sylvia Ubal
Martes 21 de octubre de 2008, puesto en línea por Barómetro Internacional, Sylvia Ubal

“Si desaparecieran las abejas, en 4 años desaparecería la raza humana. Sin abejas, no hay polinización, ni plantas, ni seres humanos”. Albert Einstein
En los últimos años una preocupación crece, en Uruguay, Argentina y en todo el mundo; ¿por qué mueren masivamente las abejas? La ciencia tiene algunas repuestas de los expertos apicultores y biólogos
Los apicultores han tenido siempre la gran ventaja de que la abeja sobrevivió por millones de años y se adaptó a todos los desajustes producidos de manera directa o indirecta por el hombre, “el hombre destructor”. Lo llamativo es que todavía no logramos aniquilar a la especie Apis Mellifera a pesar de todo el esfuerzo que se hace para lograrlo. Lo grande es la admirable resistencia al maltrato que tiene la abeja y por eso la admiro.
El despoblamiento de las colmenas es consecuencia de varias causas, pasa por un manejo más amigable con la naturaleza y la apicultura, pero también de la agricultura, silvicultura, ganadería etc. Cuanto más nos alejamos de los manejos naturales más rápido se rompe el delicado equilibrio que reina entre las especies en la naturaleza.
La producción de miel está disminuyendo en Uruguay, durante la zafra 2007/2008 se estima que alcanzará apenas el 40% de los niveles tradicionales.
La Argentina que es el “surtidor mundial” de miel, seguido por México, produciendo hasta 75.000 toneladas, ha sufrido en los últimos años una baja del 27% en la producción debido a las sequías y a las grandes extensiones de monocultivo de soja, eucaliptos y pinos dejando como consecuencia una subida del 60% en el precio de la miel.
Los manejos antinaturales lograron el avance de las enfermedades, como el ácaro de la varroa, (succionador de sangre), a otros virus mortales, desnutrición por falta de alimentos variados que se hicieron resistentes por el uso indiscriminado de los agrotóxicos y por una carencia de diversidad genética, esto es una parte importante del problema
Herbicidas tóxicos usados en los cultivos destruyen a las abejas Científicamente está comprobado que ciertos herbicidas usados en la siembra de monocultivos que son extremadamente tóxicos para las abejas. Tal es el caso del imidacloprid, fipronil, endosulfán, cipermetrina, entre otros, cuyo uso ha aumentado sustancialmente en Uruguay y Argentina en los últimos años.
En relación al imidacloprid, los productores apícolas alemanes han llevado a juicio a la empresa Bayer, que lidera mundialmente el mercado de agrotóxicos y que produce este insecticida. Los apicultores consideran que este insecticida es culpable de la muerte de millones de abejas. En este momento su venta está suspendida en varios países europeos, por ser esta sustancia reconocida por su alta toxicidad para las abejas. Sin embargo, se sigue utilizando masivamente en Uruguay.
El fipronil: es otro de los insecticidas reconocidos por su toxicidad para las abejas. Francia lo retiró del mercado después de haber comprobado que la muerte de millones de abejas había sido causada por el uso de esta sustancia. En el mes de enero hubo una numerosa mortandad de abejas en el departamento de Flores, en Uruguay, causada por el uso de este insecticida. Sin embargo, su uso continúa allí siendo autorizado. El endosulfán: es muy tóxico prácticamente para todo tipo de organismos, y particularmente para las abejas. Se dispersa ampliamente en el medio ambiente a través de los vientos, ríos y corrientes marinas, trasladándose a todas partes del planeta. Su uso en Uruguay ha aumentado enormemente en los últimos años, vinculado al cultivo de la soja.
La cipermetrina: es otro insecticida peligroso, altamente tóxico para organismos acuáticos y peces, como también para las abejas. La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) lo clasifica como “posible cancerigeno humano”. Este insecticida está restringido y en algunos casos prohibido su uso por su toxicidad. Sin embargo, en Uruguay y Argentina continúa siendo utilizado masivamente. El control biológico puede acarrear algún riesgo, pero prefiero mil veces el control biológico al control químico.
Los monocultivos dañan la polinización y por ende la agricultura
La disminución de los ambientes naturales, la industria de la madera, las empresas de la pasta de papel, las grandes extensiones de los monocultivos, hace que sus efectos se introduzcan en los ecosistemas naturales, llevando allí su capacidad destructiva y su alta combustibilidad. Los cultivos de especies no atractivas o inusables para las abejas, son causantes de disminución progresiva de los ambientes para la apicultura
El monocultivo obliga a las abejas a consumir el polen de una sola especie, en la mayoría de los casos insuficiente en nutrientes y esto significa problemas muy serios de polinización y para los productores de miel
Todas estas causas pueden ser la razón de la desaparición de estos insectos tan sensibles como importantes en la agricultura, que “liban el néctar de las flores y al hacerlo permiten que el polen pase de una flor a otra, lo que favorece la fertilización y hace, en última instancia, que la fruta crezca”. Como explica Virginia Webb, una apicultora de Georgia que estos insectos tan frágiles son los ángeles de la agricultura. Uruguay, como país exportador de miel y productor de sus alimentos, frutas y verduras, debería tomar medidas que apunten a salvaguardar a las abejas en nuestros ecosistemas, ya que finalmente son ellas el eslabón esencial de la producción de alimentos.
No negamos que la salud de la abeja está en peligro y francamente, si nada se hace las abejas podrían desaparecer en 10 años Debemos respetar las reglas que nos impone la naturaleza. Que el hombre en su afán por superarse, en cierta forma se siente un poco Dios. Creador, inventor, transformador, dueño de la vida, patrón del universo, se olvida que las cosas en la naturaleza no están hechas por azar, que cada especie ocupa su lugar en la rueda de la vida, que cada vida tiene un rol a desempeñar y para poder cumplir con ese rol, necesita que se respete su forma de vida su evolución natural adaptada al medio, y las abejas que por millones de años, fueron capaces de defenderse solas sin la ayuda del hombre.

Muerte masiva de abejas
Escrito por Sylvia Ubal/ Barómetro internacional   
22-10-2008
“Si desaparecieran las abejas, en 4 años desaparecería la raza humana.
Sin abejas, no hay polinización, ni plantas, ni seres humanos”.
Albert Einstein

En los últimos años una preocupación crece, en Uruguay, Argentina y en todo el mundo; ¿por qué mueren masivamente las abejas? La ciencia tiene algunas repuestas de los expertos apicultores y biólogos.
Los  apicultores han tenido siempre la gran ventaja de que la abeja sobrevivió por millones de años y se adaptó a todos los desajustes producidos de manera directa o indirecta por el hombre, “el hombre destructor”. Lo llamativo es que todavía no logramos aniquilar a la especie Apis Mellifera a pesar de todo el esfuerzo que se hace para lograrlo. Lo grande es la admirable resistencia al maltrato que tiene la abeja y por eso la admiro.

El despoblamiento de las colmenas es consecuencia de varias causas, pasa por un manejo más amigable con la naturaleza y la apicultura, pero también de la agricultura, silvicultura, ganadería etc. Cuanto más nos alejamos de los manejos naturales más rápido se rompe el delicado equilibrio que reina entre las especies en la naturaleza.

La producción de miel está disminuyendo en Uruguay, durante la zafra 2007/2008 se estima que alcanzará apenas el 40% de los niveles tradicionales.

La Argentina que es el “surtidor mundial” de miel, seguido por México, produciendo hasta 75.000 toneladas, ha sufrido en los últimos años una baja del 27% en la producción debido a las sequías y a las grandes extensiones de monocultivo de soja, eucaliptos y pinos dejando como consecuencia una subida del 60% en el precio de la miel.
Los manejos antinaturales lograron el avance de las enfermedades, como el ácaro de la varroa, (succionador de sangre), a otros virus mortales, desnutrición por falta de alimentos variados que se hicieron resistentes por el uso indiscriminado de los agrotóxicos y por una carencia de diversidad genética, esto es una parte importante del problema. 
Herbicidas tóxicos usados en los cultivos destruyen a las abejas 
Científicamente está comprobado que ciertos herbicidas usados en la siembra de monocultivos que  son extremadamente tóxicos para las abejas. Tal es el caso del imidacloprid, fipronil, endosulfán, cipermetrina, entre otros, cuyo uso ha aumentado sustancialmente en Uruguay y Argentina en los últimos años.
En relación al imidacloprid, los productores apícolas alemanes han llevado a juicio a la empresa Bayer, que lidera mundialmente el mercado de agrotóxicos y que produce este insecticida. Los apicultores consideran que este insecticida es culpable de la muerte de millones de abejas. En este momento su venta está suspendida en varios países europeos, por ser esta sustancia reconocida por su alta toxicidad para las abejas. Sin embargo, se sigue utilizando masivamente en Uruguay.
El fipronil: es otro de los insecticidas reconocidos por su toxicidad para las abejas. Francia lo retiró del mercado después de haber comprobado que la muerte de millones de abejas había sido causada por el uso de esta sustancia. En el mes de enero hubo una numerosa mortandad de abejas en el departamento de Flores, en Uruguay, causada por el uso de este insecticida. Sin embargo, su uso continúa allí siendo autorizado.
El endosulfán: es muy tóxico prácticamente para todo tipo de organismos, y particularmente para las abejas. Se dispersa ampliamente en el medio ambiente a través de los vientos, ríos y corrientes marinas, trasladándose a todas partes del planeta. Su uso en Uruguay ha aumentado enormemente en los últimos años, vinculado al cultivo de la soja.
La cipermetrina: es otro insecticida peligroso, altamente tóxico para organismos acuáticos y peces, como también para las abejas. La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) lo clasifica como “posible cancerigeno humano”. Este insecticida está restringido y en algunos casos prohibido su uso por su toxicidad. Sin embargo, en Uruguay y Argentina continúa siendo utilizado masivamente. El control biológico puede acarrear algún riesgo, pero prefiero mil veces el control biológico al control químico.
Los monocultivos dañan la polinización y por ende la agricultura
La disminución de los ambientes naturales, la industria de la madera, las empresas de la pasta de papel, las grandes extensiones de los monocultivos, hace que sus efectos se introduzcan en los ecosistemas naturales, llevando allí su capacidad destructiva y su alta combustibilidad. Los cultivos de especies no atractivas o inusables para las abejas, son causantes de disminución progresiva de los ambientes para la apicultura.
El monocultivo obliga a las abejas a consumir el polen de una sola especie, en la mayoría de los casos insuficiente en nutrientes y esto significa problemas muy serios de polinización y para los productores de miel.
Todas estas causas pueden ser la razón de la desaparición de estos insectos tan sensibles como importantes en la agricultura, que “liban el néctar de las flores y al hacerlo permiten que el polen pase de una flor a otra, lo que favorece la fertilización y hace, en última instancia, que la fruta crezca”. Como explica Virginia Webb, una apicultora de Georgia que estos insectos tan frágiles son los ángeles de la agricultura.
Uruguay, como país exportador de miel y productor de sus alimentos, frutas y verduras, debería tomar medidas que apunten a salvaguardar a las abejas en nuestros ecosistemas, ya que finalmente son ellas el eslabón esencial de la producción de alimentos.
No negamos que la salud de la abeja está en peligro y francamente, si nada se hace las abejas podrían desaparecer en 10 años.
Debemos respetar las reglas que nos impone la naturaleza. Que el hombre en su afán por superarse, en cierta forma se siente un poco Dios. Creador, inventor, transformador, dueño de la vida, patrón del universo, se olvida que las cosas en la naturaleza no están hechas por azar, que cada especie ocupa su lugar en la rueda de la vida, que cada vida tiene un rol a desempeñar y para poder cumplir con ese rol, necesita que se respete su forma de vida su evolución natural adaptada al medio, y las abejas que por millones de años, fueron capaces de defenderse solas sin la ayuda del hombre.


Francia pretende elevar la apicultura a patrimonio mundial de la UNESCO

Defiende que su labor es vital para la conservación de los ecosistemas. De hecho, la polinización de los cultivos en el mundo supone 153.000 millones de euros. Aboga por reorganización del sector, crear una interprofesional y definir un estatuto.
Madrid. 24/10/2008
Rose Mary Acedo
El gobierno francés demandará la incorporación de la abeja como patrimonio mundial de la UNESCO, por su labor fundamental en el mundo como conservadora de los ecosistemas, de los que dice son prioritarios para la subsistencia diaria de más de dos tercios de la humanidad y para el 40 por ciento de la economía mundial, que depende directamente de dicha conservación.
Precisamente, la actuación de las abejas como polinizadoras de los cultivos a escala mundial se evalúa en 153.000 millones de euros. Demostrada su importancia, los ministerios de Ecología y Agricultura de Francia van a colaborar en un plan de acción contra el debilitamiento y la mortalidad de las abejas, según informa el Boletín Exterior de Noticias del MARM.
Su objetivo es organizar el sector apícola, debilitado sensiblemente, para lo que a partir de enero de 2010 los agricultores tendrán que realizar una declaración anual obligatoria de colmenas; crear una interprofesional; y definir un estatuto que diferencie entre el apicultor amateur y el profesional.
Para lograrlo, pondrán en marcha una Plataforma de trabajo cuya misión sea favorecer la creación de un instituto técnico y científico que elaborará y analizará los programas de investigación del sector.
Entre los temas a desarrollar por esta Plataforma: señalar las principales enfermedades, instaurar un protocolo de conocimientos en caso de intoxicación, crear una formación profesional apícola, instaurar un sistema de seguros, elaborar un etiquetado diferenciado para la miel del productor y la miel comercial o redefinir una reglamentación relativa a la jalea real, que impida su congelación.

28-10-2008
NUEVA ZELANDIA- LOS APICULTORES EN CONTRA DEL COUMAFOS
La Sra Lorimer, ex presidente de la Asociación Nacional de Apicultura, dijo que la autoridad que maneja los riesgos ambientales (Erma) había reconocido la oposición de la industria apícola al medicamento Checkmite porque contenía coumafos, un insecticida químico del que no se han reportado efectos secundarios en los seres humanos, pero que deja residuos en la miel, la cera de abeja y el medio ambiente de la colmena. "El problema con los residuos es que cuando las personas están exportando bienes hay un montón de países que no permitirá los productos apícolas con residuos químicos. Si los niveles son muy altos entonces se cerrarán los mercados de exportación ", Dice la señora Lorimer. Ella dice que hay varios otros acaricidas en el mercado y la mayoría de los apicultores los está eligiendo de manera responsable.

