CUALIDADES DE LOS GERMINADOS
• Si diéramos un valor nutritivo hipotético de 100 a los granos y semillas, nos encontraríamos que:
Si molemos el grano, ese valor se reduce de 100 a 10.
Si hacemos germinar esos mismos granos, el valor nutritivo nos aumenta de 100 a 1.000, e incluso a 10.000.
• La germinación representa pues la técnica más efectiva para aportar a nuestro organismo energía vital concentrada. Los procesos industriales de refinamiento de los alimentos ocasionan carencias en los mismos, que, a la larga, pueden acabar afectando a nuestro organismo; la adición de los germinados a nuestra dieta puede prevenir estas ausencias. Así como las plantas verdes regeneran el aire que nos rodea, los germinados sanean nuestro cuerpo por dentro.
• Los germinados son un concentrado de sustancias generadoras de salud, sustancias que la vida elabora de forma mucho más perfecta que un complejo laboratorio. Y son los alimentos menos contaminados que se puedan encontrar. Si un grano germina, es que tiene calidad suficiente para hacerlo, porque a cierto nivel de degeneración, las plantas dejan de ser capaces de reproducirse.
• Personas con problemas digestivos, y enfermos convalecientes, que no pueden alimentarse con los demás alimentos crudos, pueden, sin embargo, comer germinados. Su riqueza enzimática facilita la absorción por el organismo, y no ocasiona leucocitosis postpandrial (aumento de la cantidad de leucocitos en la sangre)
• El consumo de germinados no genera ácido úrico. Pueden tomarlos tranquilamente las personas que padezcan gota. Los germinados contienen mucha vitamina C y, por lo tanto, una persona que no esté acostumbrada a consumirlos y cuya dieta no sea rica en fruta fresca puede sentir efectos estimulantes.
• Por esta razón, el consumo de germinados proporciona más vitalidad, y hace que desaparezcan el cansancio y los problemas digestivos.
• Gracias a su contenido en vitamina E, se ha demostrado experimentalmente que añadiendo germinados de avena a la ración diaria del ganado su fertilidad aumenta espectacularmente en ambos sexos.
• Los germinados son el alimento idóneo para cualquier persona. No hay limitaciones de edad; son tan adecuados para los niños como para los ancianos.
• Los germinados son útiles ante múltiples dolencias. Los distintos germinados se han demostrado útiles como reguladores intestinales, antianémicos, revitalizantes, en casos de descalcificación y estados carenciales. Son depuradores del organismo, potenciadores de la producción de leche materna, reguladores del sistema endocrino y del metabolismo en general, incrementan el tono muscular, disminuyen el meteorismo… y tienen probados efectos rejuvenecedores.
USO EN LA COCINA DE LOS GERMINADOS
• Aunque los germinados más conocidos son los de soja verde, podemos germinar gran variedad de semillas, que enriquecerán nuestros menús.
• Pueden formar parte de diferentes platos: ensaladas, bocadillos, tortillas, verduras, cereales…
• Evitaremos cocciones prolongadas para evitar la pérdida de sus cualidades, agregando los germinados instantes antes de ser servirlos.
• La mejor forma de aprovechar el valor nutritivo de las legumbres es comerlas germinadas crudas. Pero si queremos cocinar judías secas, se pueden hacer germinar levemente con anterioridad: serán más digestivas, nutritivas y cocerán más rápidamente.
• Una forma muy original de recurrir a las especias es tomar germinados de berro, rábano, mostaza, cebolla o fenogreco. Aportarán un toque delicioso.
• Si mezclamos varios tipos de germinados, no sólo descubriremos nuevos sabores sino también una nueva estética, complementándose también nutricionalmente. Sugerimos mezclar germinados de alfalfa con germinados de col y lenteja. O compensar el sabor picante de los de rábano, cebolla, puerro o mostaza combinándolos con germinados de cereales o legumbres. La zanahoria germinada combinada muy bien con la alfalfa, la col o la soja verde.
• Si bien la mayoría de las semillas se pueden consumir tal cual, las personas de estómago delicado pueden escaldar previamente (1 – 2 minutos), los germinados de legumbres, dado su contenido en antinutrientes, que la germinación no elimina completamente. Por la misma razón, las semillas que no germinen deben desecharse.
• Hay que tener en cuenta que las semillas de solanáceas (tomate, pimiento, berenjena, patata, etc.) resultan tóxicas, y no son válidas para germinar.
