miércoles, 6 de junio de 2012

RIO +20 Y MAS ALLA

    Los pueblos del mundo frente a los avances del capitalismo: Rio+20 y más allá*
     

     
    Los gobiernos de todo el mundo se reunirán en Río de Janeiro, Brasil del 
    20 al 22 de junio de 2012, para supuestamente conmemorar 20 años de la 
    "Cumbre de la Tierra", la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el 
    Medio Ambiente y el Desarrollo, que estableció por primera vez una 
    agenda global para el "desarrollo sostenible". Durante esa cumbre, en 
    1992, se adoptaron tres convenios internacionales: el Convenio sobre la 
    Diversidad Biológica, el Convenio de Naciones Unidas sobre el Cambio 
    Climático y el Convenio de Lucha contra la Desertificación. Cada una de 
    ellos prometía poner en marcha un conjunto de acciones destinadas a 
    proteger el planeta y la vida sobre él, y contribuir a que todos los 
    seres humanos gocemos de una vida digna.
    Muchas organizaciones sociales en ese momento saludamos y apoyamos con 
    esperanza las nuevas convenciones. Veinte años después, vemos que las 
    causas reales del deterioro ambiental, económico y social siguen sin ser 
    atacadas. Peor aún, nos alarma profundamente que la próxima reunión de 
    junio servirá para profundizar las políticas neoliberales y los procesos 
    de expansión capitalista, concentración y exclusión que nos tienen hoy 
    envueltos en una crisis ambiental, económica y social de gravísimas 
    proporciones. Bajo el nombre engañoso y mal intencionado de "economía 
    verde" , hoy se anuncian nuevas formas de contaminación y destrucción 
    ambiental, así como nuevas olas de privatización, monopolización y 
    expulsión desde nuestras tierras y territorios.
    La Vía Campesina se movilizará para este evento, representando a la voz 
    campesina en el debate mundial y defendiendo un camino diferente de 
    desarrollo, arraigado en el bienestar de todos y todas, que garantice 
    los alimentos para todos, que proteja y garantice que los bienes comunes 
    y los recursos naturales estén al servicio de un buen vivir para todas y 
    todos y no de las necesidades de acumulación de unos pocos.
     
    20 AÑOS DESPUÉS EL PLANETA Y LA HUMANIDAD EN CRISIS
     
    20 años después de la Cumbre de la Tierra, el conjunto de la vida en el 
    planeta se ha vuelto dramáticamente difícil. El número de personas 
    hambrientas ha aumentado a casi mil millones, lo que significa que uno 
    de cada seis seres humanos está pasando hambre, principalmente niños y 
    mujeres del campo. La expulsión desde nuestras tierras y territorios 
    sigue avanzando de manera acelerada, ya no sólo por las condiciones de 
    desventaja que se nos imponen desde los tratados comerciales y el sector 
    industrial, sino por nuevas formas de acaparamiento de la tierra y el 
    agua, la imposición global de formas de propiedad intelectual que nos 
    roban nuestras semillas, por la invasión de semillas transgénicas, el 
    avance de las plantaciones de monoculivos, los megaproyectos, la minería.
     
    Las grandes promesas de Río 92 han resultado una farsa. El Convenio de 
    Biodiversidad no detuvo la destrucción de la biodiversidad y fortaleció 
    y generó nuevos mecanismos destinados a privatizarla y convertirla en 
    mercancía. La desertificación sigue avanzando de la mano de la 
    agricultura industrial y la expansión de los agronegocios y de las 
    plantaciones de monocultivos. El calentamiento de nuestro planeta -con 
    todo los desastres y el sufrimiento dramático que ya está causando- no 
    se ha detenido, sino que se ha acelerado y agravado.
     