GUY BERNELAS, AUTOR DE ‘EL MANTO DE MEDEA’

“La extinción de las abejas está relacionada con los agroquímicos”

Jtxo Estebaranz (Bilbao)
El escritor francés reflexiona sobre las causas de la exterminación progresiva de las abejas y la falta de interés por investigarlo en este mundo ‘higienista’.
DIAGONAL : En el mismo título de El manto de Medea aludes a los agroquímicos neurotóxicos. Pero diversos laboratorios e instituciones no dejan de proclamar nuevas hipótesis acerca de la causa última de la extinción de las abejas : parásitos, ondas electromagnéticas… ¿Cuál puede ser la función de semejante multitud de investigaciones y conclusiones tan divergentes ?
GUY BERNELAS : En realidad, los laboratorios e instituciones de investigación no están realizando ningún estudio serio sobre la relación entre la utilización agrícola de insecticidas neurotóxicos y la extinción de las abejas. Están llevando a cabo algunos estudios, aun así son muy pocos para identificar otras causas posibles de la extinción de las abejas. La razón de ello es que sus patrocinadores y mecenas (fondos públicos y privados por igual) no quieren que se reproduzca ahora entre ellos lo que sucedió en Francia a fines de los años ‘90, cuando varios estudios serios de la subvención pública demostraron la implicación fundamental de los dos neurotóxicos sistémicos utilizados en el girasol y el maíz en la extinción de las abejas. En Inglaterra, por ejemplo, el Estado invoca la falta de dinero para evitar la financiación de tales estudios.
D : Tu libro, publicado a fines de 2006, analiza las iniciativas de los apicultores franceses respecto a la imidacloprida y los pesticidas que la difunden, así como las luchas llevadas en el Hexágono durante los primeros años de esta década. ¿Qué ha sido de ello ? ¿Conoces más procesos semejantes en otros lugares ? ¿Cuáles son las lecciones que pueden extraerse de estas resistencias ?
G.B. : La oposición de los apicultores franceses al empleo de estos dos neurotóxicos, aparecidos en 1994 y 1997, se manifestó de forma decisiva de 1998 a 2003. En 2004 obtuvieron la prohibición de su uso en el maíz y el girasol. A continuación callaron, mientras que sus colonias siguen siendo destruidas y la colecta se ve muy limitada, ya que el suelo sigue estando impregnado de estos venenos de acción duradera (al menos cuatro años), y la imidacloprida sigue siendo el insecticida más utilizado en Francia, especialmente en trigo y cebada. Hay que decir que el elevado precio de la miel, a nivel mundial, y las subvenciones del Estado o de las administraciones locales compensan una parte de las pérdidas. La lección que puede sacarse de ello es que, al comportarse los apicultores en todo momento como buenos ciudadanos respetuosos con la agroindustria, la química y el Estado, se dejaron engañar de buena gana con la falsa victoria concedida por éstos en 2004.
D : La agricultura industrial ha alterado la diversidad de los cultivos, tendencia que se acentúa con la proliferación de los transgénicos, así como con el empleo de los agroquímicos que, al parecer, han provocado la extinción progresiva de las abejas. ¿Ha trastornado esto las condiciones de la apicultura, una de las actividades aún realizadas por medios artesanales ?
G.B. : Evidentemente, la apicultura se ve arrastrada hacia la industrialización general de todas las actividades humanas. Pero este nivel de industrialización es muy variable según cada país y cada apicultor. En Estados Unidos, la mitad de las colonias de abejas sirve únicamente para la polinización de los cultivos industriales y circulan en camiones gigantes de este a oeste del país, siendo cada uno de sus propietarios dueño de hasta 40.000. En Francia, la apicultura ha seguido siendo más artesanal, aunque los apicultores profesionales posean varios miles de panales (hasta 4.000) y el número de apicultores aficionados se haya hundido estos últimos años.
El comercio de abejas reina y colmenas se ha hecho mundial. Dicho esto, el volumen de negocio de la apicultura y las personas que la practican no tiene gran peso en el balance de los dirigentes, ante el de la agroindustria y la agroquímica y sus usos.
D. : Se ha hablado mucho de la importancia de las abejas en el seno del ecosistema, de su labor necesaria para la polinización, y en este sentido se repite la célebre frase de Einstein sobre la pervivencia del género humano tras su desaparición. Pero creo que tu crítica se dirige más bien a la dominación de los humanos, que hace posible esta desaparición...
G.B. : La famosa frase de Einstein alimenta el catastrofismo orquestado por los dirigentes y utilizado por los industriales. En efecto, no inquieta a casi nadie : la suerte de los insectos no perturba a una población acostumbrada a la esterilización higienista de su entorno vital, y la polinización artificial que empieza a derivar de la destrucción de los insectos polinizadores supone un bonito mercado para la llamada ‘industria de lo vivo’. Así, el hombre moderno no ve en la desaparición o la disminución de un gran número de especies animales y vegetales la esterilidad y la fealdad de su mundo, sino un vacío que ha de llenar. Esta ceguera constituye el argumento central de mi libro. Porque lo desesperante en la extinción de las abejas no es tanto que las necesitemos, sino que se hayan manifestado tan poco la determinación y la conciencia necesarias para salvarlas, pues éstas son las cualidades humanas que harían falta para salvarnos a nosotros mismos.


GUY BERNELAS, CIENTÍFICO FRANCÉS

«La abejas mueren por los insecticidas, no por las antenas»

FELIX IBARGUTXI|
«La abejas mueren por los insecticidas, no por las antenas»
Guy Bernelas. /M. FRAILE
En 'El manto de Medea' alerta de que este mundo «higienista» quiere acabar con los insectos en general y las abejas pagan las consecuencias.
Invitado por la organización Ekologistak Martxan el francés Guy Bernelas hablará hoy en Bilbao (Ekoetxea, Calle Pelota, 5, a las 20 horas) sobre la disminución drástica en la población de abejas que se ha detectado en Francia en los últimos años. Cree que este insecto está siendo diezmado por los pesticidas neurotóxicos. Ha escrito el libro El manto de Medea (Edit. Muturreko burutazioak).
- ¿Cuáles son esos pesticidas tan nocivos para las abejas?
- La sustancia causante del mal es la imidacloprida. Fue comercializada por la casa Bayer, primero con el nombre comercial de Gaucho, luego, a partir de 2004, con el de Ferial. Esos insecticidas se usaron en abundancia en los campos de maíz y girasol. Las protestas de los apicultores y ecologistas hicieron que en 2004 se prohibiera su uso en esos dos cultivos, pero desde entonces se sigue utilizando para otros muchos vegetales, sobre todo el trigo y la cebada.
- ¿Cómo se percató del problema?
- Desde hace veinte años ayudo a un amigo apicultor a realizar sus tareas. Vimos que la producción de miel descendía sobremanera en las zonas próximas a los campos de girasoles.
- ¿Qué dijo la casa Bayer?
- Que el insecticida sólo se encontraba en las hojas inferiores de la planta. Pero quedó demostrado que también estaba presente en la flor. Y el problema se agrava porque la sustancia tóxica permanece en la tierra durante cinco años, aunque se deje de administrar a la planta o a la semilla. Y de la tierra sigue pasando a los vegetales.
- ¿Qué ocurre en la península ibérica: se usa ese insecticida?
- No lo sé.
- ¿En Francia ha habido muchas pérdidas en las colmenas?
- Han quedado vacías entre el 20 y el 50%, según las zonas, en el invierno del pasado año.
- Hay quienes dicen que las abejas se están muriendo por las radiaciones de los teléfonos móviles.
- Eso es una teoría interesada, un engaño. En todo caso se morirían las abejas muy cercanas a las antenas de los móviles.

El 'mosquito' es una máquina que vuela bajo y 'riega' una nube de plaguicida. 
CHICOS ROCIADOS CON PESTICIDAS TRABAJAN COMO BANDERAS HUMANAS.
Escrito por Diario La Capita - Rosario -
A veces me agarra dolor de cabeza en el medio del campo. Yo siempre llevo remera con cuello alto para taparme la cara y la cabeza'.
Gentileza de Arturo Avellaneda arturavellaneda@msn.com
LOS NIÑOS FUMIGADOS DE LA SOJA
Argentina / Norte de la provincia de Santa Fe
Diario La Capital
El viejo territorio de La Forestal, la empresa inglesa que arrasó con el quebracho colorado, embolsó millones de libras esterlinas en ganancias, convirtió bosques en desiertos, abandonó decenas de pueblos en el agujero negro de la desocupación y gozó de la complicidad de administraciones nacionales, provinciales y regionales durante más de ochenta años.  
Las Petacas se llama el exacto escenario del segundo estado argentino donde los pibes son usados como señales para fumigar.  
Chicos que serán rociados con herbicidas y pesticidas mientras trabajan como postes, como banderas humanas y luego serán reemplazados por otros.
'Primero se comienza a fumigar en las esquinas, lo que se llama 'esquinero'.
Después, hay que contar 24 pasos hacia un costado desde el último lugar donde pasó el 'mosquito', desde el punto del medio de la máquina y pararse allí', dice uno de los pibes entre los catorce y dieciséis años de edad.
El 'mosquito' es una máquina que vuela bajo y 'riega' una nube de plaguicida.  
Para que el conductor sepa dónde tiene que fumigar, los productores agropecuarios de la zona encontraron una solución económica: chicos de menos de 16 años, se paran con una bandera en el sitio a fumigar.  
Los rocían con 'Randap' y a veces '2-4 D' (herbicidas usados sobre todo para cultivar soja). También tiran insecticidas y mata yuyos. Tienen un olor fuertísimo.
'A veces también ayudamos a cargar el tanque. Cuando hay viento en contra nos da la nube y nos moja toda la cara', describe el niño señal, el pibe que será contaminado, el número que apenas alguien tendrá en cuenta para un módico presupuesto de inversiones en el norte santafesino.
No hay protección de ningún tipo.
Y cuando señalan el campo para que pase el mosquito cobran entre veinte y veinticinco centavos la hectárea y cincuenta centavos cuando el plaguicida se esparce desde un tractor que 'va más lerdo', dice uno de los chicos.
'Con el 'mosquito' hacen 100 o 150 hectáreas por día. Se trabaja con dos banderilleros, uno para la ida y otro para la vuelta. Trabajamos desde que sale el sol hasta la nochecita. A veces nos dan de comer ahí y otras nos traen a casa, depende del productor', agregan los entrevistados.
Uno de los chicos dice que sabe que esos líquidos le puede hacer mal: 'Que tengamos cáncer', ejemplifica. 'Hace tres o cuatro años que trabajamos en esto. En los tiempos de calor hay que aguantárselo al rayo del sol y encima el olor de ese líquido te revienta la cabeza.
A veces me agarra dolor de cabeza en el medio del campo. Yo siempre llevo remera con cuello alto para taparme la cara y la cabeza', dicen las voces de los pibes envenenados.
-Nos buscan dos productores.
Cada uno tiene su gente, pero algunos no, porque usan banderillero satelital.
Hacemos un descanso al mediodía y caminamos 200 hectáreas por día.
No nos cansamos mucho porque estamos acostumbrados.
A mí me dolía la cabeza y temblaba todo. Fui al médico y me dijo que era por el trabajo que hacía, que estaba enfermo por eso', remarcan los niños.
El padre de los pibes ya no puede acompañar a sus hijos. No soporta más las hinchazones del estómago, contó. 'No tenemos otra opción. Necesitamos hacer cualquier trabajo', dice el papá cuando intenta explicar por qué sus hijos se exponen a semejante asesinato en etapas.
La Agrupación de Vecinos Autoconvocados de Las Petacas y la Fundación para la Defensa del Ambiente habían emplazado al presidente comunal Miguel Ángel Battistelli para que elabore un programa de erradicación de actividades contaminantes relacionadas con las explotaciones agropecuarias y el uso de agroquímicos.
No hubo avances.
Los pibes siguen de banderas.
Es en Las Petacas, norte profundo santafesino, donde todavía siguen vivas las garras de los continuadores de La Forestal. Fuente: Diario La Capital, Rosario, Argentina
 

Eurodiputado lanza una Alerta Abeja

25/11/08
El vice-presidente de la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo, Neil Parish, se sirvió de una cita de Albert Einstein para prevenir sobre el drástico descenso de la demografía apícola: “Si desaparecen las abejas, la humanidad será la siguiente en hacerlo”, sentenció en su día el genio alemán.
Parish insistió en la urgencia de tomar medidas para frenar esta tendencia: "Seguir ignorando la población global de abejas de este modo tendrá consecuencias dramáticas sobre nuestras ya maltrechas fuentes de alimento".

"Plaguicidas o Apicultura" Impacto de los plaguicidas en la apicultura en el Cono Sur
25-11-08
Declaración del Seminario Internacional "Plaguicidas o Apicultura" en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires.
Nosotras/os, apicultores, estudiantes, y técnicos provenientes de Paraguay, Uruguay, Brasil, Chile y Argentina participantes del Seminario "Plaguicidas o Apicultura" reunidos en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires;
Denunciamos que:
* Los plaguicidas matan a las abejas y expulsan a las familias no solo de los apicultoras/es sino también a todas aquellas familias que desarrollan producciones diversificadas, cuyas formas de manejo de plagas preservan el ambiente, también a todos nosotros que somos parte de ese mismo ambiente.
* Las fumigaciones con plaguicidas no dejan ni fauna, ni flora cultivada o silvestre y ponen en peligro de extinción las especies vulnerables (todas las polinizadoras).
* Los monocultivos (de arándanos, soja, eucaliptos), atentan contra la biodiversidad de la flora, vulnerando la calidad y riqueza de la existente, debido a la falta de insectos polinizadores.
* La falta de difusión de los beneficios que trae de la polinización tanto en los aspectos productivos como ambientales, ya sea para la flora espontánea como para cultivos comerciales.
* Los problemas causados por plaguicidas no son denunciados frente a la realidad que ocurre, ya que los apicultores por lo general "están de prestado" en los campos.
* Resulta complejo y ampliamente vulnerable el manejo de las colmenas frente a la aplicación de agroquímicos
* Cambiar los métodos de aplicación no trae soluciones. La problemática de fondo seguirá en la medida que persista el modelo concentrador basado en el monocultivo.
* El problema de los plaguicidas en la apicultura no solo se relaciona con aquellos utilizados en la agricultura sino también por los aplicados en las colmenas por los apicultores (caso cumaphos o la aplicación de antibióticos como medida preventiva)
* Se produce una creciente intoxicación y contaminación por plaguicidas de las abejas, miel y cera
* Las multinacionales que producen plaguicidas avanzan en sus estrategias comerciales y aquellos prohibidos en Europa todavía se utilizan aquí. En Europa se dificulta el desarrollo de la apicultura por la aplicación de los insecticidas imidacloprid y fipronil. Los campos y el agua están contaminados por plomo y agroquímicos, y la salud humana está amenazada. Ha crecido el hipotiroidismo por causa de plaguicidas
* El control biológico como alternativa al uso de plaguicidas se vuelve imposible al estar rodeado por quienes aplican plaguicidas
* La importancia de la apicultura no esta instalada como eje de discusión en la sociedad, lo que la abeja pone a disposición de los seres humanos no lo hace, ni reconoce nadie
* En la mayoría de los países del Cono sur es muy poco visible la problemática de los apicultores en referencia a la perdida de población en las colmenas y a caída en la rentabilidad
* Los productores se inclinan por las actividades más rentables.
* Los laboratorios como Monsanto y Bayer colocan miembros en cargos directivos gubernamentales: por ejemplo el Ministro de Agricultura Familiar en Brasil fue directivo de Monsanto
* En la pampa húmeda de Argentina es mejor negocio la soja que la ganadería. Los productores deben optar por hacer soja o vender el campo. La producción ganadera no produce ganancias.
* La pelea por la tierra es sangrienta, en las actuales condiciones políticas y económicas y bajo los sistemas productivos vigentes, ya no alcanza la existente para las diferentes producciones.
* Los insumos aumentan y el precio de la miel es un engaño. En Argentina el precio es referente a nivel mundial
* No hay manera de controlar el respeto de las normas referidas a las aplicaciones de plaguicidas
Proponemos y nos comprometemos a:
* Sensibilizar a la población de productores y consumidores sobre los efectos nocivos de los plaguicidas para la producción apícola y para garantizar la biodiversidad en cantidad y calidad de flora cultivable y silvestre.
* Transmitir a otros técnicos y productores lo discutido y analizado en este foro y fortalecer la organización de los apicultores, concientizar y fomentar la integración con trabajos hacia el futuro
* Realizar denuncias por Internet a una página Web especial o link de Rap-al (Red de Acción en Plaguicidas y sus alternativas para América Latina)
* Bajar información (para descargar en esta página), incluso las vinculadas a denuncias. La información debe ser fidedigna y cierta
* En lo inmediato, hacer cumplir las leyes existentes (normas sobre aplicación de productos, cierre de piqueras) que exigen que el productor que vaya a fumigar deba comunicar esta acción en la zona.
* Incidir con los datos provenientes de las investigaciones y trabajos de campo en la definición de políticas públicas para el sector de pequeños productores ante la Sub-Secretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar.
* Analizar, compartir y proponer cambios en la legislación sobre apicultura
* Hacer proyectos de ley para lograr la prohibición de agroquímicos con presencia y participación de apicultores
* Hacer un diagnóstico de los países presentes en el seminario sobre la problemática, establecer coincidencias haciendo hincapié en la presencia de este nuevo grupo de plaguicidas que afecta a abejas y que ya produjo problemas en Francia.
* Denunciar los problemas en la salud derivados del uso de plaguicidas
* Introducir el tema en las carreras técnicas y ámbitos de divulgación y educación
* Generar y elevar el rango de información a nivel científico.
* Armar y alentar la realización y participación en Foros de información y discusión
* Apoyar y exigir el cumplimiento de la ley de Bosques para lograr el ordenamiento del territorio y encontrar soluciones ambientales y sociales al problema de los plaguicidas
* Generar, fomentar y concientizar sobre "Buenas prácticas de manejo", promoviendo alternativas de manejo para evitar el uso de plaguicidas
* Promover la apicultura como una alternativa de producción al monocultivo para lograr diversidad y un desarrollo sustentable.
* Promover los beneficios de la polinización como promoción de la apicultura
* Promover la Reforma Agraria Integral como horizonte a largo plazo
* Concientizar a los productores apícolas por el uso artesanal de acaricidas y el manejo alternado con acaricidas orgánicos, como lo recomienda el mismo INTA.
Exigimos que:
* La inmediata prohibición de plaguicidas altamente tóxicos, cuyo impacto ha sido certificado, en países desarrollados, como de alto riesgo. Entre ellos se encuentran el fipronil e imidacloprid, de los cuales existe abundante literatura científica que fundamenta su retiro del mercado pues los mismos ponen en riesgo la actividad apícola en nuestros países y la salud de la población campesina.
* Se declare a la actividad apícola de interés para el sector agropecuario en los países participantes en este seminario dado su gran aporte a la soberanía y seguridad alimentaria, a la economía campesina por la mano de obra que ocupa y la generación de ingresos. Así como su aporte fundamental en el mantenimiento y propagación de la biodiversidad, contribuyendo con la reproducción de las especies vegetales tanto en ecosistemas naturales como productivos. Además que sea considerada como una alternativa cultural y socialmente viable para la población campesina.
* A nuestros gobiernos, el cumplimiento de leyes que precautelen el desarrollo del sector apícola, principalmente en cuanto a la conservación de los ecosistemas libres de agroquímicos que atentan contra la vida de organismos útiles en la naturaleza, que cumplen la función de mejorar la vida de los seres humanos y perpetúan diversas especies de incalculable valor para la humanidad.

