viernes, 14 de enero de 2011

EL MUNDO SEGÚN MONSANTO

El mundo según Monsanto es un libro de 500 páginas realizado por la periodista francesa Marie Monique Robin en el que se cuestiona el desarrollo de los alimentos transgénicos. Se trata de una crítica aplastante sobre la empresa biotecnológica Monsanto y las actividades que desarrolla, y que ha desarrollado desde su fundación hace más de 100 años.
El mundo según Monsanto está basado en el testimonio de agricultores, científicos, políticos, documentación inédita…, todo ello sumado a la evolución y desarrollo de Monsanto, la primera empresa del mundo productora de semillas transgénicas. Monsanto tiene una presencia destacada en más de 46 países y los beneficios económicos que obtiene son espectaculares. Esta empresa controla actualmente más del 90% del mercado mundial de las semillas transgénicas y controla un importante volumen de la producción de la alimentación mundial, extendiendo cada vez más su poder.

Monsanto trabaja bajo la premisa de desear el bienestar de la humanidad, aunque los resultados parecen mostrar todo lo contrario, como ejemplos podemos poner el famoso glifosato, la hormona de crecimiento bovino, etc. Existe también un documental con el mismo título del que hablaremos posteriormente.
Hoy conocemos a través del periódico digital El País, una interesante entrevista realizada a la autora de la que se desprenden algunas conclusiones interesantes.

Marie Monique Robin reconoce no saber si es perjudicial la ingesta de alimentos transgénicos, los estudios realizados a corto plazo muestran que son seguros, pero existe carencia de estudios a largo plazo. Por cierto, hay que recordar el post os alimentos transgénicos pueden provocar infertilidad, en él podíamos conocer uno de los pocos estudios científicos que demuestra los problemas que pueden causar este tipo de alimentos.
Según la autora, es una mentira que los alimentos transgénicos puedan desterrar el hambre del mundo y basa su respuesta en los estudios en los que se indica que los alimentos transgénicos no son tan productivos. La autora ha viajado visitando varias países siendo testigo de los resultados de productividad, incluso indica que algunos campesinos se suicidaban ante las malas cosechas obtenidas con los productos transgénicos.
Marie Monique Robin manifiesta la necesidad de realizar un estudio independiente en el que estén implicados especialistas de distintos países, como un paso efectivo para desvelar la realidad de los transgénicos. En el documental sobre la soja transgénica podíamos conocer multitud de opiniones y efectos negativos sobre la población simplemente cultivando el producto, incluso sin realizar una ingesta ya hay complicaciones, apoyamos la solicitud de Marie, de hecho, es una solicitud realizada por miles de personas desde hace algunos años, pero sin entender por qué, parece ser una solicitud obviada.

El mundo según Monsanto nos proporcionará mucha información y posiblemente consolidará algunas dudas relacionadas con los alimentos transgénicos. Será interesante que veáis el vídeo, El mundo según Monsanto, en él podremos ver el trabajo realizado por Marie Monique Robin y reflexionar sobre este tipo de alimentos
La empresa norteamericana Monsanto provee al mercado de productos para la agricultura y ganadería. Es conocida por producir el herbicida más vendido en el mundo bajo la marca Roundup, cuyo principio activo es el glifosato. También es productor líder de semillas genéticamente modificadas (los transgénicos).

Quien controle las semillas controlará la alimentación del planeta, por lo tanto controlará el mundo. Esta frase es la esencia de Monsanto, el gigante de los transgénicos.

Las evidencias más desgarradoras de su monopolio las encontramos en India con el algodón transgénico de Monsanto. Antes de los transgénicos los agricultores indios utilizaban sus abonos y pesticidas naturales y guardaban las semillas para las siguientes temporadas, pero a partir de la introducción de las semillas transgénicas de Monsanto, por diferentes distribuidoras indias bajo su control y fuertes campañas publicitarias, las cosas cambiaron. Son semillas patentadas y está prohibida su reproducción en los siguientes años. Qué paradoja, semillas no renovables, que además requieren de insecticidas específicos (propiedad de Monsanto)..."

Escalofriante entrevista publicada ayer en La Contra de La Vanguardia en la que Marie-Monique Robin, periodista especializada en agroalimentación, denuncia al “monstruo” Monsanto.

