sábado, 4 de agosto de 2012

Documento final de la Cumbre de los Pueblos en Río +20


Los movimientos sociales y populares, sindicatos, pueblo, organizaciones de
la sociedad civil y ambientalistas de todo el mundo presentes en la Cumbre de los
Pueblos en Río +20 por Justicia Social y Ambiental, vivenciaron en los
campamentos, las movilizaciones masivas, en los debates, la construcción de las
convergencias y alternativas, conscientes de que somos sujetos de una otra
relación entre los seres humanos y humanas y entre la humanidad y la naturaleza,
asumiendo el desafío urgente de frenar la nueva fase de recomposicion del
capitalismo y construir, a través de nuestras luchas, nuevos paradigmas de
sociedad.
La Cumbre de los Pueblos es el momento simbólico de nuevo ciclo en la
trayectorias de las luchas globales que produce nueva convergencia entre los
movimientos de mujeres, pueblos indígenas, negros, jóvenes, agricultores/as
familiares y campesinos, trabajadores/as, pueblos y comunidades tradicionales, los
cimarrones, luchadores por la ciudad, justo y religiones de todo el mundo. Las
asambleas, movilizaciones y la gran marcha de los pueblos fueron los momentos de
máxima expresión de estas convergencias.
Las instituciones financieras multilaterales, las coaliciones en el servicio del
sistema financiero, como el G8/G20, la cooptación corporativa de la ONU y la
mayoría de los gobiernos demostraron irresponsabilidad con el futuro de la
humanidad y el planeta y promovieron los intereses de las corporaciones en la
conferencia oficial. En contraste con esto, la vitalidad y la fuerza de las
movilizaciones y de los debates en la Cumbre de los Pueblos fortalecieron nuestra
convicción de que sólo el pueblo organizado y movilizado puede librar al mundo del
control de las corporaciones y el capital financiero.
Hace veinte años el Foro Mundial, también celebrado en el Aterro do
Flamengo, denunció los riesgos que corría la humanidad y la naturaleza con la
privatización y el neoliberalismo. Hoy afirmamos que, además de confirmar nuestro
análisis, ocurrieron retrocesos significativos en relación con los derechos humanos
ya reconocidos. En Río+20 se repite el fallido guión de las falsas soluciones
propuestas por los mismos actores que provocaron la crisis mundial. A medida que
esta crisis se profundiza, más empresas se avanzan en contra de los derechos de
los pueblos, la democracia y la naturaleza, secuestrando los bienes comunes de la
humanidad para salvar el sistema económico-financiero.
Las múltiples voces y fuerzas que convergen en torno a la Cumbre de los
Pueblos denunciamos la verdadera causa estructural de la crisis global: el sistema
capitalista patriarcal, racista y homófobico.
Las empresas transnacionales continúan cometiendo sus crímenes con la
sistemática violación de los derechos de los pueblos y la naturaleza con total
impunidad. Del mismo modo, avanzan sus intereses a través de la militarización, la
criminalización de los modos de vida de los pueblos y los movimientos sociales
promoviendo la desterritorialización en el campo y en la ciudad.
Así mismo denunciamos la deuda ambiental histórica que afecta
mayoritariamente a los pueblos oprimidos del mundo, y debe ser asumida por los
países altamente industrializados, que al final y al cabo, fueron los que provocaron
las múltiples crisis que vivimos hoy.
El capitalismo también lleva a la pérdida de control social, democrático y
comunitario los recursos naturales y servicios estratégicos, los cuales continúan
siendo privatizados, convirtiendo los derechos en mercancías y limitando el acceso
de las pueblos a bienes y servicios necesarios para la supervivencia.
La llamada “economía verde” es una de las expresiones de la actual fase
financiera del capitalismo que también hace uso de los de viejos y nuevos
mecanismos, tales como la profundización de la deuda pública-privada, el súperestímulo
del consumo, la propiedad y concentración de las nuevas tecnologías, los
mercados de carbono y biodiversidad, el acaparamiento y extranjerización de la
tierra y las alianzas públicas-privadas, entre otros.
Las alternativas están en nuestro pueblo, nuestra historia, nuestras
costumbres, conocimientos, prácticas y sistemas de producción, que debemos
mantener, mejorar y lograr una escala como proyecto contra-hegemónico y
transformador.
La defensa de los espacios públicos en las ciudades, con gestión
democrática y la participación popular, economía cooperativa y solidaria, la