Los apicultores franceses solicitan la prohibición de otro insecticida

04/12/2008
Agroinformación- Un grupo de apicultores procedentes de Lyon, Toulouse, Nantes se manifestaron  en Paris con las colmenas vacías y pancartas. Solicitan que no se renueve el registro del insecticida denominado "Cruiser," ya que consideran que la sustancia activa, tiemetoxam, utilizado principalmente para el cultivo de maíz, es tóxico para las abeja.
Se trata de un producto que fue autorizado en 2008 por un año y que, por tanto, debe ser revisado ahora. Las asociaciones de apicultores piden que sea prohibido.

Medio ambiente
24-12-2008 | 11:37
    Hay que conocer al endosulfán  
La investigadora María Isabel Cárcamo, denunció hace cinco años que 60.000 pobladores del centro de Entre Ríos, en particular Villaguay, sufrían los efectos de la aplicación de endosulfán en los cultivos de soja transgénica.
 
El endosulfán comenzó a usarse después de que se vio que el  monocrotofoo  ocasionaba muchos trastornos; pero el remedio fue mucho peor que la enfermedad.

Los síntomas que produce el veneno en las personas expuestas a su acción, aún a dosis muy bajas,  son  diversos, pero el principal son diarreas casi imposibles de cortar. También mareos, sensación de hormigueo en el cuerpo, dolor de cabeza, náuseas y dificultades respiratorias que semejan ataques de asma.

En Villaguay se denunció entonces que había niños que se bañaron en lagunas y arroyos linderos a un  predio fumigado desde un avión con endosulfán, que tenían la piel lastimada, como con hongos. Se vieron  peces muertos en muchos arroyos y lagunas y también liebres y otros animales silvestres que se arrastraban antes de caer muertos.

El endosulfán es utilizado por los grandes productores de soja transgénica para combatir la chinche verde y las lagartas, pero afecta a todo tipo de insectos y animales, ya sea de sangre fría o caliente.

Las liebres, por ejemplo quedan de color blanco, tiradas muertas sobre los campos. Y por supuesto también afecta a las abejas.

Por ese tiempo se advirtieron, según Cárcamo, un  número de casos de malformaciones congénitas en recién nacidos  muy superior al normal.

Después de la denuncia de Cárcamo, se produjeron casos de vacas muertas por haber comido pastos envenenados con endosulfán.
Miercoles 07 de Enero de 2009                                        

Critican posición de ministra de Agricultura por cultivos transgénicos

SANTIAGO.-Fuertes críticas recibió las declaraciones de la ministra de Agricultura, Marigen Hornkohl, en el seminario "Cultivos Transgénicos en Chile: ¿qué queremos como país?”, organizado por el Núcleo Milenio en Genómica Funcional de Plantas de la Pontificia Universidad Católica y la Escuela de Biotecnología de la Universidad Santo Tomás (UST), en las que destacó el aporte que poseen los cultivos genéticamente modificados, conocidos también como transgénicos.
“La transgenia es una herramienta importante que ofrece enormes oportunidades ante los desafíos que se nos vienen y frente a todos los cambios adversos que ha provocado la misma humanidad, partiendo por el calentamiento global”, dijo la ministra en su intervención.
Para la bióloga doctora en zoología, María Isabel Manzur, encargada del área de biodiversidad de la Fundación Sociedades Sustentables, "la ministra (Marigen Hornkohl) está absolutamente desinformada". "Nosotros hemos ido a campos en la Sexta Región donde siembran semillas de maíz transgénico. Fuimos a los campos, y nos dimos cuenta que esos choclos que comemos en el mercado están contaminados con transgénicos, con genes extraños que no han sido autorizados por el Ministerio de Salud. Esta contaminación es muy difícil de detener, porque cuando siembras maíz y después que contaminas esa semilla la siembra se ve igual, sale maíz transgénico, echan polen de nuevo, contaminan", señaló Manzur en conversación latercera.com.
Según explica la experta, actualmente las compañías biotecnológicas están generando organismos resistentes a sus propios herbicidas y resistentes a insectos. Fabrican un "paquete tecnológico" en el que venden semillas patentadas a mayor precio, con el herbicida asociado, además de contratos rígidos para que los agricultores no puedan usar esa semilla el próximo año. "Cuando uno planta un cultivo de poroto de soja, salen las malezas, antiguamente le echaban herbicida antes que saliera el cultivo, porque si se hacía después mataba todo. Hicieron estos cultivos resistentes a herbicidas y sólo se muele la maleza y no el cultivo. Por eso se habla de un paquete tecnológico, porque va el herbicida, la semilla patentada a mayor precio, van los contratos para prohibir a los agricultores que siembren ese mismo cultivo, sino los persiguen y les cobran multas muy altas", señala.
Manzur sostiene que este el impacto de este "paquete tecnológico es muy grave sobre otros cultivos, porque el polen de un maíz transgénico viaja con el viento, poliniza a la flor de un maíz convencional y sale una coronta de maíz con semillas transgénicas".
"Eso es lo que la ministra (Hornkohl) no dice, que los impactos negativos de la contaminación genética son gravísimos. Claro que se puede modificar para que tengan más contenidos de vitaminas, pero tienes que comer ese arroz o maíz lleno de genes de bacterias, virus y de cosas extrañas que pueden generar resistencia a antibióticos, alergias y efectos tóxicos impredecibles, que ya han sido demostrados: le han dado soja y maíz transgénico a ratas y se han muerto. Han tenido efectos gravísimos sobre su salud, impacto en sus órganos interno, sistema inmunológico deprimido", dijo.

¿QUE SON LOS TRANSGENICOS?
Los organismos genéticamente modificados o transgénicos son aquellos que han sido modificados en su estructura genética.  Agregándoles genes nuevos creando organismos que nunca antes han existido en la naturaleza. "Se crean en laboratorios con técnicas sofisticadas, lo que significa que no son estas frutas y verduras que comemos ahora, que han sido modificadas por campesinos o agricultores durante cientos de años, que son las variedades de maíz y de papa. Se mezclan series humanas con plantas, con animales, con bacterias, cosas que jamás en la naturaleza se podrían haber mezclado", explica Manzur.

Lunes, 12 de Enero de 2009

EL PAIS  

LA JUSTICIA CORDOBESA PROHIBIO FUMIGAR CON AGROTOXICOS SOJEROS CERCA DE LAS AREAS URBANAS

El veneno que asoló el barrio de Ituzaingó

Tras diez años de denuncias de los habitantes del barrio Ituzaingó, de Córdoba, rodeado de campos de soja, la Justicia prohibió fumigar con agrotóxicos cerca de zonas urbanas. De cinco mil habitantes, 200 tienen cáncer. Todas las familias tienen un enfermo.
 Por Darío Aranda
El barrio Ituzaingó Anexo, en las afueras de Córdoba, es de casas bajas, asfalto gris y chicos que juegan en la calle. Era como muchos otros barrios, pero hace ocho años ganó notoriedad por la gran cantidad de enfermos de cáncer y niños con malformaciones. Sus habitantes miraron alrededor y comenzaron a encontrar causas de tanto mal: al este, norte y sur había campos de soja, sólo separados por la calle, y las fumigaciones con agrotóxicos llegaban hasta las puertas de las viviendas. La organización Madres de Ituzaingó, nacida a medida que las enfermedades se multiplicaban, relevó los casos y denunció a empresarios sojeros y a la dirigencia política, por complicidad. Las llamaban “las locas”, pero se convirtieron en pioneras en denunciar la contaminación del modelo agrario. A casi una década de las primeras denuncias, la Justicia cordobesa –por primera vez– acaba de prohibir a productores de soja que fumiguen en cercanías del barrio, lo establece como un delito penal y apunta contra el glifosato, el agrotóxico pilar de la industria sojera.
“Fumigar en áreas urbanas viola disposiciones de la Ley Provincial de Agroquímicos y constituye un delito penal de contaminación ambiental, que se pena con hasta diez años de prisión”, explicó el fiscal de Instrucción del Distrito III, Carlos Matheu, que determinó la figura penal de “contaminación dolosa del medio ambiente de manera peligrosa para la salud”. La medida, que podría sentar precedente para decenas de denuncias de todo el país, impide utilizar agrotóxicos a menos de 500 metros de zonas urbanas y, si las fumigaciones son aéreas, la distancia mínima deberá ser de 1500 metros. El fallo focaliza en dos agroquímicos: endosulfán y glifosato.
El endosulfán es un fuerte insecticida utilizado para el control de plagas en algodón, tabaco, sorgo y soja, entre otros. Entre sus principales comercializadoras se encuentra la empresa Agrosoluciones, unidad dedicada al agro de la multinacional química Dupont. Las compañías agroquímicas no mencionan sus efectos sobre la salud, a pesar de que la Red de Acción sobre Plaguicidas (PAN) –integrada por 600 organizaciones de 90 países– afirma que “los efectos del endosulfán incluyen deformidades congénitas, desórdenes hormonales, parálisis cerebral, epilepsia, cáncer y problemas de la piel, vista, oído y vías respiratorias”.
El glifosato es el agrotóxico más conocido de la Argentina. Se comercializa bajo del nombre de Roundup, de la multinacional Monsanto, líder internacional en agrotóxicos y blanco de las denuncias por contaminación ambiental y perjuicio sobre la salud. Las grandes empresas sojeras reconocen la utilización, como mínimo, de diez litros de Roundup por hectárea. En la campaña 2007-2008, el monocultivo de soja abarcó en la Argentina 17 millones de hectáreas y los campos argentinos fueron rociados, en un solo año, con 170 millones de litros del cuestionado herbicida. Se aplica en forma líquida sobre las malezas, que absorben el veneno y mueren en pocos días. Lo único que crece en la tierra rociada es soja transgénica, modificada en laboratorios. La publicidad de Monsanto clasifica al Roundup como inofensivo para al hombre.
En el barrio Ituzaingó Anexo viven cinco mil personas, 200 de ellas padecen cáncer. “Hay casos de jóvenes de 18 a 25 años con tumores en la cabeza. Chicos de 22 y 23 años que ya han muerto. Hay más de trece casos de leucemia en niños y jóvenes”, describen las Madres de Ituzaingó. “En todas las cuadras hay mujeres con pañuelos en la cabeza, por la quimioterapia, y niños con barbijo, por la leucemia”, lamenta Sofía Gatica, con veinte años en el lugar y referente de la organización, que padeció la muerte de un bebé recién nacido (con una extraña malformación de riñón) y, en la actualidad, su hija de 14 años está en pleno tratamiento de desintoxicación (estudios municipales confirmaron que convive con dos plaguicidas en la sangre).
El subsecretario de Salud de la Municipalidad de Córdoba, Medardo Avila Vázquez, fue el impulsor de la medida cautelar en febrero de 2008. “Cuando vimos los aviones fumigando arriba de las casas, hicimos la denuncia por envenenamiento”, explicó. El fiscal Matheu ordenó estudios en los patios de las viviendas y confirmó la presencia de endosulfán y glifosato. También allanó galpones de chacareros, encontró tambores con los agrotóxicos y (además de poner un límite a las fumigaciones) procesó a los productores sojeros, al dueño del avión fumigador y al aviador. “Es un hecho inédito en Córdoba. Hace diez años que ONG y vecinos denuncian intoxicaciones por la soja, y es la primera vez que la Justicia les da la razón, que se privilegia el derecho a la salud y la vida por sobre el derecho a realizar negocios”, celebró el funcionario.
Un relevamiento de la organización Grupo de Reflexión Rural (GRR), que impulsa una campaña para detener las fumigaciones con agrotóxicos, censó diez pueblos con denuncias sobre contaminación. Uno de los casos testigo fue el barrio Ituzaingó Anexo, donde confirmó alergias respiratorias y de piel, enfermedades neurológicas, casos de malformaciones, espina bífida, malformaciones de riñón en fetos y embarazadas y problemas de osteogénesis.
En marzo de 2006, la Dirección de Ambiente municipal analizó la sangre de 30 chicos del barrio: en 23 había presencia de pesticidas. “En todas las familias hay algún enfermo de cáncer, de todo tipo, pero sobre todo de mamas, estómago o garganta. Cada vez que rocían se seca la garganta, arde la nariz y muchos chicos quedan con los ojos blancos, viven a Decadrón”, relató Sofía Gatica y se largó con una lista de consecuencias: bebés sin dedos, con órganos cambiados, sin maxilares y cambios hormonales. “En mi cuadra hay una sola familia sin enfermos. Y están buscando mudarse porque saben que puede caer alguno”, lamentó.
La Organización Panamericana de la Salud (PS) también llegó hasta el barrio Ituzaingó, convocada por la Municipalidad y preocupada por la gravedad del caso. En agosto de 2007 comenzó a analizar los relevamientos existentes, realizó entrevistas y confirmó las denuncias. “Se concluye que el barrio Ituzaingó Anexo puede considerarse como un sitio contaminado. Los contaminantes de mayor importancia son los plaguicidas y el arsénico, fundamentalmente en suelo. La presencia de plaguicidas en tanques de agua posiblemente refleje la intervención de la vía suelo-aire.” Entre las imprescindibles acciones recomienda “incrementar el control sobre fumigaciones clandestinas a distancias menores a las permitidas por ley”.
Las Madres de Ituzaingó reconocen que el fallo judicial (realizado el 30 de diciembre último, pero difundido recién esta semana) llegó “cuando ya todo el barrio está envenenado”, pero se entusiasman al pensar que puede sentar precedente: “Son cientos los pueblos que padecen los efectos tóxicos de los agroquímicos sojeros. Es hora de que la Justicia comience a actuar”
UNA COMISION PARA INVESTIGAR LOS AGROQUIMICOS

