jueves, 31 de marzo de 2011

QUE PODEMOS HACER PARA CAMBIAR EL FUTURO DEL PLANETA?


En el mundo hay ya una gran cantidad de personas que día a día adquieren una mayor conciencia ambiental. Esto es, que se preocupan por el deterioro que está sufriendo el planeta en el que vivimos. Sin embargo, al momento de pasar de informarse y preocuparse, a actuar en consecuencia, el trámite parece ser un poco mas complicado y es ahí donde esa gran masa crítica que ya se ha logrado, se disuelve y su fuerza se va disipando.
Suele suceder que no sabemos por donde empezar, tampoco si lo que se nos ocurre es útil o no, ni siquiera si vale la pena el esfuerzo. ¿De qué puede servir mi pequeño aporte ante tamaño desbarajuste global? Nos preguntamos.
Entonces, muchas buenas intenciones quedan en la nada misma y continuamos inertes, simplemente como meros espectadores de una realidad ambiental que nos comienza a asfixiar.
Es verdad que una buena porción del mundo ha quedado en manos de una banda de personajes nefastos, cuyo único propósito en la vida es acumular poder y riqueza a cualquier costo. Y lamentablemente dentro de ese costo se encuentra la extinción de la humanidad y de todo ser vivo sobre el planeta.
Sin embargo, tenemos que entender que eso se puede revertir, que puede cambiar y que para ello el aporte de cada uno de nosotros, no sólo es importante, sino que es imprescindible. Debemos comprender que si realmente nos comprometemos y nos decidimos a participar, desde nuestro lugar, mas allá de lo que elijamos hacer, esto será muy útil.
Podemos participar en ONGs, en marchas u otras acciones, ya sea personalmente o por Internet. Podemos reducir nuestro consumo de energía, de agua y de bienes, o modificarlo para minimizar nuestra huella ecológica. Plantar árboles, tener una huerta en casa, separar los residuos. Informarnos e informar, aportando a la concientización ambiental de nuestro entorno. Y cualquiera de estas cosas servirá de aporte para que el rumbo, poco a poco, vaya cambiando.
Tenemos que dedicarle un poco de tiempo, claro. Pero la buena noticia es que sólo eso es necesario, no hay que invertir nada más y mejor aun, hasta podemos reducir nuestros gastos.
Decidir abandonar el estado de pasividad y comenzar a participar activamente del cambio, puede ser la diferencia entre un futuro abominable y un mundo mejor. Las razones están expuestas, todos las conocemos. La decisión es personal, pero todos saldremos beneficiados. Y actuar en beneficio de todos se siente realmente muy bien. El futuro sigue estando en nuestras manos, aun tenemos la posibilidad de mejorarlo.
Nos reencontramos la próxima semana, con una nueva entrega de esta publicación.

Ricardo Natalichio
Director de EcoPortal.net
rdnatali@ecoportal.net
www.ecoportal.net

PROMUEVEN MODELO DE AGRICULTURA AGROECOLOGICA


La idea es promover modelos agrícolas independientes del petróleo, agroecosistemas de bajo impacto ambiental que contribuyan a frenar el cambio climático

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Tony Caballero Vidal
digital@juventudrebelde.cu
31 de Marzo del 2011 0:59:17 CDT

MATANZAS.— La Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey, que avanza hacia los 50 años de su fundación, pretende convertirse en un laboratorio en sistemas agroecológicos para el país, explicó su director, el Doctor Giraldo Martín Martín.
La idea es promover modelos agrícolas independientes del petróleo, agroecosistemas de bajo impacto ambiental, que contribuyan a frenar el cambio climático, con normas multifuncionales (servicios económicos, sociales y ambientales) en los módulos de la institución y en los sistemas alimentarios locales.
Según la Máster en Ciencias Milagros Milera, especialista de la entidad, unos 3,4 millones de hectáreas de tierra se encuentran en manos de usufructuarios, lo que se considera un notable avance en la reorganización agropecuaria del archipiélago.
Se trata de una nueva misión que incluye a la agroecología como base para el desarrollo de nuevas perspectivas, que permitan a la nación un desarrollo sostenible con modelos productivos dirigidos a garantizar el bienestar humano y el mejoramiento de los ecosistemas en el sector agrario, base fundamental para obtener la soberanía alimentaria, pero también para la conquista de la soberanía energética y tecnológica, mediante sólidos proyectos y nuevos métodos en la reorganización del quehacer científico.
El proyecto incluye visitas a los productores para consolidar el vínculo investigación-producción, así como un decisivo impulso a la labor investigativa en aras de potenciar la ganadería.
Ubicada en la zona del Consejo Popular España Republicana, del municipio de Perico, la instalación nació el 8 de marzo de 1962 por iniciativa del Comandante en Jefe Fidel Castro. Fue la primera institución científica dedicada a la investigación agropecuaria en Cuba luego del triunfo revolucionario.

