En el mundo hay ya una gran cantidad de personas que día a día adquieren una mayor conciencia ambiental. Esto es, que se preocupan por el deterioro que está sufriendo el planeta en el que vivimos. Sin embargo, al momento de pasar de informarse y preocuparse, a actuar en consecuencia, el trámite parece ser un poco mas complicado y es ahí donde esa gran masa crítica que ya se ha logrado, se disuelve y su fuerza se va disipando.
Suele suceder que no sabemos por donde empezar, tampoco si lo que se nos ocurre es útil o no, ni siquiera si vale la pena el esfuerzo. ¿De qué puede servir mi pequeño aporte ante tamaño desbarajuste global? Nos preguntamos.
Entonces, muchas buenas intenciones quedan en la nada misma y continuamos inertes, simplemente como meros espectadores de una realidad ambiental que nos comienza a asfixiar.
Es verdad que una buena porción del mundo ha quedado en manos de una banda de personajes nefastos, cuyo único propósito en la vida es acumular poder y riqueza a cualquier costo. Y lamentablemente dentro de ese costo se encuentra la extinción de la humanidad y de todo ser vivo sobre el planeta.
Sin embargo, tenemos que entender que eso se puede revertir, que puede cambiar y que para ello el aporte de cada uno de nosotros, no sólo es importante, sino que es imprescindible. Debemos comprender que si realmente nos comprometemos y nos decidimos a participar, desde nuestro lugar, mas allá de lo que elijamos hacer, esto será muy útil.
Podemos participar en ONGs, en marchas u otras acciones, ya sea personalmente o por Internet. Podemos reducir nuestro consumo de energía, de agua y de bienes, o modificarlo para minimizar nuestra huella ecológica. Plantar árboles, tener una huerta en casa, separar los residuos. Informarnos e informar, aportando a la concientización ambiental de nuestro entorno. Y cualquiera de estas cosas servirá de aporte para que el rumbo, poco a poco, vaya cambiando.
Tenemos que dedicarle un poco de tiempo, claro. Pero la buena noticia es que sólo eso es necesario, no hay que invertir nada más y mejor aun, hasta podemos reducir nuestros gastos.
Decidir abandonar el estado de pasividad y comenzar a participar activamente del cambio, puede ser la diferencia entre un futuro abominable y un mundo mejor. Las razones están expuestas, todos las conocemos. La decisión es personal, pero todos saldremos beneficiados. Y actuar en beneficio de todos se siente realmente muy bien. El futuro sigue estando en nuestras manos, aun tenemos la posibilidad de mejorarlo.
Nos reencontramos la próxima semana, con una nueva entrega de esta publicación.
Ricardo Natalichio
Director de EcoPortal.net
rdnatali@ecoportal.net
www.ecoportal.net
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