miércoles, 31 de agosto de 2011

AGROECOLOGIA, UNA FORMA DE VIVIR



SIN SUSTANCIAS TÓXICAS, fertilización equilibrada y poca energía del petróleo, desde Greenpeace la proponen como solución al hambre.
Efe Reportajes | Madrid, España | Publicado el 24 de agosto de 2011

No hay que confundir agricultura ecológica y agroecología. Mientras la primera se ciñe al cultivo de productos procedentes del campo sin el uso de tóxicos, la agroecología es una forma de vida.

La agricultura ecológica es el tipo de producción de alimentos que respeta al medio ambiente y a las personas. Para Juan Felipe Carrasco, responsable de Agricultura y Alimentación de Greenpeace: "No solo produce alimentos, también bienes y servicios agrícolas que cambian el paradigma del modelo de agricultura industrial que consume petróleo, plásticos, contamina y destruye el suelo porque es la agricultura que está basada en máquinas y no en personas".

Tres razones defensoras
La diferencia fundamental entre la agricultura convencional y la ecológica es que en la segunda no se contempla el uso de sustancias tóxicas o químicos de síntesis, salvo algunos que están autorizados porque su toxicidad sea prácticamente nula. Pero los pesticidas, en general, están reducidos a la mínima expresión y los que están autorizados no ejercen ninguna toxicidad sobre la salud como sí lo hacen los utilizados en la agricultura convencional o industrial.

En segundo lugar, la fertilización en la agricultura ecológica está basada en los equilibrios naturales, donde las plantas son alimentadas porque el suelo está vivo.

"El suelo tiene una serie de seres vivos que son los que reciclan los restos de las cosechas anteriores o bien captan gases de la atmósfera para poder distribuirlos entre las plantas. En la agricultura industrial, los productos químicos y abonos industriales que provienen del petróleo matan todo lo que hay de vida en el suelo", señala Carrasco.

La tercera característica de la agricultura ecológica tiene que ver con la energía. Como explica el responsable de Greenpeace, "la agricultura ecológica apenas tiene consumo energético procedente del petróleo, por lo que es muy poco generadora de cambio climático. A diferencia de la agricultura industrial".

La tarea del ser humano
La agroecología es un concepto que trata de involucrar al ser humano con la naturaleza, de tal manera que la producción agrícola forme parte intrínseca con el entorno social y cultural de los individuos.

Juan Felipe Carrasco subraya que "es un movimiento ideológico y político, donde el papel de las personas es muy importante. En lugar de máquinas produciendo alimentos para consumidores ciegos que no se quieren informar de lo que contiene el producto, la agroecología trata de conservar las redes sociales que han mantenido el campo vivo desde hace miles de años".

Esta metodología está relacionada con el concepto de soberanía alimentaria acuñado por varias universidades y ambientalistas latinoamericanos. Se fundamenta en la idea de que el campo tiene que estar habitado por personas produciendo no solo alimentos sino vivificando el paisaje, gestionando las relaciones sociales y culturales, "porque cuanta menos gente exista en el campo y más en las ciudades más insostenible es el planeta", indica el activista.

"Las ciudades son enormes consumidores de recursos y generadores de residuos. Sin embargo, la población rural tiene un rol mucho más sostenible en cuanto que vive apegada al territorio. Por eso es muy importante todo lo que tiene que ver con la propiedad de la tierra y es fundamental la devolución de la propiedad a quienes la trabajan, el reparto de la renta agraria y las subvenciones políticas a las personas que están produciendo no solamente alimentos sino bienes y servicios paisajísticos y ambientales que, por ejemplo, están devolviendo la riqueza a nuestros ríos", como ya está sucediendo en alguna comunidades en América Latina, precisa Carrasco.

Estos modelos ecológicos están haciendo posible que resulte atractivo volver a vivir inmersos en el mundo rural, siempre y cuando en estas comunidades se establezcan los lazos culturales y colectivos necesarios.

El especialista en Alimentación y Agricultura explica que "solo a través de comunidades dedicadas al desarrollo, de la protección que ejerzan esas personas como guardianas del planeta, conseguiremos algo. Si no, al final, lo que ocurrirá será que imperará la tecnología alimentada por el petróleo y controlada por las pocas multinacionales que revierten financieramente sobre pequeños grupos poderosos que producen alimentos para un conjunto de ciudadanos, pero que les importan muy poco lo que comen".

» Contexto

¿Es la solución al hambre?

Juan Felipe Carrasco de Greenpeace cree que la agricultura ecológica es un movimiento político porque tiene que ver con la soberanía alimentaria y el poder sobre el territorio. "Se puede decir que la solución al hambre del mundo no pasa ni por los transgénicos ni por la agricultura industrial, porque eso lo que hace es concentrar el poder en menos manos, expulsar a la gente de sus comunidades y convertir a las ciudades en grandes infiernos. La solución al hambre pasa por devolver la soberanía de la producción a las personas", explica Carrasco.

ENSAYO DE AGRICULTURA DOMINANTE...

Por Derian Restrepo  Gallego


El actual modelo de desarrollo económico y el
modelo de agricultura dominante
no son sostenibles...
Económicamente
Socialmente
Ambientalente
Culturalmente
Políticamente

Ya  han pasado  casi 20 años  cuando la cumbre  de RIO- 1992   nos abrió una puerta  para entrar  a la  revolución verde que nosotros los que nos creemos AGROECOLOGOS  era la verdadera respuesta de las organizaciones sociales que en ese entonces  sembraban la semilla.......pero ha sido duro poder quitar  de la mente de la gente los PARADIGMAS  consumistas  en que aun estamos sometidos  por las multinacionales dueñas  por decirlo de nuestro planeta ya que se convirtieron en amos  del mundo y los gobiernos de la mayoría de los países se les arrodillan  para no desestabilizar  sus economías..

Este modelo nos ha dejado heridas graves y en especial en los ecosistemas  que rigen  la sostenibilidad  del planeta.

Hace muchos años  escuche a mi profesor  de Ecología  Don Constantino.....  con su sabiduría "Que en el Futuro  la ECOLOGÍA  iba ser  mas importante que la matemática, física, química, etc" . Ahora comprendo esa frase, cuando sera la revolución  ecologista?

En  el congreso de SOCLA -Medellin   2007    me acuerdo de uno de los miles  de conferenciantes de esa semana   hablaba  del  Ecologista Mulichero y militante  de movimientos ambientales y  que se abrazaba ha un árbol para no dejarlo tumbar y asía manifestaciones frente a empresas contaminantes , etc ......que si seguíamos por ese camino no íbamos a conseguir nunca nada, es por ello que el solicitaba  un verdadero político ecologista que debatiera de forma  amplia y segura en los caminos de gabernalidad democrática  para  sacar adelante  una REFORMA AGRARIA EDUCADA CON BASES AGROECOLOGICAS  ( esto son palabras mías en mayúscula ) que en los últimos 60 años ha sido objeto de olvido y  de temor para sacarla adelante. Ahora con la ley de tierras  podemos comenzar a pensar en  en la AGROECOLOGIA como una base solida  para que estas tierras sean verdaderamente productivas en todos los aspectos.

Mientras tanto  la agricultura dominante  se sostiene, como lo sabe hacer ella.....acabando con los recursos naturales y no importándole nada las generaciones futuras.

Ahora que están de moda los partidos VERDES  espero, no sea el antifaz para poder subirse  al poder y olvidar el compromiso con los QUE NO TENEMOS TIERRA de este país  como Colombia; requiere URGENTEMENTE  cambiar a una agricultura amigable con el medio ambiente y que los productores agropecuarios antes llamados CAMPESINOS  sean  la base  para que por fin  este mundo tenga en cada  estado, municipio, vereda  LA SOBERANÍA ALIMENTARIA  que tanto proclamamos los Agroecólogos.