lunes, 28 de marzo de 2011

LA CRISIS ALIMENTARIA GOLPEA DE NUEVO


*La especulación alimentaria y la 'petrodependencia' como detonantes *

Esther Vivas

La amenaza de una nueva crisis alimentaria es ya una realidad. El precio
de los alimentos ha vuelto a aumentar alcanzando cifras récord, en una
escalada creciente y consecutiva de precios desde hace ocho meses, según
informa el Índice de la FAO para los Precios de los Alimentos de febrero
de 2011, que analiza mensualmente los precios a escala global de una
cesta formada por cereales, oleaginosas, lácteos, carne y azúcar. El
Índice apunta a un nuevo máximo histórico, el más elevado desde que la
FAO empezó a estudiar los precios alimentarios en 1990.

Este aumento del coste de la comida, sobre todo de los cereales básicos,
tiene graves consecuencias para los países del Sur con bajos ingresos y
dependencia de la importación alimentaria así como para millones de
familias, en estos países, que destinan entre un 50 y un 60% de sus
ingresos a la compra de alimentos, cifra que puede llegar hasta un 80%
en los países más pobres. En estos casos, el aumento del precio de los
productos alimentarios los convierte en inaccesibles.

Nos volvemos a acercar a la cifra de mil millones de personas, una de
cada seis en el planeta, que hoy no tienen acceso a la comida. El propio
presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, lo dejaba claro al
afirmar que la actual crisis alimentaria había hecho aumentar en 44
millones el número de personas que padecen hambre crónica. Hay que tener
en cuenta que en el año 2009 ya se superó esta cifra, llegando a los
1.023 millones de personas subnutridas en todo el planeta, cifra que se
redujo levemente en 2010, pero sin regresar a los índices anteriores a
la crisis alimentaria y económica de 2008 y 2009.

La presente crisis se da en un contexto de abundancia de alimentos. La
producción de comida se ha multiplicado por tres desde los años 60,
mientras que la población mundial tan sólo se ha duplicado desde
entonces. Por lo tanto, de comida hay. No se trata de un problema de
producción sino de un problema de acceso a los alimentos, a diferencia
de lo que puedan afirmar las instituciones internacionales (FAO, BM,
OMC), que instan a aumentar la producción a través de una nueva
revolución verde, la cual no haría más que agravar la crisis
alimentaria, social y ecológica que enfrentamos.

*Las revueltas populares*

Las revueltas populares en el Norte de África y en Oriente Medio
tuvieron entre sus múltiples detonantes la escalada del precio de los
alimentos. En diciembre de 2010, en Túnez, las capas más pobres de la
población ocupaban la primera línea del conflicto exigiendo, entre
otros, acceso a la comida.

En enero de 2011, jóvenes manifestantes en Argelia cortaban carreteras,
quemaban tiendas y atacaban estaciones de policía para protestar por el
aumento del precio de los productos básicos. Casos similares se han
vivido en Jordania, Sudán y Yemen. Y no debemos olvidar que Egipto es el
primer importador de trigo del planeta, dependiente de la importación
alimentaria.

Evidentemente a este malestar hay que añadir otros: altas tasas de
desempleo, falta de libertades democráticas, corrupción, déficit de
viviendas y servicios básicos, etc. que constituyeron el núcleo duro de
las revueltas. De todos modos, la subida del precio de los alimentos fue
uno de los detonantes iniciales.

*Una causa central*

Pero, ¿cuáles han sido las causas de este nuevo aumento del coste de la
comida? A pesar de que instituciones internacionales y expertos en la
materia han señalado varios elementos como: fenómenos meteorológicos que
habrían afectado a las cosechas en países productores, el aumento de la
demanda en países emergentes, la especulación financiera, la creciente
producción de agrocombustibles, entre otros; varios indicios apuntan a
la especulación con las materias primas alimentarias como una de las
razones principales de la escalada del precio de la comida.

