JAIME MORALES HERNÁNDEZ
Desde este sector surge la noción de desarrollar ciencias capaces de generar alternativas, ante los complejos problemas causados por la crisis ambiental. Entre estas ciencias de la sustentabilidad se ubica la Agroecología, que desde un acercamiento interdisciplinar a la ecología, a la agronomía y a las ciencias sociales busca construir teorías, conceptos y métodos para facilitar la transición desde la actual agricultura industrial hacia agriculturas más sustentables y más justas.
A nivel mundial las agriculturas sustentables han tenido un notable avance con una tasa anual de crecimiento entre el 25 y el 30 por ciento y actualmente ocupan una superficie de 33 millones de hectáreas. Este fenómeno ha sido especialmente claro en Latinoamérica que actualmente tiene el segundo lugar en el mundo respecto a la superficie cultivada con 8 millones de hectáreas y donde más de 400 mil pequeños y medianos agricultores viven dignamente produciendo alimentos sanos con una agricultura ecológica. Estos procesos han sido encabezados por los agricultores, campesinos e indígenas latinoamericanos, con el acompañamiento de una nueva generación de técnicos y científicos formados desde una perspectiva agroecológica.
El Premio Nobel Gabriel García Márquez, señaló en alguna ocasión que suponer que la ciencia sólo interesa a los científicos, es tan anticientífico como antipoético es pensar, que la poesía sólo interesa a los poetas. La frase adquiere mayor relevancia cuando nos referimos a las ciencias que atienden a los alimentos que todos consumimos y a las condiciones de quienes los producen. Por ello tiene sentido reseñar brevemente el tercer congreso que la Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología, (SOCLA) y la Universidad Autónoma Chapingo realizaron recientemente en Oaxtepec, México, con el objetivo de dar respuesta a los problemas de soberanía alimentaria, crisis energética y ambiental en el actual escenario de cambio climático.
Al congreso asistieron más de 750 personas de diferentes países de América Latina quienes a lo largo de tres días presentaron seminarios, ponencias y debates en torno a los principales retos del medio rural, dando cuenta además de la gran cantidad de experiencias en marcha, que muestran las amplias posibilidades de la agricultura sustentable como una alternativa ante el hambre, la pobreza y el deterioro de los recursos naturales.
El congreso mostró también los avances de la Agroecología como un enfoque científico de gran utilidad en la transición hacia agriculturas más sustentables. En toda Latinoamérica crecen los programas de investigación sobre este tema, y también se observa en notable incremento en la formación de recursos humanos a niveles de licenciatura y posgrado. Es importante señalar además que la Agroecología tiene un sólido respaldo de los movimientos sociales rurales y urbanos que han visto en la práctica cotidiana la viabilidad de las estrategias que esta joven ciencia propone.
Uno de los resultados del Congreso fue la Carta de Oaxtepec que resume los principales temas, y que señala la urgente necesidad de impulsar el paradigma agroecológico para asegurar alimentos sanos y suficientes para toda la población mundial, haciendo un uso sustentable de los recursos naturales y enfrentando los retos del cambio climático y la incertidumbre económica. La carta concluye haciendo un llamado a la sociedad civil para que apoye las propuestas agroecológicas que permitan la soberanía alimentaria, la conservación de los recursos naturales y el empoderamiento local, regional y nacional de los movimientos rurales.
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