Agosto 31 de 2011


derianrestrepo@gmail.com


Enlaces










TIEMPO DE ACTUAR CUMBRE RIO 2012



¿Qué opciones tenemos

- cuando “los negocios como siempre” no es una opción?
Tiempo de actuar
Veinte años después de la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro, el planeta se
encuentra en una crisis ambiental, energética y financiera más profunda que
entonces. La Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable
(CNUDS) que se realizará en Río de Janeiro, Brasil, en 2012, podría ser
sólo otra conferencia de alto nivel en la que se declare la necesidad de
erradicar el hambre y la pobreza, detener el cambio climático, la pérdida
de biodiversidad, la erosión de los suelos y otros severos problemas
ambientales, para que, a final de cuentas, después de la conferencia la vida
continúe como antes. Pero puede ser diferente. La conferencia tiene la
oportunidad histórica de tomar decisiones importantes y acordar acciones
que realmente ayuden a erradicar la pobreza y el hambre, y salvar el medio
ambiente. ¡Es tiempo de actuar!

¿Qué opciones tenemos?
En el prefacio del Informe Económico y Social Mundial 2011 Ban Ki-Moon, Secretario General de la
Organización de las Naciones Unidas, argumenta que el progreso de la humanidad ha sido a expensas
de la degradación permanente de nuestro ambiente natural. Agrega que la publicación de este informe,
mostrando esta grave situación, “es especialmente oportuna cuando el mundo se prepara para la Conferencia
de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable de Río+20 el próximo año”, recomendando su lectura a
los formuladores de políticas, las organizaciones no gubernamentales, los ejecutivos corporativos y los
ciudadanos preocupados.
Una cita del informe:
“Negocios como siempre” no es una opción Aunque la humanidad ha logrado un enorme progreso en la mejora de su bienestar material a lo largo de los últimos dos siglos, este progreso se ha obtenido al costo de una degradación permanente de nuestro ambiente natural. Cerca de la mitad de los bosques que cubrían la Tierra han desaparecido, las fuentes de agua subterráneas están siendo depredadas y contaminadas, hay una enorme erosión de la biodiversidad, y gracias al uso en aumento de combustibles fósiles, la estabilidad del clima planetario está amenazada por el calentamiento global. Se requiere un progreso económico mucho mayor para que las poblaciones de los países en desarrollo alcancen un nivel de vida decente —especialmente los miles de millones que aún viven en condiciones de extrema
pobreza—, lo mismo que los dos mil millones de personas que se sumarán a la población mundial hacia la mitad del presente siglo.
Continuar por los caminos de crecimiento económico que hemos recorrido hasta ahora, sólo exacerbará las
presiones sobre los recursos naturales y el ambiente, lo cual llevará a los modos de vida actuales a límites que no serán sostenibles. Por todo esto, continuar como de costumbre, con los negocios como siempre, ya no es opción”. (United Nations. 2011. World Economic and Social Survey 2011)
… y la gobernanza como siempre tampoco es opción

Las organizaciones de la sociedad civil abajo firmantes, concordamos con que continuar “los negocios como
siempre no es una opción”, concepto retomado en el camino hacia Río+20 en varios informes importantes
(PNUMA, WESS (Informe Socioeconómico Mundial), IAASTD (Evaluación Internacional del Conocimiento, la
Ciencia y la Tecnología Agrícolas para el Desarrollo). Pero además, en el tema de políticas públicas, desde la
sociedad civil consideramos central que se reconozca también que la gobernanza como siempre tampoco es
una opción.

Tiempo de actuar

La Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable (CNUDS) que se realizará en Río de Janeiro,
Brasil, en 2012, podría ser sólo otra conferencia de alto nivel en la que se declare la necesidad de erradicar el
hambre y la pobreza, detener el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la erosión de los suelos y otros
severos problemas ambientales, para que, a final de cuentas, después de la conferencia la vida continúe como
antes. Pero puede ser diferente. La conferencia tiene la oportunidad histórica de tomar decisiones importantes
y acordar acciones que realmente ayuden a erradicar la pobreza y el hambre, y salvar el medio ambiente.
¡Es tiempo de actuar!

En este documento, el término “agricultura” se usa en un sentido amplio para hacer referencia a los múltiples tipos/sistemas
productivos que incluyen el cultivo, la cría de ganado, el pastoreo, la pesca, la silvicultura y otros usos naturales para la producción
de alimentos, su producción, recolección y cosecha en áreas urbanas y rurales, siempre que no se especifique otro significado o se le infiera del contexto.

La agricultura: un problema central…
… y al mismo tiempo, la principal solución
Los sistemas alimentarios industriales y otras
prácticas insustentables están causando daños
ambientales importantes, incluyendo la erosión de
biodiversidad y la pérdida de fertilidad del suelo,
la sobreexplotación y contaminación del agua,
contribuyendo así sustancialmente al calentamiento
global. Este tipo de sistemas alimentarios y de
producción de alimentos socavan las posibilidades
de producir alimentos suficientes en calidad y
cantidad para las generaciones presentes y futuras.
Al mismo tiempo, estos sistemas agroindustriales
empobrecen a millones de productores agrícolas
de pequeña escala, crean oleadas cada vez
mayores de miseria, hambre y migración y son
causantes de problemas de salud a gran escala.
En el mundo existen mil millones de personas
que sufren inseguridad alimentaria grave, pero
simultáneamente, la abundancia de alimentos y
dietas no sanas están afectando al menos a otros dos
mil millones de personas, ocasionando obesidad,
enfermedades cardiacas, cáncer, diabetes y otros
padecimientos, mientras aumenta la probabilidad
de ocurrencia de grandes pandemias en el futuro
próximo.
 

Existen sistemas alimentarios viables y sustentables.
Éstos han evolucionado y se han adaptado a lo largo de
miles de años como diversas formas tradicionales de
agricultura y son hoy más relevantes que nunca. Tienen
la posibilidad, si es apropiado, de ser combinados con
conocimientos más recientes en agroecología y otras
formas de producción sustentable. Los productores
agrícolas de pequeña escala proporcionan actualmente
el alimento para cerca del 70% de la población mundial
y la producción agroecológica de pequeña escala,
junto con otras formas de agricultura sustentable y
producción de alimentos, desarrolladas en el marco de
la soberanía alimentaria, pueden:
• eliminar la mayor parte del hambre y la pobreza,
• reducir drásticamente el calentamiento global y
sus impactos,
• restaurar la biodiversidad, la fertilidad de los
suelos y los recursos hídricos,
• mejorar la calidad de vida y ofrecer empleo para
miles de millones de personas,
• producir alimento suficiente, de alta calidad,
diverso y nutritivo para 9 mil millones de
personas, o más.
La Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo
Sustentable en Río de Janeiro, en 2012, debería
1. Asegurar que la agricultura, en todas sus dimensiones, sea un tema central de la CNUSD 2012, y
consecuentemente de las políticas públicas y las prácticas globales.
La agricultura es tanto una causa principal como una solución a los problemas ambientales, climáticos y sociales mundiales. La producción alimentaria industrial es una de las causas principales del daño social y ambiental planetario y su tamaño e impactos deben ser reducidos urgentemente. La solución se encuentra en sistemas de producción alimentaria ecológicos y de menor escala, tales como los practicados en la actualidad por millones de productores agrícolas quienes, si son adecuadamente apoyados, pueden incrementar sustancialmente la disponibilidad de alimentos, eliminando así el hambre, la inequidad y contribuyendo a revertir la degradación del medio ambiente. Estos sistemas, que actualmente constituyen el 70% de los alimentos de la población mundial, podrían aportar aún más si se les apoya y protege, porque son —en su mayoría— sustentables, (agro)ecológicos, biodiversos, tienen una alta capacidad de recuperación (resiliencia), ayudan a reducir el cambio climático y a lograr un desarrollo justo, ecológicamente sustentable y a la erradicación de la pobreza.

2. Otorgar un fuerte y creciente apoyo a los sistemas agroecológicos, de pequeña escala y a otras formas de
producción alimentaria sustentables y ecológicas, lo mismo que a la investigación en este campo y a la creación de condiciones adecuadas para asegurar un abandono progresivo de los sistemas industriales de producción alimentaria social y ambientalmente destructivos, con el fin de producir alimentos en cantidad y calidad suficientes para una población proyectada de 9 mil millones de personas o más; crear empleo, comunidades vivas y economías justas para miles de millones de personas; ayudar a reducir el cambio climático; mantener y ampliar las funciones ecosistémicas, la biodiversidad y otros recursos naturales. El indispensable papel de las mujeres en la agricultura y sus necesidades especiales deben ser reconocidos y apoyados.

