La Naturopatía o Medicina Natural pude de definirse como la ciencia que estudia como cuidar, recuperar y conservar la salud, por métodos exclusivamente naturales, utilizando para ello los elementos que la naturaleza pone a nuestro alcance; y que son los mismos que sostienen la vida, es decir alimento, hierbas, el sol, el aire, la tierra, el agua.
Partiendo del principio de que el organismo posée la energía y la capacidad de equilibrarse y/o de curarse a sí mismo, la Vis Naturae Medicatrix de Hipócrates, o la Homeostasis de la ciencia moderna. De hecho la misma ciencia oficial reconoce que el 80% de todas las patologías o enfermedades humanas se curan solas, es decir, son autolimitadas, a través de la puesta en marcha de los mecanismos autorreguladores que el propio organismo posée.
Recordemos que el mismo Hipócrates, el Padre de la Medicina, afirmaba entre otras cosas (aforismos) que “lo que mantiene la salud, cura la enfermedad, y lo que cura la enfermedad mantiene la salud”.
A modo de introducción de este trabajo, diremos que hoy una gran parte de la medicina de vanguardia en todo el mundo, está reconociendo y valorando la sabiduría y la eficacia de los métodos naturales de curación, a través de una impresionante cantidad de trabajos científicos que respaldan estas aseveraciones.
Parece que por fin la medicina oficial vuelve a descubrir, o “redescubrir”, que la mejor de las medicinas es la prevención, que “vale más que un kilo de curación”.
También Hipócrates tenía muy en claro este concepto, al afirmar que “la salud se merece, se gana y se defiende día tras día con métodos previstos por la naturaleza, y no por medicamentos”.
Historia
La Medicina Natural o Naturista no es nueva, ni es patrimonio de una sola cultura o civilización, sino que ha sido utilizada desde los tiempos mas remotos, por todas las grandes culturas de la historia, las cuales han transmitido esta sabiduría a las distintas generaciones, permitiendo así que llegasen hasta nuestros días.
Como ejemplo citaremos, entre otras, la medicina ayurvédica, con mas de 6000 años de antigüedad, la medicina china con mas de 5000 años, y, mas cerca, tenemos la medicina griega en occidente, con 2500 años aproximadamente, siendo Hipócrates su más famoso representante en esta escuela, y el primero en otorgarle una base racional a la medicina, la cual llega a conocerse como Medicina Hipocrática, y la cual representa la fuente de la actual medicina naturista en occidente.
Esta filosofía médica constituyó la medicina dominante en la cultura occidental, durante muchísimos años, hasta principios del siglo XIX, cuando Luis Pasteur (1822-1895) desarrolla la teoría microbiana, a partir del descubrimiento de los microbios, dando origen así al nacimiento de la Microbiología.
La teoría microbiana de Pasteur, sostiene que la enfermedad es el resultado del ataque de un agente extraño, en este caso el microbio, el cual produce una enfermedad específica, y para la cual existe un tratamiento determinado (medicamentoso). Así, a partir de esta teoría, se dejan de lado las viejas enseñanzas hipocráticas, y los programas de estudio de la Medicina sufren un giro espectacular en cuanto a la concepción y también del tratamiento de la enfermedad, para acudir en defensa de un organismo indefenso, que ha sido agredido por un agente externo.
De éste modo se exonera al individuo de toda responsabilidad sobre su salud, ya que a partir de ahora se convierte en una víctima de las circunstancias, en este caso, de un microbio. De ahora en mas la medicina se transforma en el arte de cazar microbios, en el organismo enfermo (?).
Cabe resaltar que antiguamente, y anterior al descubrimiento del microbio, la enfermedad era atribuida a los miasmas, o “entes” misteriosos, y que al igual que los microbios, se apoderaban de un organismo enfermo, lo cual demuestra que en el fondo, la concepción fatalista y causal del estado de enfermedad, sigue siendo la misma, y ajena a la persona, llámese miasmas, o mas científicamente, “microbios”.
Como veremos, ésta concepción microbiana de la enfermedad, está siendo cuestionada cada vez más por numerosas investigaciones modernas, que demuestran que muchas de las afecciones de las sociedades modernas, no “encajan” y no pueden ser explicadas por el modelo microbiano. Así, el Dr. René Dubos, microbiólogo y catedrático de Microbiología de la Universidad Rockefeller, recalcó que, mientras muchas clases de bacterias coexistían pacíficamente en el cuerpo humano, los organismos patógenos sólo se desarrollan cuando se produce un desequilibrio fisiológico del organismo; es decir cuando el terreno se vea favorecido por condiciones que permiten la proliferación de una microflora patógena.
El fisiólogo Claude Bernard (1813-1878), en contraposición a la teoría de Pasteur, sostenía que era “el terreno”, y no los microbios, el elemento mas importante a tener en cuenta.
Cabe recordar también, que en su lecho de muerte, Pasteur finalmente reconoció que “Bernard tenía razón”, “el microbio no es nada, el terreno lo es todo”.