Tóxicos bajo la lupa

Luego de reunirse con la Presidenta, la ministra Ocaña anunció la conformación de una comisión para estudiar los efectos de los insecticidas utilizados para la fumigación de campos en la salud.
Por Martín Piqué y
Darío Aranda
La ministra de Salud, Graciela Ocaña, informó que su cartera creará una comisión para investigar los efectos de la utilización de agroquímicos en la fumigación de campos. Esa comisión estará integrada por cuadros técnicos del Ministerio de Salud pero también por especialistas provenientes de ONG y universidades. “Vamos a evaluar todas las evidencias sobre los posibles efectos que los agroquímicos tienen sobre la salud de las personas”, aseguró ayer Ocaña desde la Sala de Conferencias de la Casa Rosada. El anuncio se concretó dos días después de que la Presidenta revelara desde la Quinta de Olivos que había pedido a la ministra que ordenara una investigación sobre la contaminación producida en varias localidades del país por el uso de los glifosato y endosulfán. Esos dos productos son utilizados para rociar los campos de soja.
El glifosato es el agroquímico más usado por los productores sojeros de la Argentina. En el país lo produce la empresa Monsanto, que lo comercializa con el nombre de Roundup. El endosulfán se usa con los mismos fines. Es un producto de la multinacional química Dupont. Estudios médicos realizados por la UBA, el Hospital Italiano de Rosario y el Instituto de Medicina Regional de Resistencia, Chaco, que depende de la Universidad del Nordeste, comprobaron que el contacto de esos químicos a través de la piel, los ojos, las vías respiratorias y el agua tiene gravísimas consecuencias para la salud. Los estudios comprobaron que ambos fertilizantes pueden producir malformaciones en los fetos, dificultades para la fertilidad, enfermedades respiratorias, cáncer y problemas dermatológicos.
En su aparición desde la Rosada, Ocaña contó que su cartera iba a elaborar un plan oficial para garantizar la protección humana ante el uso de los agroquímicos. La ministra reveló que ese plan prevé un fortalecimiento del trabajo en conjunto del Estado y las obras sociales. El objetivo será garantizar la vigilancia epidemiológica y conocer lo más rápido posible cuáles son las intoxicaciones que afectan a la población en las distintas provincias del país. La iniciativa del Gobierno incluirá varias líneas de consulta permanente para los pobladores. “Cualquier ciudadano puede pedir estudios de casos y hacer denuncias sobre su población”, subrayó Ocaña. El Ministerio de Salud ya habilitó una línea telefónica gratuita (el número es 0800-3450044) para recibir denuncias sobre contaminación con agroquímicos. También se podrán enviar denuncias por mail entrando al sitio de Internet www.msal.gov.ar.
Antes de hacer el anuncio, Ocaña estuvo reunida con CFK en el despacho presidencial de la Casa Rosada. Allí analizaron la documentación existente sobre el tema, lo que incluyó una investigación que Página/12 publicó en su tapa el lunes pasado. Esa investigación enumera todos los casos de contaminación con agrotóxicos que fueron denunciados en la Argentina. La denuncia más avanzada, que obligó a la intervención de la Justicia y ya logró una resolución inédita de parte de un fiscal del ministerio público, es la de los vecinos del barrio Ituzaingó Anexo, ubicado a treinta minutos de Córdoba Capital. En el barrio viven unos cinco mil habitantes: entre ellos ya hay doscientos enfermos de cáncer. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) confirmó que la propagación de la enfermedad en esa zona está causada por la contaminación con glifosato y endosulfán.
Los vecinos de Ituzaingó Anexo presentaron una denuncia ante la Justicia apoyados por el subsecretario de Salud de la intendencia de Córdoba, Medardo Avila Vázquez. Tiempo después, el fiscal Carlos Matheu ordenó una medida cautelar que prohíbe fumigar con agroquímicos a menos de 500 metros de las zonas urbanas. También fijó una distancia mínima de 1500 metros para las fumigaciones aéreas. El fiscal procesó a varios productores sojeros, al dueño del avión fumigador y al piloto que solía volar sobre el barrio. Los acusó de haber incurrido en la figura penal de “contaminación dolosa del medio ambiente de manera peligrosa para la salud”. La intervención del fiscal sentó un precedente para el país, aunque la contaminación está reglamentada por leyes provinciales.

22/01/09
Los campos cada vez están “más limpios”

Una investigación llevada a cabo por el Instituto francés de Investigación Agraria (INRA) ha puesto de manifiesto que en los últimos 30 años se ha reducido la biodiversidad de los campos. Han estudiado 158 parcelas de la zona de Côte d’Or (tanto la zona interior cultivada, como los bordes de las parcelas donde proliferan las malas hierbas), comparando las especies censadas en el periodo 1968-1976 con las de 2005-2006.

En treinta años, el número medio de especies por parcela cultivada (riqueza específica) ha caído en un 44%, mientras que el número de malas hierbas por metro cuadrado (densidad) ha disminuido en un 67%. En consecuencia, las parcelas están actualmente “más limpias” que hace 30 años. Además, la composición de las comunidades adventicias  (malas hierbas) se ha modificado fuertemente. De las 188 especies censadas en el comparativo 1968-1976, 67 han desaparecido en 2005-06 y solo han aparecido 34 nuevas especies.

Un tercio de las especies desaparecidas de las parcelas cultivadas después de los años 70 no se encuentra ya más que en los bordes de los campos. Este descenso afecta tanto a las especies raras con valor patrimonial, como a las especies más comunes. Los investigadores han observado una desaparición más marcada de las especies polinizadas por insectos. De las especies de malas hierbas que han desaparecido totalmente de los campos cultivados se encuentras el rango altitudinal (Gagea Villosa) y la neguilla (Nigella Arvensis).

4/2/2009

Sobreseído en Francia el caso del insecticida Regent y el despoblamiento de las colmenas

Un tribunal francés ha dictado auto de sobreseimiento (non-lieu) en el contencioso contra las empresas de fitosanitarios BASF Agro y Bayer Crop Science por comercializar el insecticida Regente, fabricado con la materia activa fipronil, la cual había sido acusada por asociaciones de apicultores de ser causante del despoblamiento de las colmenas. El tribunal ha sobreseído este caso ante la falta de pruebas que relacionen el despoblamiento con este producto.

Una encuesta realizada en Francia por el Ministerio de Agricultura ya determinó hace tiempo que no existe ninguna relación probada entre el despoblamiento de las abejas y los productos fitosanitarios acusados de ser su causa (Gaucho y Regent) y que en la mayor parte de los casos este despoblamiento se debe probablemente a la presencia de parásitos, malas prácticas sanitarias o a un tiempo desfavorable.


http://www.lefigaro.fr/flash-actu/2009/02/02/01011-20090202FILWWW00393-insecticide-regent-non-lieu-.php

El uso del fipronil fue prohibido en Francia a raíz de este asunto, en el que un grupo de apicultores de marcado matiz político consiguió imponer sin evidencias científicas su hipótesis de que la muerte de las abejas era causada por determinados productos (Gaucho y Regent) a base de poder mediático y del apoyo de organizaciones activistas y políticos interesados en sacar provecho de la cuestión, que relaciona la supuesta muerte de las abejas, símbolo de la ecología y el medio ambiente, a manos de los agroquímicos de las arteras multinacionales.

Yuyo, mentiras y veneno
por Graciela Cristina Gómez *

"Primero viene el desmonte, segundo la fumigación, después hongo a los chicos, granos,.. pastos naturales que se secan,.. aves que se mueren. ¿a quién le reclamamos?", (Campesino de Tres isletas, Chaco). (1)

Hoy las denuncias por agro tóxicos se multiplican y serán miles las que vendrán, hasta que por fin se escuche el clamor de los ambientalistas pidiendo la recategorización del glifosato. El grito de la tierra agonizando por la pérdida de nutrientes, la lucha de los enfermos ignorados por los medios al servicio de las "fabricas del espanto" y una medicina poco interesada en ahondar sobre disruptores endocrinos, negando la evidencia del daño que producen los plaguicidas. Mientras "las normas actuales solo tienen en cuenta el riesgo de cáncer, no toman consideración la vulnerabilidad especial de niños antes de su nacimiento y en las primeras etapas de vida, ni los efectos en el sistema hormonal, ignoran los efectos aditivos o interactivos de esas sustancias"(2).
Creer que es posible:
"La Presidenta ha firmado el Decreto Nº 21, por el que se crea una Comisión Investigadora sobre la utilización de agroquímicos. Se habilita una línea gratuita, y un mail para recibir cualquier tipo de denuncias o inquietud por parte de la población respecto de su situación sanitaria, en relación con los agroquímicos." (3)

La Comisión va a trabajar en el ámbito del Ministerio de Salud de la Nación, pero en conjunto, con otras áreas de competencias a saber:
-Secretaría de Ambiente y desarrollo sustentable ,Cuyo informe "El avance de la frontera agropecuaria" tiene aportes de una de las pocas voces con autoridad en el tema : el ingeniero agrónomo Walter Pengue, quien días atrás expresó:"Esta preocupación por la salud la tendríamos que haber tenido quince años atrás"(4)

-El SENASA ,que por fin se pondrá las pilas con el glifosato y nos dará un informe también sobre el endosulfán, su actual uso en la Argentina a pesar de su prohibición en 55 países, incluida UE.(5)

-La Secretaría de Agricultura, ganadería ,y pesca (SAGPyA), cuya pelea ficticia con Monsanto, por las patentes de soja RR , se inicia en 1996 mediante la resolución Nº 167,prosiguió luego con los maíces prohibidos en la UE, aprobados en 2007 por el mismo organismo, ignorando el principio precautorio.(6)

-El INTA ,que deberá definirse si se pone a disposición de la Comisión o sigue asociada a Basf con su mutagénesis inducida, y unificará criterios entre sus integrantes, cuya mitad afirma que "El suelo está subsidiando a los productores y al país",mientras la otra mitad no para de decir barbaridades en los medios, cual mercenarios de Monsanto ,repitiendo que pertenecen al INTA, creyendo que eso los habilita a decir tantas sandeces.(7)

-El INTI ,que nos dará un informe de sus tantos "servicios" , transporte de sustancias peligrosas y cómo realizar un estudio de impacto ambiental "real"… ya que el último "Botnia no contamina", no convence.(8)

No hay peor ciego que el que no quiere ver:
¿Escucharán realmente a las Ongs, únicas consustanciadas en el tema , que no mienten y cuya evidencia empírica acalla cualquier teoría o informe maquillado?
¿Tendrán en cuenta investigaciones realizadas por la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la UNL, que ya en 2006 indicaban que hay "asociaciones positivas entre niveles de pesticidas órgano clorados en el tejido adiposo mamario y el consumo de grasa animal y pescado de río?".(9)

El informe de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la UNR, que advierte que el glifosato, fue erróneamente catalogado como toxicológicamente benigno, tanto a nivel sanitario como ambiental,"la revisión toxicológica del glifosato conducida por un equipo norteamericano de científicos independientes (Northwest Coalition for Alternatives to Pesticides) indicó efectos adversos en todas las categorías estándar de toxicología: subcrónicos, crónicos, carcinogenéticos, mutagénicos y reproductivos".(10)

La Investigación del Hospital Italiano de Rosario, que afirma que " Existen relaciones causales de casos de cáncer y malformaciones infantiles entre los habitantes expuestos a factores de contaminación ambiental, como los agroquímicos".(11)

Por nombrar solo algunas voces de nuestra provincia, que daban señales a oídos sordos.
Lo que lleva a mi entrañable amigo Rodolfo Paramo, pediatra de Malabrigo a repetir incansablemente "Hay que darle pelea al abuso de los agroquímicos".

¿Trabajaran en conjunto todos en el marco del Consejo Federal de Salud, o solo es una utopía?
La Comisión dice que trabajará también con los casos que ya están judicializados o aquellos que surjan por parte de la población como inquietud o denuncia.

Daños colaterales:
Costa las Masitas , Entre Ríos, entre mayo de 2003 y enero de 2007 fallecen 3 niños (de 2, 7 y 8 años) por exposición directa al glifosato. Marzo de 2004, en el Hospital de Urgencias de la ciudad de Córdoba muere un hombre de 32 años. Había estado fumigando un campo con una mochila. En la misma fecha en Villa Libertador San Martín, Entre Ríos, muere un joven policía, familiares denuncian que se debió a la exposición a pulverizaciones con Fenitrotion y Endosulfán . También ése año en Piray, Misiones, fallece una niña por linfoma No- Hodgkin, por exposición reiterada al glifosato ¿Tendrán en cuenta los ignorados de toda la provincia de Santa Fe, donde se cuenta con precisos datos de bebes nacidos con malformaciones en Malabrigo y San Cristóbal ?(12)

Las denuncias de Colonia Loma Senés (Formosa), Ituzaingo Anexo (Córdoba) otros tantos en Santiago del Estero denunciados por Mocase-Vía Campesina (13) ,el Proyecto Uso de Agro-tóxicos y Malformaciones Congénitas Humanas ,cuyo director es el Dr. Hugo Gómez Demaio, jefe de cirugía infantil del Hospital Provincial de Pediatría de Misiones.

Las de Chaco," En materia sanitaria el Ministerio de Salud del Chaco, no hacen absolutamente nada en este tema. Ni siquiera llevan registros de los niños nacidos vivos con defecto de cierre del tubo neuronal porque no han elaborado el mapa de malformaciones registradas. El día que lo hagamos, el resultado será escandaloso"(14) y un largo listado de casos a lo largo y a lo ancho del "epicentro de la Segunda Revolución de las Pampas" y del "Soy power", nuevos términos acuñados por uno de los mayores exponentes de los agro-negocios. (15)¿Cuántos enfermos y pérdidas humanas debemos lamentar hasta que pare este genocidio y agrocidio?

Aportes desde Méjico:
"El doctor Medina Carrillo explica que los metabolitos del fertilizante dañan al embrión en sus fases iniciales, y destruyen parcial o totalmente el material celular, dependiendo de la estructura que dañe el agroquímico, ocurren malformaciones de boca (labio leporino y paladar hendido), de genitales (retención de testículos o penes con orificios de salida anormal), y alteraciones de articulaciones (luxaciones de cadera y dedos supernumerarios, o ausencia de los mismos).