De hecho, en el periodo 2007 y 2008 ya se vivió una crisis alimentaria
profunda, con una subida del precio de los cereales como el trigo, la
soja y el arroz, de un 130%, un 87% y un 74% respectivamente. Entonces,
como hoy, diferentes fueron las causas indicadas, aunque destacaban el
aumento de la producción en agrocombustibles y las crecientes
inversiones especulativas en los mercados de futuros alimentarios. Pero
este aumento del precio de la comida se estancó el año 2009, en parte,
probablemente, debido a la crisis económica y la disminución de la
especulación financiera.

A mediados de 2010, una vez apaciguados los mercados financieros
internacionales, y con cuantiosas sumas públicas inyectadas a la banca
privada, la especulación alimentaria golpeaba de nuevo y el precio de
los alimentos volvía a subir. Para "salvar a la banca", tras el
estallido de la crisis financiera de 2008-2009, se calcula que los
gobiernos de los países ricos aportaron un total de 20 billones de
dólares para apuntalar al sistema bancario y rebajar las tasas de interés.

Con esta entrada de dinero, los especuladores se vieron incentivados
para pedir nuevos préstamos y comprar mercancías que previsiblemente
aumentarían rápidamente de valor. Los mismos bancos, fondos de alto
riesgo, etc. que causaron la crisis de las hipotecas subprime son,
actualmente, los responsables de la especulación con las materias primas
y el aumento del precio de la comida, aprovechándose de unos mercados
globales de mercancías profundamente desregularizados.

La crisis alimentaria está íntimamente ligada a la crisis económica y a
la lógica de un sistema que promueve, por ejemplo, unos planes de
rescate en Grecia y en Irlanda, supeditando la soberanía de estos países
a las instituciones internacionales como se supedita la soberanía
alimentaria de los pueblos a los intereses del mercado.

*Garantía o negocio*

De hecho, siempre se ha dado una cierta especulación con el precio de
los alimentos y esta lógica impera en el funcionamiento de los mercados
de futuros, que, tal y como los conocemos actualmente, datan de mediados
del siglo XIX, cuando empezaron a funcionar en Estados Unidos. Estos son
acuerdos legales estandarizados para hacer transacciones de mercancías
físicas en un tiempo futuro establecido previamente y han sido un
mecanismo para garantizar un precio mínimo al productor ante las
oscilaciones del mercado.

Para explicarlo en pocas palabras: el campesino vende a un comerciante
la producción antes de la cosecha para protegerse de las inclemencias
del tiempo, por ejemplo, y garantizarse un precio a futuro. El
comerciante, por su parte, también, se beneficia. El año en que la
cosecha va mal, el campesino obtiene buenos ingresos, y cuando la
cosecha es óptima, el comerciante aún se beneficia más.

En la actualidad, este mismo mecanismo es empleado por los especuladores
para hacer negocio aprovechando la desregulación de los mercados de
materias primas, que fue impulsada a mediados de los años 90 en Estados
Unidos y Gran Bretaña por bancos, políticos partidarios del libre
mercado y fondos de alto riesgo, en el marco del proceso de
desregulación de la economía mundial. Los contratos para comprar y
vender comida se convirtieron en "derivados" que podían comercializarse
independientemente de las transacciones agrícolas reales. Nacía, pues,
un nuevo negocio: la especulación alimentaria.

Los especuladores, hoy, son quienes tienen más peso en los mercados de
futuros, a pesar de que sus transacciones de compra y venta no tienen
nada que ver con la oferta y la demanda real. En palabras de Mike
Masters, gerente de Masters Capital Management, si en 1998 la inversión
financiera con carácter especulativo en el sector agrícola era de un
25%, actualmente ésta se sitúa alrededor de un 75%. Estas transacciones
se llevan a cabo en las bolsas de valores, la más importante de las
cuales, a nivel mundial, es la bolsa de comercio de Chicago, mientras
que en Europa los alimentos y las materias primas se comercializan en
las bolsas de futuros de Londres, París, Ámsterdam y Frankfurt.