A partir de la teoría microbiana de la enfermedad, comienza toda una nueva era de la Medicina, la de la “medicina científica”, y la utilización de fármacos especiales para luchar contra éstas criaturas (o miasmas) causantes de la enfermedad. Aparecen las sulfamidas, y posteriormente, los antibióticos (anti-vida).
Como resultado de este nuevo enfoque terapéutico, muchas voces se levantan en señal de desacuerdo, al advertir sobre las consecuencias para la salud, el hecho de confiar únicamente en productos de laboratorio, y dejando de lado las normas elementales y de sentido común sobre el cuidado de la salud.
De este modo, surgen los naturópatas, cada vez más numerosos, y que deciden reivindicar las viejas y siempre nuevas enseñanzas hipocráticas para el cuidado y tratamiento de las enfermedades por los médicos naturales.
El término Naturopatía es acuñado por primera vez por Benedict Just, en EE.UU. en 1902, para definir un sistema terapéutico de curación natural, y que representa toda una síntesis de distintas terapias naturales para el cuidado y recuperación de la salud reconocida y valorada cada vez más, no sólo por el público en general, sino también por un amplio sector de la medicina oficial y ortodoxa ante la necesidad de ofrecer a los pacientes una medicina “más humana”, y con una filosofía holística o integral, es decir una medicina donde se reconozca al “ser humano” como una entidad total, es decir, además de un cuerpo físico, un componente emocional, mental, y espiritual.
Tanto en Europa como en los EE.UU existen numerosas escuelas de Naturopatía, con un excelente nivel de formación académica, y en el propio ámbito de la medicina oficial u ortodoxa ya existen cursos de capacitación en medicinas alternativas o complementarias. En EE.UU., por ejemplo, un número cada vez mayor de Facultades de Medicina incluyen estos cursos de capacitación. De hecho, la mismísima Escuela de Medicina Harvard, ha estimado que en 1997, una de cada dos personas, en edades comprendidas entre los 35 y los 49 años, se sometió por lo menos a una terapia natural o alternativa.
En Australia, casi el 60 % de la población utiliza algún tipo de terapia natural; en Alemania y Francia, el porcentaje es entre un 46 y un 50% respectivamente. Y esta tendencia hacia los métodos naturales de prevención y curación sigue en aumento, tanto por parte de los pacientes, como de los profesionales. De esta forma, la Naturopatía moderna, en su escena y filosofía, ha redescubierto y rescatado el “arte perdido de la medicina”.
¿Por qué Medicina Natural?
Son muchas las causas que justifican la puesta en práctica de los principios de la Naturopatía o Medicina Natural.
Fundamentalmente, creo, al igual que otros profesionales de la salud, que la medicina moderna está en crisis, y que todo su arsenal tecnológico no logra brindar a los pacientes verdaderas soluciones de fondo, debido a su rígida estructura de pensamiento, y visión reduccionista y mecanicista de la salud.
Este criterio y visión mecanicista es adoptado a partir de los conceptos desarrollados por René Descartes, quién declaró que el hombre estaba constituido por dos partes bien definidas; una formada por la mente (res cogitans), y otra por el cuerpo (res extenso), y que el cuerpo era solo una máquina, y la enfermedad era la consecuencia de una avería del mecanismo corporal.
Como dijimos anteriormente, esta visión mecanicista de la vida queda relegada a partir de los descubrimientos y principios de la física cuántica, donde se demuestra que todo forma parte del todo, y el hombre no escapa a esta ley de integridad, ya que el todo es mucho más que la simple suma de las partes.
Para la Medicina Natural, los elementos naturales representan el vínculo que nos une a la naturaleza toda, y en especial al mundo vegetal, en donde los alimentos y las plantas poséen la capacidad de devolver el equilibrio y la armonía del paciente, dado que la enfermedad representa una pérdida de la armonía entre la materia y la energía (Hipócrates).
Las medicinas naturales son en esencia holísticas, porque respetan este concepto de integridad y sobre todo porque no “tratan enfermedades sino personas, seres humanos completos, no segmentados o parcializados, es decir, no solamente un cuerpo físico o un órgano deteriorado, sino también sentimientos y emociones desequilibradas y mentes perturbadas”.
Por otro lado, los mismos médicos se sienten defraudados por los grandes esfuerzos puestos en tratar de brindar soluciones, algunas altamente sofisticadas, pero que en realidad no dejan de ser superficiales; que no resuelven los reales problemas de fondo, lo que se traduce en la adquisición de una salud artificial, que sólo se sostiene a base de medicamentos, energía, transplantes, y un largo etcétera.
Con respecto a éste último punto, hay mucho por decir, y seguramente, el lector se sorprenderá por las enfermedades aquí realizadas, chocando tal vez con su sistema de creencias, pero lamentablemente, la realidad es muy distinta de lo que la gente considera lo que debería ser la Medicina. Lejos de ser una simple y atrevida opinión personal acerca de los modernos tratamientos de la medicina oficial y sus consecuencias sobre la salud, se han recopilado algunos datos que regularmente lo sorprenderán.