“Monstruo” por dimensiones, es la mayor multinacional agroquímica que domina el mercado mundial de semillas convencionales y transgénicas, “monstruo” por sus objetivos (el lucro sin fin ni ética), por sus medios (el cuasi monopolio, métodos mafiosos de venta, acoso a agricultores que no usan sus productos, la compra de conciencias en el poder: periodistas, científicos, políticos, …) y “monstruo” por su desprecio absoluto por la naturaleza y la salud y la vida humana.

La entrevista es la esencia de toda la información que la experta aporta en su libro y un documental sobre este tema: “El mundo según Monanto“, que ya analizaremos en el blog, y en ella nos alerta por las graves consecuencias de los transgénicos a todos los niveles pero, sobre todo, enfermándonos.

Marie-Monique Robin pertenece a esa estirpe de periodistas valientes y comprometidos, como Hernán Zin y Gervasio Sánchez, cuyo trabajo destapa el lado oscuro del Sistema y sirve para que abramos los ojos y reaccionemos.

Es fácil entender porqué nuestros hijos nos acusarán como expone el documental francés sobre la infancia expuesta a tóxicos, y por eso debemos luchar por una agricultura, una economía y una alimentación más limpia y justa para el planeta y las personas.

Tengo 48 años. Nací en Gourgé, pueblecito cerca de Poitiers (Francia), en una familia campesina. Soy periodista. Estoy casada y tengo tres hijas (11, 14 y 17 años). ¿Política? No me caso con nadie, mi compromiso es con la gente: por eso pongo mi pluma en la llaga. Soy agnóstica

¿Qué es Monsanto?
El gigante de la industria agroquímica que domina el mercado mundial de la alimentación.

¿Cómo logra dominar la alimentación mundial?
Domina el mercado mundial de semillas: dominar las semillas es dominar los estómagos, la población mundial.

¿Y cómo se logra dominar las semillas?
Modificándolas genéticamente y patentándolas. Antes de 1992 no podían patentarse semillas, y Monsanto logró que Estados Unidos lo permitiese. Hoy tienen mil patentes.

  Un filme que denuncia al gigante de transgénicos

  El documental "El Mundo según Monsanto", difundido el martes por la televisión francoalemana Arte, traza la historia del principal fabricante de organismos genéticamente modificados (OGM), cuyos granos de soja, maíz y algodón se propagan por el mundo pese a las alertas ecologistas.

  La directora, la francesa Marie-Monique Robin, centró su película -y un libro del mismo título- en la empresa de Saint-Louis (Misuri, EEUU), que en más de un siglo de existencia fue fabricante del PCB (piraleno), del agente naranja usado como herbicida en la guerra de Vietnam y de hormonas de incremento de la producción láctea prohibidas en Europa.

  El documental señala los peligros resultantes del crecimiento exponencial de los cultivos de transgénicos, que en 2007 cubrían 100 millones de hectáreas, con propiedades genéticas patentadas en un 90% por Monsanto.

  La investigación, de tres años, se basó en miles de documentos oficiales, publicaciones científicas y artículos encontrados en Google.

  La pesquisa la llevó a Estados Unidos y países como India, Paraguay, Brasil o México, cotejando las virtudes proclamadas de los OGM con realidades que a menudo son las de campesinos hundidos por las deudas con la multinacional, las de personas que sufren problemas de salud a proximidad de las plantaciones o las de variedades originales de granos amenazadas por las especies transgénicas.

  James Maryanski, ex coordinador de biotecnologías de la Administración de Alimentos y Medicamentos (Food and Drug Administration, FDA) de Estados Unidos, reconoce que la autorización de comercialización de los OGM en 1992 fue "política", dado que la cuestión estaba todavía en plena discusión.
  
  Monsanto tiene la patente de los OGM "Roundup Ready", resistentes a ese potente herbicida que contaminaría entretanto cultivos de plantas comestibles a proximidad.
  
  Robin relató en entrevistas divulgadas por la promoción de la película que trató en vano de obtener respuestas de Monsanto a todos esos interrogantes, pero que la compañía decidió "no avalar" su película.
  
  Optó entonces por basarse en centenares de documentos, conferencias y declaraciones de la empresa, e ir a verificar in situ si las cosas eran tan idílicas como el lema de la compañía, "Alimento, Salud, Esperanza", lo daban a entender.
  