La investigación comprende el estudio de 279 recién nacidos registrados en Nayarit durante el periodo de 1999-2001, se detectaron 26 tipos de malformaciones congénitas. El 18 por ciento de los recién nacidos estudiados tenían testículos no descendidos, otro 13 más espina bífida, y 10 por ciento luxación congénita de cadera. En tanto, las formas de exposición asociadas con mayor riesgo de malformación fueron acudir a campos fumigados y vivir cerca de ellos. Las malformaciones congénitas más graves, como las del sistema nervioso central, boca y genitales, se asociaron con dos o más formas de exposición". (16)

También Paraguay:
"Neonatos nacidos en el Hospital Regional de Encarnación, Departamento de Itapúa, Paraguay.
Un estudio prospectivo de casos y controles, entre marzo 2006 y febrero 2007. Se establecieron convencionalmente nueve formas de exposición a plaguicidas: 1) Contacto directo accidental 2) Ausencia de equipo de protección al aplicarlo 3) Almacenamiento en casa habitación 4) Presencia en campos fumigados 5) Comer en campos fumigados 6) Utilizar envases contenedores para agua de consumo 7) Convivencia con cónyuge trabajador en campos fumigados 8) Lavar ropa contaminada 9) Vivir cerca de campos fumigados". (17)

Tipos de malformaciones:
"Agenesias (Ausencia de brazos u orejas o mano o dedos)-Anomalías de la oreja (apéndice preauricular). Anencefalia (Carencia de cerebro )-Falta de descenso testicular completo-Equinovarus ( El pié aparece girado completamente hacia adentro)-espina bífida (es una malformación congénita del tubo neural y la médula espinal queda sin protección ósea)-Estenosis pilórica (Es el estrechamiento de una parte del estómago (el píloro gástrico) que va hacia el intestino delgado y no permite el paso de de alimentos del estómago al intestino)-exantemas ( es una erupción cutánea generalizada)-Hidrocefalia (Es la acumulación excesiva de líquido en el cerebro)-Linfoma de Hodgkin (Cáncer que se origina en el tejido linfático, que comprende los ganglios linfáticos y órganos que forman parte del sistema inmunológico )- Microcefalia (Malformaciones del cráneo)-Mielomengocele (Falta de cierre del tubo neural)- Paladar hendido-Labio leporino-Pie bot (es una deformidad congénita del pie)-Polidactalia (Dedos extras en manos o pies)-Sindactilia (Los dedos de manos y pies fusionados o unidos entre sí por membranas)".(17)

Discusiones abordadas:
" Al analizar la exposición de la madre a plaguicidas, como factor de riesgo para mal formaciones congénitas, vivir cerca de campos fumigados, vivir a menos de 1 Km., almacenar plaguicidas en la casa o habitación, lavar ropa contaminada y el antecedente de contacto directo o accidental. Un modo de exposición fue el uso de recipientes de plástico que contenían agroquímicos, para almacenar el agua utilizada en el hogar. Se hallaron riesgo aumentado para espina bífida e hidrocefalia, ante la exposición paterna a pesticidas en huertas e invernaderos. También hallaron asociación entre exposición a pesticidas en graneros y la presencia de defectos en la reducción de la cadera, así como relación entre la exposición y criptorquidia e hipospadias. Los resultados de este estudio soportan la hipótesis que los efectos de la exposición materna a trabajos agrícolas, se relacionan con el cierre del tubo neural y sugieren que la exposición de los padres a pesticidas en el período periconcepcional o antes, puede también incrementar el riesgo de tener un hijo con anencefalia." (17

A sacarse la venda:
Llegó el momento que los entes reguladores, demuestren su preocupación y no escatimen esfuerzos en la búsqueda de alternativas más seguras para el uso de plaguicidas, protección a la exposición y sus riesgos, control real de los posibles restos de plaguicidas en alimentos, verduras y frutas. Al decir de Altieri* "Educación e investigación agro-ecológica, privilegiando la producción local para el consumo local".Urgente recategorización del glifosato. Prohibición y punición a las cavas a cielo abierto donde se acumulan envases vacíos de los herbicidas usados, o su abandono en ríos o cursos de aguas que son los nuevos basurales de productores inescrupulosos .Un cumplimiento eficaz de las zonas delimitadas de resguardo ambiental, donde no se puede fumigar, y que no se respetan, ni circular con "mosquitos", ni almacenar los tóxicos dentro de zonas pobladas.

 En La Criolla, Santa Fe, denuncian los vecinos que los "mosquitos" se pasean por el pueblo o se estacionan a metros de la escuela Juan Arancio, con su carga letal, fotografiándolo con un celular.(foto izquierda).

El mismo día que la presidenta se reunía con las "Madres de Ituzaingó", por la noche, vecinos de Córdoba denunciaban que fueron fumigados nuevamente. ¿Qué debemos entender, que es costumbre en el interior y que la "idiosincrasia" del lugar ignora u omite que ésa conducta es ilegal?… de algo hay que morir…a mí no me va a pasar? ¿Penar y/o educar?

Por estos días otro dolor de cabeza les produjo las "tucuras", a los sojeros, no sojeros y al poco verde que queda en el seco norte santafecino y otras provincias ¿Estarán pensando combatirla con fipronil, cancerígeno, tóxico para abejas, aves y peces, siguiendo el ejemplo de Uruguay? (18). Dice la sabiduría indígena: "Cuando las plagas invaden el campo, solamente vienen como mensajeras de la naturaleza para avisar que se ha provocado un desequilibrio", pero nadie la escucha.

Dios los cría la soja los amontona:
Santa fe, tiene un Secretario de Sistema agropecuario, agro-alimentos y "NECROcombustibles", nacido en los pagos del feudo Vicentin. No terminamos de digerirlo cuando ahora también ,éramos pocos y parió la soja: "El ruralismo santafecino tiene su Mesa de Enlace", cuyo objetivo más cercano parece ser: "…Fijar denominadores comunes; por ejemplo cómo sumar actores importantes no necesariamente agropecuarios, como el comercio, para marcarle la agenda a los futuros candidatos en 2009"(19), pero también con vistas al 2011…obvio…Entre esos objetivos está la candidatura del personaje de las ya olvidadas inundaciones,"facilitador para la consolidación del polo agroindustrial del Gran Rosario".En Buenos Aires , el otro actor exhibe su "gran pergamino :la autorización de la soja RR en 1996".(20)

Los cuatro jinetes de "la abanderada del campo" , amenazan para marzo si no les dan el chupetín que perdieron cuando el Cleto creyó que hacía historia, y seguramente exigirán su lugarcito en las elecciones. No quiero imaginar que pedirá el mellizo, devenido prócer de la ruta. Seguramente que se declare al piquete de interés cultural, por decreto, para los "paisanos de 4x4 y alpargatas de carpincho". (21)La jefa del Ari, por su parte, se codea con Aapresid y sus alumnos en el templo del poroto de la calle Córdoba, en Rosario. -"Quo vadis", se preguntaron todos allí, ofrecerse de "banderrillero", jamás …pero se llenaron la boca con las palabras "agricultura sustentable" , aunque la mayoría no tienen ni idea de que se trata el Informe Brundtland.(22)

Quisiera pedirle a Ipesa un silo-bolsa con cierre hermético, para mandar a todos estos sujetos adentro ,junto a la soja que amarrocaron en el lock-out, por la hidrovía Rosario, solo con pasaje de ida, al país del nunca jamás.

"Tuve un sueño", decía el Dr. King,"pero no soy el único", decía Lennon, "no se puede vivir con tanto veneno", dice la cantante colombiana, …"pero nada es para siempre", completa otra cantante pero argentina. Yuyo y veneno cayeron en desgracia, puede que se retroalimenten y sobrevivan, pero la mentira de ser solución al hambre uno y biodegradable el otro, ya no se lo cree nadie.

* Autora: Graciela Cristina Gómez
Abogada(UBA)-Escribana(UNR)
http://ecos-deromang.blogspot.com

Fuentes:
1) "La muerte que viene en el viento", Biblioteca virtual Clacso.org.ar
2)  La amenaza de los disruptores endocrinos, Por José Santamarta
3) Conferencia de la Ministra de Salud, Graciela Ocaña, viernes, 16 de enero de 2009
4) "Se está perdiendo la soberanía alimentaría de los pueblos",Pagina12
5) "Agrotóxicos serían la causa de peces con dos cabezas", Alainet.org
6) "Ecologistas y agricultores denuncian que la UE aprobará tres transgénicos potencialmente peligrosos con el voto            
     favorable de España", Greenpeace
7) "Lo que no se dice del arroz", Ecos de Romang
8) "Para el INTI, Botnia no contaminó "www.infoalternativa.com.ar
9) " Plaguicidas en leche materna", El santafecino
10) "Varios estudios en Argentina detectaron restos tóxicos de plaguicidas en alimentos de gran consumo",            
        www.redbolivia.com
11) " Investigación del Hospital Italiano de Rosario confirmó los efectos de los agrotóxicos en la salud en los pueblos sojeros",
        Biodiversidadla.org
12) Sojización, toxicidad y contaminación ambiental por agrotóxicos",Alberto J. Lapolla//"Pachamama madre tierra te siguen
      contaminando "Ecos de Romang
13) "Hay denuncias en todo el país por el uso del glifosato", Pagina 12
14) "Malformaciones humanas por el uso de agroquímicos" ,Centro de estudios e investigación social Nelson Mandela, Chaco
15 y 20 )"El soy power llega a la política", Clarín Rural
16) "Malformaciones por plaguicidas", www.invdes.com.mx
17) "Malformaciones congénitas asociadas a agrotóxicos", 2008, -( Stela Benítez Leite ,Profesora Asistente, Cátedra de Pediatría. Centro Materno Infantil (CMI). Facultad de Ciencias Médica (FCM)- María Luisa Macchi Jefa de Sala e Instructor de Pediatría. CMI. FCM - Marta Acosta, Jefa de Neonatología. Hospital Regional de Encarnación). Biblioteca virtual Clacso.org.ar
*Una respuesta agroecológica al problema del monocultivo en la Argentina, Por Fabián Banga
18) "Cuando la naturaleza toma revancha", Alainet.org
20)" El ruralismo santafesino tiene su Mesa de Enlace", Rosario.net
21)"Cordura", Interlex Rosario
22) XVI Congreso Aapresid (Quo Vadis, expr. lat., ¿adónde vas?)

¿QUIÉN CONTROLA LO QUE COMEMOS?
Millones de argentinos consumen diariamente cereales, frutas, verduras y hortalizas que, en su mayoría, no atraviesan control alguno, o que estarían prohibidos en Europa y EEUU, por superar los límites permitidos de agrotóxicos.
“Come poco y cena más poco, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago". Cuando Cervantes dibujó en la boca de su estrecho don Quijote el consejo para Sancho, allá por el 1600, las preocupaciones asociadas a la comida eran bastante más sencillas que ahora: el goloso temía engordar; el hambriento, perecer.

Pero hoy cada alimento parece esconder un enemigo agazapado. Mientras los padres huyen de la traicionera Escherichia coli y los vegetarianos buscan “sustitutos” de la carne, los científicos se ocupan cada vez más de los residuos de plaguicidas presentes en lácteos, granos, frutas y verduras: un mal bocado que inquieta a los grandes importadores, como la Unión Europea, Rusia y los Estados Unidos, pero parece no indigestar a las autoridades locales.

En mayo, la Cámara de Diputados santafesina elevó al Ejecutivo provincial un pedido de informes sobre la presencia de plaguicidas y otros residuos peligrosos en leche materna y en productos lácteos industriales como leche, yogur y postres destinados sobre todo a los más chicos. La solicitud se basa en estudios realizados por investigadores del Laboratorio del Medio Ambiente de la Universidad Nacional del Litoral, coordinado por la doctora en Química Argelia Lenardón, sobre muestras obtenidas en el Hospital de Niños de Santa Fe y un hospital zonal del norte de la ciudad.

En el 86 por ciento de esas muestras se halló al menos un plaguicida de alta toxicidad –algunos prohibidos– como heptacloro, aldrin, clordano, dieldrin, endrin y DDT. Según los expertos, los plaguicidas viven decenas de años en la tierra y se trasladan muchas veces con los vientos o son comidos por las vacas junto con el pasto, y así entran a la cadena alimentaria hasta llegar a la leche que se consume en los hogares.

Gusto amargo.

Malezas, insectos, ácaros, gusanos, caracoles y hongos son algunos de los blancos preferidos de los plaguicidas, venenos con apellido (también se los llama “fitosanitarios” o “agrotóxicos”) que cuentan con ejércitos de defensores agropecuarios que invocan el uso y la dosificación responsables de las sustancias y el “período de carencia”. Esto último se refiere al tiempo que, en teoría, debe transcurrir entre la fumigación y la cosecha para que el consumo del producto no sea tóxico.

El problema es que estas buenas prácticas agrícolas no siempre se cumplen. “En algunos productores rurales hay un gran desconocimiento de la normativa vigente y de los plaguicidas adecuados para cada hortaliza o fruta”, explica la ingeniera agrónoma María Gabriela Sánchez, jefa del Departamento de Aseguramiento de la Calidad del Mercado Central de Buenos Aires. Y asegura: “También falta crear conciencia sobre los daños que puede causar en el medio ambiente, al acumularse en suelos y aguas, y sus efectos adversos en el ser humano, ya que muchos son cancerígenos”.

Otros apuntan a la acelerada expansión sojera del campo. “No es casual que la mayoría de las denuncias sean de las provincias de Córdoba y Santa Fe. Estas son las principales áreas productoras de soja transgénica, cultivo que ha provocado un aumento exponencial en el uso masivo de agrotóxicos”, asegura la bióloga y ecologista Javiera Rulli, miembro del Grupo de Reflexión Rural. En su último informe, la ONG investiga la relación de los plaguicidas con el aumento de casos de cáncer y malformaciones congénitas, lupus, artritis, púrpura, asma y alergias varias en las principales provincias sojeras. En el último año, dicen, se utilizaron en esas plantaciones unos 160 millones de litros de glifosato, un herbicida de amplio espectro y muy tóxico cuando está formulado.

El problema inquieta, y ni la espinaca se salva. Científicos de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Jujuy analizaron este año 37 muestras elegidas al azar, adquiridas en mercados de frutas y hortalizas y verdulerías de la ciudad de San Salvador de Jujuy. En todas ellas, los expertos hallaron residuos de zineb, un fungicida de uso masivo y de bajo costo muy utilizado en esa provincia. En el 17,1 por ciento de ellas, el tóxico superaba el límite máximo de residuo permitido en la Argentina, de 3 ppm (3 partes por millón) y el 93,55 por ciento superaba el rango fijado por la Unión Europea.

“Presenta efectos tóxicos agudos en humanos, como dermatitis de contacto, mareos y convulsiones”, explica la bioquímica Graciela Bovi Mitre, jefa del Programa de Detección de Residuos de Plaguicidas de esa facultad. Y añade: “Para la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer, pertenece al grupo 3, no clasificable como carcinogénico para los humanos, a pesar de que los investigadores españoles lo denunciaron como tal”.

Poco control.

La Agencia para la Protección Ambiental de los EE.UU. (EPA, por sus siglas en inglés) sostiene que la exposición dietaria a los plaguicidas ocurre a través del consumo de alimentos domésticos e importados que contengan residuos de estos químicos y de la ingestión de agua potable contaminada.