Por ejemplo, en un estudio realizado por la Dra. Bárbara Starfield, de la escuela de Higiene y Salud Pública John Hopkins, y publicado en el Journal of the American Medical Association (J.A.M.A.), de Julio del 2000, (Vol 28426), se demuestra que el sistema médico de los EE.UU. es la tercera causa de muerte en ese país. Anualmente, como consecuencia del tratamiento médico, fallecen nada mas ni nada menos que 250.000 “personas” (!).
De esta cifra, unas 100.000 muertes, son consecuencias de los efectos secundarios de los medicamentos “correctamente recetados”, y el resto es atribuído a errores de diagnóstico, o de tratamiento propiamente dicho.
Y estas cifras son el producto de datos oficialmente registrados, ya que el estudio fue realizado en pacientes hospitalizados, y no se incluyen tampoco los efectos negativos asociados a malestar o incapacidad.
Y estas cifras son el producto de datos oficialmente registrados, ya que el estudio fue realizado en pacientes hospitalizados, y no se incluyen tampoco los efectos negativos asociados a malestar o incapacidad.
Por otro lado, otras investigaciones ponen en tela de juicio la base científica de los tratamientos médicos modernos. Así por ejemplo, la O.M.S. (Organización Mundial de la Salud), ha llegado a la misma conclusión, como producto de sus investigaciones.
Las mismas confirman que entre el 80 y el 90% de todas las enfermedades existentes en la actualidad “no pueden tratarse con los procedimientos médicos ortodoxos, por tratarse, en su mayoría, de problemas crónicos, y cuyas causas profundas tienen como base el estilo de vida moderna (sobre todo el stress, el ritmo de vida acelerada, a todo nivel y muy especialmente, la alimentación).
La mayoría de los procedimientos utilizados para tratar estos problemas son de dudosa justificación, y en su mayoría, son generadoras también de cuadros crónicos de una enfermedad.
Las mismas confirman que entre el 80 y el 90% de todas las enfermedades existentes en la actualidad “no pueden tratarse con los procedimientos médicos ortodoxos, por tratarse, en su mayoría, de problemas crónicos, y cuyas causas profundas tienen como base el estilo de vida moderna (sobre todo el stress, el ritmo de vida acelerada, a todo nivel y muy especialmente, la alimentación).
La mayoría de los procedimientos utilizados para tratar estos problemas son de dudosa justificación, y en su mayoría, son generadoras también de cuadros crónicos de una enfermedad.
El 10 o 20% restante de los problemas habituales, están representados y/o relacionados con situaciones de urgencias, para los cuales, los procedimientos médicos aplicados, si han demostrado ser eficaces y estarán plenamente justificados, tal es el caso por ejemplo, de los accidentes o de las enfermedades agudas en los cuales las consecuencias del daño son mesurables y tangibles, mientras que las enfermedades crónicas, que son abrumadora mayoría, los factores determinantes como el estilo de vida y las emociones, no son mesurables, sino subjetivos, y no encajan en la estructura de pensamiento de la medicina moderna. Al no tener en cuenta estos factores, es prácticamente imposible generar respuestas y soluciones de fondo.
Sin embargo, cabe destacar que en la profesión médica, existen muchos profesionales con la verdadera y sincera vocación de servicio al prójimo, pero lamentablemente, ellos también están limitados y condicionados por intereses que se benefician a costo de la enfermedad y la mala salud de la población. Y, aunque bien intencionados en sus objetivos, los medios empleados no solo no sastifacen las expectativas en materia de salud, sino que, según nuestro punto de vista, son inadecuadas e insuficientes.
Este es el motivo principal de que cada vez sean más los médicos de la escuela oficial que adopten los conceptos y puntos de vistas más holisticos, aplicando procedimientos y criterios naturopáticos de salud. ¡En horabuena!
Fundamentos
Los fundamentos que respaldan los principios de la Medicina Natural se encuentran en la comprensión de los fenómenos y las leyes naturales que gobiernan los sistemas biológicos en toda su dimensión. Recordemos que la biología es la ciencia que estudia la vida.
Esta concepción de la vida y de los fenómenos biológicos, se denominan “Vitalistas”. Tal como la aplica el Dr. Berdonces, médico naturista español, en su libro Manual de Medicina Naturista, ninguna parte del sistema biológico puede comprenderse si no se relaciona con el resto del organismo, y con las circunstancias en que se desarrolla su función. Es por ello, que la vida se mantiene en un equilibrio de acción y reacción de gran complejidad, cuya organización y coordinación, sencillamente no pueden ser explicadas por la concepción mecanicista de la vida.
De todo esto, queda claro que la salud es un estado de equilibrio y armonía entre todas sus funciones biológicas y de sus reacciones con el entorno. La enfermedad es la consecuencia de la ruptura de ese equilibrio, por ignorancia o desinterés, y también en muchos casos por creer que el hombre es ajeno a estas leyes biológicas, desoyendo de este modo los mensajes que la naturaleza nos envía para corregir errores, antes de que sea demasiado tarde.