*Un "depósito 100% natural"*

El 2006/2007, inversores institucionales como bancos, compañías de
seguros, fondos de inversión, entre otros, tras la caída del mercado de
créditos hipotecarios de alto riesgo en Estados Unidos, buscaron lugares
más seguros y con mayor rentabilidad, como las materias primas y los
alimentos, dónde invertir su dinero. En la medida en que el precio de la
comida subía, aumentaban las inversiones en los mercados de futuros de
alimentos, empujando el precio de los granos al alza y empeorando la
inflación en el precio de la comida.

En Alemania, el Deutsche Bank anunciaba ganancias fáciles si se invertía
en productos agrícolas en auge. Y negocios similares proponía otro de
los principales bancos europeos, el BNP Paribas. Pero no hay que ir tan
lejos para encontrar ejemplos concretos.

Catalunya Caixa, antigua Caixa Catalunya, instaba, este enero de 2011, a
sus clientes a invertir en materias primas bajo el lema "depósito 100%
natural". ¿Y qué ofrecía? Una garantía del 100% del capital con
posibilidad de obtener una rentabilidad de hasta el 7% anual. Y ¿cómo?
En función, como indicaba en su publicidad, de "la evolución del
rendimiento de tres materias primas alimentarias: azúcar, café y maíz".
Para dar garantías de la alta rentabilidad, la publicidad no dudaba en
señalar como la cotización de estos tres productos, los últimos meses,
había aumentado en un 61%, un 34% y un 38% respectivamente, debido a "la
demanda creciente que va a un ritmo superior a la producción "," por el
incremento de la población mundial "y" su uso en agrocombustibles ".

Catalunya Caixa, pero, obviaba una información importante: la
especulación alimentaria, que tan buenos réditos económicos da, aumenta
el precio de los alimentos, los hace inaccesibles a amplias capas de
población en países del Sur global y condena al hambre, a la miseria y a
la muerte a miles de personas en estos países.

*Dependencia del petróleo*

Otro elemento que agudiza la crisis alimentaria es la fuerte dependencia
del petróleo del actual modelo de producción y distribución de
alimentos. De hecho, el aumento del precio del petróleo repercute
directamente en una subida similar del coste de los alimentos básicos.
En 2007 y 2008 tanto el precio del petróleo como el de los alimentos
alcanzaron cifras récord. Entre julio de 2007 y junio de 2008, el
petróleo crudo pasó de 75 dólares el barril a 140 dólares, mientras que
el precio de los alimentos básicos aumentaba de 160 dólares a 225
dólares, según el Índice de la FAO para los Precios de los Alimentos.

Y es que la agricultura y la alimentación son cada día más
'petrodependientes'. Después de la 2ª Guerra Mundial y con la revolución
verde, en los años 60 y 70, y con el supuesto de aumentar la producción,
se apostó por un modelo de agricultura industrial e intensivo. El
sistema agrícola y alimentario actual, con alimentos que recorren miles
de kilómetros antes de llegar a nuestra mesa, con el uso de intensivo de
maquinaria agrícola, de químicos, pesticidas, herbicidas y fertilizantes
artificiales no subsistiría sin el petróleo.

El aumento del precio del petróleo así como la estrategia de diferentes
gobiernos para combatir el cambio climático ha conducido, también, a una
creciente inversión en la producción de combustibles alternativos,
agrocombustibles, como el biodiesel y/o el bioetanol, elaborados a
partir de azúcar, maíz u otros. Pero esta producción ha entrado en
competencia directa con la producción de alimentos para el consumo
siendo otra de las causas del aumento del precio de los alimentos.

El mismo Banco Mundial reconocía que cuando el precio del petróleo
sobrepasa los 50 dólares por barril, entonces un 1% de incremento de su
precio supone un 0.9% de aumento del precio del maíz, ya que "por cada
dólar que el precio del petróleo aumenta la rentabilidad del etanol y,
consecuentemente, la demanda de maíz para su elaboración también crece".
Desde el año 2004, 2/3 del aumento de la producción mundial de maíz
fueron destinadas a satisfacer la demanda norteamericana de
agrocombustibles. En el año 2010, el 35% de la cosecha de maíz de
Estados Unidos, que significa un 14% de la producción de maíz mundial,
fue utilizada para producir etanol. Y esta tendencia va al alza.