¿Quién controla estos excesos en la Argentina? En 2001, el Senasa creó el Sistema de Control de Productos Frutihortícolas Frescos (Sicofhor), cuya puesta en marcha estaba prevista en cuatro etapas, según se indica en su página web. Por ahora, sólo es obligatoria la primera, que es la identificación de los productos frutihortícolas frescos. La detección de químicos es la penúltima. Desde el viernes 29 de septiembre, PERFIL llamó siete veces al Senasa para ampliar la información y hasta envió un mail con las inquietudes a la casilla de prensa. Las respuestas llegaron por esa vía dos semanas después.

Uno de los pocos laboratorios del país preparados para detectar estos residuos tóxicos funciona en el Mercado Central de Buenos Aires, creado originalmente para ser epicentro controlador de las frutas y hortalizas de todo el país. Pero el sistema se desreguló en el ’92 y hoy se controla sólo un 20 por ciento de lo que se consume en la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano bonaerense. ¿Qué pasa con el resto de la mercadería? ¿Quién inspecciona? “No sabemos. Algunos mercados, como el de La Plata, implementaron sistemas de vigilancia: sacan muestras al azar y las mandan al Senasa para que las analice. Algo es algo”, lamenta la ingeniera agrónoma Sánchez, del Mercado Central. Y agrega: “En Córdoba y Río Cuarto están empezando a controlar, y también en el Mercado Fisherton de Rosario. Pero hay un problema grave: los recursos”.

—¿Cuánto cuesta montar un laboratorio apto para estos controles?
—Unos dos millones de pesos, que es el presupuesto anual para equipamiento y mantenimiento de nuestro laboratorio.

—¿Los productores pueden esquivar los controles?
—Técnicamente, sí. No es obligatorio mandar los productos a los mercados ni hacer estos análisis.

Los efectos de los pesticidas en los humanos son directos y pueden ser letales. El barrio Ituzaingó Anexo, de la capital cordobesa, es uno de los más complicados. Edificado sobre residuos industriales y con una población de 5.000 vecinos, cuenta actualmente con 200 vecinos enfermos de cáncer, mientras que 23 niños de la zona llevan en su sangre alfa hexaclorociclohexano, un poderoso pesticida prohibido en el país, según determinó un estudio realizado en marzo último por la Dirección de Ambiente de la Municipalidad cordobesa. Durante 20 años bebieron, lavaron y cocieron sus alimentos con agua contaminada con endosulfán y heptacloro –determinado por controles a los tanques de agua– y metales pesados como plomo, cromo y arsénico. Además, los vecinos luchan contra las continuas pulverizaciones que se realizan sin control en los campos de soja vecinos. “En el suelo se encontró malatión, clorpirifós, alfa-endosulfán y HCB”, detalla el informe.

La postal se repite en las poblaciones cordobesas de Monte Cristo, Mendiolaza, San Francisco y en las santafesinas San Lorenzo, San Justo, Las Petacas, Máximo Paz y Piamonte.

Hallazgo.

Una investigación argentina publicada este año en la revista científica Breast Cancer Research determinó “asociaciones positivas entre niveles de pesticidas organoclorados en el tejido adiposo mamario y el consumo de grasa animal y pescado de río”.

El estudio fue realizado por el Laboratorio de Endocrinología y Tumores Hormonodependientes de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional del Litoral. Los residuos de plaguicidas fueron encontrados en 76 mujeres que viven en Santa Fe y sus alrededores, no expuestas laboralmente a estos tóxicos, que fueron a hacerse biopsias por lesiones mamarias o tuvieron cirugías plásticas. “Esta gente incorporó el pesticida comiendo”, sugiere el estudio.

Entre las pacientes, 54 fueron diagnosticadas con carcinoma invasivo y 17 con patologías mamarias benignas. El 70 por ciento de ellas tenía una dieta rica en carnes rojas y embutidos. Se trata del primer reporte completo de la Argentina en cuanto a las concentraciones de residuos de organoclorados en mujeres de los últimos 30 años.

Protesta con abejas muertas

23.02.2009

Apicultores de Flores se movilizarán con camiones de abejas muertas al Ministerio de Ganadería, MGAP, para reclamar que se prohíba el uso de Fipronil, un insecticida tóxico para las abejas.
 Los productores dan un plazo de una semana para que se tome una medida, ya que aseguran que la situación es casi catastrófica.
Según se afirma, solamente en Flores, ya murieron mas de 2.000 colmenas y día a día se registra en todo el país mas mortandad.
El insecticida a base de Fipronil, el año pasado mató a 3.000 colmenas en Flores. Este año el MGAP lo habilitó el 17 de diciembre para el control de la Langosta.
Una semana después, los apicultores comenzaron a mantener contactos con la dirección de servicios agrícolas para advertir sobre el asunto.
Igualmente, un mes más tarde el MGAP habilitó la utilización de otros insecticidas, pero se mantiene la habilitación del Fipronil.
Los departamentos mas afectados son Colonia, Florida, Paysandú y Flores.
Daniel López, de la Sociedad de Apicultores de Flores, aseguró que son miles las colmenas muertas a esta altura, y que día a día en las recorridas de encuentra más mortandad. Dijo que hay mucha molestia por parte de los productores apícolas porque es algo que ya se había advertido.
“Nosotros le comentamos a esa gente que bastaba con sólo entrar a internet para que supiera que los insecticidas a base de Fipronil iba a ocasionar estragos en nuestra apicultura. Hoy, a 60 días después, estamos padeciendo lo que en esa fecha le advertimos lo que iba a pasar, estableció López.
López aseguró que la situación del sector y en este caso en  particular es casi catastrófica.
“La situación está catalogada como grave y sumamente grave. En este momento ya se nos fue de la mano y no podemos cuantificar porque día a día que salimos a los apiarios encontramos más colmenas muertas”, señaló López.
Si bien desde el MGAP se había reconocido la situación y se habilitó la utilización de otros insecticidas, ahora Fipronil sigue habilitado y siendo utilizado por los productores ganaderos para combatir la langosta.
Tiene un efecto de unos kilómetros de donde se aplica y es por esto la afectación, además perdura por unos días. Los productores reclaman que se prohíba de forma urgente su utilización, o el sector quedará casi en la ruina.
“El ministerio tiene que tomar una medida ya (...) Que por lo menos que como medida rápida suspenda momentáneamente el Fipronil y estos otros productos hasta que se tomen mediadas y después se ve porque esto va camino a la desaparición de las colmenas en todo el país. Es muy grave, yo quiero que quede claro eso. Aparte se nos decía que no había pruebas oficiales pero ahora hay todos los elementos. Acá si no se toma una medida a  corto plazo va a haber alrededor de 10.000 familias que van a quedar sin sus fuentes de trabajo”, aseguró López.

Por su parte, el ministro de Ganadería, Ernesto Agazzi, dijo que el ministerio habilitó otros seis insecticidas para poder mejorar esta situación. Igualmente aseguró que se van a tomar medidas en los próximos días cuidando tanto los intereses de los productores, también los de los apicultores. 
“Estamos en este momento tomando máximo nivel en el ministerio el tema entre los servicios técnicos que autorizan los insecticidas, las características del Fipronil –conseguimos información de Brasil y de Argentina- y en muy pocos días vamos a tomar una decisión que permita la coexistencia de los distintos tipos de producción. Un productor que tiene superficie grande, que está afectado en sus pasturas por las langostas dice que quiere utilizar el insecticida que mejor le sirve para controlar la langosta. Al mismo tiempo los productores apícolas dicen que trabajan con abejas y ese insecticida nos afectan las abejas”, explicó Agazzi.
Los apicultores de esa zona dan un plazo de una semana o de lo contrario se movilizarán hacia la capital.
Si no hay una respuesta de gobierno en estos días, tienen previsto movilizarse frente a la sede ministerial transportando camiones de abejas muertas y tirarlas frente a la puerta para demostrar los efectos del insecticida.
“Acá en Flores, Durazno estamos organizando una movilización. La gente está tan sensible con este tema que ya se dio un plazo de una semana. Si no se toman medidas se va a hacer algo que se estaba tratando de evitar. Se va a hacer una movilización y no queremos. Yo quiero llegar a que la gente entienda que no debe ser necesario eso porque toda esta gente estaba advertida de esto que iba a pasar”, afirmó López.
López aseguró que hay mucha molestia por parte de los productores por lo que se están tomando las precauciones necesarias para que ninguno de ellos lleve abejas vivas y pueda causar un efecto sobre la población al que no se quiere llegar.

ALEMANIA- DIFÍCIL BATALLA DE MONSANTO
Una batalla que se ha librado durante años en los tribunales, en el ámbito político y en los campos, continúa. Por un lado de la batalla están las empresas de ingeniería genética y, en particular, la corporación Monsanto de los EE.UU., el mayor productor mundial de semillas, que prácticamente tiene un monopolio sobre las plantas genéticamente modificadas (GM). En el otro lado están muchos adversarios de Monsanto, una heterogénea alianza que reúne a los agricultores ecológicos, junto a muchos otros grupos. El Apicultor Karl Heinz Bablok pasó a formar parte de la controversia, porque algunas de las abejas de sus colmenas recogen el polen de los campos en los que el Centro de Investigación de Agricultura del Estado de Baviera había plantado maíz genéticamente modificado de MONSANTO con fines de investigaci&oac ute;n. Bablok, que sabían que el maíz GM plantado en las cercanías podría estar presente en el pólen de sus colmenas, envió a analizar muestras para asegurarse de que su miel estaba limpia. Sin embargo, el laboratorio encontró que hasta un 7 por ciento del polen de plantas modificadas genéticamente se encontraba en su miel. Cuando el caso se hizo público, un tribunal de distrito en la ciudad bávara de Augsburgo ordenó a Bablok a dejar de vender, o incluso regalar su miel. Como resultado de ello, el se convirtió en el primer apicultor que entrega su miel a una instalación de incineración de residuos. Ahora Bablok está demandando al Centro de Investigación de Agricultura del Estado de Baviera para recuperar sus costos y su pérdida de ventas, dice que ascienden a unos 10.000 €.
2009-03-05
FRANCIA- Las abejas y pesticidas, LA GOTA QUE MATA
Las gotas de agua producidas por las plantaciones de maíz cuyas semillas fueron tratadas con insecticidas pueden matar a las abejas en pocos minutos, según lo muestra la investigación realizada en la Universidad de Padua, Italia.
Luego de diversos estudios, Alemania, a diferencia de Francia, prohibió el uso de insecticida Cruiser después de la muerte de abejas observada en el Baden-Württemberg. En Francia, el "Gaucho" y "regent" productos de recubrimiento de semillas de la empresa Bayer, fueron prohibidas en 2004 por su toxicidad en insectos chupadores. Aunque la Agencia Francesa de Seguridad Sanitaria de los Alimentos Afssa en su último informe sobre el tema no denuncia explícitamente el papel de los tratamientos en la desaparición de abejas, parece difícil negar sus efectos. Lo peor es que estos efectos pueden ser más amplios de lo que se había pensado anteriormente. Para el profesor Vincenzo Girolami, "las gotas de agua de las plantas de maíz cuyas semillas han recibido tratamiento con estos insecticidas, matan a las abejas en cuestión de minutos. Andrea Tapparo ha demostrado, realizando el análisis de las gotas de "transpiración" de las hojas, que podrían contener neonicotinoides (sustancias utilizadas en el tratamiento de semillas) en concentraciones 10,000 veces superiores a la dosis letal para las abejas.
Naturaleza de Echo
La revista ambiental

La UE prohibirá la comercialización de 70 pesticidas

Estas sustancias no han superado los controles de seguridad
  • Fecha de publicación: 16 de marzo de 2009
La Comisión Europea prevé prohibir la comercialización de 70 pesticidas presentes en el mercado europeo desde 1993. El motivo de su veto es que no han superado los controles de seguridad para determinar su efecto en el medio ambiente y la salud humana.
En una nota, el Ejecutivo comunitario explicó que todos los pesticidas analizados -alrededor de 1.000- "han pasado una evaluación de riesgo detallada para comprobar sus efectos en humanos y en el medio ambiente".
Androulla Vassiliou, comisaria europea de Sanidad, dijo que retirar del mercado los pesticidas que no han demostrado su seguridad supone un hito en la lucha para proteger la salud y el medio ambiente.
Bruselas recuerda que estas sustancias están presentes en decenas de miles de productos, por lo que es vital que superen sin problemas los controles para poder ser comercializadas.
Para ayudar a los Estados miembros de la UE en el proceso de autorización de pesticidas, la Comisión Europea cuenta con una lista que recoge aquéllos que son seguros y hoy tiene previsto habilitar una base de datos pública en su página web.

LA JUSTICIA PROHIBIO LAS FUMIGACIONES CON GLIFOSATO EN CAMPOS DE UNA LOCALIDAD DE SANTA FE

La salud, más importante que la soja

La medida suspende la utilización del producto en la ciudad de San Jorge, corazón del monocultivo de soja, ante un recurso de amparo presentado por vecinos. Productores marcharon al juzgado en defensa de las fumigaciones.
Por Darío Aranda
Ailén tiene sólo 2 años, pero ya conoce la faceta más silenciada del cultivo de soja: cuando tenía cinco días de vida sufrió su primera intoxicación con agrotóxicos. Desde ese momento, cada fumigación es un camino directo al hospital, y todos los días recibe un cóctel de medicamentos para poder respirar. Ailén tiene los ojos color miel y la tez blanca, vive en San Jorge, centro-oeste de Santa Fe, pleno corazón del monocultivo, y su casa está a diez metros de una plantación de soja. Cada vez que las avionetas rocían los campos, se repiten las alergias, intoxicaciones y problemas respiratorios. En base a estos padeceres y estudios médicos, la Justicia acaba de prohibir las fumigaciones con el agrotóxico Roundup, pilar de la industria sojera mundial y propiedad de la multinacional Monsanto. La medida privilegia la salud por sobre la actividad económica. Los productores agropecuarios santafesinos estuvieron lejos de aceptar el fallo: marcharon hacia el juzgado en defensa de las fumigaciones.
San Jorge está ubicada a 144 kilómetros de la capital provincial. Viven 25.000 personas y se la conoce como la “capital de la industria alimentaria”, por su pasado con gran variedad de cultivos, aunque desde hace una década reina la soja. En el barrio Urquiza, en las afueras de la ciudad, frente a campos con la oleaginosa, predominan las casas bajas aún sin terminar. “No estamos contra los sojeros, sólo queremos cuidar a nuestros hijos. Y todos acá sabemos que cuando fumigan, los chicos sufren”, resume Viviana Peralta, mamá de Ailén e impulsora del recurso de amparo, que fue acompañada por otras veintidós familias y el Centro de Protección a la Naturaleza (Cepronat).
El juez Tristán Martínez –del Juzgado Civil, Comercial y Laboral 11– hizo lugar al amparo el lunes último y ordenó la suspensión inmediata de las fumigaciones en adyacencias de la zona urbana de la ciudad, hasta que el Concejo Deliberante y el Municipio se hagan eco de la ley 11.273 (sancionada en 1995) y determinen qué zonas pueden ser rociadas con agrotóxicos.
La soja sembrada en el país ocupa 17 millones de hectáreas de diez provincias y tiene nombre y apellido: Soja RR, de la empresa Monsanto. Se llama así porque es “Resistente al Roundup”, nombre comercial del glifosato, herbicida vendido por la misma empresa. El químico se rocía sobre la maleza, que absorbe el veneno y muere en pocos días. Lo único que crece en la tierra rociada es soja transgénica, modificada en laboratorios. La publicidad de la empresa clasifica al glifosato como inofensivo para el hombre. La abogada patrocinante, Gabriela Ferrer, piensa diferente. “Los cuadros de broncoespasmos se agravan en épocas de fumigación. Los médicos han recomendado abandonar las casas cada vez que haya fumigaciones. Aunque se encierren en sus viviendas, se repiten durante días los dolores de cabeza, los problemas de garganta y la irritación de ojos”, detalla en la presentación judicial, que apunta contra los productores sojeros, la Municipalidad de San Jorge y el Ministerio de Producción provincial –que rechazó hablar con este diario–. Ambos espacios gubernamentales son responsables, por ley, de delimitar qué zonas deben ser destinadas a cultivos y qué espacios estar libres de agrotóxicos.
El amparo también avanza contra el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria. “Según el Senasa, el principio activo del glifosato está clasificado en la categoría de menor riesgo toxicológico, pese a que investigadores nacionales e internacionales han probado su alto grado de toxicidad y sus nefastas consecuencias sobre la salud”, detalla el amparo.
Las familias denunciantes y el Cepronat forman parte de la campaña “Paren de Fumigar”, iniciativa que denuncia los efectos sanitarios de los agrotóxicos y busca detener el uso de herbicidas perjudiciales a la salud y al ambiente. Su fundamento es el artículo 41 de la Constitución nacional. “Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras.”
Ayer a la tarde, tres días después de la prohibición judicial, Viviana Peralta (la impulsora de la denuncia) aún no había salido de su casa por temor a represalias. El pueblo, zona de monocultivo por excelencia, estaba convulsionado por el veto a las fumigaciones. Los productores sojeros no paraban de llamar a las radios locales, criticaban a las familias fumigadas y hasta se reunieron fuera del juzgado, para exigir que el juez se retracte.
“Los ‘gringos’ (productores de soja) andan diciendo por todos lados que nosotros dejamos mal parada a la ciudad. Es mentira, sólo queremos cuidar la salud de nuestros hijos”, explica, preocupada, la mamá de Ailén. “Soy nacida aquí. Mis seis hijos nacieron aquí. Siempre vivimos tranquilos, pero desde que llegó la soja todo cambió. Ya no se puede vivir por el veneno y no se puede hablar mal de la soja porque te saltan encima, te declaran enemigo. Les importa más el dinero que la salud de nuestros hijos”, lamenta


Apicultores advierten protesta

20.03.2009

Apicultores de Flores Uruguay buscan una solución urgente por parte de las autoridades reclamando la prohibición del pesticida fipronil, según afirman, tóxico para las colmenas.