Y es aquí donde el estilo de vida juega un papel fundamental para el cuidado, y sobre todo para la recuperación de la salud, como consecuencia.
De este corto circuito entre la vida moderna, y los dictados de la naturaleza, el ser humano nunca ha estado tan enfermo e intoxicado, tanto física como mentalmente, como en estos 150/200 años.
Este estado de intoxicación se manifiesta en, prácticamente, todos los aspectos de nuestra vida. El estilo de vida actual, como bien se explicó anteriormente, es el origen de la inmensa mayoría de las enfermedades que sufren las sociedades modernas, las cuales tienen su raíz en una alimentación inadecuada y artificial, en el sedentarismo y falta de actividad física, y sobre todo por el stress generalizado, reflejado en el hecho de querer ganarle tiempo al tiempo.
Este ritmo acelerado de vida, impide que el cuerpo disponga del tiempo suficiente para recuperarse y desintoxicarse adecuadamente. La consecuencia es un estado de cansancio y agotamiento crónicos hoy tan común entre la gente, y cuando un cuerpo esta cansado y agotado, es imposible que pueda curarse.
Por lo tanto, el objetivo principal de las terapias naturales, está centrado en la desintoxicación del organismo, el cual se encuentra saturado de venenos de todo tipo. Para ello, la Naturopatía utiliza diversas técnicas y terapias adecuadas para cada caso, y queda claro entonces que la función del Naturópata es doble, por un lado la de asesorar y guiar sobre las terapias más adecuadas para resolver los problemas y/o trastornos de salud (terapéutica aplicada), como se cuida y se atiende la salud.
Terapias Utilizadas
Ante todo, hemos de aclarar que la Naturopatía forma parte de las medicinas alternativas o complementarias, y las personas que la ejercen se denominan Naturópatas, siendo estos Profesionales de la Salud con una formación médica – biológica que los capacite para desempeñar óptimamente su función, que como ya explicamos, es doble, es decir tanto a nivel terapéutico, como nivel docente.
Para los Naturópatas, el cuidado de la salud representa un concepto y una filosofía que exceden ampliamente los límites que definen el concepto convencional de “Medicina”. Es eso y mucho más.
El término Medicina Natural, no sólo hace referencia a la faz terapéutica, si no también a un sistema, un método que enseña a la gente un estilo de vida sana, creando así una consecuencia de lo que significa tener salud, pero una salud total, óptima, que solo se consigue siguiendo los principios de la higiene biológica.
De este modo, la Naturopatía constituye una verdadera “escuela de salud”, porque no sólo mantiene la salud, también cura la enfermedad.
Para tratar los problemas de salud, normalizar y cargar la fuerza vital o curativa del organismo, las principales terapias utilizadas son:
Sin lugar a dudas, la alimentación fue y seguirá siendo la base principal de todo tratamiento destinado a recuperar la salu.
“Que tu alimento sea tu medicina”. Esta sublime declaración fue realizada por Hipócrates hace ya 25 siglos, y cuya veracidad nadie ha podido refutar hasta el dia de hoy, si no que, muy por el contrario, adquiere hoy más que nunca una gran vigencia, por lo que un amplio sector de la Medicina está bebiendo de sus fuentes y comprobando científicamente el poder curativo de los alimentos y también de las plantas medicinales (Fitoterapia) y la tremenda influencia que estas ejercen tanto a nivel físico, mental y emocional.
Pero lamentablemente, la alimentación moderna, junto con el estilo de vida, constituye la principal causa de envenenamiento y desgaste orgánico. Es la conclusión a la que han llegado numerosas investigaciones, las cuales han demostrado los peligros potenciales de la alimentación moderna y convencional.
Entre ellos, cabe destacar los trabajos de la Dra. Kousmne, el Dr. y Profesor Jean Seignalet y el Dr. Henry Bieler, o los trabajos del dos veces Premio Novel Linus Pauhing, por nombrar algunos dentro de la línea de la medicina oficial. Pero también debemos destacar el trabajo de muchos otros profesionales de salud, médicos naturistas y naturópatas de todo el mundo, que han dedicado sus vidas a demostrar como se puede recuperar la salud por métodos sencillos y naturales, y especialmente a través de la terapéutica más poderosa, que es el alimento. Entre ellos, podemos nombrar al Dr. Eduardo Alfonso, al Dr. Vander, Hezaeta Acharan, y al Prof. Juan Estere Dulin, orgullo del naturismo argentino, al Prof. Emilio Alsina, gran médico naturista argentino, entre otros.
En la actualidad, médicos y naturópatas, cada vez más numerosos en todo el mundo, continúan con la divulgación de los principios de la higiene alimentaria y biológica.
La mayoría de los alimentos más consumidos por la gente, son alimentos ricos en proteínas, como lácteos, huevos y carnes en general. A esto se le suma también una gran cantidad de alimentos refinados, como el azúcar, las harinas, la sal, los aceites, o fabricados artificialmente por las industrias alimentarias, como bebidas colas, comidas instantáneas, etc.