    El gran engaño de 1992 fue el "desarrollo sustentable", que inicialmente 
    las organizaciones sociales vimos como una posibilidad de enfrentar la 
    raíz de los problemas. Sin embargo, no fue más un lavado de cara de la 
    búsqueda de nuevas formas de acumulación. Hoy buscan legitimar una nueva 
    fachada, especialmente bajo el nombre de "economía verde"
     
    LA ECONOMÍA VERDE Y LAS FALSAS SOLUCIONES UN NUEVO ASALTO A LOS PUEBLOS Y SUS TERRITORIOS.
     
    Lagananciacapitalistahageneradolamayorcrisisdelsistemadesde1929.Desde2008,elsistemahegemónicointentaencontrarsalidasasucrisisestructural,buscandonuevasposibilidadesdeacumulaciónquemantengansulógica.Esenestecontextoqueocurriólacapturacorporativadelosconveniosdediversidadbiológicaycambioclimáticoy,consecuentemente,eldesarrollodeestanuevaingenieríafinancierallamadaCapitalismoVerde.
     
    Gobiernos, empresarios y los organismos de Naciones Unidas han pasado 
    los últimos años construyendo el mito de la "economía verde" y del 
    "enverdecimiento de la tecnología". La presentan como la nueva 
    posibilidad de hacer coincidir el cuidado de la Tierra con los negocios, 
    pero es en realidad la vía para lograr nuevos avances del capitalismo, 
    hasta poner a todo el planeta bajo el control de los grandes capitales. 
    Son varios los mecanismos que se impulsarán a través de la economía 
    verde y todos ellos aumentarán la destrucción. Más específicamente,
     
    1. La economía verde no busca detener el cambio climático ni el
    deterioro ambiental, sino generalizar el principio que quien tiene
    dinero puede seguir contaminando. Hasta el momento han utilizado la
    farsa de la compra de bonos de carbono para poder seguir emitiendo
    gases invernadero. Hoy están inventando los bonos de biodiversidad.
    Es decir, las empresas podrán seguir destruyendo bosques y
    ecosistemas, siempre y cuando le paguen a alguien para que
    supuestamente conserve la biodiversidad en algún otro lado. Mañana
    posiblemente inventen los bonos de agua, de paisaje, de aire puro.
     
    2.Los sistemas de pago por servicios ambientales se están utilizando
    para quitarle sus tierras y territorios a los pueblos indígenas y
    campesinos. El mecanismo que están impulsando con más fuerza
    gobiernos y empresas es el sistema REDD y REDD plus. Dicen que es un
    sistema para reducir las emisiones de gases invernadero producto de
    la deforestación y degradación de los bosques, pero se está
    utilizando para imponer, por un pago irrisorio, planes de manejo que
    les niegan a familias y comunidades rurales el acceso a sus propias
    tierras, bosques y fuentes de agua. Además, garantizan el acceso
    irrestricto de las empresas a las áreas de bosque colectivo,
    potencializando la biopiratería. También imponen contratos que
    amarran a las comunidades a esos planes de manejo por 20 años o más
    y que dejan las tierras indígenas y campesinas como prenda
    hipotecaria, lo que crea la posibilidad cierta de que esas
    comunidades pierdan sus tierras. El objetivos de los servicios
    ambientales es tomar control de los espacios naturales de reserva y
    de los territorios que aún están bajo el control de nuestras
    comunidades.
     
    3.Otra iniciativa de la economía verde es convertir a las plantas, las
    algas y a todos los restos orgánicos (rastrojos, estiércol, etc) en
    fuente de energía para sustituir el petróleo; es lo que llaman "uso
    de la biomasa" . Con los agrocombustibles, esto ha significado que
    millones de hectáreas que debieran estar cubiertas de bosques o
    produciendo alimentos hoy se utilizan para alimentar máquinas. Si
    efectivamente se generaliza el uso energético de la biomasa, veremos
    que la vida en el mar se reduce aún más porque una parte importante
    de especies marinas se quedará sin alimento, que nuestros suelos no
    recuperarán la materia orgánica que es imprescindible para conservar
    la fertilidad y protegerse contra la erosión y la sequedad, y que
    será imposible alimentar a nuestros animales porque los alimentos se
    harán cada vez más escasos y caros. También se agravará la escasez
    de agua, ya sea por el cultivo de agrocombustibles, ya sea por que
    nuestros suelos no tendrán capacidad para absorber y retener agua al
    faltarles la materia orgánica.
     