Pero más allá de una serie de causas como la especulación alimentaria y
el aumento del precio del petróleo que repercute en una creciente
inversión en agrocombustibles, provocando una competencia entre la
producción de cereales para el consumo o para la automoción, nos
encontramos ante un sistema agroalimentario profundamente vulnerable y
en manos del mercado. La creciente liberalización del sector en las
últimas décadas, la privatización de bienes naturales (agua, tierra,
semillas), la imposición de un modelo de comercio internacional al
servicio de los intereses privados, etc. nos ha conducido a esta situación.

Mientras la agricultura y la alimentación sigan siendo consideradas una
mercancía en manos del mejor postor, y los intereses empresariales
prevalezcan por encima de las necesidades alimentarias y los límites del
planeta, nuestra seguridad alimentaria y el bienestar de la tierra no
estarán garantizados.


* Esther Vivas es autora "Del campo al plato. Los circuitos de
producción y distribución de alimentos "(Icaria ed.). Artículo publicado
en La Directa, n. 221.

domingo, 27 de marzo de 2011

LA MAQUINA DEL HAMBRE

Presento este documento y lo dirijo especialmente:

·      A todos aquellos que estén dispuestos a pensar e inclusive a reconsiderar, destacando a los técnicos especialistas de las ciencias agropecuarias, profesores de las universidades (jubilados y no jubilados), profesionales del campo y de la ciudad que estén dispuestos a hacer un gesto honesto de autocrítica de su propio esquema mental antiético y pervertido en sus valores, a aquellos que promocionaron y se promovieron con las falsas ilusiones de los beneficios de la FAO a través de la revolución verde.

·      A la juventud inquieta de la Universidad Nacional, no acomodada, acondicionada y adiestrada dentro de los actuales paradigmas de la tecnología, que no está dispuesta a dejarse engañar por los nuevos conceptos de la agricultura envenenada, como los manifestados por el "manejo integrado de plagas - MIP" propuesto por supuestos "señores de ciencia, salvadores de la agricultura moderna y de la tecnología".

·      A los intelectuales y a todos los seres humanos, siempre alertas y dispuestos a los sacrificios por un mundo mejor y, sobre todo, más sabio.  Con este documento queremos indicar nuevos rumbos, distintos del sofisticado misterio "Dios en el cielo y FAO en la tierra".
·      Al pequeño campesino, cultivador de la nueva agricultura que soñamos, en la cual de los callos de sus manos habrán de brotar los frutos de la justicia que buscamos.

Este documento permitirá un nuevo pensamiento universal, un nuevo paradigma, un nuevo esquema mental, una nueva visión ética y fantástica, de la vida y de la tierra.

Queremos que este documento se convierta en un motivo de lucha, su finalidad es aclarar muchas cosas, las cuales fueron mantenidas y manipuladas bajo la oscuridad en las escuelas de agronomía administradas por tecnicistas.  Este documento es para sacudir y chocar con la realidad, es para hacer, pensar y promover la discusión; lo que la universidad ya no es capaz.

Ante tanta destrucción cultural, social y ambiental, no podemos callar más y quedarnos tímidos, pues el silencio y la timidez en el pasado permitieron que llegáramos al actual desastre en que nos encontramos, EL ECOCIDIO.  Las fuerzas de la destrucción y del afán no tuvieron inhibición y la agresión, con el fomento de las tecnologías a partir de la revolución verde, no conoció límites ni frenos en el campo.

Por otro lado, este documento, "el hambre en el mundo y la FAO" no la calmará; por el contrario, será la gota para descubrir la sed, herida profunda de la contrainformación científica que se perpetró por varias décadas en las universidades, colombianas, encubriendo, apagando, masacrando, persiguiendo y sucumbiendo el verdadero saber de la ciencia y del campesino.

Finalmente, nos acusarán y nos continuarán acusando de radicales, de líricos, cuando no de apocalípticos.  Apenas somos realistas, y la realidad es grave.  No podemos callar, pues dentro de poco tiempo estaríamos siendo acusados por las futuras generaciones de omisos y convincentes.  La preocupación por el saber y su calidad, en una nueva alternativa de vida, dependerá de nuestro actual comportamiento y de las actitudes que sabiamente seamos capaces de transmitir a la juventud.

"La universidad que no es capaz de generar conocimiento utópico, pierde la razón de sus seres - los estudiantes -, pierde la razón de su existencia - la universalidad."

Jairo Restrepo Rivera
Ingeniero Agrónomo / Brasil
Asesor Técnico Internacional

23 y 24 de febrero de 1994.
Universidad Nacional de Palmira