3. Regular, promover su cambio y apoyar la transformación de los sistemas agrícolas industriales y otras formas de agricultura insustentable con el fin de alcanzar una producción alimentaria basada en la pequeña propiedad, agroecológica y otras formas de producción de alimentos sustentables y ecológicas. Los gobiernos deberían, en cooperación con las organizaciones de pequeños productores rurales y campesinos, desarrollar políticas públicas y acciones concretas necesarias para lograr una transformación así, que garantice a los pequeños productores agrícolas acceso a la tierra, al agua, a las semillas nativas, mercados locales, al crédito, a las tecnologías agroecológicas y sistemas participativos de educación. Los gobiernos deberían regular y obligar a la agricultura industrializada a pagar por los impactos negativos ambientales y a la salud que generan.

4. Apoyar la soberanía alimentaria como el marco general de las políticas agrícolas y alimentarias y promover que las comunidades, pueblos, estados e instituciones internacionales reconozcan y logren la soberanía alimentaria.
La soberanía alimentaria coloca el derecho de todos los individuos, pueblos y comunidades a acceder a alimentos suficientes, saludables y culturalmente apropiados como el eje de las políticas alimentaria, agrícola, ganadera y pesquera; en lugar de las demandas de corporaciones y mercados que priorizan las commodities para obtener lucros. La soberanía alimentaria localiza los sistemas alimentarios y otorga importancia al saber y capacidades de los proveedores de alimentos de pequeña escala, al tiempo que trabaja en armonía con la naturaleza mediante la provisión de alimentos a pequeña escala y ecológica.
5. Enfatizar la importancia del papel que desempeñan las organizaciones de productores agrícolas de pequeña escala.
Los movimientos sociales fuertes son de vital importancia para lograr los cambios necesarios en las políticas y
prácticas públicas e internacionales, así como para el desarrollo democrático y sustentable de las sociedades. Por
tanto, es de la mayor importancia apoyar y fortalecer a las organizaciones de campesinos y pequeños productores
y proveedores de alimentos y, especialmente, fortalecer la participación y el lugar que ocupan las mujeres. Es
también importante poner especial atención, apoyar y fortalecer la participación activa de los jóvenes y las
mujeres en estas organizaciones. Las organizaciones de campesinos y de productores y proveedores de alimentos
de pequeña escala deben ser consultadas respecto a todos los temas relevantes y debe otorgárseles un papel de
liderazgo en la definición de las políticas y acciones relacionadas con la alimentación y la agricultura.
6. Dar la bienvenida al reformado Comité de Naciones Unidas sobre Seguridad Alimentaria Mundial (CFS) como
el cuerpo gubernativo para la alimentación, la agricultura y la política para el desarrollo rural y temas financieros
relacionados y como el interlocutor en estos temas dentro de la nueva red ambiental de Naciones Unidas propuesta
4 (véase el numeral 12).
7. Otorgar al Comité de Naciones Unidas sobre Seguridad Alimentaria (CFS) el mandato de identificar las actuales
deficiencias y límites que impiden la aplicación de los planes existentes y propuestos, así como para desarrollar un
plan de implementación de las decisiones de la CNUSD 2012, el Capítulo 14 de la Agenda 21 y de la CNUSD 16/17,
los hallazgos de la Evaluación Internacional del Conocimiento, la Ciencia y la Tecnología Agrícolas para el Desarrollo
(IAASTD) y las recomendaciones sobre agroecología del Relator Especial de Naciones Unidas sobre el Derecho a la
Alimentación en su informe de 2010, presentado ante la Comisión de Naciones Unidas sobre Derechos Humanos,
asegurándose que las opiniones y las preocupaciones de los productores y proveedores de alimentos de pequeña
escala sean tomadas en cuenta y respondan al mandato de incrementar la seguridad alimentaria.
8. Llamar a todas las naciones del mundo a establecer sus propios mecanismos/estructuras para dar seguimiento
a la implementación de los hallazgos de la Evaluación Internacional del Conocimiento, la Ciencia y la Tecnología
Agrícolas para el Desarrollo (IAASTD) con la plena participación de los campesinos, pastores, pescadores y otros
productores y proveedores de alimentos de pequeña escala.
9. Apoyar la adopción de una Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Campesinos.
En todo el mundo, los campesinos y pequeños productores agrícolas, trabajadores del campo y pueblos sin tierra
son víctimas de violentas opresiones, criminalización, discriminación, expulsión de sus tierras y enajenación de
sus modos de vida. Para enfrentar estos patrones únicos de violaciones se requieren medidas y mecanismos
específicos que protejan a plenitud los derechos de los campesinos. Al respecto, debe crearse al interior de la
Organización de las Naciones Unidas, un instrumento jurídico internacional para garantizar el respeto, la protección,
el cumplimiento y la defensa de los derechos de los campesinos.
10. Resistir la mercantilización y comercialización de la naturaleza y todas las formas de comercio de carbono,
como REDD+, el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) y otras, y particularmente la inclusión de la agricultura
y absorción de carbono de los suelos, dentro de los mercados de carbono. Tales mecanismos de mercado no
enfrentan las causas de fondo de las emisiones de gases de efecto invernadero de la agricultura, sino más bien,
tienden a ofrecer incentivos perversos a los agentes contaminantes y beneficios a los emisores de gases de efecto
invernadero.
11. Condenar las solicitudes de patentes multi-genómicas e impulsar a los gobiernos a bloquear o rescindir
tales solicitudes. Los gobiernos deben también desarrollar un proceso intergubernamental claro para el examen
riguroso de los impactos de los regímenes de propiedad intelectual sobre los organismos, materia y procesos
vivientes.
12. Establecer una red ambiental de Naciones Unidas nueva, amplia, participativa y transparente.
Dentro de esta red, los gobiernos del Sur global, con apoyo de la sociedad civil, podrán enfrentar coherentemente,
el vasto espectro de temas climáticos, ambientales y sociales que actualmente están diseminados en una amplia
variedad de tratados, fondos, programas y oficinas.
13. Comprometer a la Organización de las Naciones Unidas, en 2012, a un proceso de negociación que conduzca
a una evaluación internacional de nuevas tecnologías (incluyendo bio y nanotecnología) y a la creación de un
mecanismo de información que fortalezca la soberanía nacional y la capacidad de elección, así como respete
también el Principio Precautorio y permita la construcción de capacidades, en los países en desarrollo y en las
comunidades locales, para evaluar los impactos a la salud, ambientales, económicos y sociales de las tecnologías
nuevas y emergentes.
14. Afirmar la integridad de la comunidad multilateral sobre las tecnologías dirigidas a enfrentar el cambio
climático. Como parte de ello, establecer una prohibición legalmente vinculante a la geoingeniería.
15. Enfatizar que se respete el principio de responsabilidades comunes, pero diferenciadas.
Los países industrializados deben pagar sus deudas ecológica y climática a los países en desarrollo, incluyendo el
pago por los daños causados por sus emisiones históricas de gases de efecto invernadero.
5
20 políticas que Río+20 puede adoptar de inmediato
A continuación una serie de iniciativas que pueden ser aplicadas inmediatamente y que fortalecerán la soberanía alimentaria, reducirán
el daño ambiental y apoyarán el trabajo innovador de los campesinos, productores y proveedores de alimentos de pequeña escala.
1. Restaurar el apoyo público a la agricultura para enfrentar la crisis alimentaria. La concentración corporativa de la cadena
alimentaria, desde la década de los setenta, redujo severamente el apoyo del sector público tanto para la investigación como
para el desarrollo rural. La asistencia a los productores agrícolas se redujo de 8 mil millones de dólares en 1984 a 3 mil 400
millones en 2004 (en dólares constantes de 2004). Los gobiernos deberían cooperar para establecer un impuesto suplementario
por 5 mil millones de dólares anuales a los oligopolios alimentarios durante, al menos, los próximos 25 años, para recuperar
una parte de las pérdidas generadas. Los fondos recuperados deberían ser directamente entregados a las organizaciones
campesinas para apoyar sus iniciativas.