Analizan movilizarse a Montevideo con abejas muertas como forma de protesta. Los productores mantienen contactos desde hace meses con jerarcas de los servicios agrícolas del Ministerio que a pesar de reconocer la situación no han retirado la habilitación a este insecticida que se usa básicamente para combatir la langosta.
Daniel López, integrante de la Sociedad Apícola de Flores, afirmó que en la zona ya han muerto más de 3.000 colmenas y que el friponil está afectando además al propio medio ambiente de la zona
“Aparte de las colmenas nosotros pedimos que se investigue sobre la salud, nosotros pedimos que se investigue sobre la contaminación ambiental. Nosotros hemos notado de unos años a esta parte una merma de aves autóctonas de animales”, dijo López.
Si en los primeros días de abril no tienen una respuesta aseguran que marcharán a Montevideo con camiones con colmenas con abejas muertas para protestar en las puertas del Ministerio de Ganadería.

Envenenamiento Múltiple. Glifosato y Roundup
27-02-09, Por Dra. Mae-Wan Ho y Brett Cherry
Científicos lograron establecer el modo en que muy bajas concentraciones del herbicida y otros productos químicos presentes en las formulaciones de la línea Roundup provocan la muerte de células humanas, fortaleciendo así el reclamo de su progresivo retiro del mercado, y de una inmediata prohibición para toda nueva liberación de cultivos transgénicos tolerantes a Roundup.
Este artículo fue presentado ante el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA), a través del Institute for Science in Society (ISIS). Las cuatro formulaciones de la línea Roundup del herbicida glifosato, fabricadas por Monsanto, son altamente tóxicas para las células humanas, y en concentraciones muy por debajo de los niveles recomendados para uso agrícola.
Investigadores del Instituto de Biología de Caen, Francia, publicaron sus últimos resultados en la corriente edición de la prestigiosa revista especializada Chemical Research in Toxicology (Investigación Química en Toxicología) [1].
Las formulaciones Roundup son cócteles letales. Las cuatro formulaciones de la línea Roundup son mezclas de glifosato con diferentes coadyuvantes. (Un coadyuvante es una sustancia "auxiliar" que se agrega para aumentar la efectividad del ingrediente activo).
Las formulaciones Roundup son en la actualidad, y de modo creciente, los herbicidas no selectivos más vendidos a nivel mundial, ya que más del 75 por ciento de los cultivos genéticamente modificados (GM) son tolerantes al Roundup. El Glifosato y su principal metabolito, el ácido amino-metil-fosfónico (AMPA), son importantes contaminantes de los ríos. Los coadyuvantes, a menudo no medidos en el medio ambiente, habitualmente se consideran "inertes" y son protegidos como secreto comercial por la industria manufacturera. Entre ellos, el predominante es el polioxietileno amina (POEA).
El POEA se utiliza como surfactante* en las formulaciones Roundup para mejorar la solubilidad y la penetración en las plantas. Los ensayos se realizaron en tres líneas celulares humanas: la línea celular primaria HUVEC, derivada de epitelio de cordón umbilical humano, la línea celular embrionaria 293 derivada de riñón humano, y línea celular de placenta JEG3. La totalidad de las células murieron dentro de las 24 horas de exposición a las formulaciones Roundup. Las formulaciones Roundup (R) contienen diferentes cantidades del ingrediente activo glifosato: Roundup Express, 7,2 g / l (R 7.2); Roundup Bioforce, 360 g / l (R 360); Roundup Grand Travaux, 400 g / l (R 400) y Roundup Grand Travaux Plus, 450 g / l (R 450).
Estas formulaciones fueron comparadas con glifosato (G), AMPA, y POEA. Todas las formulaciones Roundup en estudio, así como los componentes químicos individuales, fueron probados en concentraciones de 10 ppm (partes por millón) al 2 por ciento (el nivel recomendado para uso agrícola), lo cual significa que las formulaciones Roundup fueron diluidas hasta 100.000 veces o más.
Los investigadores encontraron que la presencia de los otros componentes químicos en las formulaciones Roundup, tales como el POEA, en realidad amplifican los efectos tóxicos del glifosato. Los niveles de toxicidad de las formulaciones Roundup no fueron proporcionales a la cantidad de glifosato que contienen, y es muy probable que se deban al POEA y algún otro ingrediente(s) secreto, presentes en todas las formulaciones. El POEA por sí solo es mucho más tóxico que las formulaciones Roundup, mientras que el AMPA es más tóxico que el glifosato.
Blancos múltiples en la toxicidad
Los investigadores ensayaron los efectos de las formulaciones Roundup (Rs), glifosato (G), AMPA y POEA en tres objetivos blanco que podrían provocar la muerte de la célula: daño a la membrana celular, envenenamiento de la mitocondria (lugar del metabolismo energético), y muerte celular programada que resulta en la fragmentación del ADN del núcleo de la célula. Midieron los marcadores enzimáticos específicos a diferentes concentraciones para cada daño después de 24 h de exposición, y también obtuvieron imágenes de los cultivos de las células bajo microscopio.
Todas las formulaciones R, así como el G, causaron la muerte de las células; los resultados fueron los mismos para todos los tipos de células humanas, pero a diferentes concentraciones. Así, el R 400, la formulación más tóxica, produjo la muerte de todas las células a 20 ppm, lo cual equivale a 8 ppm en G.
Sin embargo, el G solo, en concentraciones de 4-10 ppm, no resulta tóxico; su toxicidad se inicia en torno al 1 por ciento (10.000 ppm), y no está conectada con la membrana celular. Las formulaciones R dañan la membrana de la célula, y también envenenan la mitocondria. En contraste, el G envenena la mitocondria sin dañar la membrana celular.
Contra lo esperable, la formulación R 400 es más tóxica que R 450; esta última en cambio es más nociva que R 360, R 7.2 y G. Sin embargo, las respectivas toxicidades no fueron proporcionales a la concentración de G presente. El poder letal en las células de R 7.2 resultó casi el mismo que el de R 360, y estos resultados fueron consistentes a lo largo de todas las líneas celulares.
Esto sugiere que otras sustancias desconocidas están involucradas en los efectos tóxicos. Así, el AMPA y el POEA también producen muerte celular por intoxicación de la mitocondria y daño a la membrana celular. El surfactante POEA es tan potente que empieza a dañar la membrana celular en HUVEC y envenena las mitocondrias en 2 93 y JEG3 a dosis de 1 ppm. Las formulaciones de Roundup son más tóxicas que el G o el AMPA. El metabolito AMPA por sí solo destruye la membrana celular, sin embargo, el G no hace esto, aunque es 3 a 8 veces más tóxico para la mitocondria que el AMPA. Pero, como el daño a la membrana celular es más grave para la célula, el AMPA es más tóxico que el G, mientras que el POEA resulta el más nocivo de todos.
¿Qué ocurre cuando se combinan estos ingredientes? Los investigadores encontraron que para las células HUVEC y 293, las combinaciones de G y POEA, de G y AMPA, de AMPA y POEA fueron más tóxicas que la misma concentración de los ingredientes considerados en forma individual. Para la muerte celular programada, la acción es más rápida.
Las enzimas marcadoras se activan a partir de las 6 horas de exposición, con un máximo de 12 h en todos los casos. La línea HUVEC es 60-160 veces más sensible que las demás líneas celulares; G y R 360 son eficaces exactamente a la misma concentración, a partir de 50 ppm. Los coadyuvantes no parecen ser necesarios. El G individualmente considerado es un 30 por ciento más potente aquí que los Rs; actuó rápidamente en concentraciones 500 -1 000 veces más bajas que las de uso agrícola.
Prohibición de cultivos transgénicos tolerantes a Roundup
Estos últimos estudios confirman la copiosa evidencia acumulada sobre la toxicidad del glifosato y de las formulaciones Roundup [2] (Glyphosate Toxic & Roundup Worse, "El glifosato es tóxico y el Roundup lo es más", SiS Nº 26), y determinan los diferentes sitios de acción, todos los cuales resultan en muerte celular. Diversos estudios epidemiológicos anteriores habían vinculado al glifosato con abortos espontáneos, linfoma no -Hodgkin y mieloma múltiple.
Estudios de laboratorio han demostrado que el glifosato inhibe la transcripción en los huevos de erizo de mar y retrasan el desarrollo. Una breve exposición a glifosato en ratas causó daño hepático, y la adición del surfactante en el Roundup tuvo un efecto sinérgico, causando mayor daño en el hígado. También se encontró que el Roundup es mucho más letal para las ranas que para las malas hierbas, y que podría haber contribuido a la desaparición mundial de anfibios producida en las últimas décadas [3] (Roundup kills grogs, SiS Nº 26).
Exigimos una nueva revisión de la normativa sobre glifosato y Roundup en 2005 [2]. Hay ahora fundadas razones para su restricción, si no para un retiro progresivo del glifosato y del Roundup; en primera instancia, mediante la prohibición de la liberación de cultivos transgénicos tolerantes a Roundup en todo el mundo. Por la misma razón, no se debe aprobar ningún nuevo cultivo transgénico tolerante a Roundup para lanzamiento comercial. www.ecoportal.net
Referencias
Benachour N. y Séralini G-E. Glyphosate formulations Induce Apoptosis and Necrosis in Human Umbilical, Embryonic, and Placental Cells. Chem. Res. Toxicol., 2009, 22 (1), págs. 97-105
Ho M. W. y Cummins J. Glyphosate toxic and Roundup worse, Science in Society Nº 26, 12, 2005. http://www.i-sis.org.uk/GTARW.php
Ho M. W. Roundup kills grogs, Science in Society Nº 26 http://www.i-sis.org.uk/isisnews/sis26.php . 13, 2005.
El original en inglés de este artículo se puede leer en: ISIS http://www.i-sis.org.uk/DMPGR.php
* N. de la T.: Un surfactante es una sustancia que disminuye la tensión superficial de la interfase aire-líquido, facilitando la penetración de un determinado producto.
Traducción: Gladys Guiñez para Acción por la Biodiversidad - http://www.biodiversidadla.org

EE.UU.- NEONICOTINOIDES SISTÉMICOS, DATOS QUE ALARMAN A LOS APICULTORES
Apicultores de todo los Estados Unidos y de todo el mundo, han tenido problemas persistentes asociados con el uso del plaguicida sistémico imidacloprid. Desde los primeros usos del imidacloprid en Francia en 1994 sobre el girasol, los apicultores tuvieron problemas. Pronto a este problema se le dió un nombre en Francia: "enfermedad de la abeja enojada." Problemas denunciados por los apicultores, junto con los datos científicos independientes, llevaron al ministro francés de Agricultura a suspender la utilización de imidacloprid en los girasoles, en enero de 1999. En febrero de 2004, Francia prorrogó la suspensión y extendió la prohibición al maíz. Al mismo tiempo, seguir ampliando la prohibición de los insecticidas sistémicos para incluir el producto químico fipronil. En Europa, el debate continúa, datos importantes de los estudios de toxicidad que se producen muestran conclusiones que varían. Los fabricantes de productos químicos siguen manteniendo que el compuesto sistémico imidacloprid es seguro para su uso en torno a las abejas, los polinizadores nativos, aves, y no plantea un riesgo injustificado para el medio ambiente. Informes desde el terreno, sin embargo, están mostrando una historia diferente. El reciente aumento espectacular en el uso del imidacloprid, en las tierras de cultivo, pastizales, bosques, residencial y de recreo (campos de golf y parques), ha aumentado la exposición de los polinizadores a la contaminación de néctar y polen de flores. El Imidacloprid es sólo una de las seis formulaciones de productos en el marco más amplio de la clase "neonicotinoides sistémicos." Aunque en la actualidad sólo el imidaclopride está presente en los comentarios del público, seis de estos productos de esta clase son de gran preocupación para los apicultores. Se ha prestado mucha atención al tratamiento de semillas con el Gaucho, un nombre comercial para una formulación de imidacloprid. Los datos recientes de investigaciones de la Universidad del Estado de Pennsylvania en árboles de manzanas, aún no publicados y no reproducidos son muy preocupantes . Dos árboles de control, y dos tratados han sido utilizados en el experimento. Después de tres semanas no se detectó el imidacloprid. Sin embargo, en la próxima primavera, las muestras de polen extraída mostraron mas de 900 ppb de imidacloprid y 2 de sus principales degradants: 5 - hydroxe y olefinas. En Nectarios el número total fue de 1.450 ppb. Aunque es necesario realizar más investigaciones para corroborar este estudio y sacar conclusiones correctas, los datos iniciales plantean cuestiones acerca de cómo se almacena y transloca el im idaclopride en las plantas leñosas, como árboles frutales.

Apicultores uruguayos denuncian la muerte masiva de colmenas consecuencia del insecticida fipronil

Más de cinco mil colmenas muertas y millones de abejas contaminadas con un poderoso insecticida es el saldo del uso de este producto que ya ha sido prohibido en varios países del mundo.

La campaña ya lleva varios meses. Es que como resultado de la fuerte sequía acaecida en el campo uruguayo este verano se vio incrementada la población de langostas que diezmaron buena parte de los campos destinados a la ganadería.

Ante ello las autoridades uruguayas abrieron la canilla al fipronil, un insecticida sistémico, es decir que permanece a lo largo de toda la cadena biológica y hasta los propios alimentos que surgen de la misma.