EL PROCESO DE LA GERMINACIÓN
La germinación es una intensa actividad metabólica.
En ella tienen lugar varias reacciones químicas, entre las cuales destaca la síntesis de enzimas.
Los cambios químicos que ocurren en la semilla al germinar activan una fábrica enzimática poderosa, que no se supera nunca en cualquier estadio posterior de crecimiento.
Esta rica concentración enzimática actúa sobre el metabolismo humano al consumirlos, conduciendo a una regeneración del torrente sanguíneo y de los procesos digestivos.
LOS GERMINADOS MÁS POPULARES
Existen varios tipos de germinados, pero no siempre resulta fácil hallar variedad en el mercado. Los de judía mungo (mal llamada soja verde) y alfalfa son los más comunes y pueden adquirirse sin problemas. Sin embargo, para obtener los de lenteja, garbanzo, trigo, etc. deben comprarse las semillas y germinar en casa.
• Trigo: la mejor forma de comer el grano entero. Ricos en vitaminas y sales minerales.
• Lenteja: además de proteínas, aportan hierro, cinc, manganeso y vitaminas.
• Cebolla: el picante de la cebolla, más sutil. Una forma subliminal de aliñar ensaladas.
• Alfalfa: probablemente los más nutritivos y populares entre todos los germinados.
• Garbanzo: muy energéticos, aportan proteínas, fósforo, calcio y hierro.
• Poroto mungo: los más ricos en proteínas después de la soja y muy fáciles de digerir.
Santi Vilalta
Colaborador de enbuenasmanos.com
LOS GERMINADOS
Las culturas más antiguas sabían del valor nutricional de las semillas germinadas. En los principios de la civilización, fueron usadas como alimentos medicinales, pero al paso del tiempo fueron ganándose un lugar en la tradición culinaria de algunos países.
Los navegantes solían consumirlos porque les ayudaban a combatir la desnutrición durante las travesías y los hacían resistentes a las enfermedades que acechaban en alta mar.
La época moderna se ha visto beneficiada también. Por ejemplo, durante la escasez generada por la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos fomentó entre sus ciudadanos la preparación de los Germinados que pueden cultivarse fácilmente en casa y que aportan una cantidad increíble de nutrientes a cualquier dieta. Estos Germinados caseros siguen siendo una excelente opción, ya que son muy baratos y garantizan la higiene del cultivo.
En realidad, cualquier semilla podría ser germinada, sin embargo, los más sabrosos suelen ser los Germinados de soja, de lentejas, de trigo y de alfalfa.
Cada uno tiene un sabor distinto y único, además de hacer distintos aportes al organismo.
Por ejemplo, los Germinados de alfalfa, que son pequeños y suaves, contienen ácido fólico y vitamina E y K, que sirven para mejorar el aspecto de la piel, combatir el envejecimiento y para ayudar a la rápida coagulación de la sangre en las heridas.
Los Germinados de soya nos darán principalmente antioxidantes, mientras que los de lentejas aportan muchísimos minerales y enzimas indispensables.
Los Germinados son una excelente opción a la hora de alimentarse, porque contienen todos los nutrientes de la semilla que es da origen, pero en una proporción muchísimo más elevada. Además, no conllevan las complicaciones gástricas de algunas semillas que pueden ser pesadas para el estómago.
A pesar de sus propiedades particulares, hay beneficios que todos aportan. Por ejemplo, todos fortalecen las defensas y favorecen la desintoxicación. Igualmente, mejoran el funcionamiento del aparato digestivo y lo desinflaman, en caso de que haya en él algún problema.
Colaboran también con las venas y arterias, mejorando sus condiciones y disminuyen los niveles de colesterol de la sangre. Además, sus componentes ayudan a mantener jóvenes las células y contribuyen a fortalecer el sistema nervioso.
Para quienes buscan aumentar su tono muscular, los Germinados son una buena opción, así como para las personas que sufran de desnutrición o anemia.
Y todos estos beneficios pueden venir bajo las presentaciones más diversas. Aunque comúnmente se consuman en ensalada, los Germinados pueden prepararse también en sopas, sándwiches o guisos. Los Germinados de plantas como mostaza aportan un sabor más intenso que puede enriquecer el de distintos platos.
También es buena idea mezclar Germinados de distintas plantas en un solo platillo. Por ejemplo, los Germinados de alfalfa van muy bien con los de lenteja, mientras que los de soja son muy sabrosos con los de trigo, que tienen un sabor más suave.
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