2. Convertir las tierras sujetas a acaparamientos (landgrabs) en tierras campesinas. Existe un creciente reconocimiento
internacional de que los acaparamientos de tierra, públicos o privados, internos o transfronterizos, son factores causantes de
la destrucción ambiental y de la soberanía alimentaria. Las aproximadamente 80 millones de hectáreas de tierra incluidas en
estas transacciones deberían ser puestas a disposición de los campesinos y convertidas en 26.7 millones de granjas o unidades
agrícolas de aproximadamente tres hectáreas cada una.
3. Convertir las tierras donde se producen biocombustibles a tierras productoras de alimentos. En 2007, Estados Unidos
y la Unión Europea destinaron 11 mil millones de dólares en subsidios estatales y aranceles para apoyar la producción de
biocombustibles. Para 2006, 14 millones de hectáreas (1%) del total de tierra cultivable se utilizaban para la producción de
biocombustibles (aportando sólo el 0.5% de la energía de uso primario global). Nuevas políticas deberían transferir las tierras
destinadas hoy a la producción de biocombustibles a los campesinos sin tierras o con tierras pobres (4.6 millones de familias
obtendrían así tres hectáreas cada una), duplicando potencialmente la producción agrícola (el tamaño promedio de una unidad
agrícola en África y Asia es de 1.6 ha.), y los 11 mil millones de dólares en subsidios deberían destinarse a apoyar el desarrollo
agroecológico de dichas unidades productivas.
4. Asegurar una alimentación suficiente, nutritiva y apropiada para al menos 9 mil millones de personas hacia 2050.
Actualmente, los cereales utilizados para el forraje animal podrían cubrir las necesidades calóricas anuales de más de 3 mil 500
millones de personas. La población mundial actual es poco menos de 7 mil millones de personas. No existe ninguna barrera
tecnológica para que podamos cubrir nuestras necesidades alimentarias futuras.
5. Adoptar políticas que reduzcan la erosión de los suelos para proteger la seguridad alimentaria de largo plazo. En nuestros
días, la cadena alimentaria industrial conduce a un pérdida anual de suelo vegetal que asciende a 75 mil millones de toneladas
y le cuesta al mundo 400 mil millones de dólares. Una oligarquía conformada por las diez principales empresas globales de
fertilizantes impide el buen manejo de los suelos. Los sistemas campesinos de conservación de los suelos recurren al empleo de
microorganismos naturales, los cuales son responsables por la fijación de entre 140 y 170 millones de toneladas de nitrógeno,
que equivalen al ahorro de 90 mil millones de dólares en fertilizantes químicos. Deben aplicarse políticas para apoyar este tipo
de estrategias de conservación. El manejo mejorado de la tierra, especialmente mediante el uso de técnicas campesinas, podría
incrementar el Producto Interno Bruto de las naciones entre un 3 y un 7 por ciento.
6. Reducir los desperdicios en las cosechas. Actualmente, los desperdicios anuales de alimentos equivalen a más de la mitad de
la cosecha global de cereales (2 mil 300 millones de toneladas), lo cual significa una producción innecesaria de aproximadamente
500 millones de toneladas de gases de efecto invernadero. Los desperdicios de alimentos en los países industrializados oscilan
entre 90 y 111 kilogramos por persona al año. Una serie de nuevas políticas debería reducir inmediatamente los desperdicios
de cosechas en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en 90%, con el fin de que
éstas se mantengan en un nivel similar al del África Subsahariana y el Sudeste de Asia, que oscila entre los 9 y los 11 Kg. por
persona al año.
Políticas para transformar la cadena alimentaria en una red alimentaria:
7. Fortalecer la red alimentaria y romper la cadena alimentaria. Los oligopolios en los insumos agrícolas reducen la eficiencia y
desalientan la resiliencia necesaria para responder a los nuevos retos ambientales y a la salud. Actualmente, seis corporaciones
(Monsanto, DuPont, Syngenta, Dow, Bayer y BASF) controlan el 71% de los químicos para la agricultura, 58% de la venta de
semillas comerciales y (en conjunto con sus socios biotecnológicos), controlan el 77% de las patentes y solicitudes de patente
de los llamados cultivos “climáticos”. Este oligopolio de seis empresas obstaculiza la innovación, favorece el despilfarro de
energía y promueve sustancias químicas nocivas para el ambiente y la salud. Las políticas de competencia deben dirigirse a
romper la cadena alimentaria industrial. Deben establecerse nuevas políticas que favorezcan la diversidad de los mercados y
la investigación que apoye el desarrollo de los sistemas agroecológicos. La diversificación de los mercados —tan sólo para las
semillas—, podría incidir en la reducción de sus precios hasta en 30% y ahorrarle a los campesinos del mundo más de 9 mil
millones de dólares anualmente.
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8. Fortalecer los derechos de las mujeres productoras de alimentos. Las mujeres constituyen entre 60 y 80% de los productores
agrícolas y producen 90% de los alimentos en África y casi la mitad de todos los alimentos que se consumen en el mundo
anualmente. No obstante, en el África Subsahariana, sólo 15% de los propietarios de tierras son mujeres y reciben menos
del 10% del crédito y servicios complementarios. Las políticas dirigidas a eliminar las inequidades de género podrían, por lo
mínimo, incrementar los rendimientos de las unidades agrícolas dirigidas por mujeres entre 2.5 y 4 por ciento.
9. Diversificar el procesamiento y la comercialización de ventas de alimentos directas al consumidor. Hoy día, los mayores
oligopolios en la comercialización de alimentos al menudeo controlan entre 40 y 50% del mercado de alimentos en América
Latina, 10% en China, 30% en Sudáfrica y 50% en Indonesia. Las 100 mayores empresas procesadoras de alimentos controlan
77% de los alimentos empaquetados en el mundo y entre 10 y 11% de las ventas de alimentos al menudeo. Los sistemas
campesinos alimentan a 70% de la humanidad, incluyendo a los más vulnerables. Las políticas de competencia deberían eliminar
las prácticas oligopólicas y deberían establecerse nuevas políticas para ampliar y diversificar las opciones para los consumidores,
reducir la necesidad del procesamiento de los alimentos y apoyar el almacenamiento y distribución local de los alimentos.
10. Prohibir las tecnologías agrícolas tipo “Terminator”. En la actualidad, aunque está vigente una moratoria de las tecnologías
Terminator, algunos gobiernos maniobran para que esa moratoria sea levantada en 2012. Río+20 debe establecer una moratoria
global. En Etiopía, aproximadamente 90% del total del área cultivada con trigo se planta con semillas conservadas localmente. Si
se llegan a comercializar las semillas Terminator y se fuerza a los campesinos etíopes a comprar semillas nuevas cada vez que las
necesitan plantar, ello les implicaría un costo de 66 millones de dólares anuales. Los productores brasileños de soya que guardan y
reutilizan sus semillas se verían forzados a gastar 407 millones de dólares anuales si la prohibición de las semillas Terminator en Brasil
fuese levantada. En las Filipinas, se estima que el 59% del arroz es plantado con semillas campesinas conservadas. Si esos productores
arroceros fuesen obligados a comprar semillas nuevas cada temporada, gastarían 172 millones de dólares por año. Si los productores
de trigo canadienses (que ahora cultivan trigo en 8.36 millones de hectáreas con semillas campesinas conservadas) fuesen forzados a
adquirir en el mercado las semillas Terminator, el costo anual total que tendrían que desembolsar ascendería a 85 millones de dólares.
11. Reducir el dispendio de agua dulce en las industrias de procesamiento de alimentos y bebidas. Cinco empresas globales de
alimentos y bebidas (Nestlé, Danone, Unilever, Anheuser Busch y Coca-Cola), consumen el agua equivalente a las necesidades
domésticas diarias de todas las persona del planeta. Actualmente, por ejemplo, se requieren 12 mil litros de agua para producir y
procesar medio kilogramo de chocolate. El agua requerida para producir 65 millones de kilogramos de carne molida —el monto
retirado del mercado y destruido en Estados Unidos en 2008, debido a violaciones de sanidad alimentaria— era equivalente
a la cantidad de agua necesaria para irrigar 100 mil hectáreas de tierras secas durante un año. Los modelos de producción
campesina que privilegian el consumo local, consumen poca o ninguna agua. Las políticas deben priorizar el consumo local e