Todo esto agravado por el hecho de que la mayoría de las preparaciones son productos cocinados, muertos y desertilizados, desplazando a un segundo plano el consumo de alimentos crudos, como las frutas, las verduras en general, privando así al organismo de las vitaminas, minerales, y elementos generadores de energía y vitalidad.
Probablemente el lector, después de leer estas líneas, se preguntará qué nos queda para comer si prescindimos de todos estos “alimentos”.
La respuesta es muy simple: “muchísimo”, y por sobre todo, en la posibilidad de empezar a disfrutar, descubrir y consumir verdaderos alimentos, que nos generen salud y no enfermedades.
La alimentación mas saludable de todas es la vegetariana/vegana, las cuales constituyen una verdadera solución para muchos de los problemas de salud.
Tal vez a muchos, la idea de una alimentación vegetariana les resulte difícil de llevar a la práctica, ya que cambiar los hábitos de toda una vida no es fácil, pero puedo asegurarles que los beneficios que se obtienen en todo nivel, superan ampliamente las dificultades que, a primera vista, les puede parecer.
Muchas personas han cambiado su forma de alimentación tradicional por la alternativa vegetariana, siendo cada vez más personas que se sienten atraídas por sus principios y sus beneficios.
Además, hoy en día ya no existen dudas sobre las bondades de los alimentos vegetales, los cuales, lejos de resultar deficitarios, están demostrando científicamente que las mismas sastifacen ampliamente todas las necesidades nutricionales, y que son aplicables en todas las etapas vitales, desde el embarazo hasta las personas mayores.
Si tienen dudas al respeto, pueden consultar la postura oficial de la A.D.A. (Asociación de Dietética Americana), la cual afirma que la alimentación vegetariana, bien planificada, resulta idónea tanto para la prevención, como para el tratamiento y solución de muchas de las enfermedades típicas de la civilización: cáncer, cardiopatías, diabetes, trastornos renales, hepáticos, circulatorios, asma, arterias clorosis, etc.
Existen diversas formas de abordar los cambios nutricionales, siempre acorde a las necesidades y posibilidades del paciente, para que las mismas no resulten traumáticas ni costosas.
En cuanto a las razones que llevan a una persona a adoptar este estilo de alimentación, no sólo padecen a cuestiones de salud, sino también éticas y por respeto a los animales, ya que no es necesario ni lógico alimentarse sobre la base del sufrimiento y la crueldad a que son sometidos los animales, teniendo a nuestra disposición una inmensa variedad de alimentos, muchos mas sanos y nutritivos que la naturaleza nos brinda.
Esta ideología “vegana” está cobrando cada vez adeptos en todo el mundo.
También por razones ecológicas, del cuidado y respeto del medio ambiente. En especial se tiene en cuenta las graves repercusiones que tiene en el llamado “cambio climático” por el efecto invernadero, ya que la cría de animales para consumo humano, o sea la industria de la carne, según la O.N.U., es la mayor generadora de gases del efecto invernadero: dióxido de carbono, metano, oxido nitroso y amoníaco, siendo además, la principal causa de deforestación para crear así pastizales y cultivos forrajeros destinados a la alimentación del ganado.Además, la industria de la carne constituye una importante fuente de contaminación y derroche de los recursos hídricos.
Como vemos, los inconvenientes generados por la industria de la carne son muchos y graves, y por supuesto, también los inconvenientes y trastornos que su consumo produce.
Son muchos los estudios médicos que demuestran que, en el organismo humano, el peligro que representa para la salud humana el consumo de la carne, sino que además esta no es necesaria ni indispensable en materia de nutrición.
Por todo lo expuesto, podemos asegurar que la alimentación vegana/vegetariana es la que mejor se adapta biológica y fisiológicamente a nuestras necesidades orgánicas.
Y para aquellos que aún tengan dudas y no se animan por una alternativa totalmente vegetariana, tengan presente que los secretos de una buena salud se encuentran en los alimentos vegetales, que pueden prepararse una infinidad de comidas ricas, nutritivas y saludables, que cuanto menos proteínas se consuman, mayor serán los beneficios, tanto para la salud humana, como para los animales.
La Fitoterapia, o terapia por las plantas, junto con la alimentación, han sido siempre en la historia de la humanidad, la base de todo tratamiento destinado a la recuperación de la salud, y por supuesto, también como factores preventivos como forma de mantenimiento.
Prácticamente todas las grandes culturas médicas han hecho uso de ellas, como la de los asirios, la medicina egipcia y la griega en el mundo occidental, y la medicina china e hindú en la cultura oriental, entre las más destacadas.
Las posibilidades terapéuticas que nos ofrece la fitoterapia son enormes; las mismas han sido utilizadas con diferentes filosofías terapéuticas, sin olvidarnos que las raíces de la medicina moderna se encuentran en el conocimiento de las hierbas.