  Un capítulo del libro, titulado "Paraguay, Brasil, Argentina: la República unida de la soja", relata el ingreso de ese cultivo en esos países, que figuran hoy entre los mayores productores del mundo, a través de una política de hechos consumados que obligó a las autoridades de Paraguay y Brasil a legalizar centenares de hectáreas plantadas con granos contrabandeados.
  
  La legalización benefició obviamente a Monsanto, que pudo cobrar así las royalties por su producto.
  
  "No se trata de una película o un libro contra los OGM, sino de una pieza importante del dossier" sobre el tema, declaró el líder ecologista Nicolas Hulot, una de las personalidades más respetadas de Francia.
  
  Marie-Monique Robin es una prestigiosa periodista independiente, que en 2004 realizó un documental sobre el Plan Cóndor de eliminación de disidentes políticos en Sudamérica -"Escuadrones de la Muerte: La Escuela Francesa"- para el cual entrevistó con cámara oculta a varios de los máximos represores de las dictaduras militares de los años 70.
   El mundo según Monsanto: un libro para dejar de comer tranquilo
  Claudia Urquieta Ch, El Mostrador
  Sábado 4 de abril de 2009, puesto en línea por Claudia Casal
  03 de Abril de 2009 - El Mostrador - Su autora, la periodista francesa Marie-Monique Robin, estuvo en el país para presentar esta investigación que parece una novela: corrupción, ocultamiento de datos, prácticas abusivas y campañas de imagen son los ingredientes, pero todo está perfectamente documentado. Aquí conversa con El Mostrador.cl y advierte que una vez abierta la puerta a los cultivos de Organismos Genéticamente Modificados (OGM), ya no hay vuelta atrás.
  El proyecto de ley que impulsaba la introducción de transgénicos en Francia enfrentó un grave enemigo a la hora de ser votado en el Parlamento: el best seller El Mundo según Monsanto, de la periodista Marie-Monique Robin.
  El ensayo periodístico más leído de los últimos tiempos en el país galo, logró la titánica tarea de cambiar el voto de varios diputados que luego de leerlo decidieron rechazar la iniciativa, por lo que a mediados de 2008 se decidió que la nación liderada por Nicolas Sarkozy quedaría libre de este tipo de plantaciones.
  En poco más de 500 páginas y a través de un lenguaje fluido, con datos fidedignos y plenamente respaldados, el lector descubre los tentáculos del gigante de los transgénicos que lo han llevado a conseguir, gracias a gobiernos y legislaciones permisivas, dominar el mercado mundial de la alimentación.
  También lo sucedido con sus primeros productos, como los PCB, o el plaguicida "agente naranja" usado en Vietnam. Además, detalla cómo la corporación estableció puentes con los máximos organismos de toma de decisión de Estados Unidos (la EPA y la FDA), lo que le valió introducirse en ese mercado, legitimándose así en todo el mundo.
  Un dato decidor es que la transnacional jamás concedió una entrevista a la periodista, ya que sospechaban que la investigación no sería favorable para ellos.
  Para la autora, que estuvo esta semana en Chile presentando su libro -de Ediciones Península-, junto a un documental del mismo nombre, dar el paso a la introducción de este tipo de cultivos es un camino sin regreso.
  En Latinoamérica, Argentina es el mayor productor de cultivos transgénicos, con 18 millones de hectáreas. También ha entrado a Brasil y Paraguay, con métodos nada ortodoxos, según explica la autora.
  En Chile es posible producir semillas transgénicas, pero están prohibidas las plantaciones de Organismos Genéticamente Modificados (OGM). Situación que podría cambiar si se aprueba el proyecto de ley "Bioseguridad de Vegetales Genéticamente Modificados", presentado en el Senado en 2006 con la firma del el actual candidato presidencial Eduardo Frei y los parlamentarios Fernando Flores, Juan Antonio Coloma, Alberto Espina y Andrés Allamand.
  En conversación con El Mostrador, la documentalista y directora de cine explica por qué la lectura de este libro es materia obligada para entender cómo opera esta transnacional y los peligros que entraña abrir la puerta a los cultivos transgénicos. Y recalca que "no se trata de que haya una gran conspiración. El tema de fondo es la falta de información".
  ¿Cuáles fueron los motivos fundamentales que hicieron a los diputados galos rechazar el ingreso de los cultivos transgénicos?