    4.Después nos hablan de "agricultura climáticamente inteligente", que
    sólo busca que aceptemos una nueva Revolución Verde -posiblemente
    con transgénicos- y que en vez de exigir apoyo efectivo para
    defendernos de los efectos del cambio climático, aceptemos pagos
    irrisorios que funcionarán igual que REDD. También buscan imponernos
    sistemas altamente dependientes de grandes cantidades de
    agrotóxicos, como la siembra directa a base de pulverizaciones
    aéreas de Round Up, los que pasan a ser llamados "agricultura baja
    en carbono." Es decir, nos obligarán a hacer un cierto tipo de
    agricultura y podremos perder el control sobre nuestros territorios,
    nuestros ecosistemas y nuestra agua.
     
    5.Uno de los aspectos más perversos de las falsas soluciones que se
    impulsan en las negociaciones internacionales es la de restringir el
    acceso y el uso del agua de riego. Usando como pretexto el hecho que
    el agua de riego es escasa, proponen que el agua se concentre en
    "cultivos de alto valor"; es decir que se rieguen los cultivos de
    exportación, los agrocombustibles y otros cultivos industriales, y
    que se deje de regar los cultivos para la propia alimentación
     
    6.El impulso de soluciones tecnológicas que no son solución alguna es
    parte también de la agenda de las discusiones en Río. Entre las más
    peligrosas están la geoingeniería y la aceptación de los cultivos
    transgénicos. Hasta el momento, ninguna de las soluciones propuestas
    por la geoingeniería ha demostrado tener capacidad real de
    solucionar los problemas del clima. Por el contrario, algunas de las
    formas de geoingeniería (como la fertilización de los mares) son tan
    peligrosas que internacionalmente se ha declarado una moratoria
    sobre ellas. Para que aceptemos los transgénicos se nos dice que
    crearán cultivos resistente a la sequía y al calor, pero lo único
    nuevo en transgénicos es más variedades resistentes a herbicidas,
    las que además están haciendo que vuelvan al mercado herbicidas
    altamente tóxicos, como el 2,4,-D.
     
    7.El plan más ambicioso y lo que algunos gobiernos identifican como
    "el mayor desafío" es el de ponerle precio a todos los bienes de
    naturaleza (como el agua, la biodiversidad, el paisaje, la vida
    silvestre, las semillas, la lluvia, etc), para luego privatizarlos
    (con la excusa de que conservarlos requiere dinero) y cobrarnos por
    su uso. A esto se le llama la Economía de los Ecosistemas y la
    Biodiversidad (TEEB). Es el asalto final a la naturaleza y la vida,
    pero también a los medios de trabajo y de vida de los pueblos que
    viven de la agricultura, la caza y la pesca.
     
     
    Este capitalismo "verde" tiene en la mira especialmente los espacios 
    rurales comunes, la agricultura, la tierra y el agua. Ya estamos 
    sufriendo sus efectos en la forma de acaparamientos de tierra, 
    privatización del agua y de los océanos, de los territorios indígenas, 
    de los parques nacionales y las reservas naturales, todos procesos que 
    están siendo acompañados de expulsiones forzadas de comunidades 
    campesinas e indígenas.
     
     
    LA SOLUCIÓN REAL: PONER AL CENTRO LAS AGRICULTURAS 
    CAMPESINAS E INDÍGENAS 
     
     
    Los pueblos campesinos e indígenas somos quienes concentramos los 
    mayores niveles de pobreza, porque se nos ha despojado de la tierra y se 
    nos ha cercado por la ley o por la fuerza para que no podamos cultivar e 
    intercambiar libremente. Sin embargo, somos pueblos que seguimos 
    resistiendo la expulsión desde el campo, y aún somos más del 90% de la 
    población rural. Nuestras formas de hacer agricultura enfrían el 
    planeta, cuidan los ecosistemas y aseguran la alimentación para los 
    sectores más pobres.
     