La medicina moderna (y a diferencia de la medicina herbolaria, la cual considera la integridad de la planta como elemento curativo) solo considera y le interesa el principio activo, para poder así fabricar “medicamentos potentes y efectivos” en cuanto a sus efectos, pero desequilibrados química y biológicamente, y éste desequilibrio queda reflejado en los múltiples efectos secundarios, a veces graves, que los mismos provocan.
Al igual que con los alimentos, la Fitoterapia está resurgiendo nuevamente, a raíz de las modernas investigaciones científicas que certifican el enorme potencial terapéutico que nos ofrece el mundo vegetal.
Son muchas las formas en que pueden utilizarse las plantas y las hierbas: infusiones, tinturas, jarabes, compresas, cataplasmas, baños, ungüentos, pomadas, por nombrar solo algunas.
La Fitoterapia constituye por si sola, una terapéutica muy completa, y puede ser aplicada, con las debidas consideraciones y precauciones, tanto en adultos como en niños, por lo que la misma representa una verdadera alternativa a los remedios químicos.
La Hidroterapia, o terapia por el agua, es otra de las grandes herramientas de la medicina natural clásica.
El uso sistematizado del agua como recurso terapéutico, se difundió y popularizó en los países centroeuropeos, sobre todo en Alemania, primero en forma empírica, a través de personas con grandes dotes de observación, como Priessnitz Kune o Sebastian Kneipp, por nombrar solo algunos, los cuales tuvieron la sagacidad de observar cómo los animales, cuando estaban heridos, recurrían instintivamente al uso del agua como elemento terapéutico.
Con los años, la Hidroterapia fue estudiada e introducida en las facultades de Medicina (sobre todo en Alemania), sistematizando su empleo con fines terapéuticos.
El agua ejerce un triple efecto en el organismo: térmico, químico y mecánico. Sin entrar en detalles (ello llevaría varios libros), diremos que el agua aplicada de diversas formas y a distintas temperaturas, ejercen diversas reacciones térmicas, con las cuales pueden modificarse y modularse la respuesta fisiológica y metabólica del organismo, según las necesidades de cada caso. Estos estímulos se manifiestan a través de las terminaciones nerviosas que posee la piel, y que son captados por los centros vegetativos, produciéndose así la respuesta deseada.
La Hidroterapia puede aplicarse ya sea en forma externa, mediante baños, compresas, envolturas (parciales o totales), cataplasmas, fomentos, etc. y también por vía interna; recordemos que el cuerpo humano está constituido en un 70% de agua.
Esta puede utilizarse, en primer lugar, como bebida, ya que muchos problemas de salud están causados por deshidratación, por ser el agua un elemento diseñado para atender las necesidades biológicas de nuestro cuerpo; y en segundo lugar, como elemento de higiene intestinal, ya que, como se dijo anteriormente, el correcto funcionamiento del intestino es clave para la Medicina Natural.
Entre las numerosas propiedades del agua, podemos destacar su forma desintoxicante, desinflamante, calmante, relajante, antitérmica, entre otras.
En Naturopatía constituye una herramienta muy útil, accesible y barata, que puede aplicarse en infinidad de casos, siempre con objetivo de ayudar y encausar los esfuerzos del organismo para recuperar su equilibrio biológico.
Para poder disfrutar de una buena salud y vitalidad, tanto al ejercicio físico como la respiración, resultan esenciales.
El cuerpo humano fue diseñado para el movimiento, y no para la inactividad. A tal punto esto es así, que muchas dolencias, sobre todo musculares y articulares, tienen como causa la falta de movimiento. Sin el ejercicio adecuado, los músculos se debilitan y terminan por degenerar. Además, los músculos involuntarios, aquellos que controlan nuestros órganos vitales, terminan por reducirse.
Los fisiólogos han llegado a la conclusión de que, muchos de los síntomas de la vejez, son el resultado de la inactividad.
Vivimos en una sociedad sedentaria, y los efectos de esta inacción se traducen en un organismo más rígido y atrofiado. Además, el ejercicio físico no solo incide en el cuerpo, sino también en la mente, ya que está demostrado que a través del ejercicio físico, mejora también nuestra autoestima.
En síntesis, si quiere cuidar y/o recuperar su salud, los ejercicios físicos adecuadamente planificados a cada caso, son el recurso obligado junto con los ejercicios respiratorios, a los cuales debemos recurrir; y al igual que cualquier “buena medicina”, el principio fundamental del ejercicio es no hacer daño “lo primero, no perjudicar”.
Es la función vital por excelencia. A través de la respiración obtenemos la energía vital, la que da vida a nuestro organismo. Esta energía vital ha sido reconocida y valorada por las grandes culturas médicas de la antigüedad: “pneuma” para los griegos, “prana” en la India, “ki” en el Japón, y “chi” para la medicina china.
Tanto la respiración como la alimentación, constituyen las dos fuentes principales para la obtención de energía, y sin embargo, son estas dos funciones primordiales las más descuidadas en las sociedades modernas; tanto el aire como el alimento se han transformado en la actualidad en elementos de contaminación e intoxicación.