soberanía alimentaria, un nuevo paradigma de producción, distribución y consumo,
el cambio de la matriz energética, son ejemplos de verdaderas alternativas al
sistema actual agro-industrial-urbana.
La defensa de los bienes comunes pasa por la garantía de una serie de
derechos humanos y la naturaleza, la solidaridad y el respeto a las cosmovisiones y
las creencias de los diferentes pueblos, como por ejemplo, la defensa del ” Buen
Vivir” como forma de existir en armonía con la naturaleza, lo que presupone una
transición justa a construirse con los trabajadores/as y el pueblo.
Exigimos una transición justa que supone la ampliación del concepto de
trabajo, el reconocimiento del trabajo de las mujeres y un equilibrio entre producción
y reproducción, así que esto no sea una atribucion exclusiva de las mujeres. Sin
embargo pasa por la libertad de organización y el derecho a la negociación
colectiva, así como el establecimiento de una amplia red de seguridad y protección
social, entendida como un derecho humano, así como políticas públicas que
garanticen formas de trabajo decente.
Reivindicamos el feminismo como una forma de construir la igualdad, la
autonomía de las mujeres sobre sus cuerpos y sexualidad y el derecho a una vida
libre de violencia. Asimismo, reafirmamos la urgente distribución de la riqueza y la
renta, la lucha contra el racismo y el etnocidio, la garantía del derecho a la tierra y
territorio, el derecho a la ciudad, el medio ambiente y el agua, la educación, la
cultura, la libertad de expresión y la democratización de los medios de
comunicación.
El fortalecimiento de diversas economías locales y de los derechos
territoriales de la comunidad garantizan la construcción de economías más
vibrantes. Estas economías locales proporcionan medios de vida locales
sustentables, la solidaridad comunitaria, componentes vitales de la resiliencia de los
ecosistemas. La diversidad de la naturaleza y asociada su diversidad cultural, es la
base para un nuevo paradigma de sociedad.
Los pueblos quieren determinar para qué y a quien se destinan los bienes
comunes y energéticos, asumir el control popular y democrático de su producción.
Un nuevo modelo energético basado en energías renovables descentralizada y que
garantice energía para la población y no para las corporaciones.
La transformación social exige la convergencia de acciones, articulaciones y
agendas de la resistencia y alternativas contra hegemónicas al sistema capitalista
que esta en curso en todos los rincones del planeta. Los procesos sociales
acumulados por las organizaciones y movimientos sociales que convergieron en la
Cumbre de los Pueblos señaló a los siguientes ejes de lucha:
Contra la militarización de los Estados y territorios;
Contra la criminalización de los movimientos y organizaciones sociales;
Contra la violencia de la mujer;
Contra la violencia a las lesbianas, gays, bisexuales, transexuales y
transgéneros;
Contra las grandes corporaciones;
Contra la imposición del pago de deudas económicas injustas y auditorías
populares de las mismas;
Para garantizar el derecho de los pueblos a la tierra y el territorio urbano y
rural;
Para la consulta y al consentimiento libre, previo e informado, basado en los
principios de buena fe y vinculante, de acuerdo con el Convenio 169 de la OIT;
Por la soberanía alimentaria y alimentos sanos, en contra de los agrotoxicos
y transgénicos;
Por la garantía y conquistas de los derechos;
Por solidaridad con los pueblos y países, especialmente los amenazados por
golpes militares o institucionales, como está ocurriendo ahora en Paraguay;
Por la soberanía de los pueblo en el control de los bienes comunes, contra
las tentativas de mercantilización;
Por el cambio de la matriz y el modelo energético vigente;
Por la democratización de los medios de comunicación;
Por el reconocimiento de la deuda histórica social y ecológica;
Por la construcción del DIA MUNDIAL DE HUELGA GENERAL y de lucha de
los Pueblos.
Volvamos a nuestros territorios, regiones y países animados para
construcción de las convergencias necesarias de lucha, resistiendo y avanzando en
contra del sistema capitalista en sus viejas y renovadas formas de reproducción.
En pie seguimos luchando!
Río de Janeiro, 15 a 22 jun 2012.
Cumbre de los Pueblos por Justicia Social y Ambiental en defensa de los
bienes comunes, contra la mercantilización de la vida





Ver documento completo :


http://www.maela-agroecologia.org/IMG/pdf/Declaracion_final_ESP.pdf

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