imponer impuestos muy elevados a las empresas procesadoras de alimentos y bebidas que despilfarran el agua.
Políticas para reducir la huella ecológica de la agricultura y mejorar la salud:
12. Mejorar la salud y reducir el daño ambiental. Actualmente, un adulto promedio que habita en un país de la OCDE come el
equivalente (innecesario y no saludable) de una comida extra al día (aproximadamente 750 calorías extra). Cerca del 25% del agua y
la energía —y de los gases de efecto invernadero asociados— que se producen en los países de la OCDE se destinan a la producción
de “alimentos excedentarios”. Al menos 50% de los adultos que viven en los países de la OCDE tienen problemas de sobrepeso
y obesidad. La obesidad cuesta a los países de la OCDE casi 300 mil millones de dólares anuales, un monto que sería más que
suficiente para cumplir todas los Objetivos de Desarrollo del Milenio para 2015, dejando además, un sobrante de 100 mil millones.
13. Reducir el consumo de carne y productos lácteos en los países de la OCDE. Según estimaciones de la ONU, la demanda
global de carne y producto lácteos se duplicará hacia 2050. El consumo per cápita de carne en los países de la OCDE es 10 veces
superior al de los países del Sur global. Una reducción de 25% en el consumo global de productos cárnicos reduciría nuestras
emisiones de gases de efecto invernadero en 12.5 por ciento.
14. Eliminar el desperdicio y la devastación ambiental de la industria pesquera. Actualmente, el cultivo industrial de pescado
requiere de 6 toneladas de peces silvestres para producir una tonelada de pescado y entre 1.5 y 3 toneladas de alimento para cosechar
una tonelada de salmón cultivado. La pesca campesina y los estanques familiares reciclan los nutrientes y casi no generan desperdicios.
Las políticas deben incorporar los desperdicios en la contabilidad de los impuestos que deben pagar las granjas industriales de pescado.
15. Fortalecer los sistemas alimentarios urbanos y periurbanos. En estos tiempos, los consumidores británicos desechan 243 litros
de agua por día en comida desperdiciada. Esto representa un 6% del consumo de agua total del Reino Unido y una y media veces más
que la necesidad personal media de agua por día. Actualmente, entre 25 y 30% del agua dulce en las áreas urbanas —aproximadamente
45 mil millones de litros— se pierde por fugas en las tuberías, lo cual cuesta a los gobiernos municipales cerca de 14 mil millones de
dólares anuales. El agua urbana desperdiciada por las fugas podría satisfacer las necesidades de agua de 200 millones de personas o 4.5
millones de pequeñas huertas urbanas. Si los 243 litros de agua que se desechan diariamente en el Reino Unido por el desperdicio de
comida fuesen puestos a disposición de los cultivadores urbanos, podrían producirse 18 mil tomates por año, 3 mil 240 lechugas cada 60
días, 900 coles cada 90 días o 9 mil cebollas cada 120 días. Las políticas deberían promover la agricultura urbana (incluyendo el acceso
al agua dulce de calidad), lo cual mejoraría la eficiencia en el uso del agua, el reciclaje de los desechos y favorecería la nutrición local. 7
Políticas para favorecer la innovación y diversificación de la red alimentaria:
16. Apoyar las estrategias campesinas de conservación in situ. Existe un consenso general respecto a que la adaptación de
la agricultura al cambio climático dependerá de la conservación e introducción de los parientes silvestres de los cultivos. Los
esfuerzos vigentes, sin embargo, alcanzan sólo a recolectar alrededor de 700 especies. Los campesinos conservan entre 50 mil
y 60 mil especies de parientes silvestres de los cultivos tradicionales. Su estrategia de conservación y crianza in situ debe ser
apoyada.
17. Favorecer la siembra y la producción de los cultivos subutilizados. Hoy día, la cadena alimentaria industrial se concentra en
150 especies y casi toda la investigación se reduce a 12 especies. La red alimentaria campesina siembra y nutre 7 mil cultivos
alimentarios, ofreciendo un enorme potencial para responder al cambio climático. Las políticas públicas deben fortalecer dichos
esfuerzos para diversificar la red alimentaria.
18. Reestructurar las prioridades de investigación para apoyar los cultivos campesinos. Durante el último medio siglo, los
productores industriales han generado alrededor de 80 mil variedades de plantas (incluyendo 7 mil de centros internacionales
de investigación). Casi 60% de los cultivos comerciales privados son de carácter ornamental. En el mismo periodo, los campesinos
han contribuido con casi 2.1 millones de variedades de alimentos y forrajes. Las políticas deben entregar la dirección del
desarrollo de cultivos a las organizaciones campesinas, duplicar el acceso a los bancos genéticos para favorecer el desarrollo de
cultivos y el intercambio de variedades de plantas y semillas entre unidades agrícolas de pequeña escala, así como eliminar las
regulaciones monopólicas que inhiben la innovación. El gasto público en investigación agrícola debe incrementarse y la mayor
parte de la investigación debe estar dedicada al desarrollo de soluciones agroecológicas para enfrentar los retos que vendrán,
mediante la promoción de sistemas alimentarios biodiversos y con capacidad de resiliencia.
19. Promover la resiliencia en las especies y variedades de ganado, así como reintroducir los animales tradicionales y
locales en las granjas. En la actualidad, tres o cuatro multinacionales controlan el pie de cría de cada uno de los cuatro
principales animales de granja (ganado, cerdos, pollo para carne, gallinas ponedoras y pavos). En total, cien variedades
constituyen casi toda la producción comercial de carne y lácteos. Adicionalmente, tres grandes empresas concentran el
43% de la producción de medicamentos veterinarios y otras tres controlan el 25% de la producción industrial de forrajes
en el mundo. A medida que la cadena agro-industrial continúa estrechando el rango de las especies y variedades de
ganado disponibles para enfrentar el cambio climático, los campesinos mantienen 40 especies de ganado y 7 mil 616
variedades que, de otro modo, se extinguirían. Las políticas deben apoyar la conservación y la crianza campesina de
estos animales y los derechos de los productores pecuarios tradicionales. Debe promoverse la producción de carne,
lácteos y forrajes derivados de animales de pastura en pequeñas granjas o localidades y debería eliminarse todo uso de
antibióticos no terapéuticos en la producción pecuaria.
20. Conservar y promover la pesca marina y de agua dulce, de pequeña escala. En la actualidad, la pesca industrial
comercializa 363 especies y el sistema industrial ha eliminado 20% de todas las especies de agua dulce, mientras la
sobreexplotación pesquera ha eliminado casi todas las especies marinas populares. Los pescadores artesanales protegen y
cosechan más de 22 mil especies sólo de agua dulce. Las políticas deben fortalecer el apoyo a los pescadores campesinos.
Comentarios y apoyo
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En octubre 2011 publicaremos una nueva versión de este documento, basado en las discusiones y aportes que recibamos.
El documento está disponible en Español, Inglés, Francés y Alemán
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Organizaciones que apoyan este documento (30.08.2011)
African Biodiversity Network (ABN), AS-PTA – Agricultura Familiar e Agroecologi (Brazil), ANGELS Foundation (Nigeria), Bangladesh Krishok
Federation, Biovision (Switzerland), Center For Environmental Education And Development (Brazil), Centre for Environmental Policy
and Advocacy (Malawi), Centro Ecológico (Brazil), Cercle pour la défense de l’environnement - CEDEN (RDCongo), CIPRES (Nicaragua),
Development Fund (Norway), EcoNexus (International), ETC-group (International), Federación de cooperatives para el desarrollo (Nicaragua),
FIAN Belgium, FoodFirst (USA), Fundaexpresion (Colombia), Improved Stoves Association (Kenya), Katosi Women Development Trust
(Uganda), Latin American Scientific Society of Agroecology (SOCLA), MAUDESCO / FoE (Mauritius), More and Better (International), National
Fisheries Solidarity Movement of Sri Lanka, SINERGIA (Bolivia), Norwegian Farmers and Smallholder’s Union, Support for Women in Agriculture
and Environment – SWAGEN (Uganda), The Royal Norwegian Society for Development (Norway), Third World Network (International),
Transnational Institute (The Netherlands), USC Canada, World Family (USA), World Forum Of Fish Harvesters & Fish Workers (International)

