Prologo
Al lucero le gusta la claridad
y al agua del arroyo la libertad.
León Gieco
Cuentan que a finales de los años 80, en medio de la cruenta guerra que se estaba librando
en El Salvador, un anciano campesino estaba plantando dos semillas de aguacate al borde
del camino. Estando en esas labores se le acercaron dos muchachos y le preguntaron, con
una mezcla de incredulidad y un cierto tono de burla “que para qué estaba plantando los
aguacates si con la edad que tenía y con las pocas fuerzas que le quedaban no iba a tener
tiempo para comer los frutos de esos dos palitos”. El anciano se incorporó, y con ese brillo
que nace de la sabiduría y de la experiencia acumulada, les miró y les contestó con calma
“yo ya sé que no los iba a probar, pero no pensareis que los aguacates que coméis
diariamente se han plantado ellos solos” y les recordó “que alguien antes se había dedicado
a plantarlos para que otros pudiesen comerlos más tarde”. Ese día los muchachos tuvieron
sobre qué pensar.
Y sobre qué pensar y mucho es la oportunidad que nos brinda la Asociación Campesina de
Antioquia –ACA- con esta sistematización sobre el proceso que están impulsando algunas
comunidades en San Francisco. Desde mi breve, pero entrañable experiencia de
acompañamiento a las comunidades de “San Pacho”, quisiera destacar algunos elementos
que me parecen significativos del modo en que se está llevando adelante el proceso
alternativo de organización y de desarrollo de estas comunidades de San Francisco:
Uno de los aspectos que más me ha llamado la atención es el hecho de que en la relación
entre la ACA y las comunidades campesinas se apuesta claramente por el
intercambio de experiencias y vivencias desde el respeto, la escucha y la no
imposición de ideas o propuestas. La ACA no dice lo que hay que hacer ni es ella la que
enseña al resto de la gente. Ni las comunidades campesinas se empeñan en hacer las cosas
solo como ellas lo han hecho siempre. Son procesos en los que se busca el aprendizaje
mutuo, el trueque de ideas y de experiencias y en últimas, el entendimiento y el consenso.
Se hacen propuestas abiertas a la crítica constructiva y se van enriqueciendo con las ideas e
iniciativas de todas las personas del grupo. Se busca el acuerdo y se intenta resaltar lo
positivo y lo que ayuda a avanzar. Todas las personas y todas las ideas tienen algo que
aportar. Nunca se dice “lo mío es lo que vale”, o “solo lo mío es lo que está
bien” sino que se habla utilizando expresiones como “yo creo que se
puede hacer así” o “hasta ahora yo lo he hecho de esta manera,
pero puede que haya otras maneras de hacerlo”. Se aporta al
colectivo y se aprende del colectivo.
VER DOCUMENTO COMPLETO:
http://acantioquia.org/files/Hacia-la-recuperacion-y-apropiacion.pdf
LOS ABUELOS AUN SIEMBRAN PORQUE NO LA JUVENTUD? |
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