Es tal la importancia de una correcta respiración, que los médicos chinos afirman categóricamente que la misma y los ejercicios asociados a ella “son cien veces mas eficaces que cualquier medicamento”.
A tal punto es importante que, por más que una persona se alimente correctamente y con los alimentos más sanos, si su función respiratoria es superficial y limitada, el organismo no podrá hacer uso adecuado de los mismos.
Además, tanto la respiración como la alimentación, inciden directamente en el equilibrio ácido/alcalino del organismo, asegurando de este modo el equilibrio iónico de la sangre (ph), lo cual es garantía de una “inmunidad natural”.
Al igual que todas las terapias naturales, los ejercicios respiratorios, actúan tanto en el plano físico, como en el mental y emocional.
Existen una gran variedad de ejercicios y técnicas respiratorias (yoga, chi kung, etc.) todas con profundos efectos terapéuticos sobre la salud global de la persona, especialmente por su capacidad de armonizar el cuerpo y la mente, posibilitando un estado de relajación, calma y bienestar de manera natural, y sin necesidad de recurrir a drogas tóxicas y perjudiciales para el organismo.
Nuestro consejo, si quiere disfrutar de una buena salud y evitar los achaques de la vejez: muévase y respire correctamente, y su cuerpo se lo agradecerá.
Constituye una de las prácticas tradicionales en medicina natural.
Se denomina Geoterapia a la utilización terapéutica del barro, la tierra, la arcilla, tanto externa como internamente, para el tratamiento de las enfermedades.
En todas las épocas, ha sido utilizada por tratarse de un recurso sencillo, barato y muy efectivo, tanto en el occidente como en el oriente. Siempre ha sido muy valorada por sus excelentes cualidades terapéuticas, pudiéndose destacar como cicatrizante, desinflamante y desintoxicante.
Por vía externa, por ejemplo, se la utiliza para casos de contusiones, traumatismos, problemas reumáticos, artrosis, várices, ciática, inflamaciones varias, congestiones, etc.; y por vía interna para infecciones intestinales, gastroenteritis, parásitos intestinales, colon irritable, colitis ulcerosa, estreñimiento, ulcera duodenal, entre otras, siendo, por lo tanto, un recurso muy eficaz y muy utilizado en Naturopatía práctica.
Las flores de Bach son otra muestra de sabiduría y de perfección que la naturaleza pone a nuestra disposición para la curación y/o alivio de las enfermedades, mediante el uso de preparados florales.
El Dr. Bach sostenía que la enfermedad era el resultado de un desequilibrio entre el cuerpo y la mente, y cuya principal causa son los desequilibrios emocionales, los cuales producen bloqueos de los centros energéticos, que atentan contra la inmunidad. Si estos desequilibrios se prolongan en el tiempo, surgirán primero alteraciones funcionales y luego manifestaciones orgánicas patológicas.
El objetivo de la terapia floral, es el de armonizar y reequilibrar los factores emocionales, que siempre están presentes en todo estado de enfermedad.
Las 38 esencias florales del sistema Bach están agrupadas en siete grupos, que corresponden a los desequilibrios emocionales que afectan nuestra esfera psicológica y espiritual. Así, las flores ayudan y curan a aquellos que sienten miedos, los que tienen “incertidumbre”, desinterés, para aquellos que están “solos”, para los “hipersensibles”, los abatidos y desesperados, o los “preocupados en exceso” por el bienestar ajeno.
Actualmente existen diversos sistemas florales en todo el mundo (de Australia, California, de Bush, o las de Raff en nuestro país).
Las flores de Bach son un recurso muy útil y efectivo para todas aquellas personas que se inicial en el camino de la curación natural, para afianzar sus convicciones y posibilitar los cambios, asegurando perseverancia y determinación.
onsisten en un conjunto de técnicas que se aplican con el objeto de reequilibrar el sistema energético del organismo; facilitan la relajación, estimulan la circulación, tonifican las cadenas musculares, y una larga serie de beneficios para la salud en general.
Entre estas técnicas, encontramos la reflexoterapia, digitopuntura, puntos de atracción, quiropraxia, técnica Alexander, ejercicios de bioenergética, etc.
Todas estas técnicas forman parte tradicional de los tratamientos naturales, tanto en oriente como en occidente.
Dentro de la Naturopatía, estas técnicas son utilizadas según el criterio y el conocimiento que se tenga de las mismas.
Consisten en una serie de productos alimenticios, o concentrado de alimentos utilizados desde siempre, dentro de las terapias naturales.
Se tratan de remedios naturales de asombrosas virtudes preventivas y terapéuticas, como la levadura de cerveza, el magnesio, las algas, los aceites vegetales naturales, el ajo, el limón, la cebolla, el germen de trigo, entre otras.
Aplicados adecuadamente, son el complemento ideal para dietas desequilibradas, como así también efectivos productos para el tratamiento de diversas afecciones, permitiendo así cumplir con el principal objetivo de la dietética natural y de los postulados hipocráticos “que tu alimento sea tu medicina”.
Además de todo lo expuesto, la Medicina Natural cuenta con una serie de recursos terapéuticos, elaborados específicamente para determinadas condiciones.