sábado, 20 de agosto de 2011

COMO ENFRENTAR LA CRISIS DEL AGRO....


Cómo enfrentar la crisis del agro: ¿Lamentando los problemas insolubles o resolviendo los problemas solucionables?
Polan Lacki

En la economía las soluciones rinden más que los problemas; en la política, los problemas valen mucho más que las soluciones - Nikolai Bukharin (1888-1938) - economista y político soviético.

En base a esta reflexión de Bukharin, pareciera que en la agricultura latinoamericana deberíamos dedicarnos mucho más a la economía que a la política. Deberíamos descartar de plano aquellas seudo-soluciones utópicas que apenas contribuyen a confundir a los agricultores y a perpetuar los problemas del agro. Porque el agobiado sector rural está exigiendo soluciones de verdad y que sean más perdurables en el tiempo; es decir aquellas que, gracias a su factibilidad y realismo, puedan efectivamente ser llevadas a la práctica, por más adversas que sean las actuales condiciones de los productores rurales y de sus respectivos gobiernos. De poco sirve seguir afirmando a los agricultores que sus dificultades deberán ser resueltas por el estado a través de créditos abundantes y baratos, de la adquisición, refinanciación o condonación de sus deudas, de la concesión de subsidios internos, del aumento del valor del dólar, de la reducción de los impuestos y de los peajes, de la protección contra la importación de alimentos, etc.; y que además nuestros gobiernos deberán exigir la eliminación de las barreras externas y de los subsidios con los cuales los países ricos protegen a sus agricultores.

Por más deseadas y atractivas que sean, en el corto y mediano plazo estas propuestas no serán llevadas a la práctica; entre otras razones porque los endeudados y debilitados gobiernos de los países latinoamericanos, aunque quisiesen no reunirían las condiciones económicas ni políticas para adoptarlas. En el plano interno, por insuficiencia de recursos para mantener en el tiempo estos mecanismos “perpetuadores” de dependencias; y en plano externo por no tener la fortaleza política para impedir que los países desarrollados continúen subsidiando y protegiendo a sus agricultores. La adopción de estas medidas es tan improbable que no vale la pena perder tiempo con utopías que suelen ser inspiradas en la ingenuidad o, peor aún, en repudiables propósitos demagógico-electorales. Además de lo anterior, no es esta la principal causa de la crisis del sector agropecuario, sino que las distorsiones descritas a continuación, las que con humildad deberemos reconocer y con competencia deberemos eliminar.

Las ineficiencias del negocio agrícola: ¿contrarrestar sus consecuencias o eliminar sus causas?

En América Latina, el camino cómodo y simplista de querer contrarrestar las consecuencias de una agricultura ineficiente, a través de artificialismos compensatorios está agotado. Ante esta situación sólo nos queda la alternativa realista de eliminar las causas más profundas de la falta de rentabilidad y de competitividad; y a través de esta medida prescindir de los subsidios que, de antemano sabemos, no serán otorgados por nuestros gobiernos. Entre estas causas, “eliminables” por los propios agricultores, con la única condición de que estén capacitados y organizados, están las siguientes distorsiones e ineficiencias que ocurren en las fincas y comunidades rurales:

1ª Ineficiencia - Bajísimos rendimientos por unidad de tierra y de animal, causados muchísimo más por la falta de conocimientos adecuados que de políticas agrícolas generosas. En América Latina los rendimientos promedio en kilogramos por hectárea son los siguientes: arroz: 3189; fríjol: 712; maíz: 3288; papas: 13561; soya: 2472; trigo: 2090. En la ganadería vacuna: 4 litros de leche/vaca/día; primer parto a los 42 meses pudiendo ocurrir antes de los 28 meses; intervalo entre pariciones de 22 meses pudiendo ser de 13 meses; tasa de extracción o saca en la bovinocultura de 19%; edad de faena de los novillos superior a los 4 años; producción de 60 kilogramos de carne vacuna por hectárea y por año.
Estos bajísimos rendimientos son el claro reflejo de la ocurrencia de errores, a veces primarios, que ocurren en el proceso productivo. Para corregir muchos de ellos se requiere apenas adoptar, en forma correcta y “gradualizada”, tecnologías sencillas que requieren mucho más de conocimientos adecuados que de créditos abundantes, porque dependen mucho más del "cómo hacer" que de "con qué hacer". En el caso del fríjol, al dividir los 712.000 gramos por las 225.000 matas que debería tener una hectárea, se concluye que cada mata de fríjol produce aproximadamente 3 gramos lo que corresponde a una vaina con 8 o 12 granitos. Lo anterior suele ser consecuencia de que la mayoría de los plantadores de porotos utilizan semillas genéticamente erosionadas y contaminadas con patógenos, no hacen test de germinación ni regulan la sembradora, no siembran en la época adecuada y con densidad y profundidad correctas, no eliminan las malezas en el momento oportuno, no hacen rotación de cultivos y tienen importantes pérdidas antes y durante la cosecha. En este caso, a excepción de las semillas, todas las demás correcciones dependen apenas de que los productores sean concientizados y capacitados; es decir las correcciones dependen mucho más de insumos intelectuales que de insumos materiales. En este rubro no se puede atribuir la culpa a los subsidios otorgados por los países ricos porque ellos no exportan frijoles subsidiados; tampoco en el caso del café, del cacao, de la yuca y de otros productos que no sufren la competencia de las tesorerías de los países ricos, y sin embargo, en ellos también tenemos problemas de falta de rentabilidad.

Si no podemos aumentar los precios de venta tendremos que disminuir los costos de producción y transacción

No estamos desconociendo que varios países desarrollados con los cuales tenemos que competir subsidian a sus productores, pero tampoco podemos ignorar que otra causa importantísima de nuestra falta de competitividad es que las vacas de ellos, producen en promedio nacional, más de 20litros de leche al día, que cada hectárea de sus tierras rinde casi 8.000 kilos de trigo, 10.000kg de maíz y hasta 49.000kg de papas. Mientras nuestros gobiernos no puedan otorgar subsidios ni impedir que los países ricos sigan haciéndolo, sólo nos queda el camino realista de corregir nuestras propias ineficiencias; si lo hacemos, nos volveremos menos dependientes de los inexistentes subsidios internos y menos vulnerables a los excesivos subsidios externos. Es con este espíritu de objetividad y de pragmatismo que los agricultores eficientes y exitosos están sobreviviendo en el marco de la globalización y hasta sacando ventajas de las oportunidades que ella ofrece. Ellos "están prendiendo la lamparita en vez de seguir maldiciendo la oscuridad".

2ª Ineficiencia - Las formas distorsionadas cómo los agricultores adquieren los insumos y cómo venden sus excedentes. En ambas etapas los productores hacen exactamente lo contrario de lo que les convendría hacer; porque compran los insumos al por menor, con alto valor agregado y del último eslabón de intermediación; pero cuando venden sus cosechas ocurre un giro de 180 grados y lo hacen al por mayor, sin valor agregado y al primer eslabón de la cadena. Ambas distorsiones son “eliminables” mediante la capacitación y organización de los productores con propósitos empresariales; y no necesariamente a través de nostálgicos e ineficientes intervencionismos estatales en la comercialización.

