miércoles, 31 de agosto de 2011

AGROECOLOGIA, UNA FORMA DE VIVIR



SIN SUSTANCIAS TÓXICAS, fertilización equilibrada y poca energía del petróleo, desde Greenpeace la proponen como solución al hambre.
Efe Reportajes | Madrid, España | Publicado el 24 de agosto de 2011

No hay que confundir agricultura ecológica y agroecología. Mientras la primera se ciñe al cultivo de productos procedentes del campo sin el uso de tóxicos, la agroecología es una forma de vida.

La agricultura ecológica es el tipo de producción de alimentos que respeta al medio ambiente y a las personas. Para Juan Felipe Carrasco, responsable de Agricultura y Alimentación de Greenpeace: "No solo produce alimentos, también bienes y servicios agrícolas que cambian el paradigma del modelo de agricultura industrial que consume petróleo, plásticos, contamina y destruye el suelo porque es la agricultura que está basada en máquinas y no en personas".

Tres razones defensoras
La diferencia fundamental entre la agricultura convencional y la ecológica es que en la segunda no se contempla el uso de sustancias tóxicas o químicos de síntesis, salvo algunos que están autorizados porque su toxicidad sea prácticamente nula. Pero los pesticidas, en general, están reducidos a la mínima expresión y los que están autorizados no ejercen ninguna toxicidad sobre la salud como sí lo hacen los utilizados en la agricultura convencional o industrial.

En segundo lugar, la fertilización en la agricultura ecológica está basada en los equilibrios naturales, donde las plantas son alimentadas porque el suelo está vivo.

"El suelo tiene una serie de seres vivos que son los que reciclan los restos de las cosechas anteriores o bien captan gases de la atmósfera para poder distribuirlos entre las plantas. En la agricultura industrial, los productos químicos y abonos industriales que provienen del petróleo matan todo lo que hay de vida en el suelo", señala Carrasco.

La tercera característica de la agricultura ecológica tiene que ver con la energía. Como explica el responsable de Greenpeace, "la agricultura ecológica apenas tiene consumo energético procedente del petróleo, por lo que es muy poco generadora de cambio climático. A diferencia de la agricultura industrial".

La tarea del ser humano
La agroecología es un concepto que trata de involucrar al ser humano con la naturaleza, de tal manera que la producción agrícola forme parte intrínseca con el entorno social y cultural de los individuos.

Juan Felipe Carrasco subraya que "es un movimiento ideológico y político, donde el papel de las personas es muy importante. En lugar de máquinas produciendo alimentos para consumidores ciegos que no se quieren informar de lo que contiene el producto, la agroecología trata de conservar las redes sociales que han mantenido el campo vivo desde hace miles de años".

Esta metodología está relacionada con el concepto de soberanía alimentaria acuñado por varias universidades y ambientalistas latinoamericanos. Se fundamenta en la idea de que el campo tiene que estar habitado por personas produciendo no solo alimentos sino vivificando el paisaje, gestionando las relaciones sociales y culturales, "porque cuanta menos gente exista en el campo y más en las ciudades más insostenible es el planeta", indica el activista.

"Las ciudades son enormes consumidores de recursos y generadores de residuos. Sin embargo, la población rural tiene un rol mucho más sostenible en cuanto que vive apegada al territorio. Por eso es muy importante todo lo que tiene que ver con la propiedad de la tierra y es fundamental la devolución de la propiedad a quienes la trabajan, el reparto de la renta agraria y las subvenciones políticas a las personas que están produciendo no solamente alimentos sino bienes y servicios paisajísticos y ambientales que, por ejemplo, están devolviendo la riqueza a nuestros ríos", como ya está sucediendo en alguna comunidades en América Latina, precisa Carrasco.

Estos modelos ecológicos están haciendo posible que resulte atractivo volver a vivir inmersos en el mundo rural, siempre y cuando en estas comunidades se establezcan los lazos culturales y colectivos necesarios.

El especialista en Alimentación y Agricultura explica que "solo a través de comunidades dedicadas al desarrollo, de la protección que ejerzan esas personas como guardianas del planeta, conseguiremos algo. Si no, al final, lo que ocurrirá será que imperará la tecnología alimentada por el petróleo y controlada por las pocas multinacionales que revierten financieramente sobre pequeños grupos poderosos que producen alimentos para un conjunto de ciudadanos, pero que les importan muy poco lo que comen".

» Contexto

¿Es la solución al hambre?

Juan Felipe Carrasco de Greenpeace cree que la agricultura ecológica es un movimiento político porque tiene que ver con la soberanía alimentaria y el poder sobre el territorio. "Se puede decir que la solución al hambre del mundo no pasa ni por los transgénicos ni por la agricultura industrial, porque eso lo que hace es concentrar el poder en menos manos, expulsar a la gente de sus comunidades y convertir a las ciudades en grandes infiernos. La solución al hambre pasa por devolver la soberanía de la producción a las personas", explica Carrasco.

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