Se tratan de preparados y/o “medicamentos biológicos”, es decir, sustancias que se aceptan en los circuitos metabólicos del organismo, y que pueden ser fácilmente utilizados y eliminados por él. Entre estos preparados, figuran los oligoelementos, productos homeopáticos, tinturas madres especiales, etc., los cuales son muy utilizados en aquellos casos en que el organismo necesita un refuerzo mayor, para cuando su condición así lo requiera. Todos estos preparados son de origen natural, seguros, y carentes de efectos secundarios.
Como vemos, la Naturopatía o Medicina Natural, cuenta con una gran variedad de recursos terapéuticos, que permiten al organismo todo recuperar su equilibrio de forma natural, y respetando el principio básico hipocrático “lo primero, no perjudicar”, pero por sobre todas las cosas, ofrece verdaderas soluciones de fondo, que no se limitan a la simple supresión de los síntomas, sino que trabaja sobre todas las causas.
Modalidades de Tratamiento
Como ya hemos explicado, la funcionalidad del tratamiento naturista es la modificación de los hábitos y estilo de vida del paciente. Para ello se elabora un “programa de salud”, conforme a las necesidades y posibilidades de cada persona.
Para ello, y durante la primer consulta, la cual se extiende aproximadamente por 90 minutos (las posteriores duran menos), se realizan una serie de preguntas las cuales permiten obtener valiosísimos datos sobre el estilo de vida del paciente en general.
Se examina el iris (Iridoanálisis), la lengua, el estado de la piel, su textura, las manos, las uñas, el pulso, etc. y luego, con todos estos datos, el Naturópata y el paciente trabajan juntos para establecer un programa de tratamiento “personalizado” con vistas a la recuperación de la salud.
Las consultas posteriores se establecen en función de las necesidades del caso; por lo general se realizan cada treinta días aproximadamente, para evaluar la marcha del tratamiento y las reacciones orgánicas en respuesta al mismo, y a medida que la salud del paciente mejora, las consultas se irán espaciando.
Consideraciones Finales
La primera riqueza a la que debemos aspirar es a la salud, porque sin ella, todo lo demás carece de sentido.
La salud es un estado que todos anhelan tener, y sin embargo, pocos la tienen; a tal punto esto es así, que hoy lo “normal” es estar enfermo, cuando lo más normal realmente es “estar sano”.
Este trabajo ha sido realizado con el propósito de que la gente conozca y descubra, a través de la Naturopatía, “el poder curativo de la Naturaleza”, y las enormes posibilidades que ella nos brinda para el cuidado y la recuperación de nuestra salud.
Como bien explica el Dr. Pablo Saz Peiró, “la elección de los métodos naturales de curación a los métodos artificiales, no se debe simplemente a una ideología fundamentalista, o a un capricho, sino porque el organismo está mejor adaptado a los estímulos naturales, conforme a sus características innatas. Por eso, la gran diferencia entre la medicina moderna y las medicinas naturales, es que la primera dirige todos sus esfuerzos a luchar contra la enfermedad y toda su estrategia de actuación gira alrededor de ella, mientras que la medicina naturista está orientada a “crear salud”, siendo esta condición el objetivo de todos sus tratamientos”.
La salud es mucho más que la simple supresión o ausencia de síntomas, pero para conseguirla se requiere compromiso personal, autoestima, como así también “amor y respeto” hacia uno mismo y a su cuerpo.
Cuando las personas toman real consecuencia de lo frágiles y vulnerables que somos, la vida toda cobra sentido, y la visión de ésta también.
El Dr. Bach afirmaba que “la enfermedad no debe interpretarse como un castigo, sino como un aviso. Es un instrumento del que se sirve nuestra propia alma para mostrarnos nuestros errores.” Cuando comprendemos esto, entonces comenzamos a ver la enfermedad como un desafío para poder avanzar en la vida, y una manera de alcanzar un mayor estado de conciencia.
El tratar la enfermedad por métodos artificiales, tomando “atajos”, hace que la misma se transforme en motivo de angustia, de miedo, y de preocupación; en contrapartida, las terapias naturales representan la oportunidad de una liberación, tanto física como al poder sentir y vivenciar la capacidad curativa de nuestro cuerpo.
¡La medicina natural tiene sentido! Una vida plena, llena de energía, salud, y vitalidad es posible.
Los métodos naturales están ahí, a nuestra disposición, para ayudarnos a proteger nuestra salud, y a curarnos cuando la hemos perdido.
Para aquellos que todavía tengan dudas, y no se deciden al cambio, el consejo es que no tengan miedo, y se animen a emprender el camino hacia la salud, y descubrir así la verdad, la belleza y la sabiduría de la Medicina Naturista.
Fuente: http://www.carloswimmer.com.ar/
Carlos Tomás Wimmer - Medicina Natural
La medicina alternativa cada día gana más seguidores. La ausencia de efectos secundarios y la gran efectividad de la misma la han hecho muy popular en la actualidad.
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