La finca diversificada puede ser la "agencia de desarrollo" de la familia rural

3ª Ineficiencia - La falta de diversificación productiva la que además de volver a los agricultores muy dependientes del crédito, los expone a innecesarios riesgos y vulnerabilidades de clima, enfermedades y mercado. Para diversificar la producción agropecuaria se requiere mucho más de capacitación que de complejos mecanismos de intervención estatal, cuyas frondosas burocracias suelen consumir los escasos recursos destinados a la operación de tales mecanismos. Si los gobiernos no están en condiciones de ofrecer crédito rural, seguro agrícola e insumos a todos los productores, la eficiente diversificación y verticalización de la actividad agropecuaria debería ser el "seguro agrícola" del productor, su "agencia de crédito", su "fábrica de algunos insumos", su "supermercado", su "agroindustria" y la "agencia de empleos" para todos los miembros de la familia durante los 365 días del año. La diversificación y la gradualidad tecnológica, ya sea horizontal o vertical, son medidas endógenas que liberan a las familias rurales de la dependencia de varias soluciones exógenas y generalmente inaccesibles; muy especialmente del crédito rural cada vez más caro y más inaccesible.

4ª Ineficiencia - La ocurrencia de sobredimensionamientos y ociosidades en inversiones que, en las actuales circunstancias de alto endeudamiento y baja rentabilidad, económicamente no se justifica realizarlas en forma individual o mantenerlas subutilizadas, como por ejemplo: tractores e implementos que trabajan pocas horas al año, tierras ociosas o con bajísima productividad, costosos equipos e inversiones en riego que no se traducen en altos rendimientos en virtud de graves errores tecnológicos en la conducción de los cultivos y en las técnicas de irrigación, juntas de bueyes que comen el año entero pero que pasan mucho más días descansando que trabajando, animales de elevado potencial genético cuyos bajos rendimientos son provocados principalmente por la falta de alimentos que podrían ser producidos en las propias fincas, inadecuada relación sementales/hembras, etc. Hipotéticamente, si en una comunidad existen 10 productores con 5 vacas de leche cada uno no se justifica económicamente tener 10 sementales,10 establos, 10 máquinas de ordeño,10 picadoras de forraje,10 enfardadoras y 10 enfriadores de leche; los bajos precios de la leche difícilmente podrán remunerar estas altas inversiones si ellas son hechas en forma individual. El asociativismo para lograr economía de escala, reducir costos, incorporar valor a las cosechas, comprar y vender con menor intermediación es el camino más realista cuando los gobiernos no están en condiciones de otorgar subsidios. Si en los últimos tiempos hasta los gigantes de la banca, de las comunicaciones telefónicas, de la industria químico-farmacéutica y agro-química están promoviendo fusiones y formando gigantescos conglomerados, como estrategia para poder sobrevivir en el mercado, con mayor razón deberán hacerlo los minúsculos y frágiles productores rurales.

5ª Ineficiencia - Los agricultores pobres suelen producir rubros que coincidentemente son adquiridos por los consumidores pobres de las ciudades (yuca, papas, maíz, habas, fríjol, zapallo, arroz, camote, etc.). Si además de producir pequeñas cantidades de estos rubros poco rentables, son afectados por las distorsiones descritas en los 4 ítems anteriores, si hacen excesivas aplicaciones de pesticidas y sufren innecesarias pérdidas poscosecha, es evidente que no pueden volverse económicamente viables. Hacer un cambio progresivo hacia rubros de mayor densidad económica depende mucho más de conocimientos técnico-gerenciales que de sofisticados diseños de políticas agrícolas

Diagnósticos equivocados y terapéuticas demagógicas están paralizando el agro

Luego de hacer esta descarnada descripción de las distorsiones que, con excepciones, desgraciadamente están generalizadas en América Latina, se imponen algunas preguntas:

¿serán los agricultores los culpables de tan graves ineficiencias? o ¿será nuestro disfuncional sistema educativo rural que no ha desarrollado en ellos la auto-confianza, la creatividad y la capacidad de corregir sus ineficiencias y de solucionar sus propios problemas?

¿será que es la falta de las políticas (crediticias, arancelarias, tributarias, cambiarias, etc.) descritas en el primer párrafo, la principal culpable de que no logremos superar ese arcaísmo tecnológico, gerencial y organizativo? o ¿será que falta a las familias rurales una adecuada formación “valórica” y unos conocimientos más funcionales e instrumentales, que ellos puedan aplicar y utilizar en la formulación de soluciones más autogestionarias y consecuentemente volverse menos dependientes de dichas políticas?

¿será que deberemos seguir priorizando infructuosas reivindicaciones dirigidas al congreso nacional, al ministerio de economía/hacienda, al banco central/agrícola/rural para pedir paliativos inaccesibles, ineficaces y perpetuadores de dependencias? o ¿será que deberemos buscar las soluciones emancipadoras en las escuelas básicas rurales, en las escuelas agrotécnicas y en las facultades de ciencias agrarias; apoyarlas como corresponde, pero exigir de ellas una educación mucho más pragmática, objetiva, funcional, realista y práctica para que de ellas egresen agricultores y extensionistas con real capacidad de corregir las ineficiencias del negocio agrícola?

¿ será que todos los gobiernos de los países de América Latina, los actuales y los de las décadas pasadas son y fueron insensibles a los problemas de los agricultores y no tuvieron voluntad política para solucionarlos? o ¿será que debido al modelo paternalista y a la insuficiencia de recursos no pueden y no pudieron ofrecer todos los ingredientes de la "receta" perpetuadora de dependencias a todos los agricultores siempre? Si dicha "receta" no funcionó cuando los gobiernos tenían más poder y más recursos ¿cómo va a funcionar ahora que están debilitados y endeudados?

¿cómo explicar que después de más de 50 años de millonarias aplicaciones de recursos en crédito rural, en la generación y difusión de tecnologías, en la formación de profesionales y técnicos, en la manutención de estructuras estatales de comercialización, en obras de riego, etc. no hayamos sido capaces de incrementar estos modestos rendimientos y de superar las demás ineficiencias aquí analizadas? Con el agravante de que algunos de los importantes logros alcanzados en el agro latinoamericano ocurrieron más como consecuencia del empuje de productores visionarios, del sector privado y de estímulos gubernamentales "de arranque", que de los clásicos y permanentes instrumentos “perpetuadores” de dependencias del estado, como por ejemplo: la avicultura industrial, la labranza mínima o siembra directa, la agricultura de contrato entre agricultores e agroindustriales (con aves, cerdos, tomates, tabaco, etc.), la fruticultura y la floricultura de exportación, el cultivo del espárrago en el Perú, la crianza de salmones en Chile, la producción de manzanas en el estado de Santa Catarina y la citricultura de exportación en el estado de Sao Paulo, ambas en Brasil, etc.

Definitivamente el intervencionismo estatal “perennizador” de dependencias, desde arriba hacia abajo, deberá ser reemplazado por el protagonismo emancipador de los agricultores, desde abajo hacia arriba. Sin embargo lo anterior exige la acción de un estado que, gracias a la excelencia, pragmatismo y relevancia/pertinencia de los contenidos curriculares de sus instituciones educativas, tenga como principal objetivo estratégico desarrollar las potencialidades que están latentes en cada ciudadano del campo, en cada hogar rural, finca, comunidad, escuela básica rural, agencia de extensión, estación experimental, alcaldía, escuela agro-técnica y facultad de ciencias agrarias. En la construcción de la agricultura del mundo globalizado el sistema educativo rural--los tres niveles de la educación escolarizada y los servicios públicos y privados de extensión rural--necesitan recibir un claro y decidido apoyo del estado, del sector privado y de la sociedad. En contrapartida dicho sistema deberá pasar por un profunda y radical transformación que le permita asumir el compromiso y la responsabilidad de formar, capacitar y organizar una nueva generación de agricultores profesionalizados, anímicamente más auto-confiantes y técnicamente más competentes; agricultores que sean capaces de asumir como suya una creciente responsabilidad en la corrección de sus propias ineficiencias y de protagonizar la solución de sus problemas. Este es el único camino posible para una América Latina cuyos gobiernos no disponen de recursos para hacer todo por todos sus ciudadanos siempre; entre otras razones porque están abocados a combatir en las ciudades los efectos del subdesarrollo rural en vez de eliminar sus causas directamente en el campo y más específicamente en las “desfinanciadas”, olvidadas y abandonadas escuelas básicas rurales.