  Básicamente que los transgénicos no fueron seriamente estudiados, por lo que no se sabe a ciencia cierta las consecuencias para la salud humana. La falta de evaluación tiene sus motivos relacionados con el enorme poder de la transnacional, que son detallados en el libro.
  Además, los transgénicos son plantas pesticidas. Esto, porque es una planta manipulada para poder resistir las fumigaciones de un herbicida de Monsanto: el Roundup, que es muy tóxico. Aunque la empresa siempre ha dicho que no es así, pero esconde datos.
  ¿Cómo cuáles?
  Hay estudios que demuestran que da cáncer, que es un perturbador endocrino y que afecta el sistema de reproducción de hombres y mujeres. Hay un país, Dinamarca, que lo prohibió definitivamente.
  En Europa hay mucha presión de la sociedad civil porque es el herbicida más vendido del mundo: 70 por ciento de los transgénicos cultivados en el mundo fueron manipulados para poder resistir a este Roundup.
  ¿Por qué decidió hacer una investigación de esta transnacional?
  Monsanto es la primera empresa semillera del mundo ahora. No sólo es el primer productor de transgénicos, sino que es muy importante porque está relacionada con toda la cadena alimentaria.
  Por eso quería saber quien era esta empresa, que además en su sitio web dice que su meta es ayudar a los campesinos para que produzcan alimentos más sanos o que se reduzca la contaminación ambiental. La idea era saber si se podía confiar, porque lo que están haciendo es muy definitivo: una vez que se introducen los transgénicos en un país es muy difícil echar marcha atrás.
  Pero contaminan las demás variedades, llevan a la reducción de la biodiversidad, tal como lo vi en Canadá con la colza transgénica, que acabó con toda las demás variedades por efectos de la polinización.
  Más allá de estos argumentos, existe la percepción desde los sectores que apoyan la introducción de transgénicos en Chile de que si no se utiliza este tipo de herramientas el país queda atrás en el tema agro alimentario. De hecho la ministra de Agricultura, Marigen Hornkohl, en un seminario sobre el tema destacó el aporte de los cultivos genéticamente modificados.
  Por el contrario. Ese es un argumento de Monsanto, pero no es así. Los transgénicos que hay actualmente son plantas pesticidas que no son evaluadas por lo que son. Además no las necesitamos, y el rendimiento de este tipo de plantas es más bajo según muchos estudios.
  Lo que hay detrás de todo esto es que los transgénicos son patentados. O sea cada agricultor que siembra de estas semillas tiene que firmar un contrato que dice que no puede conservar una parte de su cosecha para resembrar al año siguiente, como hacen todos los agricultores del mundo.
  Si no, lo que hace Monsanto es mandar a la Policía de los Genes.
  Le pregunté al representante de Chile de Monsanto al respecto y me dijo que no sabía de ninguna organización de este tipo.
  (Se ríe) Hay centenares de casos y juicios, informes sobre eso. Me contacté con víctimas de la policía de los genes. Incluso los propios norteamericanos lo han publicado.
  Son agencias privadas contratadas por Monsanto que mandan detectives a los campos que toman muestras y si no pueden comprobar que han comprado sus semillas, les hacen un juicio.
  ¿Estos juicios los gana generalmente la empresa?
  Siempre. Cuando un agricultor ha conservado parte de su cosecha, pero la empresa también gana cuando el agricultor ha sido contaminado por el vecino. El tema es ¿cómo vas a parar la polinización abierta? Según datos oficiales del ministerio de Canadá, los OGM ya colonizaron a todo el país y las plantaciones convencionales casi desaparecieron.
  Además es un monopolio total. Me entrevisté con varios agricultores que tenían plantaciones orgánicas: no pueden mantenerlas porque están contaminadas.
  Monsanto está comprando las empresas semilleras del mundo, más de 50 en los últimos 10 años, como en India. Así, impone sus semillas transgénicas patentadas.
  O sea ¿Chile podría poner en peligro su producción tradicional si aprueba la entrada de los cultivos transgénicos?
  Claro, por eso no hay cultivos transgénicos en Francia, porque la contaminación es muy potente. En el resto de Europa tampoco hay, salvo en España y Alemania.
  ¿Qué le parece la política impulsada por el SAG que impide hacer público el lugar exacto dónde están los cultivos de semillas?
  No tengo nada contra la ciencia y la investigación, pero que en el tema de los transgénicos no sea a campo abierto, porque el peligro de esto es la contaminación.

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