Son múltiples los aportes de la producción ecológica al medio ambiente. La agroecología es una de las claves del buen vivir o Allin Kausay, como nuevo paradigma de desarrollo para proteger la biodiversidad, conservar el ambiente y garantizar la soberanía y seguridad alimentaria de los pueblos.
Posee además una visión holística, que integra aspectos sociales, culturales, económicos, productivos y políticos y que se basa en la implementación plena de la agrobiodiversidad de acuerdo a la realidad. Así lo aplican los cientos de familias que integran la Asociación Nacional de Productores Ecológicos del Perú (ANPE PERÚ).
En el Día Mundial del Ambiente que se celebra el 5 de junio desde hace cuarenta años cabe reflexionar sobre la agroecología, que se caracteriza por técnicas de producción limpias y armoniosas con el ambiente, con respeto por los individuos y sus redes de relacionamiento, bajo una visión de complementariedad del ser humano, la naturaleza y Madre Tierra.
La agroecología hace un uso óptimo de los conocimientos colectivos sobre la biodiversidad, potencia de manera sostenible la agricultura local u originaria y busca principalmente el bienestar familiar y colectivo. Sus semillas fluyen en generación en generación en manos de los conservacionistas.
“La agricultura ecológica debería recibir todo el apoyo del Estado por que ayuda a conservar nuestras semillas, nuestra biodiversidad, y es la mejor alternativa de acuerdo a nuestra realidad porque nos permite aprovechar al máximo nuestras potencialidades como país megadiverso” indicó Marisol Medrano Peña, presidenta de la ANPE.
“Mucho se habla de la minería como motor del desarrollo aún a costa de provocar numerosos conflictos; pero la gente no come oro, no come cobre. El Estado peruano debe promover políticas públicas de desarrollo que tengan como una de sus bases la agroecología” concluyó la dirigente quechua, natural de Apurímac.
Alianza cocinero – campesino como estrategia de desarrollo sostenible
Por su parte, Moisés Quispe, director ejecutivo de ANPE, sostuvo que la alianza cocinero-campesino es una de las estrategias de desarrollo sostenible, incluyendo el aspecto económico, que mejor se adecúan a nuestra realidad nacional.
“El éxito que tiene la gastronomía peruana se apoya en la diversidad biológica y cultural de nuestra pequeña agricultura. Lo que despierta interés y admiración en el mundo es no solo la variedad de productos sino los conocimientos que permiten producir y aprovechar nuestros recursos”.
“Si fortalecemos la articulación campo-ciudad creando cadenas de valor vamos a contribuir de manera duradera a superar la pobreza, la exclusión y fortalecer nuestra rica y variada identidad cultural” indicó Moisés Quispe. www.ecoportal.net
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