    Toda solución real pasa por detener el lucro desenfrenado del capital, 
    acabar con la complicidad de los gobiernos y apoyar las formas de 
    producción que efectivamente cuiden el planeta. La Soberanía Alimentaria 
    es parte del corazón de los cambios necesarios, el único camino real 
    para hacer posible alimentar a toda la humanidad. Nuestras propuestas 
    son claras y entregan soluciones reales:
     
    1.Debemos cambiar el sistema alimentario industrial agroexportador por
    un sistema basado en la soberanía alimentaria, que devuelva a la
    tierra su función social como productora de alimentos y sustentadora
    de la vida, que ponga en el centro la producción local de alimentos,
    los circuitos de comercialización y procesamiento local. La
    soberanía alimentaria permite acabar los monocultivos y los
    agronegocios, fomentar los sistemas de producción campesina que se
    caracterizan por su mayor intensidad y productividad, su capacidad
    para dar trabajo, cuidar el suelo y entregar una producción sana y
    diversificada. La agricultura campesina e indígena es también la que
    puede enfriar el planeta; con capacidad de absorver o evitar hasta
    2/3 de los gases invernaderos que se emiten cada año.
     
    2.La tierra actualmente en manos campesinas e indígenas es alrededor
    del 20% de la tierra agrícola a nivel global. Si embargo, con esa
    tierra las familias y comunidades campesinas e indígenas producimos
    al menos la mitad de la alimentación mundial. En nuestras manos está
    la forma más segura y eficiente de superar el hambre en el mundo.
     
    3.Para asegurar alimentación para todos y restaurar la normalidad
    climática en la tierra, es necesario que la agricultura vuelva a ser
    una tarea en manos principalmente de comunidades campesinas y
    pueblos indígenas. Para ello debe hacerse de manera urgente reformas
    agrarias integrales y de gran amplitud, que acaben con la
    concentración extrema y creciente de la tierra que hoy afecta a la
    humanidad. Esas reformas agrarias son las que darán las condiciones
    materiales para que la agricultura cumpla su papel en beneficio de
    la humanidad entera y por ello la defensa y protección de las
    agriculturas campesinas e indígenas es hoy una tarea de todas y
    todos. En lo inmediato, es necesario detener todos las
    transacciones, concesiones y traspasos que signifiquen concentración
    o acaparamiento de tierras y/o desplazamiento de comunidades rurales.
     
    4.Los sistemas campesinos e indígenas de agricultura, caza, pesca y
    pastoreo que ayudan a cuidar la tierra y la alimentación deben ser
    apoyados adecuadamente con fondos y medios públicos no
    condicionados. Los mecanismos de mercado -como venta de carbono y
    servicios ambientales- deben desmontarse de inmediato y reemplazarse
    por medidas reales, como las que mencionamos más arriba. Detener la
    contaminación es un deber que nadie puede evadir comprando derechos
    a seguir destruyendo.
     
    5.El uso legítimo de lo que ahora organismos internacionales y
    empresariales llaman biomasa es alimentar a los seres vivos y volver
    a la tierra para restaurar su fertilidad. Las emisiones provenientes
    del derroche de energía deben reducirse en base al ahorro y el fin
    del despilfarro. Necesitamos fuentes de energía renovable
    decentralizados, al alcance de los pueblos.
     
    TODOS MOVILIZADOS PARA DESENMASCARAR RÍO +20 Y EL CAPITALISMO VERDE
     
    Nosotros y nosotras, campesinos y campesinas, agricultores y 
    agricultoras familiares, campesinos y campesinas sin tierra, pueblos 
    indígenas y migrantes -hombres y mujeres- nos oponemos decididamente a 
    la mercantilización de la tierra, nuestros territorios, el agua, las 
    semillas, los alimentos, la naturaleza y

VÍA CAMPESINA

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