Observaciones:

1) Si a usted le parece que alguno(s) de estos conceptos es adaptable a la realidad rural de su municipio, provincia/departamento/estado o país, por favor no dude en utilizar, mejorar y difundir estas propuestas; ojalá que usted considere conveniente realizar en su propia institución o jurisdicción alguna actividad destinada a difundir, criticar, mejorar y adaptar estos planteamientos a sus respectivas realidades.

2) Críticas al artículo y pedidos de documentos, gratuitos, que amplían y fundamentan técnicamente la factibilidad de esta propuesta serán bienvenidas a los e-mails:

Alternativamente dichos documentos podrán ser encontrados en la sección "Artículos" de las Páginas Web:

viernes, 19 de agosto de 2011

HABLAN LOS AGROECOLOGOS

Miguel Angel Núñez



Quedo claro. No deben existir más dudas ni posiciones pesimistas-extremistas propias del diversionismo ideológico, para frenar u obstaculizar los irreversibles avances que la agroecología está manifestando a nivel regional.
La reciente experiencia acaecida entre el 15-19/08 en la histórica población de Oxatepec-México, donde se organizó el III Congreso de la Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología(SOCLA), demuestra con creces, los avances en el conocimiento agroecológico. De 16 países se inscribieron aproximadamente 370 personas, quienes participaron: compartiendo en sus 179 carteles; animando 19 simposios, 3 mesas redondas; 5 conferencias magistrales y en 295 exposiciones orales. Concurriendo 831 expositores involucrados.
Este histórico momento, donde Hablan los Agroecólogos nos reafirma que la agroecología como ciencia emergente definitivamente se ubica ó posesiona en las razones paradigmáticas que cualquier proceso de avance en seguridad y soberanía agroalimentaria; tiene que asumir. Todo ello, si deseamos u aspiramos alimentarnos sanamente y sustancialmente cooperar con la preservación de los recursos naturales y ayudar a salvar el planeta tierra.
En Oxatepec-Socla la agroecología dictamino su génesis y arraigo en los movimientos campesinos y sociales. En su vasto accionar práctico-técnico, la agroecología nos sigue proporcionando avances en la profundización de su propio conocimiento, lo que sustancialmente alimenta y nutre a los académicos y nos proporciona un halagador alerta en las posibilidades, de ir pensando e ir re-creando políticas de estado agroecológicas. Lo afirmamos por cuanto, también quedo demostrado los apropiados y modernos instrumentos técnicos que en ella, se acoplan, para sostener un progresivo proceso de transición y transformación de nuestra tóxica manera de producir alimentos. Así mismo, se despejan las divertidas duda(s) que la agroecología no puede alimentar al mundo.Testimonios recogidos: desde el punto de vista tecnológico, la agroecología puede alimentar al mundo, pero debemos superar el paradigma productivista (Steve Gliessman); tenemos que proporcionales a los productores las alternativas y ventajas que han tenido los de la agricultura convencional tóxica (Rocio Romero); debemos trabajar con la complejidad y formar equipos transdisciplinarios (Alba Gonzalez) y el sistema financiero mundial no debería competir ni especular con los alimentos (LauraTrujillo) (1).
Además de estas aseveraciones expuestas, la agroecología también nos aclara, nos da pistas, para el abordaje de otros temas como por ejemplo: la formación, la cultura, la corresponsabilidad social en el ensamblaje de los procesos, desde su enfoque productivo hasta el consumo de alimentos sanos.
Estos y otros temas que se debaten en la Venezuela revolucionaria, nos son muy oportunos, por cuanto, tenuemente avanzamos en los procesos de transición y transformación en los medios y modos de producción agrícola y estos definitivamente, tienen caminar hacia la propuesta agroecológica.
Además de la discreta participación de los venezolanos en Oxatepec-Socla, aceptamos y compartimos la critica-auto-critica sobre la consolidación del Capitulo Socla en Venezuela. En la dinámica y accionar de ello, nos hemos quedado cortos, no hay respuestas efectivas orgánicas. Lo que tiene varias implicaciones: el afianzar este espacio, nos ayudaría a desplegar y hacer sentir más la gestión agroecológica en los diferentes niveles de acción socio-productivos. Ello esta directamente relacionado con el encauce de los distintos patinajes ideológicos técnicos-políticos, que se siguen dando en los despliegues y proliferación de agrotóxicos, anclados a los caducos procesos tecnológicos. Situación que no nos permite, de verdad gestionar fluida-mente los procesos de coordinación, articulación y sinergias entre los distintos procesos de organización social de la producción agroecológica que se están demandando.
La criticada poca gestión agroecológica venezolana, también nos conduce a frenar la dinámica en la conformación definitiva de una política de estado para tal área del conocimiento. Contrario a ello, en el caso venezolano se resaltan, los avances en una docena de leyes que blindan la jurisprudencia en materia agroecológica. A esta iniciativa le integramos el nuevo direccionamiento académico-político que lleva implícito la formación en esta ciencia emergente, donde las nuevas Universidades Politécnicas Territoriales cargan el mandato jurídico de incorporar la practica agroecológica a los programas nacionales de formación. Así mismo, celebramos la articulación promovida por el Programa Todas las Manos a la Siembra y el Programa de Alimentación Escolar, cuando en los próximos meses, valoremos el impacto, en mas de 100 escuelas primarias, donde producirán mas del 10% de los alimentos que ellos consumen. Por otro lado la agroecología ha recibido fuertes cantidades de dinero, siendo una parte de ellos destinada, a la puesta en marcha de 105 laboratorios de producción de biológicos, los cuales apoyan a los 300 miembros de la nueva asociación de productores de insumos biológicos, quienes cubren mas de 500000 has en transición hacia la agricultura sustentable. Se dan pasos en caminar hacia el estado comunal agroecológico como es el caso del estado Portuguesa. Ante estos logros, reflexionamos, ¿En Venezuela no se incuba un proceso de Política de Estado Agroecológica? Lo hay, existe, se da a su manera, sin recetas y con su propia dinámica; con particularidades regionales y con sus aciertos y errores. Hay un proceso de construcción permanente en políticas públicas para la agroecología, el cual debería dinamizarse más, por lo que requiere ineludiblemente del concurso de la anhelada unidad entre los campesinos; productores; estudiantes; académicos e investigadores. Trabajo que en alguna medida lo estaría motivando el Capitulo Socla-Venezuela.
Estamos seguros, que afianzar el proceso de construcción permanente, dinamizará: las iniciativas formativas en cualquier nivel educativo como bien lo promueve el estado venezolano. Acción, que fomentara más, el interés por profundizar e innovar en el conocimiento científico; propiciando cambios en la infraestructura tecnológica; repotenciando y refundando instituciones para aumentar la producción de biológicos y propiciar una sustentable gestión de los recursos naturales en especial el agua y la biodiversidad.

Estamos convencidos que acciones de este tipo, presentan sus niveles de coordinación y articulación, propiciando nuevos escenarios para generar procesos participativos en la programación de las siembras agroecológicas y la creación de mercados solidarios. Con estas y otras iniciativas socio-productivas y los avances anteriormente señalados estaremos construyendo permanentemente el andamiaje de una política de estado agroecológica.
Finalmente es propicio reconocer y enviarles un saludos de agradecimiento al Comité Organizador de Socla y su Junta Directiva, por la solidaridad recibida y por haber dado este histórico paso, por cuanto estamos seguros que bien marcara a la agroecología, con un antes y después de Oxatepec-Socla.
1) Expositores en el Simposio Perspectivas de la Transición Agroecológica en América Latina en el III Congreso de SOCLA-OXATEPEC-MEXICO 2011.
Miguel Angel Núñez
ipiat2000@yahoo.es