BBCDisminuyendo el consumo de carne, el Reino Unido podría reducir sus emisiones de gases de invernadero en un 25%, según el Fondo Mundial para la Naturaleza. |
Martes 1 Febrero 2011
¿Carne con papas?¿Sopa de lentejas? ¿Yogur con cereales?
Lo que elijamos a la hora del desayuno, el almuerzo o la cena puede tener consecuencias para el futuro del planeta, asegura el Fondo Mundial para la Naturaleza, WWF en sus siglas en inglés.
Junto a científicos del Instituto Rowett de Salud y Nutrición de la Universidad de Aberdeen, en Escocia, el Fondo acaba de publicar la "Dieta para Vivir Bien", un menú semanal que incluye platos saludables y al mismo tiempo de impacto reducido en el medio ambiente.
La dieta está dirigida a consumidores británicos, pero su influencia bien puede llegar a otros rincones del mundo. "En el Reino Unido importamos 40% de los alimentos que consumimos. Esto tiene un impacto directo en los países productores, incluyendo muchos países de América Latina", dijo BBC Mundo Mark Driscoll, director del programa "Un Planeta" de WWF, que busca reducir el impacto ambiental de la producción y consumo de alimentos.
Una de las principales recomendaciones es reducir el consumo de carne. Los británicos consumen un promedio de 79 kgs de carne al año (incluyendo todo tipo de carnes rojas y blancas). La dieta busca reducir ese consumo a 10 kgs al año, con lo que, según el Fondo, no sólo los británicos serían más saludables, sino que el Reino Unido reduciría en un cuarto sus emisiones de gases de invernadero.
Menos carne y más verduras
El consumo de carne es una forma ineficiente de obtener calorías, asegura Mark Driscoll. "Se requieren 10 kgs de alimento animal, como maíz, para producir un kilo de carne vacuna".
La dieta sugerida no es vegetariana y admite el consumo de cantidades limitadas de carne varias veces a la semana.
Otra de las recomendaciones es consumir más frutas y verduras y menos alimentos procesados, que requieren de actividades industriales intensivas.
"Vivir bien" no siempre significa consumir productos locales, de acuerdo a la nueva dieta. "Tomates producidos en otro país pueden tener un impacto menor en el medio ambiente que, por ejemplo, tomates producidos en el Reino Unido en grandes invernaderos donde hay que mantener la temperatura en forma artificial. Lo importante es siempre preguntar sobre lo que compramos en el supermercado".
Soja para alimento animal
El Fondo destaca especialmente el impacto del consumo de carne en el mundo industrializado en regiones como el Cerrado (sabana) o la Amazonia en Brasil, donde organizaciones ambientalistas denuncian la destrucción de ecosistemas para hacer lugar a cultivos de soja.
La mayor parte de las soja importada por el Reino Unido proviene de Brasil y Argentina, según WWF, y el 80% es destinado a alimentos para animales, según la misma organización.
Algunos críticos señalan que la "Dieta para Vivir Bien" tendrá impacto limitado porque no afecta a los consumidores en las economías de Asia, especialmente China e India, donde el consumo de carne roja es visto como símbolo de estatus y se ha disparado entre los sectores de mayores recursos.
La dieta sugerida por el Fondo puede tener un impacto limitado, pero en un planeta que tendr'a 9.000 millones de habitantes en 2050, Driscoll asegura que es hora de cambiar hábitos a la hora de comer.
"No debemos olvidar que todos podemos influir en el futuro del planeta al menos tres veces al día".
Una de las principales recomendaciones es reducir el consumo de carne. Los británicos consumen un promedio de 79 kgs de carne al año (incluyendo todo tipo de carnes rojas y blancas). La dieta busca reducir ese consumo a 10 kgs al año, con lo que, según el Fondo, no sólo los británicos serían más saludables, sino que el Reino Unido reduciría en un cuarto sus emisiones de gases de invernadero.
Menos carne y más verduras
El consumo de carne es una forma ineficiente de obtener calorías, asegura Mark Driscoll. "Se requieren 10 kgs de alimento animal, como maíz, para producir un kilo de carne vacuna".
La dieta sugerida no es vegetariana y admite el consumo de cantidades limitadas de carne varias veces a la semana.
Otra de las recomendaciones es consumir más frutas y verduras y menos alimentos procesados, que requieren de actividades industriales intensivas.
"Vivir bien" no siempre significa consumir productos locales, de acuerdo a la nueva dieta. "Tomates producidos en otro país pueden tener un impacto menor en el medio ambiente que, por ejemplo, tomates producidos en el Reino Unido en grandes invernaderos donde hay que mantener la temperatura en forma artificial. Lo importante es siempre preguntar sobre lo que compramos en el supermercado".
Soja para alimento animal
El Fondo destaca especialmente el impacto del consumo de carne en el mundo industrializado en regiones como el Cerrado (sabana) o la Amazonia en Brasil, donde organizaciones ambientalistas denuncian la destrucción de ecosistemas para hacer lugar a cultivos de soja.
La mayor parte de las soja importada por el Reino Unido proviene de Brasil y Argentina, según WWF, y el 80% es destinado a alimentos para animales, según la misma organización.
Algunos críticos señalan que la "Dieta para Vivir Bien" tendrá impacto limitado porque no afecta a los consumidores en las economías de Asia, especialmente China e India, donde el consumo de carne roja es visto como símbolo de estatus y se ha disparado entre los sectores de mayores recursos.
La dieta sugerida por el Fondo puede tener un impacto limitado, pero en un planeta que tendr'a 9.000 millones de habitantes en 2050, Driscoll asegura que es hora de cambiar hábitos a la hora de comer.
"No debemos olvidar que todos podemos influir en el futuro del planeta al menos tres veces al día".
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