Su aplicación para combatir a la langosta ha tenido efectos nefastos sobre las abejas, generando la mortandad generalizada de colmenas así como la merma en las producciones de las que sobreviven, dijo aRadio Mundo Real el apicultor Ricardo Carrera.

“Hasta ahora tenemos contabilizadas como muertas unas 5 mil colmenas”, dijo el productor “y en muchas otras tenemos fuertes mermas en las producciones”.

El fipronil y productos similares han sido prohibidos para su uso en Italia, Alemania, Reino Unido y otros países por su carácter sistémico. Es decir que el principio activo aunque se aplica a nivel de la semilla, se mantiene en la planta hasta la flor, el fruto y la semilla transmitiéndose a la cadena gástrica del ganado, por ejemplo… y también de las abejas. En Francia su uso está prohibido desde 2004.

Los apicultores uruguayos han manifestado asimismo la escasa resonancia que han tenido sus planteos en círculos oficiales, a pesar de que una comisión público-privada, la Comisión Honoraria de Desarrollo Apícola, ha alertado sobre el negativo efecto del fipronil para este sector de la producción primaria que en más de un 95 por ciento tiene carácter de exportación.

Carrera explicó que se debe guardar un radio de cuatro hectáreas sin colmenas desde el punto en el cual se ha hecho una aplicación de fipronil, por lo que el proceso de polinización de cualquier cultivo en las proximidades de un predio en el que se ha aplicado el insecticida se verá entorpecido, malogrando cultivos y perjudicando a productores de otros rubros y al medio ambiente en general dado el fenómeno de escurrimiento de esta sustancia hacia los cauces de agua motivando la mortandad de fauna acuática.

El fipronil ha sido desarrollado por el laboratorio francés Rhone-Poulenc a mediado de los 80, luego vendido a la corporación alemana BASF y en Uruguay es comercializado por la también germánica Bayer, señaló Carrera, aunque en la actualidad circulan comercialmente versiones del producto procedentes de China.

La corporación Bayer incluso ha manifestado a los apicultores que vienen movilizándose sobre el tema que estaría dispuesta a retirar del mercado uruguayo el producto antes de verse involucrada en una campaña de denuncia de los efectos del fipronil, comentó Carrera.

Ante la sucesión de denuncias, esta semana el gobierno uruguayo limitó el uso de fipronil como insecticida, aunque mantuvo su autorización como hormiguicida para las vastas plantaciones forestales que hoy dominan el paisaje, con lo cual el problema para los apicultores lejos parece estar de solucionarse.

Argentina: el herbicida nuestro de cada día
Bucólico refugio de la contaminación urbana, el campo argentino se ha vuelto para mucha gente un sitio del que quiere huir. El empleo masivo de herbicidas en los cultivos de soja, primer producto de exportación, está creando "una catástrofe sanitaria" en el ámbito rural, afirman ecologistas
Un informe redactado por el no gubernamental Grupo de Reflexión Rural (GRR) describe casos de cáncer en edades tempranas, malformaciones congénitas, lupus, problemas renales, enfermedades respiratorias y dermatitis en aumento, basado en testimonios de médicos rurales, especialistas y habitantes de decenas de localidades del interior país.
El GRR realiza desde 2006 una campaña para identifica los pueblos afectados por la fumigación con glifosato, el herbicida tolerado por las variedades de soja transgénica plantadas en Argentina, que elimina toda especie vegetal que no sea la oleaginosa. Cuando es rociado desde aviones, la forma más eficiente de aplicación, la deriva cae sobre zonas pobladas, dice el informe "Paren de fumigar".
Cincuenta por ciento del área agrícola argentina está ocupada por soja. En la central provincia de Córdoba la proporción supera 80 por ciento. El país produce unos 48 millones de toneladas que exporta a China e India. Y, según datos oficiales, se requieren unos 200 millones de litros de glifosato por año para pulverizar los campos.
Por su fácil manejo y el aumento de la demanda en mercados asiáticos, la leguminosa se extendió desde mediados de los años 90 a expensas de otros cultivos, de la ganadería y de los bosques. Pero, aparentemente, no fue solo diversidad agrícola y natural lo que se perdió.
La soja ha arrasado con corredores verdes de protección que bordeaban los poblados, formados por huertas familiares, granjas lecheras y de pequeños animales y plantaciones de frutales, afirma el estudio. Y la población de esas zonas quedó expuesta a los daños de la fumigación aérea.
El glifosato es el componente activo del herbicida Roundup, patentado por la corporación de la biotecnología Monsanto, que lo vende junto con su semilla transgénica de soja Roundup Ready. La empresa ha negado que, en condiciones adecuadas de uso, el producto sea nocivo para la salud humana.
El glifosato es también principal ingrediente de las fumigaciones áreas que se practican contra plantaciones ilegales de coca en Colombia, y su uso en zonas fronterizas con Ecuador ha dado lugar a denuncias de este país por daños a la agricultura y a las personas.
El proceso de control de malezas y plagas se realiza sobre todo mediante glifosato y el pesticida endosulfán. En el barrio Ituzaingó Anexo, en los suburbios de la capital de la provincia de Córdoba, los vecinos reclaman desde 2000 que cesen las fumigaciones.
Luego de varias denuncias judiciales y estudios sanitarios, a fines de 2008, un fiscal hizo lugar a una medida cautelar y, de momento, la pulverización en zonas aledañas al barrio está suspendida.
Como parte de su campaña "Paren de fumigar", el GRR apoyó demandas de los vecinos, recogió testimonios de afectados e incorporó estudios médicos de personas damnificadas. Esa investigación fue presentada este año a la justicia federal y a la presidenta de Argentina, Cristina Fernández.
El abogado Osvaldo Fornari, del GRR, dijo a IPS que se solicitó a la justicia federal que investigara el proceso de aprobación de los herbicidas y plaguicidas y que, en base al principio precautorio, adoptara "una medida cautelar" como la suspensión de la venta y el uso de productos sospechosos de causar contaminación en el campo.
La idea es que la medida aplicada en el barrio Ituzaingó Anexo se adopte en el plano nacional: un freno preventivo al uso de herbicidas muy tóxicos. Los activistas sostienen que las autoridades provinciales tienen dificultades para frenar el uso de agroquímicos, cuyo uso fue autorizado en los años 90 por autoridades nacionales. También se pidió a la presidenta que declarara "la emergencia ambiental" por esta causa.
Fernández ordenó instalar una comisión, coordinada por el Ministerio de Salud, para investigar "las causas y efectos vinculados a los contaminantes", trabajar en prevención y brindar "asistencia y tratamiento" a las personas intoxicadas.
El decreto presidencial prevé además la adopción de pautas para el uso racional de agroquímicos y, de ser necesario, su "eliminación".
La ingeniera agrónoma Alida Gallardo, agricultora orgánica del municipio bonaerense de Trenque Lauquen, sostiene que el problema allí es "gravísimo".
"Nosotros estamos en el área complementaria, alrededor del centro poblado. Al lado tenemos campos de soja con fumigación. Hace tres años nos quemaron la producción y ahora está más controlado", dijo a IPS.
"La soja dio lugar a estos tóxicos y ahora se los está aplicando a otros productos, como el trigo. La gente tiene que entender que la contaminación no es solo para el campo, sino para el que consume alimentos también", afirmó.
Pero el también agricultor Omar Barzeta, de Federación Agraria de la nororiental provincia de Santa Fe, dijo a IPS que "los tóxicos, con precaución, se pueden usar porque hay que combatir las malezas y los insectos, pero siempre cuidando la deriva".
"Hay una ley que prohíbe fumigar en zonas pobladas, pero es cierto que mucho no se cumple. El municipio debería velar para que se aplique, siempre con el consenso de todos, de los productores, de los vecinos", añadió.
Para Fornari, la contaminación por glifosato es consecuencia del modelo agroexportador basado en el cultivo intensivo de soja. "La esencia del modelo, la producción de soja, es un campo desierto, sin agricultores, un esquema que propicia el despoblamiento", opinó.
El informe del GRR afirma que la plantación de soja llega hasta las calles de algunos poblados. Las máquinas y recipientes utilizados para fumigar se lavan y guardan en zonas urbanas, y los granos, que diseminan partículas tóxicas, son almacenados en silos situados también entre viviendas, escuelas y otras instituciones de la ciudad.
Los testimonios corresponden a decenas de lugares en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe, corazón del área agrícola, cuyos habitantes reclaman un cinturón de protección al que no puedan acercarse los aviones fumigadores.
Hace 30 años vivir en el campo era sinónimo de vida sana, ahora es "una práctica suicida", afirma Mario Córcora, de Junín, una ciudad del norte de la provincia de Buenos Aires (centro-este), muy afectada por el herbicida.
En Santa Fe, la gente del barrio Malvinas de la ciudad de Rosario, logró que se trasladaran ocho acopiadoras de cereal con silos en zonas urbanas, denunciando que la salud de la población se veía afectada por su presencia.
Un estudio del Hospital Italiano Garibaldi de Rosario reveló que en seis poblados de la región los casos de cáncer de testículos y gástricos en varones son tres veces más frecuentes que en el promedio nacional, los de hígado, 10 veces más frecuentes y los de páncreas y pulmón, dos veces más frecuentes.
En el paraje cordobés de Alta Gracia, que atrajo en los años 30 a la familia del entonces niño Ernesto "Che" Guevara afectado por el asma, es ahora uno de los sitios afectados por las fumigaciones.
El revolucionario argentino-cubano no soportaría vivir hoy en Alta Gracia, que fue una villa turística reconocida por su clima seco, apto para la recuperación de enfermedades respiratorias.
En Basavilbaso, en la nororiental Entre Ríos, el ex fumigador Fabián Tomasi, de 43 años, perdió masa muscular, padece infecciones en articulaciones, afecciones digestivas y respiratorias y ardores en la piel, que lo obligan a dormir sentado. Ninguno de estos males pudo ser atribuido a otra causa que no fuera la exposición a agrotóxicos.
Otro caso que se investiga en esa provincia es el de la familia Portillo. El padre, Walter, que vive en la localidad Costa Las Masitas, está en silla de ruedas por una neuropatía. Su hijo murió a los ocho años de edad, tras sufrir cefaleas, vómitos y fiebre, al igual que dos sobrinos pequeños.
La justicia investiga si está contaminado el arroyo de esa zona rural, en el que se bañaban los niños muertos y del que la familia extrae agua, pues en él se lava maquinaria agrícola

Se ultiman los detalles de la normativa que limitará el uso de pesticidas en la UE

Las instituciones comunitarias llegan a un acuerdo sobre utilización, comercialización y vigilancia de estas sustancias
  • Fecha de publicación: 27 de marzo de 2009
La presidencia checa de turno de la Unión Europea (UE) señaló ayer que el Consejo de ministros de la UE y el Parlamento Europeo han alcanzado un acuerdo en torno a la parte que quedaba pendiente de la nueva legislación para restringir más el uso de los pesticidas en el territorio europeo.
De este modo, las instituciones comunitarias han pactado en Estrasburgo (Francia) los detalles sobre las estadísticas relacionadas con la utilización, comercialización y vigilancia de los productos fitosanitarios. Asimismo, el acuerdo elimina "trabas administrativas innecesarias" respecto a las propuestas iniciales. Este compromiso pone fin a "más de dos años de difíciles negociaciones" y supone el último paso antes de la aprobación definitiva del conjunto de reglas de la UE para la limitación de los pesticidas, explicó la presidencia checa.
La Eurocámara votará el acuerdo en su sesión del 21 de abril y después la legislación será ratificada por los ministros de la UE. Una vez ratificada la legislación, los países tendrán dos años de plazo (hasta 2011) para ponerla en marcha.

Controversia

La tramitación de la legislación sobre pesticidas empezó a finales de 2006 y ha concluido tras largas discusiones, marcadas por una gran controversia con las industrias, los agricultores, ecologistas y otros sectores interesados. La UE ya pactó durante el segundo semestre de 2008 el grueso de esta normativa, consistente en las reglas sobre la autorización y al empleo de esos productos y a la que dio el visto bueno el Parlamento Europeo en enero de 2009.
Esta nueva normativa prohibirá la utilización de fitosanitarios cerca de parques, escuelas, hospitales o de los ríos. También prohibirá que en la fabricación de fitosanitarios se empleen sustancias químicas que puedan ser cancerígenas o afecten a la reproducción, e introduce requisitos altos de seguridad para los componentes neurotóxicos o inmunotóxicos.
Asimismo, la legislación restringirá las pulverizaciones aéreas, salvo excepciones limitadas. Igualmente, establecerá una lista positiva de "sustancias activas" (componentes químicos de los fitosanitarios) para toda la UE y los pesticidas serán aprobados por las autoridades nacionales basándose en esa relación.

2009-04-03
EE.UU.- EL GOBIERNO DE CALIFORNIA CONFIRMÓ QUE ESTÁ REALIZANDO UNA RE EVALUACIÓN DE LOS PESTICIDAS NEONICOTINOIDES
Un insecticida sistémico no mata por contacto, sino que es tomado por las plantas cuando se aplica a través de riego o en el suelo. Mata insectos específicos cuando se alimentan de la planta. El vocero del Departamento de Regulación de Pesticidas DPR Lea Brooks dijo que la meta de la re-evaluación es determinar la magnitud de los posibles peligros y para identificar maneras de reducir o eliminar el problema. Según lo revelado por Bayer CropScience con base en Carolina del Norte, mostraron varios niveles de imidaclopridd en hojas y flores, en función de la tasa de aplicación y tipo de planta, pero los datos indican que los residuos de algunas plantas han medido por encima de 4.000 partes por billón (PPB). La concentración letal de imidacloprid necesaria para matar el 50 por ciento de una población de abejas, según ensayos, es de 185 partes por PPB. Los dat os de Bayer CropScience también indicaron que cuando se aplican en el suelo, los residuos de imidacloprid se mantuvieron relativamente bajos para los primeros seis meses después de la aplicación, pero luego hubo un aumento espectacular que se mantuvo estable en algunos casos por más de 500 días después del tratamiento. Brooks dijo que los estudios del DPR mostraron tasas de tratamiento en los estudios donde los niveles de residuos de imidacloprid fueron altos, similares a los encontrados en los huertos. Apicultores a nivel nacional y Bayer son conscientes de las re-evaluaciones, y sus representantes se reúnen para debatir la cuestión. El Apicultor de Florida David Mendes, quien es Vice President de la Federación de Apicultores de América, dijo que hay un diálogo permanente con Bayer y la EPA sobre las nuevas maneras de cuantificar la toxicidad del material para las abejas. Mendes es miembro de la Junta Consultiva Nacional de Apicultura, que ha celebrado reuniones con Bayer. Dijo que las normas actuales para la medición de la toxicidad no funcionan bien con las nuevas formulaciones de plaguicidas. El objetivo, dijo, es encontrar productos que sean seguros para las abejas y no tengan efectos a largo plazo. Muchos apicultores piensan que las concentraciones de los plaguicidas en el polen provocan problemas de desarrollo en la crías, Mendes dijo a la prensa de Capital el año pasado. Asimismo, reconoció que gran parte de las pruebas contra los neonicotinoides son anecdóticas. En California, algunos apicultores se han negado a llevar colmenas donde los productos químicos se han aplicado. Jack Boyne, director de comunicaciones de Bayer CropScience, dijo que los reguladores estatales y federales rutinariamente evaluan los plaguicidas. La reevaluación en California fue motivada en parte, dijo, sobre las preocupaciones expresa das por los apicultores y a las investigaciones sobre el Síndrome de Colapso de las Colmenas